Sarandí, Partido de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, 20 junio 2017
Muchas gracias. Hoy mi voz no está tan buena pero no importa porque hoy lo importante no es mi voz, hoy lo importante es escuchar las voces de todos y de todas. Lo importante es escucharse el uno con el otro y estar juntos por nuestro país, por la Argentina.
Quiero decirles que les había pedido que cada uno viniera con su bandera porque de esta manera podemos vernos, podemos escucharnos, podemos mirarnos a los ojos. Tanta falta nos hace a los argentinos escucharnos y mirarnos y sentir lo que le está pasando al otro.
Sé lo que está pasando y ustedes también lo saben. No vengo a contarles nada que no sepan, porque hoy no hay ningún argentino que no conozca a algún amigo, pariente, vecino, conocido, o él mismo que no haya tenido o no tenga problemas de trabajo. Nuevamente ha caído sobre nuestro país ese fantasma del desempleo, de la flexibilización laboral, de los bajos salarios, que durante tantos años habíamos sufrido. Pero ahora, además, precios por las nubes, tarifas de servicios impagables. Y bueno, ayer nos desayunamos con la última: además de la deuda de casi 100.000 millones de dólares que han contraído en este apenas año y medio, nos quieren dar 100 años más de deuda, ¡100 años más de deuda!
Gastemos las energías no en insultos, no en agravios: pongamos energía en organizar y movilizar a los ciudadanos y las ciudadanas. El insulto y el agravio déjenselo a ellos, nosotros organicemos a nuestros compatriotas, a nuestras mujeres, a nuestros jóvenes, a nuestros mayores. Tenemos que organizarnos porque además de los precios, de las tarifas, del desempleo, de la deuda, recién a la entrada, jubilados de centros de jubilados con sus remedios y tratamientos que ya no están… No voy a contarles nada que ustedes no sepan, pero entonces creo que lo importante es canalizar esta fuerza, esta decisión ciudadana, en organizar a la sociedad.
Por eso convoco y los convoco a la unidad ciudadana, a la unidad de todos los argentinos y de todas las argentinas. Porque estoy convencida de que esta etapa histórica de agresión neoliberal a todos los estamentos de la sociedad no es una cuestión de partidos políticos. Se los digo sinceramente, y se los vengo diciendo hace tiempo, me lo han escuchado desde el año pasado; lo veo y lo siento.
Seguramente ustedes en su barrio, en su colegio, en su trabajo tienen hombres y mujeres que son por ahí de otra idea política, pero yo me pregunto: cuando van al supermercado ¿a alguno le cobran más barato porque es de un partido o de otro? Yo les pregunto: cuando les llegan las facturas delirantes de luz, de agua, de gas, ¿vienen con un escudito de la UCR, del PJ o del PC? No, vienen con un escudito de Edenor, de Edesur y de todos esos que ya sabemos quiénes son. Los telegramas de despidos o las suspensiones en las fábricas no son “voy a suspender o despedir a los de un partido y no a los del otro”. Los despidos vienen con nombres y apellidos de hombres y mujeres de carne y hueso.
No me parece justo que estemos sufriendo, no me parece justo que nos hayan desorganizado la vida. Siento que le han desorganizado la vida a la sociedad. La gente tenía la vida organizada, podía planificar, tenía su sueldo, sabía lo que podía gastar, sabía lo que podía ahorrar, sabía cuánto le iba a sobrar para las vacaciones, para la cuota del auto, cuánto juntaba para los ladrillos o el cemento de la casa que se estaba haciendo: eso es tener la vida organizada y eso es lo que han venido a romper. Nos han desorganizado la vida, la gente tenía proyectos.
Este presente de angustia, de no llegar a fin de mes, como me contaba Ema, del centro de jubilados La Primavera, que los viejos prenden 2 horas por día calefacción porque tienen miedo cuando les llegue la factura y se acuestan antes de tiempo para no tener frío. Esto es lo que está pasando. Entonces no nos confundamos compatriotas. Sepamos que es necesario poner un freno a tanto disparate. ¿Cómo nos pueden decir que nos van a endeudar por 100 años? ¿Dónde se ha visto una deuda por 100 años? Es imprescindible entonces poner un límite, poner un freno, porque así no se puede seguir.
Muchas veces los dirigentes -y eso me cansa- se la pasan especulando que qué pasa de acá a 2019, a 2021. No se dan cuenta acaso que si la gente sigue recibiendo estas facturas, si los precios siguen aumentando, si los remedios siguen aumentando, si nos siguen endeudando… ¿De qué 19 me están hablando? Yo quiero que la Argentina con los 42 millones de argentinos llegue al 19, no los dirigentes, quiero que lleguen los argentinos al 2019, de eso se trata. ¿Qué ganamos con la especulación? Se trata de este, nuestro país, la Argentina, que pueda volver a tener futuro.
Yo les decía que -y no quiero extenderme demasiado- he tenido todos los cargos, todos los honores, y también tengo que decirles de corazón que ya no soy la joven aquella que quería cambiar el mundo. Los años pasan para todos. Me tocó ser madre, me tocó perder a mi compañero y ser viuda, y me tocó también ser abuela. La vida tiene esas cosas, te dan y te quitan. Muchas veces alguien parece fuerte, pero todos tenemos nuestros golpes, nuestros dolores, nuestras angustias.
Ayer un amigo que no es de la política, al que no le gusta la política, me decía: ¿sabes lo que está pasando también en el mundo? Y esto no es renegar de los partidos políticos sino ver que hay momentos históricos de inflexión. El tema de que si uno pudiera identificar a los partidos políticos podría decir que hablan distintos idiomas y entonces muchas veces no se entienden, discuten o se pelean, porque hablan distintos idiomas. Pero la matemática es una sola en todo el mundo, y en la Argentina de La Quiaca a Ushuaia, y el problema que tenemos los argentinos es que los números no dan.
No dan los números en los hogares, en los comercios, en las pymes que están al borde del cierre y la ruina, no dan los números a los científicos que ven como se escurre su presupuesto y ya piensan en irse del país. Por eso es importante y por eso creo que esta unidad ciudadana tiene que representar las voces, los intereses, las necesidades, todos los problemas que hoy tiene la sociedad.
Por eso me voy a permitir una licencia. Les dije que quería que nos escucháramos, que nos miráramos.
Guadalupe y Julia son dos becarias del CONICET que perdieron la beca. Una estudiaba los problemas de HIV en el Conurbano, la otra estudiaba los problemas de neurociencia, desarrollo y pobreza. Ustedes saben que es fundamental la alimentación para que los chicos puedan desarrollarse bien. Laura es docente universitaria de la Universidad Arturo Jauretche, que también se dieron de baja todos los presupuestos que tenían que ver con programas sociales, de extensión universitaria.
Agustín me cuenta que ya se fueron 3 chicos, que abandonaron el secundario porque tuvieron que ir a trabajar. Ezequiel es de Pergamino, vino a estudiar Ingeniería Electrónica en la UBA, obtuvo un PROGRESAR, ahora perdió el PROGRESAR. Esperemos que pueda seguir estudiando. Fernando estudia Licenciatura en Historia y tiene miedo de no poder seguir porque el alquiler de la casa está alto y la mamá perdió el trabajo.
Susana de Berazategui es directora de colegio, miren qué pinta de directora que tiene además. Susana controla muy bien como toda directora sus matrículas todos los años y nos contaba que esta vez la matrícula aumentó porque están viniendo los chicos de los colegios privados a la escuela pública, porque los padres dicen que no pueden pagar la cuota y los uniformes. Porque esto no le llegó únicamente a los trabajadores, le llegó también a las clases profesionales. Por eso les hablo de construir la unidad ciudadana.
Luisa trabaja hace años en la Biblioteca Popular Islas Malvinas y las familias iban a pedir libros y ahora van a pedir comida. Ayudan en lo que pueden porque ellos no hacen comida, pero reciben provisiones. Gracias Luisa por todo. María, de un comedor. Hace 20 años que trabaja al frente de un comedor. Se le más que duplicó la cantidad de chicos pero además también van las mamás con un tupper. Los hombres tienen vergüenza de pedir comida, van las mujeres, como las leonas, que salen a la caza, las mujeres siempre proveemos a la cría. Gracias.
Victor, del Polideportivo Solano, un típico club de barrio, que tiene los mismos problemas como presidente de ese polideportivo que todos los clubes con el tarifazo. Esos clubes están para contener a cientos de pibes para que no estén en la calle, para que estén haciendo actividades recreativas.
Ema, del Centro de Jubilados La Primavera, que vino con el marido. Ema nos cuenta que los jubilados están con dos horas de calefacción y se acuestan temprano, y tienen falta de medicamentos del PAMI, y quita de las pensiones. Si tuviéramos que hacer una lista de todos los sectores agredidos creo que nos encuentra el día de mañana acá y no habríamos terminado.
Lorena junto con su hermana Flavia todavía buscan y quieren encontrar a su hermana o hermano, no saben, sus padres están desaparecidos. ¡2×1, por Dios!
Agustín es comerciante pero al mismo tiempo hace 19 años tuvo un accidente y tiene una chapa en la cabeza. Yo también tengo una chapa en la cabeza pero más chiquita. Agustín tiene un comercio, los tarifazos lo están arruinando, y Agustín con su pensión por su discapacidad tuvo que terminar pagando el alquiler del comercio, porque ni para el alquiler le está alcanzando.
Norma tiene 7 hijos, es pensionada. Ya veo que después de acá se la sacan. Tiene pensión porque es madre de 7 hijos, así que mucho respeto, mujer argentina madre de 7 hijos. Su marido se jubiló con nuestra inclusión moratoria y tienen un pequeño comercio. Los tarifazos los están matando, de $300 pasó a casi $5.000 de un día para el otro.
Verónica es del Frigorífico Pilar de Avellaneda, que en 2012 exportaba y atendía el mercado interno, tenía 50 trabajadores. Hoy quedó en 17 trabajadores, ya no exporta y la caída del mercado interno, bueno, lo que le está pasando a tantos. Karina de Micro-envases, haciendo el aguante para no despedir gente, para seguir resistiendo y aguantando.
Alejandro de Ezeiza que tuvo que cerrar su panadería. Tenía una panadería moderna pero tuvo que vender las máquinas para pagarle a los empleados y ahora produce pero muy artesanalmente. Y después hablan de dar competitividad, ¿cómo vas a darle competitividad si tuviste que vender las maquinas porque no te daba el mercado interno? Bárbara, trabajadora del calzado, una pyme.
Adrián, de una cooperativa, una fábrica recuperada, la ex Raimat, los está matando el tarifazo, y como hacen tapitas y envases también les afecta la apertura de importaciones. Ellos pagaban entre $16.000 y $18.000 de luz y ahora les viene $70.000. Pagaban $12.000 de agua y ahora les viene más de $45.000. Competencia desleal porque le abren la importación, falta de financiamiento y tarifazos.
Pablo y Graciela, mírenlos bien. La lechuga que ustedes comen, las verduras de hoja, los tomates y los morrones, también las frutillas. Escuchen bien los xenófobos por favor. Él vino hace 10 años de Bolivia, tiene a toda su familia acá. Trabajan todo el día, toda la semana. Pero además, Pablo está en primer año de Agronomía de la Universidad de La Plata. Para los que fruncen la nariz con los compatriotas de la Patria Grande. Él es de Melchor Romero. Graciela es de la cooperativa La Primavera, ella cultiva 2 hectáreas, pero hoy con lo que les está pasando y la tormenta de febrero está subsistiendo con la AUH porque ni trabajando toda la semana puede hacer frente a lo que está pasando. Pablo trabaja en medianía una hectárea con su hermano Abel y el 50% se lo lleva el dueño de la tierra, pero acá lo tenemos, parado, orgulloso, estudiando él y Graciela manteniendo a sus hijos.
Hay otras historias que son también historias de vida. Fabián y Claudia. Fabián es remisero, trabaja de 8 a 19, Claudia hace feria virtual de ropa por Facebook, pero ahora a la mamá y al papá les suspendieron los remedios en el PAMI así que tienen que estirar la exigua economía familiar para ayudar a los viejos. Acá me apunta Fabián también que sacaron todos los remedios del hospital de Solano en Quilmes, 400 chicos por día y no hay Ibuprofeno, Paracetamol, no hay nada.
Esto es lo que yo digo que es desorganizar y arruinarle la vida a la gente, de estas cosas tenemos que hablar en Unidad Ciudadana, el resto no importa. Tenemos que volver a ordenar la vida de los argentinos. Esta es la realidad. Podrás tener coaching, te podrán guionar los discursos, podrás poner carita de buena… A mí no me salieron nunca las caritas de buena, pero ésta es la realidad que tenemos que encarar, compatriotas, y modificar. Yo nunca guioné mi vida, nunca guioné mis pensamientos, mis ideas.
Sabrina, mamá de Agustín, que es electrodependiente. No llores que ya lo solucionamos porque con la facturación de electrodependientes que aprobamos en el Parlamento van a tener que hacerse cargo de las familias como la de Sabrina y su hijo de 14 años.
Ellos son Luis y Antonela, ¿vieron qué linda pareja? Tres nenes. Antonela no es teñida, es albina, me encanta, mirá el pelo que tiene, soñado. Pero las personas con albinismo tienen muchas veces problemas de vista. Ella tiene una pensión por discapacidad, Luis es no vidente y también tiene una pensión. Pero la notificaron a Antonela que como su esposo tiene una pensión de $4.000 a ella que cobraba $3.800 no le corresponde nada.
No vinimos acá a silbar ni a gritar, vinimos a ayudar y a construir, que para destruir ya están ellos. Nosotros a ayudar, construir, organizar y movilizar a la sociedad.
Yo quería que ustedes entendieran qué es esto de Unidad Ciudadana, ¿saben por qué? Porque cuando uno ha participado en partidos políticos toda la vida, por la propia endogamia de los partidos terminan los dirigentes creyéndose más importantes ellos que la sociedad. Y yo quiero volver a ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, donde lo importante son los que sufren, los que necesitan, los comerciantes que tienen que levantar la persiana todos los días, los empresarios que tienen que dar trabajo y poder pagar salarios.
Muchas gracias a todas y a todas. Los quiero mucho.