marzo 1, 2013
La audiencia con los fondos buitres en NY y el pago de la deuda
Ofrecemos a esos fondos denominados “buitres” que reciban de la misma manera que reciben quienes hoy están cobrando: con la misma quita y en los mismos plazos. Esto es equidad y esto es justicia.

 

Quiero referirme a lo que ha sucedido hace unos días en Nueva York.

Ustedes saben que no hay una ley de quiebras a nivel internacional, pero todo país tiene una ley interna de quiebras, cuando una empresa quiebra, cómo hace para pagarle a sus acreedores. Y cuando reúne una determinada masa crítica de acreedores que están de acuerdo con su propuesta de pago, el juez de la quiebra, ¿qué es lo que dice?, “está bien, esto es lo que va a pagar.” En nuestro país es el 66 por ciento. Cuando una empresa quiebra, si el 66 por ciento de los acreedores está de acuerdo con la propuesta de pago del quebrado, el juez homologa esa quiebra y se paga esa oferta que ha hecho el quebrado.

Nosotros tuvimos una situación similar en el año 2001: un quebrado, pero sin ley internacional, el único quebrado, el más grande, el default más grande de la historia, 166 mil, 170 mil millones de dólares. Hoy no somos los únicos quebrados, hoy no somos los únicos fundidos, es muy posible –y no lo digo con alegría, porque parte de eso también nos impacta negativamente en nuestra propia economía-, es muy probable que muchos países del mundo más temprano que tarde, pese a que se niegan, pese a reestructuraciones, a salvatajes que me hacen acordar al blindaje, al megacanje y a todas esas cosas, van a tener que reestructurar su deuda con quitas importantes y con plazos largos.

¿Cómo van a pagar si no determinados países como Grecia o como España o como se está descubriendo ahora en Italia, donde además tenemos el drama del no gobierno? Entonces, esta situación de Argentina es un leading case, un auténtico leading case. Pero no solamente un leading case económico, como algunos quieren hacernos creer, o financiero, es un leading case político. Porque significa que si el mundo, si los principales dirigentes mundiales, los que integran el G-20, los titulares de los grandes organismos multilaterales, si los gobiernos de los distintos países del mundo van a permitir que un puñado, que puede cabernos en esta mano, arruine a todo el mundo, a las sociedades, con millones de desocupados, de desahuciados, de gente que se suicida, que pierde el trabajo, que no tiene estudio, que no tiene casa o van a privilegiar a sus sociedades, a sus pueblos, a sus países, a sus historias, a sus patrimonios.

¡Eso es lo que está en juego hoy en el mundo! ¡Tienen que entenderlo!

La Argentina, los 40 millones, hemos hecho un esfuerzo descomunal, ¡descomunal!, sin acceder al mercado de capitales, siendo hoy pagadores netos de los organismos multilaterales de crédito como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y  CAP. Estamos pagando regularmente nuestras deudas. Desde diciembre de 2002, hemos pagado con reservas 32 mil millones de dólares. Hemos destinado parte de nuestras reservas al pago de la deuda, sin acceder al mercado de capitales. Hemos pagado rigurosamente todo lo que nos hemos comprometido a pagar en 2004, 2005, en 2010, le hemos pagado al Fondo Monetario Internacional.

También estamos dispuestos a pagar a estos fondos buitres, pero no en mejores condiciones que al 93 por ciento que confió y apostó por la Argentina, porque estaríamos cometiendo, primero, un delito, un gran delito porque estaríamos estafando y defraudando al 93 por ciento de los acreedores de distintos países del mundo que creyeron en la Argentina.

Hemos estado pagando y vamos a seguir haciéndolo, porque estamos dispuestos también a pagar, pero en las mismas condiciones que al 93 por ciento. Si no estaríamos no solamente violando dos leyes argentinas como son la del primer canje y la del segundo canje. Estaríamos estafando y defraudando a los que apostaron por nosotros, y estaríamos estafando y defraudando a la economía y a las finanzas argentinas, porque les estaríamos sustrayendo sumas que luego nos serían demandadas por el resto y que serían impagables.

Porque lo peor de toda la historia es que, de triunfar esta postura absurda de un 7 por ciento que quiere condicionar a un 93 por ciento –algo que ni siquiera entra en una cuestión lógica, más allá de la economía, más allá de la política, más allá de las finanzas–, si realmente la Argentina tuviera que volver a pagar 170 mil millones de dólares, volvería a quebrar y tampoco podría pagar. Sería como el cuento de la Cándida Eréndira, de Gabriel García Márquez.

En realidad, lo que quieren es que nos sigamos endeudando, porque lo que no le perdonan a la Argentina no es –como algunos dicen– la expropiación de Aguas Argentinas o de YPF. Miren: hay un gran amigo nuestro, Evo Morales, que ha expropiado hasta el pasto y, sin embargo, consigue dinero al 4,4 por ciento anual. ¡El problema es que no hemos vuelto a pedir prestado, que no hemos vuelto a hacer negocios financieros! ¡Ese es el problema! ¡Nos quieren volver a endeudar! 

Hemos ido a contramano de todas y cada una de las cosas que nos decían que teníamos que hacer y nos fue bien. Eso es lo que no nos perdonan, y por eso nos quieren castigar.

Por eso decía que esa audiencia que tuvo lugar hace apenas un día en Nueva York tiene una implicancia que excede a la Argentina, que excede al mundo de las finanzas. También quiero decir, como presidenta de todos los argentinos, que vamos a seguir pagando nuestras obligaciones en dólares tal cual lo venimos haciendo desde 2005; que no vamos a violar ninguna ley argentina, pero tampoco vamos a cometer ninguna defraudación contra el 93 por ciento de los acreedores que creyeron en la República Argentina.  Ofrecemos a esos fondos denominados “buitres” que reciban de la misma manera que reciben quienes hoy están cobrando: con la misma quita y en los mismos plazos. Esto es equidad y esto es justicia. Ahora, si hay un país o una Justicia o un sistema que elige perjudicar a un 93 por ciento para beneficiar a un 7 por ciento y perjudicar las finanzas del mundo y el equilibrio –si se quiere– financiero del mundo, bueno, la verdad es que comenzaría a dudar si puedo tratarla de Justicia o si puede haber un sistema que se denomine de esta manera cuando se toman decisiones de esta naturaleza.

Quería hablar de esto porque es imprescindible hacerlo.

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