Olivos. Anoche, en Calafate, vi la película de Caetano sobre Néstor. Yo sabía que alguien la había subido a la red, pero no había querido verla. La de Paula Luque recién la vi después de estrenada. ¿Por qué? La verdad que me provoca demasiado dolor, casi insoportable. Hacía varios días que Florencia la había visto y me contó que le envió un mail al director felicitándolo. Le pregunté: ¿cual te gustó más? Me dijo que eran distintas. Le gustaban las dos. Que una era un documental, el de Caetano… Y el otro, el de Paula, tenía rodaje, testimonios, etc, etc. Florencia estudia cine, mira y observa cosas que otros no. Finalmente me decidí, lo llamé al Topo Devoto y le pedí que me enviara la película, que quería verla.
Anoche después de cenar llovía mucho en Calafate. Me senté en el mismo sillón que me sentaba con él y puse el cd. Me conmovió. Era él. Simple, sencilla y totalmente él. Desde el principio hasta el fin. Volví a sentir que me miraba.
La película de Paula tiene que ver con distintas miradas (tal vez por ser mujer). También con la convicción de que Néstor es producto de una generación en un contexto histórico. Muchas gracias, Paula. Caetano, literalmente, se metió adentro de él. Es la mirada del hombre sobre otro hombre y su rol en la historia de un país, el nuestro: Argentina. Debo confesar que después de volverlo a ver en toda su plenitud política, humana, y fundamentalmente en su rol histórico, me sentí pequeña, muy pequeña.
Lo llamé al Topo. Era cerca de la una de la madrugada… Le pedí que quería que la difundieran. Que se debía ver. ¿Cómo fue que inventaron, en ríos de tinta y papel, que yo la había vetado? ¿Cómo se puede mentir, difamar tanto? El Topo me contesta: “No te acordás que dijeron que a Caetano le habíamos puesto comisarios políticos?» Sí, tenés razón, Topo. De qué me voy a asombrar?
Cristina.