Muy buenos días a todos y a todas, en un día que siempre es tan especial para todos los argentinos.
Quiero en primer lugar, dirigirme a todos los ex combatientes de Malvinas, a sus familias, a sus familiares, a sus madres, a sus esposas, a sus hijas, a todos aquellos que dejaron su vida por la Patria.
Claro que sí, no lo duden, porque los tiempos cuando se miden en términos históricos, no se miden únicamente a partir de meses, de años o de tiempos o períodos electorales o de gobiernos. La historia no se construye de esa manera.
La historia se construye todos los días, sumando acciones y también teniendo en cuenta que, como país no somos una isla sino que vivimos en un mundo cambiante, en un mundo además, donde esas relaciones de fuerzas mutan permanentemente no en los plazos tal vez, que tiene uno, dos, tres, cuatro, cinco gobiernos, sino en plazos tal vez más largos.
Pero la historia de humanidad demuestra claramente que siempre se terminan recuperando los enclaves coloniales más tarde o más temprano. Por eso, tengo una infinita confianza en la historia, en el pueblo, para la recuperación de esas Islas.
Quiero agradecerle a Fermín el regalo de este magnífico pingüino Emperador, que es el pingüino que vive en nuestras Islas, quiero agradecerle a Moretti, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, todo un símbolo también, sus palabras, su cartel, que nos haya entregado esta tierra tomada en ese Cementerio de Darwin que tanto nos duele a todos los argentinos.
Al respecto también, quiero informarles, como nos hemos comprometido ante todos los familiares y como lo hemos hecho con la Cruz Roja Internacional, para identificar todavía a esos 123 cuerpos NN, cuerpos que todavía no sabemos, no conocemos el nombre de esos 123 argentinos que dieron sus vidas por todos nosotros. Hay una obligación moral y patriótica de identificar a cada uno de ellos para honrarlos como se honra la memoria de los héroes.
Y para eso nos pusimos manos a la obra, porque no solamente hay que hablar o discursear, hay que hacer fundamentalmente. Y en esto, con nuestros defectos, con nuestros errores, con nuestras marchas y nuestras contra marchas, si algo podemos exhibir ante la historia, ante el futuro y el presente, es que somos un gobierno de hacer y de comprometernos todos los días con las cosas.
Para ello, con acuerdo de las familias y con acuerdo de los familiares, recurrimos a una organización de prestigio internacional y de indiscutible neutralidad como lo es la Cruz Roja.
Estamos recorriendo el país con recursos del Estado también y ya hemos logrado obtener 65 muestras de sangre de más de 145 familias, precisamente para lograr esa identificación en la que están trabajando científicos y expertos argentinos.
Ustedes saben, que la Argentina por otras circunstancias también cercanas a Las Malvinas, se convirtió en el equipo más prestigioso, con mayor expertise a nivel internacional para identificar restos de muertos no identificados.
No nos hubiera gustado tener estos expertos, la verdad, ni por lo de hoy, ni por lo otro. Pero la vida y la historia, uno tiene que tomarlas en su conjunto y en su totalidad. No puede seleccionar, ser selectivo en esa historia.
Yo les decía esto de la historia, de las relaciones de fuerzas y de nuestro compromiso, con que la necesidad de la recuperación pacifica, y también tomar una clara conciencia de qué es hoy Malvinas, en el concierto internacional.
Primero, me voy a referir a algo que comúnmente nosotros siempre reclamamos y que es el uso y el abuso de nuestros recursos naturales que son tomados indiscriminadamente. Pero en realidad, el Reino Unido toma a los recursos como una cosa más, pero no la más importante en Malvinas.
Los recursos naturales, la renta que da la pesca sirven apenas para sostener a la población civil. La verdad sobre Malvinas, es que constituye la base militar nuclear de la OTAN en el Atlántico Sur. Esta es la verdad que no pueden seguir ocultando y que quiero leerlo. Porque por eso nuestro mensaje no solamente tiene que ver con la soberanía, con un reclamo de soberanía.
Nuestro mensaje también tiene que ver con un mensaje de paz en un mundo desquiciado por los enfrentamientos militares, étnicos y religiosos.
Leerles cosas para no equivocarme: lo de las Malvinas, “…constituye hoy la mayor base militar existente al Sur del paralelo 50 grados Sur. Desde Malvinas se maneja todo el despliegue militar británico -ma non troppo, diría yo- del Atlántico Sur, y también los sistemas de inteligencia electrónica”.
Esto, no lo podemos desconocer, las Islas Malvinas se encuentran entre los territorios más militarizados del mundo. Teniendo presente la proporción de efectivos militares y civiles, es mucho mayor la cantidad de militares que de civiles. Para que tengan una idea, poseen entre 1.500 y 2.000 efectivos militares con una población de apenas 3.000 personas, un poco más de 1.000 nacidos en las Islas, el resto son todos militares que normalmente se rotan permanentemente entre el Reino Unidos y aquí.
El gobierno inglés no desglosa en sus presupuestos los gastos de defensa militar aplicados a Las Malvinas. Como es una nación que está en todos los frentes donde hay guerras en el mundo y que siempre está, casi siempre está del lado agresor o casi siempre es un agresor, tiene un gran gasto militar. Una pena, porque hoy hay casi un 20 por ciento de jóvenes desocupados en Inglaterra, sería bueno que se dedicaran menos a guerrear y más a ocuparse de los propios ingleses y del propio pueblo inglés que seguramente se lo agradecería mucho más, porque tienen severos problemas de desempleo y severos recortes.
El gobierno inglés no desglosa y se calcula que el gasto militar por cada uno de los ingleses para mantener lo que tienen en Malvinas, es de 31.000 dólares al año por cada habitante inglés. Por cada ciudadano inglés están gastando 31.000 dólares en mantener una base a más de 13.000 kilómetros de distancia, en donde solamente está la Antártida y el Cono Sur.
La flota británica en Malvinas está integrada por las siguientes unidades. Esto es para que no desmientan: un patrullero, un buque de apoyo, un buque de investigación, un submarino nuclear con capacidad de portar armas nucleares, un rompehielos, una fragata tipo 23. La base de Monte Agradable situada en la Isla Soledad, posee un importante centro de comando y control y una base de inteligencia electrónica que permite monitorear el tráfico naval y aéreo de la región; 800 hombres de la Real Fuerza Aérea, más de 500 efectivos del Ejército británico, 30 miembros de la Royal Navy; 2 pistas aéreas transcontinentales de 2.900 y 1.525 metros
Todo esto requiere una zona, y la conozco porque está apenas a 700 kilómetros de Santa Cruz, una altísimo grado de mantenimiento; aviones de combate de quinta generación, los Eurosfighter Typhoon, equipados con poderosos misiles cruceros capaces de alcanzar gran parte del Cono Sur, no solamente la Argentina, sino gran parte del Cono Sur. Algunos dicen que esos misiles pueden llegar hasta Ecuador inclusive. Dos helicópteros Sea King, 2 helicópteros Sikorsky C-61, aviones Hércules, aviones Locked, avión tanque, protección antiaérea y misiles Reipel, y podría seguir enumerando, más allá de los sueldos, que directamente los sueldos de los militares que están destacados en Malvinas, no tienen absolutamente nada que ver, obviamente, con los sueldos de los militares que están radicados en Inglaterra.
Como verán, un inmenso despliegue militar violatorio de todo lo que es la política de desnuclearización que nosotros sostenemos como firmantes, junto a todos los países de América, salvo los países del Norte, firmantes del Acuerdo de Tlatelolco.
Y esto habla de lo que mencioné también, cuando estuve hace muy poco tiempo en Francia, del doble estándar y cuando se produjo -y se produce todavía, aún está vigente- el conflicto por la península de Crimea. Allí se condenó que no se aceptara la integridad territorial por parte de las grandes potencias. Allí no se aceptó la validez del referéndum que se realizó en Crimea. Con lo que digo yo “doble estándar”.
¿Qué tiene que ver esto? Muchas veces, en nuestros medios de comunicación por el solo hecho de ser opositores al gobierno dicen, que…bueno, que es una cosa diferente. No, no es una cosa diferente, es exactamente lo mismo.
¿Y qué es lo que se oculta? Que en realidad, lo que domina la política internacional, es la relación de fuerzas, no es el Derecho Internacional, no son los derechos humanos, no es el respeto a la paz, no es el respeto a la integridad territorial. Es la ley del más fuerte; el que puede pisarle la cabeza al otro, se la pisa y nadie reclama.
Por eso, seguimos apelando, abandonar estos dobles estándares que finalmente luego se terminan volviendo en contra, como un búmeran. Porque lo único que nos permite, no solamente a una sociedad nacional, a una sociedad local, sino también a la sociedad global, poder convivir racionalmente, evitar muertes, conflictos, miserias, es que estas reglas de juego que tiene un país, también tengan reglas de juego a nivel internacional y que sean respetadas por todos los países.
Eso es lo que es la Carta de Naciones Unidas, esas son las innumerables resoluciones que hemos obtenido en todos los foros internacionales desde Naciones Unidas, pasando por UNASUR, MERCOSUR, CELAC.
No ha habido foro internacional que no se pronuncie a favor de aceptar esta resolución de Naciones Unidas que no dice que Argentina tiene razón, ni siquiera eso. Dice apenas que Inglaterra, que el Reino Unido se siente a dialogar sobre la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas con la República Argentina.
¿A quiénes quieren convencer que si no cumplen mínimamente esto van a respetar cualquier otro acuerdo o cualquier otro derecho de cualquier otra Nación?
Sería bueno también, porque estoy segura que a muchísimos ciudadanos ingleses no les interesa absolutamente nada tener que destinar millones de dólares a sostener una base militar. Porque yo estoy absolutamente segura que la mayoría de los ciudadanos ingleses y, fundamentalmente sus jóvenes, hoy desocupados por un 20 por ciento de desocupación, sin perspectiva de futuro, lo que menos les interesa es destinar recursos para estas cosas. Y lo que menos les interesa también a los jóvenes, son las guerras. ¿Saben por qué? Porque los que se mueren en las guerras, son los jóvenes, no son los mayores que son los que las arman, no son los gobernantes que son las que las arman. Son los jóvenes los que mueren en las guerras.
Entonces, yo estoy absolutamente convencida que son los jóvenes los que seguramente no comparten esto.
Y por eso, también quiero hoy recordar a otros jóvenes en épocas donde surgen voces que no hay que recordar la historia. Fíjense si no habrá que recordar la historia. Fíjense cómo se han construido estos grandes países que hoy tienen todavía colonias. Precisamente, haciendo un ejercicio permanente de la historia. No hay fututo si no sabés tu historia.
Por eso también quiero homenajear hoy y quisimos homenajear hoy a ese grupo de jóvenes que allá por los años 60 fueron a plantar, no armas, fueron a plantar la bandera nuestra, de todos los argentinos a nuestras Islas Malvinas.
Quiero agradecerles a ellos y a María Cristina Verrier, que seguramente me está escuchando y que era la depositaria de esas banderas, y que me encomendó solamente dos destinos y luego me dijo “las otras ponelas dónde vos quieras, pero yo te pido dos destinos: uno, que esté en el mausoleo donde descansa Néstor, ahí quiero que esté la que más flameó sobre las Islas Malvinas”.
Es cierto, era la más embarrada, rota, se ve que la que estuvo más tiempo fuera de esa cárcel de los ingleses antes que pudieran sacarla.
Y la segunda que me pidió que también ya la cumplí, fue que la depositara en la Basílica de la Virgen de Itatí en la provincia de Corrientes porque ella era devota y Dardo Cabo también, que era devoto de la Virgen de Itatí, jóvenes católicos que creían en Dios y en su Patria y en su bandera.
Por eso, yo quiero en este día tan especial, dirigirme a los argentinos, a todos los argentinos y argentinas, a todos agradecer a todos los pueblos de la América del Sur, de Centro América, de la CELAC, esa maravillosa construcción impensable hace unos años atrás, a mí me resultaba impensable porque –y esto lo saben muchos hombres de otros gobiernos- que no teníamos apoyos en Centro América, por ejemplo, para nuestra causa de Malvinas. Y nosotros hemos logrado en la última Cumbre de la CELAC, en la Segunda Cumbre de la CELAC, una vez más, que por unanimidad de México para abajo, todos los pueblos de nuestra Patria grande apoyen nuestro reclamo.
Y en esto, quiero rendirle un tributo también porque mucho tuvo que ver en el cambio de actitud y de voto de muchos países, la gestión del comandante Hugo Chávez Frías, presidente eterno de la República Bolivariana de Venezuela que a fuerza de solidaridad, que a fuerza de generosidad logró también que la causa Malvinas, fuera una causa de todos los americanos.
Esta que hemos colocado hoy aquí, es la anteúltima bandera que me toca colocar de las que me entregara María Cristina. La próxima va a ser en el Museo de Malvinas que será inaugurado en el Espacio de la Memoria, ex ESMA. Esperamos y le pedimos a la empresa también que haga honor a esto, el próximo día 10 de junio de reafirmación de nuestros derechos sobre las Islas Malvinas, fecha que fuera instaurada por el general Perón como fecha de reconocimiento de soberanía sobre las Islas Malvinas.
Este homenaje también humilde que hoy estamos haciendo de este billete conmemorativo, maravilloso, en el cual pueden conjugarse esos cormoranes, que es esa avena panzoncita que ustedes ven ahí, está también Puerto Deseado, que es un puerto maravilloso, una ciudad maravillosa en la provincia de Santa Cruz, llena también de cormoranes, migran en determinados momentos desde las Islas al territorio y hay una pequeña islita dentro de Puerto Deseado donde pueden verse miles y miles de cormoranes junto a otras aves migratorias.
No solamente la historia, hasta la biología. Los cormoranes no llegan a Londres, no vuelan sobre el Támesis. Vuelan sobre el Océano Atlántico, pasan, están en Puerto Deseado y llegan al Norte de la América del Sur.
Es la historia, es la geografía, es la dignidad la que reconocen nuestra soberanía sobre esos territorios.
Nosotros esperamos que prontamente podamos identificar a estos 143 soldados argentinos que entregaron su vida para que sus familiares también puedan descansar en paz. Porque no debe haber cosa más terrible para un ser humano, por supuesto que lo es la pérdida de un hijo, sin lugar a dudas, aquí están nuestras Abuelas y nuestras Madres de Plaza de Mayo también. Demasiadas víctimas para tan poco tiempo en un país.
Pero nuestra obligación como gobernantes, es restaurar y curar esas heridas. Y curarlas dentro del Derecho y dentro de la Justicia como toda víctima debe hacerlo.
Ustedes son el ejemplo de que esperaron 30 años para tener justicia sin recurrir a ningún otro método.
Me acuerdo y hay registro seguramente, no solamente de cámaras de televisión, sino registros más definitivos, como son las versiones taquigráficas de las Cámaras Parlamentarias, yo era senadora cuando nos tocó sancionar la anulación de la leyes de obediencia debida y punto final. Y frente a un discurso que había dado no importa quién, yo dije que no solamente me sentía muy honrada de estar participando como senadora, como legisladora en un momento tan histórico, sino que agradecía el ejemplo que habían dado las organizaciones de derechos humanos, pero sobre todo de las Madres y de las Abuelas, de esperar con paciencia, sin reclamar venganza, sin tomar ningún gesto que pudiera ser considerado de violencia contra los que les habían arrebatado los hijos y no solamente les habían arrebatado los hijos, que era lo que decía anteriormente, sino que ni siquiera todavía saben dónde están esos hijos.
Porque ojo, que hubo una reparación, pero a medias, porque hay juicio a quienes cometieron genocidio, pero todavía no sabemos dónde están sus hijos.
¡Qué cosa terrible! Piénsese cada uno de ustedes como padre, como madre, como hermano, como tío, no solamente que se los sacaron un día de su casa, se lo llevaron, lo torturaron, lo mataron, lo desaparecieron, sino que no tiene un lugar donde ir a poner una flor y donde llorarlo, lo que hace a la condición humana, al duelo que cada persona tiene que hacer frente a las grandes pérdidas.
Por eso necesitamos el reconocimiento de estos 143 y por eso reconocí en aquella oportunidad el gesto maravilloso de rechazo a la violencia, de rechazo a la venganza, de rechazo a lo que yo diría la protohistoria, porque eso de la venganza es de la prehistoria, es del Estado de no derecho.
Entonces, quiero también reivindicar ese ejemplo de respeto al Derecho y de respeto a vivir civilizadamente entre todos nosotros, aún en circunstancias extremas y difíciles.
Y dije una cosa también: yo no sé si hubiera sido tan paciente como ustedes, no sé, mi carácter, mi militancia política. No sé porque, además, las Madres se caracterizaban por ninguna tener nada que ver con la política, eran mujeres que algunas se sacaron su delantal y dejaron de cocinar y fueron a buscar a sus hijos, otras dejaron de tomar el té con sus amigas, otras dejaron de enseñar y dar clases para buscar a sus hijos, porque las hay de todas las clases sociales.
Como también, aunque en menor grado, las hay también entre las Madres de Malvinas. Porque una cosa que podemos también observar en las Madres de Malvinas, que los que murieron, los que fueron a morir, fueron los más pobres los que mandaron también.
Esto también tenemos que decirlo. Esto pasa en todos los países, pasa también en las grandes potencias: cuando mandan a pelear al frente, mandan a los que menos tienen a morir por la Patria. Es una historia constante también en nuestra historia.
Si uno ve las luchas por la independencia iniciadas a partir del 25 de mayo de 1810, si bien los que dirigían esa revolución o los que dirigían ese ejército, como San Martín, como el general Las Heras, como Dorrego o como Belgrano, eran hombres de familias reconocidas, todo lo que estaba abajo, los que iban al frente, la carne de cañón, como normalmente se dice, eran de las clases más humildes, eran los negros, eran los mulatos.
Por eso también ayer firmé el ascenso a general post mortem de Andresito, ese hombre misionero que también murió en las luchas por la independencia. Andresito Artigas, el hijo de ese otro gran patriota latinoamericano. No lo elogio mucho porque por ahí los uruguayos se enojan cuando se lo elogio mucho a Artigas porque dicen que se los quiero sacar. Yo no le quiero sacar ningún patriota a nadie, simplemente reconozco en Gervasio Artigas uno de los hombres más importantes en la historia de la independencia y de la dignidad de Latinoamérica.
Les decía de la importancia del pueblo en esas luchas por la independencia. Fueron también en toda la frontera norte donde Martín Miguel de Güemes y su hermana Macacha, si bien eran de familias muy importantes salteñas, eran gauchos andrajosos y descalzos los que los acompañaban en las montoneras a cuidar las fronteras para que no avanzaran los godos, se pudieran dar las batallas de Salta y Tucumán y San Martín pudiera cruzar los Andes. Esa es nuestra historia, también a libertar a Chile.
Finalmente, y ustedes saben, no tiene nada que ver con Malvinas, pero ocurrieron hechos terribles ayer en nuestra hermana República de Chile que quiero aprovechar este momento para enviar toda la solidaridad de nuestro pueblo con la desgracia y el momento que está atravesando el hermano pueblo de Chile.
En el día de ayer, por la noche, además de convocar a mis ministros de Defensa, de Seguridad, de Salud, de Desarrollo Social y de Relaciones Exteriores por Cascos Blancos, me comuniqué personalmente con la compañera presidenta Michelle Bachelet para poner a disposición todos nuestros esfuerzos, y también con el ministro de Planificación, ya estamos dándole 400 megavatios, me informaba Julio anoche, por Salta; se los enviamos porque se habían quedado sin luz Iquique y Arica, con lo cual también vamos a auxiliar con megavatios a estas poblaciones hermanas para que pueda volver la luz.
Quiero también, para terminar, felicitar. Porque ahora que hablo de esto me viene a la memoria una carta abierta que recibí hace unos días de un sacerdote de Curicó, donde estuvo ubicado uno de nuestros hospitales militares de campaña cuando fue el terremoto hace exactamente 4 años. Y este sacerdote, me agradecía a mí y a nuestras Fuerzas Armadas el desempeño ejemplar y excelente que habían tenido en ese hospital de campaña. Es más, me pedía si no podíamos volverlo a poner porque nunca se había restablecido.
Quiero decirles a los señores jefes militares para orgullo de ustedes, que este sacerdote me decía que todavía no se había restablecido allí, en Curicó, la calidad de los servicios que los militares argentinos les ofrecieron a los hermanos chilenos en materia de salud.
Por eso, quiero agradecer a todos en el día de hoy la labor que podemos desempeñar como argentinos. No hay mejor homenaje a nuestros muertos que en el lugar que nos ha colocado la historia, que nos ha colocado el voto popular o en nuestro trabajo o en nuestra actividad empresarial o en nuestra función, cumplamos esa función con el sentimiento profundo, no de estar sirviéndonos nosotros, sino de estar sirviéndole a la Patria y acordarse de que la Patria, siempre es del otro. La Patria siempre es el otro.
Muchas gracias a todos y a todas.