Cristina Fernández de Kirchner en el acto de puesta en funcionamiento de las nuevas formaciones del ferrocarril General San Martín, 23 de abril de 2014.
Muy buenos días a todos y a todas en un día hermoso, no esperen que diga otra cosa porque si no me censurarían.
Pero primero quiero señalar, antes de ingresar a este orgullo que tenemos al lado, lo que acabo de hacer hace unos instantes, que es entregar al titular de la Unión Industrial Argentina, al titular de ADIMRA, que agrupa a las empresas de metalurgia y a otras empresas como ALUAR, o como Vulcano, empresas todas argentinas. Y quiero señalar fundamentalmente gente de la CGE y gente de las distintas agrupaciones empresarias, para en primer término desvirtuar lo que quieren instalar de empresarios en pie de guerra contra el gobierno nacional. Esto es una creación virtual una vez más, y la presencia de estos emprendedores, de estos empresarios hoy acá, recibiendo de nuestras manos, de las manos del gobierno, el proyecto de bitrenes, que ahora voy a explicar qué es exactamente, es una apuesta más a esa alianza estratégica que tiene que haber entre lo público y lo privado para que el país prospere, progrese y la gente viva mejor, cosa que seguiremos haciendo contra viento y marea y pese a todos los palos en la rueda que quieran ponernos.
Venimos de palos en la rueda, de tuercas, de clavitos, de clavos miguelito, en fin, de todo tipo de impedimentos del año 2003. Algunos mellaron demasiado profundo y hoy tenemos que sufrir ausencias, pero hay ausencias que tienen una inmensa presencia, porque son definitivas en la historia de todos los argentinos.
¿Qué son los bitrenes? Los bitrenes no son trenes como estos, en realidad es un camión que además de un acoplado se le agrega otro acoplado con un quinto eje, y significa que un mismo camión puede transportar el 80 por ciento más de carga, de tonelaje; significa que puede ahorrar entre un 40 ó 70 por ciento de combustible, y significa además que cada uno de los ejes ya no hacen una presión sobre la ruta de 10 toneladas y medio y la rompe, sino de 8 toneladas y media.
Por ejemplo, para que tengan una idea, en Australia el 48 por ciento de su carga se transporta de esta forma.
Hoy estamos habilitando esto en la Argentina, donde tenemos 4 empresas, 3 empresas que construyen, una de ellas, la del señor Vulcano, recibió hoy un ejemplar de este proyecto, que significa darle mayor competitividad a las economías regionales fundamentalmente, que son las que tienen que transportar la carga.
Ya empezamos con esto de los bitrenes y vamos también a finalizar con ese bendito Belgrano Carga, del cual venimos hace años trabajando, trabajando, trabajando, y hoy hemos conseguido financiación. Hoy el ministro de Economía no nos acompaña, porque está reunido precisamente en estos momentos con el canciller de China, porque China va a financiar ese Belgrano Carga, para que finalmente…
Porque muchas veces no es que las cosas no se quieran hacer, es que hay que conseguir recursos y financiamiento para poder hacerlas, como tuvimos que conseguir financiamiento del Estado nacional para poner en marcha hoy esta línea nueva, totalmente nueva del Ferrocarril San Martín, que hoy tiene todas sus locomotoras nuevas, sus vagones nuevos, con nuevos sistemas de seguridad; una inversión muy importante del Tesoro Nacional, la voy a decir en dólares porque la tuvimos que pagar a una empresa extranjera, son egresos de divisas, 150 millones de dólares; 300 millones de pesos costó reconstruir toda la vía para que pudiera deslizarse, porque todo esto no se hacía desde hace 50 ó 60 años, hace 50 ó 60 años que no había nuevas formaciones en la República Argentina, con una diferencia, lo que teníamos antes se había construido en talleres argentinos y por obreros argentinos. Todo eso se destruyó durante décadas, por eso tuvimos que comprar estas máquinas en el exterior. Yo aspiro a que pronto tengamos los talleres aquí y además que comencemos a tener volumen de construcción y desarrollo de la industria nacional.
Por lo pronto, como recién nos decía el intendente Pulti de Mar del Plata, todo lo que es construcción de durmientes, que ya no son de quebracho como los antiguos durmientes, sino que son de hormigón armado, se hacen aquí. También el acero de las vías se construye aquí en la República Argentina. Y también estamos haciendo las vías nuevas para el tren, que ya también hemos comprado el equipamiento por unos 325 millones de dólares, ya tenemos compradas todas las locomotoras nuevas y todos los trenes nuevos que van a ir hacia Rosario y hacia Mar del Plata sobre vías nuevas. Inclusive en Chascomús, algo que deseaba mucho la ciudad de Chascomús, hemos hecho una desviación de 20 kilómetros de la ruta, porque pasaba por la mitad del pueblo y eso significaba trastornos para todos los vecinos, creo que el doctor Alfonsín pedía desde siempre que fuera hecho un desvío de la vía. Bueno, la hemos hecho y ahí estamos llegando a Mar del Plata, a la estación ferro automotor, que le va a permitir a todos transportarse de manera mucho más eficaz, mucho más segura.
Pero lo que es importante es saber por qué pasó esta historia, por qué llegamos a este punto. En el año 1915 la Argentina figuraba entre los 10 países del mundo que más líneas férreas tenían. ¿Se escuchó, no? Los que más líneas férreas tenían. A los dos años de caer Perón, ya teníamos 47.000 líneas férreas, fundamentalmente una parte había sido construida antes y otra gran parte también fue construida durante el gobierno del general Perón, que recuperó los ferrocarriles para los argentinos.
Luego alguien reseñaba que la historia había sido: “ramal que para, ramal que cierra”, y yo quiero apelar con esto a la voluntad también de todos los trabajadores argentinos, y fundamentalmente todos los que trabajan en este ferrocarril, son más de 20.000 los trabajadores ferroviarios cuyos sueldos también son pagados por el Estado a través de los subsidios, para que por favor piensen en los miles y miles de argentinos que muchas veces ni siquiera ganan una cuarta parte de su sueldo, y sin embargo tienen que trasladarse en los trenes, para que por favor brinden el servicio y contribuyan a que todos los argentinos podamos vivir mejor. Porque un gobernante solo o una Presidenta sola no puede hacer las cosas. Y a los que viajan en el tren, por favor que lo cuiden, porque son ellos los que van a tener que seguir viajando, y sus hijos y sus hermanos y sus esposas, para que los cuiden, porque es su instrumento.
Y también a los empresarios, para que piensen también que al estar subsidiado el transporte estamos contribuyendo a mejorar indirectamente el salario de los trabajadores, y de esta manera estamos ayudando a que la fuerza del trabajo, o sea los trabajadores, se transporten también con menos costo. Porque si evidentemente tuvieran los costos que demanda una inversión de esta naturaleza, inmediatamente vendría el reclamo salarial.
Es que como si fuera un inmenso tren, todo está encadenado con todo. La locomotora que tira, y permítanme que me compare con la locomotora, puede tirar, pero si los vagones se desenganchan, los que van arriba los rompen, los que van arriba les ponen palos, la locomotora sola no puede y esto cuesta mucho ponerlo en marcha.
El estudio de esta línea San Martín comenzó en el año 2006; no conseguíamos financiamiento. Finalmente decidimos, ante la falta de financiamiento, hacerlo directamente del Tesoro Nacional, esto es 150 millones de dólares, más los 300 millones de pesos de las líneas, más los 370 millones de los 49 pasos a nivel que van a hacerse aquí para seguridad. Todo es recurso de los argentinos, por eso les pedimos muy encarecidamente, muy fervorosamente que los cuiden por favor.
En este trienio 2013/2014/2015 vamos a llevar una inversión total no solamente en esta línea sino en otras líneas y en las que ya les destaqué, de más de 1.630 millones de dólares. Vamos a renovar totalmente todas las líneas ferroviarias del área metropolitana. Y además esto hoy empieza con los vecinos que viajan en la San Martín, pero va a alcanzar a los que viajan en el resto de las líneas, en el Mitre, en el Sarmiento, en el General Roca, en los que van a Rosario, en los que van a Mar del Plata, con un gran esfuerzo.
Y tarda, las cosas tardan. ¿Saben por qué? Estaba leyendo el otro día un discurso del general Perón, que de estas cosas sabía un poquito más, y hablaba del tema de la deuda, y en una parte del discurso, que no tiene desperdicio, lo comparaba precisamente con el país, cómo un país estancado, como un país parado, cómo un país endeudado, cómo un país que está totalmente estancado hay que ponerlo en marcha, y lo compara con una locomotora. Y dice que una locomotora cuando está fría, cuando está parada, es imposible ponerla en marcha en forma inmediata. Primero hay que darle 5 atmósferas, después 15 atmósferas, después 20 atmósferas y así, lentamente, comienza a ponerse en marcha.
Recordaba también un ejemplo ya no de Perón sino mío, personal, con la tarjeta SUBE. ¿Ustedes se acuerdan de la tarjeta SUBE? Hoy la mayoría tiene para viajar tarjeta SUBE. La tarjeta SUBE no existía, yo la lancé al principio de mi gestión, allá por el 2008, primeros meses del 2008 si mal no recuerdo. Recién ahora hemos podido terminar de instrumentar esa tarjeta SUBE, casi dos mandatos. Intereses, contratiempos, inversión, las cosas demandan tiempo, paciencia y fundamentalmente que no haya intereses contradictorios. No es fácil gobernar y les puedo asegurar que es mucho más difícil gobernar muchas veces un país como nosotros, complejo, maravilloso, pero con muchas contradicciones. Recuerdo además el origen de la tarjeta SUBE. ¿Se acuerdan cuando se descubrió una banda que tenía inmensos tachos de combustible donde guardaban las moneditas y la noticia del día y la queja de todos los usuarios era que no había moneditas para viajar? Ahí se nos ocurrió la tarjeta SUBE, con las moneditas para viajar. Después se nos ocurrió implementar otras cosas, tomar control de los subsidios para ver cuántos viajaban, cuántos pagaban, cuánto combustible se gastaba, no sólo en los trenes sino también en los micros, y esto nos demandó muchísimo tiempo también y muchísima resistencia porque muchos no querían poner los GPS, porque antes los subsidios se recibían por declaración jurada, pero a partir de toda esta instrumentación el control se lleva a través de la tarjeta SUBE.
También nos pasó, y no voy a decir en qué tren pero aunque era 1,10 la gente tampoco pagaba, recién ahora estamos pudiendo implementar que la gente pague la tarifa. Para eso hubo que poner molinetes y hubo que poner rejas, porque si no, sobretodo valiendo 1,10, porque si vos me dijeras que te estamos cobrando 10 pesos, tampoco corresponde violar las normas, pero 1,10. ¿Saben por qué hago estas reflexiones? Porque quiero que pensemos y reflexionemos acerca de cómo podemos hacer las cosas mejor entre todos y que muchas cosas que nos pasan muchas veces las colocamos en culpa de otros pero realmente nos han pasado a nosotros y las hemos decidido nosotros.
Por eso les decía a los trabajadores de todo el sector público que ayuden mucho para que no vuelva ese discurso privatizador de que lo privado es mejor que lo público, porque muchas veces el mal servicio prestado llevó a que mucha gente se convenciera de que lo privado era mejor que lo público y cuando se dieron cuenta era demasiado tarde.
Por eso estaba hoy recordando cosas y viendo qué cosas que parecen cambiar, muchas veces son exactamente iguales. Me estaba acordando –no sé si la cámara lo podrá tomar- “desde mañana –dice- 13 provincias se quedarán sin sus trenes”.
Es que se había fijado como plazo el 10 marzo para que en todas aquellas provincias que no se hacían cargo de los ferrocarriles, los ferrocarriles cerraban. Como un método de investigación casi sociológica fui a la tapa de ese diario, que es el diario Clarín, a ver qué decía ese día 9 marzo sobre el tema de los trenes. Y la tapa decía que la gente no quiere que se terminen los trenes, había una encuesta que decía que la gente no quería que se terminen los trenes. También decía “asesinaron al mafioso que mató a un guardia cárcel”, como verán los hechos delictivos no empezaron hace dos años, ya estaban en el año 93. “Yo la amo, yo te mato”, los crímenes pasionales, vieron que parece que ahora los han descubierto, pero no hay nada nuevo bajo el sol señores, lo único nuevo que tenemos hoy son estos ferrocarriles, que los hemos comprado y los hemos puesto nosotros.
La reflexión también viene para los argentinos, que siempre tenemos que decidir, porque esto pasaba en marzo del año 1993, no pasó hace unos siglos, y sin embargo unos meses después, cuando todo el mundo estaba en contra de esto y demás, quienes habían cerrado todos los ferrocarriles ganaban las elecciones. Esto nos plantea una reflexión sobre nosotros mismos y sobre nuestras decisiones. Eso sí, podíamos comprar todo importado porque había de todo en el país importado, las góndolas rebosaban de artículos importados. Nos habían dicho que un peso era igual a un dólar así que estábamos todos contentos, después vino lo que vino. Por eso digo hacernos cargo un poquito todos de esta historia que hemos tenido, festejar este día maravilloso en que hemos podido recuperar los trenes.
Y cuando yo recién saludaba a los trabajadores de la empresa proveedora de estos trenes, que es una empresa china, me decía pensar que en el año 49 Mao Tse Tung llegaba al poder en una China devastada, donde no sé si cada chino podía comer apenas media escudilla de arroz. Nosotros acá en el 49, con el general Perón en el poder, teníamos todas las fábricas de ferrocarriles y todas las industrias puestas en marcha. Miren dónde están unos y miren todo lo que nos ha costado a nosotros en estos 10 años de industrialización. Hay que empezar a pensar por cuenta propia, no solamente vivir con lo propio sino pensar por cuenta propia, qué fue lo que pasó de esa Argentina pujante, única en Latinoamérica que producía trenes, locomotoras, aviones, que llegó a producir en los años 90 desde nuestras fuerzas armadas misiles de altísima tecnología, que fueron obligados a ser desmontados totalmente en todo lo que era nuestra industria de defensa, que también era un industria de punta. Qué pasó con esa Argentina que hacía camiones, que hacía autos, que tenía una tecnología de primer nivel. Pasó que la devastaron, la devastaron por espejitos de colores, por baratijas y por discursos. Siempre los gobiernos populares, democráticos y nacionales han sido difamados, han sido extorsionados, han sido puestos con palos en la rueda permanentemente y con estorbos permanentemente para que fracasen, y finalmente algunos pensaron que cuando lograron echar a Perón había fracasado y tal vez algunos fueron a la plaza y no se daban cuenta que estaban asistiendo anticipadamente a su propio funeral.
Por eso digo que en este día tan hermoso para los vecinos y para todos los que viajan en el San Martín, en este día que tenemos que estar tan contentos, sepamos que las cosas no son fáciles, sepamos que nada es gratis y sobre todo sepamos distinguir lo concreto, lo real, lo que se puede ver, tocar, de los cantos de sirena. ¿Porque saben qué? Las sirenas no existen y además no está Ulises para atarlos a ningún mástil de ninguna nave para que no puedan ser atrapados por ellas.
Por eso quiero agradecer a todos los que han colaborado en la posibilidad de llevar a cabo esto, para que muy pronto podamos llegar a Mar del Plata en un tren que es provincial, a diferencia del que va a Rosario que es un tren nacional, sin distingos de ningún tipo -como decía recién la locutora- porque Rosario no es gobernada por nuestro movimiento y sin embargo hemos entregado a la intendenta de Rosario un adelanto de 10 millones de pesos para que pueda construirse la estación de trenes de Rosario.
Es importante que reflexionemos acerca de todas estas cosas, que cuidemos los trenes, que son nuestros y que volvamos a hacer esa Argentina que alguna vez fuimos y que estamos construyendo, con muchas dificultades, pero estamos mucho mejor que en el año 2003. Por lo pronto estos trenes desde hace 50 años no los teníamos en la República Argentina.
Aquí me quiero acordar también -mirá qué cosa, me llamó hoy por la mañana la viuda de Vicente Solano Lima- hoy hace 30 años que moría ese gran dirigente del Partido Conservador que acompañó a Héctor J. Cámpora en la fórmula del Frejuli el 11 marzo de 1973. Quiero recordarlo con especial cariño porque fue un hombre del conservadurismo popular de la provincia de Buenos Aires, pero un hombre muy coherente con todo lo que significaba lo nacional, lo popular y lo democrático. Esto también es un homenaje a él, es un homenaje a Raúl Scalabrini Ortiz, a tantos otros luchadores que denunciaron lo que significó el desarrollo de los trenes en la Argentina, porque también debemos decirlo, el desarrollo de los trenes que fue ideado desde 1919 fue pensado en forma radial, todo confluía a Buenos Aires, porque no querían una Argentina industrial, querían una Argentina donde se pudiera traer toda la materia prima sin procesar desde los distintos puntos del país, del norte, del sur, del este y del oeste, que confluyera todo en el puerto de Buenos Aires, ahí cargarlo en barcos y procesarlo con obreros en otras latitudes, acá solamente peones mal alimentados, de pata al piso y nada más. Eso fue lo que vino a cambiar Perón, lo que nunca le perdonaron y todavía le siguen sin perdonar, pero no importa, la historia ya le dio un lugar que ninguno de ellos tendrá y por eso hoy estamos muy contentos y muy felices por haber logrado todo esto.
Quiero también agradecer a todos los jóvenes que me acompañan, que están allá como corresponde en la retaguardia, que realmente son el futuro de la Patria. No solamente los jóvenes identificados con un color o un partido político, los jóvenes en general, que participan en distintos ámbitos, en distintos frentes y son los que realmente van a reasegurar porque han podido vivir una Argentina diferente en la que hemos demostrado que las cosas se podían hacer de manera diferente y se podían hacer mejor de lo que se habían hecho.
Por eso muchísimas gracias y la verdad que estar en esta mañana de sol con todos los trenes desfilando, las formaciones, y aquí con los nuevos vagones, es para mí un gran orgullo o como Argentina y también como gobernante. Muchísimas gracias, adelante a todos, los quiero mucho, muchísimas gracias.
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