Palabras de la Presidenta a la militancia, en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos y patios internos, luego del acto de anuncios e inauguraciones de obras en Casa Rosada. Miércoles 16 de Septiembre del 2015.
Quiero decirles que nunca los voy a dejar, saben que los amo mucho. Quiero decirles que hoy me siento muy feliz, es un día muy especial. Hoy hemos anunciado escuelas, trabajos científicos y tecnológicos universitarios, salitas para nuestros pibes de 4 años construidas por nuestros cooperativistas sociales, obras de infraestructura como nunca se han hecho, en universidades públicas, en este caso como la de Sarmiento; una ley para los actores también, una ley de régimen laboral y previsional para actores; y también una ley de Promoción de Juventudes, consagrar y ampliar derechos.
Pero quiero decirles a todos algo, muchas veces ustedes y todos aquellos que comparten este espacio o van a una movilización, han sido agraviados, denostados o que estaban por un contrato o que estaban por lo que fuere, y también desde esos mismos espacios políticos he escuchado criticar al Estado, diciendo que el Estado no debe meterse en la economía, que el Estado no debe estar en esto, en nada, prácticamente un Estado inexistente. Y me pregunto, si alguien piensa que el Estado no sirve, si alguien piensa que el Estado está únicamente para tareas residuales o para cuestiones menores, ¿para qué quieren gobernar el Estado si es que no creen en el Estado?
Es una pregunta que debería hacérsela cada argentino, porque cada vez que en nuestro país nos han venido a decir que el Estado no sirve, que el Estado tiene que ser dejado de lado, es cuanto más ha intervenido el Estado. La diferencia es que los que tienen esa concepción del Estado hacen intervenir el Estado en favor de unos muy poquitos y muy poderosos. Nosotros tenemos un concepto del Estado que debe promover a la sociedad, que es puntal para superar las desigualdades, que es necesario para que precisamente todos, absolutamente todos tengan derechos y acceso a los bienes sociales, a los bienes culturales, educativos, patrimoniales, económicos, es necesario ese Estado.
Por eso me pregunto por qué tanta teoría y tanta diatriba contra el Estado. Yo la verdad que si pensara de esa manera nunca me presentaría como candidato a presidente, se lo dejaría a los que creen en el Estado.
Pero a propósito de esto venimos a enterarnos ahora que los que los acusaban a ustedes y a tantos otros, inclusive muchas veces a actores y a periodistas que decían que eran periodistas militantes, de estar por interés o por algo, miren de las cosas que nos venimos a enterar. Y yo creo que en serio hay dos proyectos de país. Si uno mira quién encabeza por ejemplo nuestra lista de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires, un compañero que hoy ocupa una función en el Estado, una función de responsabilidad, porque en el Estado no son privilegios, no por lo menos con nosotros, son funciones militantes, este compañero que hoy encabeza la lista de diputados nacionales, hijo de detenidos desaparecidos, hijo también de la crisis institucional del 2001 que lo encontró acá junto a miles y miles de argentinos en la Plaza de Mayo, defendiendo y protegiendo y que por un pelito así pudo estar hoy aquí con nosotros, es tal vez el símbolo más claro.
Fíjense quién encabeza la lista de otros que hablan contra el Estado y hablan de los jóvenes rentados y con cargos, precisamente… ¿Saben lo que pasa en psicología? Hay un fenómeno muy particular, se llama proyectar; se llama proyectar en los demás lo que sos vos. Y la verdad que podemos dar fe, yo puedo dar fe de todos ustedes cuando los he visto no para la foto sino en los eventos, en las tragedias que nos han sucedido con inundaciones, con catástrofes, estar allí junto a la juventud solidaria. Y quiero agradecerles porque muchas veces es difícil cuando hay tanta difamación, cuando hay tanto agravio y sin embargo ahí están ustedes, firmes para enseñarles a todos y cada uno de los argentinos que la Patria es el otro. Por eso tengo un inmenso orgullo.
No, no me den las gracias, ya se los dije veinte mil veces, no quiero gracias. Quiero fundamentalmente organización y unidad entre todos los argentinos para precisamente cuidar tantas cosas que hemos logrado. De mí no esperen que agravie, que conteste, no, no. Son tantas las cosas que tenemos para contar, que tenemos que hacer, que nos falta hacer y que estoy segura que las vamos a seguir haciendo, porque creo sinceramente que la sociedad argentina está dispuesta a seguir caminando hacia adelante, hacia el futuro, hacia más educación, más inclusión, más ciencia, más universidad, más igualdad, más equidad.
Por eso en esta tarde quería yo darles las gracias a ustedes. ¿Saben por qué? Porque si he podido… ¿cómo mi amor?… Yo también te amo.
Quiero finalmente, queridos compañeros y compañeras, agradecerles yo en serio y no es retórica, es simplemente agradecerles la confianza, el cariño y el amor que han depositado, que siento que han depositado en mí, me llega y me golpea les puedo asegurar, pero me golpea para bien, porque la verdad que fueron momentos difíciles en lo personal, en lo político. No es fácil soportar tanta agresión, tanta injuria, tanta infamia, tanto agravio. Y sobre todo cuando proviene de gente que después uno se entera de las cosas, pero…Y de los otros que lo hacen en forma profesional, de los medios de comunicación agrediendo como le pasó a esa joven, a esa mujer, no voy a decir funcionaria, a esa mujer que fue agredida salvajemente por un periodista de una cadena económica internacional. La verdad que me preocupan estas cosas y los convoco a todos a que respondamos con mayor grado de organización, de unidad y de solidaridad.
Hoy felicité al gobernador de Tucumán y al intendente de Córdoba porque realmente creí que es necesario poner las cosas en su lugar en la República Argentina. Es necesario que finalmente alguien desde algún lado diga las cosas como son. No se puede festejar únicamente los triunfos de tu propia fuerza política y decir y denostar que son fraude los de la otra fuerza política, sobre todo cuando esa fuerza política ha respetado todos los resultados electorales. No voy a hablar del ejemplo de Néstor, porque Néstor era un grande y grandes hay muy poquitos, casi ninguno.
Pero quiero decirles en serio que necesitamos todos los argentinos de dirigentes políticos más serios, más responsables, porque todo no empieza y termina en una elección. Al contrario, después es necesario gobernar y para gobernar hay que hacerlo con mucha capacidad, con mucho apoyo y fundamentalmente tratando de no dividir ni enfrentar a la gente. Si vos querés discutir y debatir, porque tenés una idea diferente económica, política o social, está muy bien, pero agitar a la sociedad con el tema de que es fraude, que el sistema electoral no sirve, Dios mío, es escupir para arriba, no se dan cuenta que están escupiendo para arriba.
¿Por qué decís vos, qué? Porque son unos buitres. Sí, algunos pueden ser, sí, pueden ser pichones o… ¿Sabés qué me parece la gran mayoría? Es cierto, es que puede haber dos, tres, cuatro dirigentes que es público y notorio sus vinculaciones con los fondos buitres y demás, pero no, eso no es la mayoría de la dirigencia política argentina. Lo que más me asusta es el grado de irresponsabilidad, porque cuando uno es dirigente tiene responsabilidades no solamente cuando es gobierno, cuando es oposición también tiene responsabilidades y la primera responsabilidad es respetar el sistema democrático.
Por eso quiero dirigirme sin adjetivaciones, sin levantar el tono de voz, simplemente pedirles a todos un minuto de sensatez, y por favor no dejen que a cada dirigente le pongan las ideas desde un titular de un diario o desde un comentario de la televisión o desde alguien que dice algo por la radio. Yo quiero dirigentes que aunque sea para no estar de acuerdo con nosotros estén de acuerdo pero porque piensan ellos, no porque piensan por ellos.
Entonces es importante que nosotros no incurramos en las mismas conductas. Siempre hay que tratar de ser mejor que uno mismo y que el otro, porque si todos nos superáramos y tratáramos de ser cada día mejores, las cosas andarían mucho mejor. Y no andan mal en la Argentina, y este me parece que es el principal problema que tienen algunos dirigentes, que resulta que habían leído comentarios, habían leído diarios, habían escuchado análisis de economistas y pensaban que hoy la Argentina iba a estar, no sé, con 2 dígitos de desocupación y bueno, acá estamos. Acá estamos en un mundo complejo, en un mundo que se debate de crisis en crisis, sosteniendo con nuestro propio proyecto, sosteniendo el mercado interno, la industria nacional, la ciencia, la tecnología, la educación como lo hemos hecho hoy. Esa es la clave.
El otro día nos visitaba un gran amigo y compañero con quien tengo un especial afecto, no solamente por lo que es él, sino por lo que simboliza. Yo lo veo a Lula y lo veo a Néstor y lo veo a Chávez, y hablábamos de estas cosas.
Quiero decirles a todos ustedes que este empoderamiento de derechos los hace más responsables de ser mejores, que cuando discutan con un compañero discutan pero en buenos términos, y cuando discutan con otro que no piensa igual también lo hagan en buenos términos, para ayudar a la convivencia y a la paz. Porque lo que quieren es que nos enojemos y provocarnos. No tenemos que enojarnos, tenemos que ser muy pacientes, tenemos que ser cada día mejores y más buenos. Porque ¿saben qué? Es la manera en que finalmente se triunfa. No hay otra.
Muchas gracias y sigan adelante siempre. Los quiero mucho. Gracias.
PATIO DE LAS PALMERAS.
Me habrán escuchado hablar en el otro patio del Estado, el otro día me pasó algo muy particular, como todas las mañanas cuando me levanto miré los diarios y justo estábamos por presentar el presupuesto, que hoy Axel Kicillof, nuestro ministro, fue a presentar al Parlamento, y resulta que con gran sorpresa veo el titular de un diario…, no, no era ese, era el de tribuna de doctrina o no sé cómo es eso, y decía en primera página que íbamos a rebajar los subsidios, a reducir los subsidios, y que por esa reducción de los subsidios iba a aumentar la pobreza, iba a caer la actividad económica, o sea el PBI y además iba a haber crecimiento también de la inflación. ¿Ustedes vieron que durante 12 años estuvieron criticando los subsidios? Y que cada vez que se intentaban realizar ajustes o modificaciones empezaban…, ahora decían que habíamos reducido los subsidios. Claro, en el presupuesto aparecen con una cifra menor, pero por una razón muy sencilla mis queridos amigos y compañeros. El año pasado cuando hicimos el presupuesto y lo presentamos como corresponde en setiembre de 2014, el barril de petróleo estaba a 95 ó 98 dólares, este año el barril de petróleo está a menos de la mitad de lo que estaba el año pasado, por lo tanto no es que hubo reducción de los subsidios sino que hubo reducción del precio del combustible, que es lo que nos demanda el sostenimiento para los subsidios.
Pero lo más gracioso es que era un modo, como dijo Axel, enrevesado de venir a elogiar las políticas que criticaron durante 12 años, porque durante 12 años nos dijeron que los subsidios estaban mal, y ahora reconocen que si se bajan los subsidios aumenta la pobreza, cae el producto, hay inflación. ¿En qué quedamos entonces? Lo que les decía en el patio anterior a sus compañeros, se la pasan hablando en contra del Estado, en contra de todo lo que hace el Estado, de los programas sociales, del programa económico, de los subsidios, de las relaciones internacionales, pero entonces, si todo esto que hace el Estado y que es rol indelegable del Estado, no lo piensan hacer o les parece mal, ¿para qué quieren estar al frente del Estado? Esto es lo que nadie puede explicar, o tal vez sí, o tal vez piensan combatir la pobreza a fuerza de contratos con los amigos, porque si le dan contratos a todos los argentinos como les dieron a algunos de ellos seguro que no va a quedar un solo pobre en la Argentina, de eso tengan la certeza más absoluta. Mejor no lo niembro dice acá Aníbal. Sos Aníbal, eh?
La verdad que cuando pasan estas cosas uno dice cuánto tiempo se podría haber ahorrado en discusiones, en debates, cuánto más productivo hubiera sido para los 40 millones de argentinos que los dirigentes políticos de los distintos partidos, de los distintos sectores, en lugar de recurrir a la chicana, al agravio, a la denostación para después terminar reconociendo, después de 12 años, que estas políticas estaban bien, cuánto tiempo perdimos. Y seguramente hubiera sido también muy bueno para el gobierno poder discutir en otros términos y de otras cosas. Tal vez hubiéramos dado mayor densidad, mayor profundidad a nuestras políticas, porque siempre es bueno intercambiar ideas, lo que nunca es bueno es intercambiar agravios, mentiras, difamaciones y ataques permanentes, eso no está bueno.
Por eso creo que tal vez cuando uno piensa un poco y dice por qué tanta mentira, tanto agravio, y se me ocurren dos razones, o que no pueden decir lo que realmente quieren hacer y piensan, o tal vez muchos que son militantes de partidos populares, democráticos, nacionales, que tienen buenas historias y que tal vez cuando les tocó ser gobierno no tuvieron…, no sé, la capacidad o la suerte, pónganle el nombre que quieran, por favor, no nos pongamos escatológicos a esta hora, pero sí puede ser, es una posibilidad, no hay que descartarla. Pero Dios mío, si solamente fuera una cuestión hormonal en la política argentina estaríamos mal, creo que no podemos someter a una cuestión hormonal la política nacional; la política nacional más que eso que ustedes dicen lo que necesita es más convicción muchachos, más ideas, más seguridad en lo que uno piensa. Y sobre todo más compromiso con la patria y con la historia.
Cuando estamos comprometidos con los intereses de la patria, cuando estamos comprometidos con los intereses de la historia podemos obtener victorias los argentinos, no el gobierno, victorias como la de la semana pasada en Naciones Unidas, cuando más de dos tercios de Naciones Unidas aprobó los 9 principios fundamentales en materia de reestructuración de deuda soberana. Una victoria diplomática y económica de los 40 millones de argentinos, de los cuales me siento muy orgullosa y muy representativa.
El hecho de haber tenido una militancia activa con los compañeros de la región, con el grupo del G77 + China, con la abstención también de gran parte de los europeos, muchos de los cuales hubieran votado seguramente junto a nosotros pero por otras razones no lo hicieron, fíjense, el año pasado cuando empezamos la discusión teníamos 11 votos negativos, ahora quedamos únicamente con 6 votos negativos y ya sabemos de quiénes. Como decía Kicillof el otro día, si no fuera tan importante por qué votaron en contra, simplemente porque hemos sentado un precedente internacional por primera vez en la historia en materia de orden económico en Naciones Unidas. Nunca antes en toda la historia de Naciones Unidas se habían discutido cuestiones económicas, siempre tenían que ver con cuestiones bélicas o con cuestiones humanitarias o con cuestiones de conflictos entre países, pero esto nunca, es la primera vez. Por eso se advierte la gravedad del problema, que 136 países hayan decidido votar positivamente, otros no menos importantes abstenerse y permitir un triunfo contundente, es una señal clara de la problemática global pero también una señal clara del avance de los pueblos ante las situaciones de sufrimiento, de expoliación que están sufriendo en distintas partes del planeta.
No podemos ignorar lo que sucede afuera de nuestras fronteras, en materia económica, en materia humanitaria, en la que también, compatriotas, hemos sido lideres en Naciones Unidas, Argentina fue uno de los firmes impulsores en la constitución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas a partir de la tragedia que vivió nuestro país desde 1976.
Fíjense, a veces reflexiono y digo que hoy somos líderes en materia de derechos humanos por todo lo que nos tocó vivir, hemos incluido palabras que no existían, la de detenido desaparecido se incluye a partir de la experiencia y la tragedia argentina. El tema de la deuda que ahora fue aprobado se trata a partir de que a nuestro país en el año 2001 le soltaron la mano y se estrelló solo contra el suelo, llevando a millones de compatriotas a la desesperación, muchos al exilio. Hubo tantos exilios en la Argentina, exilios políticos, económicos, también hubo exilios interiores, mucha gente que renegó de la política, mucha gente que se fue a su casa, mucha gente que vio lo que les había pasado a los que habían jugado sus fichas a un proyecto político, y todo eso fue creando en la Argentina y en los argentinos un escepticismo hacia la política, hacia la victoria. Parecía que jamás podíamos ganar en nada, que en lo único que podíamos ganar era en futbol, nos habían reducido a eso, a que la Argentina era solo un buen equipo de futbol. Y quiero decirles a los 40 millones de argentinos que además de ser un buen equipo de futbol, tal vez el mejor del mundo, somos un pueblo solidario, somos un pueblo que abre sus brazos como lo hizo siempre.
Cuando vemos las crisis migratorias en Europa y miramos nuestra historia, y vemos cómo nuestros abuelos o bisabuelos bajaron de los barcos y fueron recibidos aquí; cuando vimos cómo Evita cuando España tenía hambre fue a llevarles trigo y esperanza, digo entonces cómo nos quieren convencer de que no somos un pueblo valeroso, con coraje y solidario, cómo nos van a convencer si toda nuestra historia es una historia de luchas. De fracasos también, pero de cada fracaso nos hemos levantado.
Y yo siento en el fondo de mi corazón, compatriotas, que a partir del año 2003 nos levantamos de un fracaso muy fuerte, un fracaso que venía para llevarnos puestos con todo. Había fracasado un gobierno que allá por 1983 había generado mucha esperanza en el pueblo, le habían hecho golpes de mercado, tal vez no se hicieron las cosas como se tendrían que haber hecho, tal vez eran otros momentos históricos, no nos vamos a poner a juzgar a nadie, pero hubo intentos claros de poder cambiar la historia argentina. Y ahora, compatriotas, a partir de ese 25 de mayo de 2003, no hace tanto, va a hacer apenas en diciembre 12 años y medio, un poquito más, hemos construido un país. Claro que falta, iremos por el segundo piso del edificio, pero por favor, que a nadie se le ocurra dinamitarnos el sótano para volver a caer, por favor! Necesitamos seguir poniendo ladrillo tras ladrillo, se los digo absolutamente despojada de cualquier ambición, no soy candidata a nada, mi deber era dar el ejemplo. ¿Saben qué querían? Refregarles a ustedes que lo único que me interesa es el poder, y saben qué, lo único que me interesa es el cariño y el amor de ustedes, nada más.
Querían decirles: ven, lo único que le importa es estar. No, no voy a permitir bajo ningún punto de vista que ninguno de ustedes tenga que bajar la vista, al contrario, lo quiero siempre con las banderas en alto, mirando al cielo, mirando para adelante, y ayudando a seguir, porque vamos construyendo de a poco el edificio y no podemos detenernos en la tarea, tenemos que seguir trabajando. Y para ello es necesario, más que fijarse en lo que hace el otro, el que nos está haciendo la zancadilla, tratar de correrse al costado, sortear la zancadilla o la piedrita y seguir mirando al compañero para pasarle el ladrillo que le falta para que él vuelva a ponerlo y seguir creciendo.
Por eso quiero decirles a todos ustedes y a mis compatriotas, que mi lugar está en el corazón de ustedes. ¿Saben qué? Si quiero ser algo, presidenta de corazones es el título que más me gustaría. Ese lugar en los corazones no te lo da la boleta electrónica, no te lo da un papel, eso te lo da el amor del pueblo, que es lo único que importa y al final de cuentas es lo único que vale.
Gracias, muchas gracias a todos y a todas, los quiero mucho.
Necesitamos que los distintos dirigentes responsables de las organizaciones, también organicen cursos de formación sobre política internacional, sobre historia internacional.
Ustedes se dieron cuenta que prácticamente, salvo cuestiones catastróficas o muy evidentes, parece como que la Argentina fuera un planeta solo en el mundo, que no existiera el resto, porque no hay una sola noticia internacional de nada, de las económicas ni hablemos.
Tenemos que prepararnos, tenemos que saber, porque al que no estudia, al que no sabe lo que pasa y cómo se fueron produciendo los acontecimientos, lo llevan de la nariz. Sobre todo, en un mundo, donde los medios de comunicación y, fundamentalmente también, las redes sociales han adquirido una gran importancia, el problema es la selectividad de la información.