agosto 23, 2018
Intervención en la sesión donde se trató el pedido de mi desafuero

 

Hoy estamos tratando una medida, en este caso allanamientos a la vivienda, a la morada de un senador de la Nación, que es inédita. No es cierto lo que se dijo acá de que en 2001 se allanó a un senador con motivo del escándalo de los sobornos. No es cierto. Esta es la primera vez que se va a allanar la vivienda de senadores. Miren, en el año 2001, con motivo del escándalo de corrupción institucional más formidable del que se tenga memoria –a punto tal que motivó la renuncia del entonces vicepresidente de la primera Alianza, Chacho Álvarez, cuando leyó un anónimo en aquella reunión de labor parlamentaria–, el mayor escándalo del que se tenga memoria, ni siquiera en esa oportunidad se allanó la vivienda de ningún senador. Lo que se hizo fue simplemente una inspección. Aquí tengo la inspección al despacho de un senador. Genoud presidía: “Continuamos con el orden previsto en el plan de labor parlamentaria”. El extinto senador Genoud, a quien conocí y de quien fui también colega en este mismo recinto. Y lo único que se hizo en esa oportunidad, donde, ¡se acusaba a los senadores de ambos partidos mayoritarios de haber recibido coimas para aprobar una ley!, lo único que se hizo al despacho del senador Cantarero fue una inspección ocular por parte del juez Liporace. Mire, acá está cómo El Parlamentario de aquella época recordaba el evento: “Liporace visitará [visitará, vi-si-ta-rá] hoy las oficinas de Cantarero”. Casi, casi una reunión social, señora presidenta. Es más, aquí, en un acta del Poder Judicial de la Nación referida a esa causa penal, dice: “Se agregó copia de la resolución dictada con fecha 27 de septiembre del año 2000 por el Honorable Senado de la Nación mediante el cual se autorizaba a este tribunal a constituirse en el despacho del senador Emilio Cantarero para que procedieran a una inspección de visu”. ¡Esto es todo lo que se hizo! No es cierto lo que se dijo hoy aquí para fundamentar esto. Y, además, lo recuerdo muy bien, ¿sabe por qué, señora presidenta? Porque, además, a los que hoy hablan del respeto a la ley, para evitar una crisis institucional que podía presuponer la declaración de un senador ante el quite de los fueros para prestar declaración indagatoria –porque en aquel momento no estaba permitido esto, no se le podía tomar declaración indagatoria a un legislador, el juez tenía que desaforarlo previamente –, ¡¿qué se hizo?! Se modificó la ley de fueros. No solamente no se citó, no se allanó a nadie, sino que, además, ¡modificaron la ley de fueros! ¿Y sabe por qué lo recuerdo? Porque yo en ese momento había dejado ya de ser senadora. Me habían expulsado de ese bloque. O sea, voy a ser la primera senadora allanada, fui la primera presidenta mujer y fui también la primera senadora expulsada del bloque oficialista. Como verá, vocación de hacer cosas inéditas tengo como política. Y me acuerdo muy bien, porque ya era entonces diputada de la Nación. Había renunciado a mi banca, la que me correspondía como senadora hasta 2001 y me había ido a competir por una banca de diputados, para ayudar en ese momento a nuestro partido, que estaba jaqueado. Y en la Cámara de Diputados presenté un proyecto de ley antes de que se produjera este escándalo de las coimas, de la famosa Banelco. Presenté un proyecto de ley donde abordaba el problema de los fueros desde un aspecto jurídico y decía que cualquier legislador podía ser requerido para todas las acciones judiciales por cualquier juez, sin necesidad de ser desaforado. Una cosa… Puntos más, puntos menos, era eso. Me acuerdo entonces que, cuando se produce la discusión, hubo además una solicitud de parte del Ejecutivo de entonces al Parlamento para que modificara la ley de fueros. Recuerdo muy bien cuando un diputado entró diciendo: “Acaban de aprobar en Senado, vamos a tratar urgente esto”. Me acuerdo que como también querían tratar el proyecto que yo había presentado, pedí permiso para abstenerme. ¿Por qué? Porque lo que yo había presentado como un proyecto para dar una respuesta jurídica a un problema de reglamentación de fueros había devenido en un problema político. El problema político profundo es que para obtener la reforma laboral que precarizaba los derechos de los trabajadores habían coimeado a senadores de los dos partidos. Este era el problema político que tenía el país. Nosotros no lo tuvimos en el bloque de diputados, afortunadamente, pese a que la mesa de conducción del bloque de diputados apoyaba el proyecto que había ido del Poder Ejecutivo –algún senador que integraba esa mesa de conducción lo debe recordar–, pero fue precisamente un grupo de diputados, entre los cuales estaba yo y también los diputados de la provincia de Buenos Aires, que nos opusimos tenaz y duramente a aquella ley y por lo tanto en el escándalo quedó involucrado únicamente el Senado. Esta es la historia del mayor escándalo de corrupción institucional. ¿Y por qué corrupción institucional, señora presidenta? Porque le habían pagado a legisladores para que dieran una determinada norma. Este era el gran escándalo. Bien. Dieciocho años después, sentada en este mismo recinto, tengo que decir que también estamos ante un grave problema político. Esto que yo escuchaba acerca de fundamentaciones jurídicas importantes, me hacían recordar, de repente, como que estábamos hablando no en la Ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina, sino en Oslo, capital de Noruega, y entonces estábamos discutiendo acerca de cuestiones que parecen sacadas de un libro de derecho. Pero que en realidad no se dan, señora presidenta. Estamos conviviendo a diario con titulares donde se nos dice que el fiscal Stornelli, que el juez Bonadío, van a amenazar meter presos… Hoy venía para acá y un conocido letrado, apoderado de uno de los empresarios detenidos, decía que están amenazando y les hacen decir cualquier cosa. Y que su defendido, posiblemente dentro de unos días, mienta y acuse a alguno para que lo dejen en libertad. ¿Pero qué? ¿No nos damos cuenta? ¡Somos todos hombres y mujeres grandes! ¿Qué? ¿Me van a decir, mirándome a los ojos, que realmente creen que los que están hablando como arrepentidos, están diciendo en serio la verdad? ¡¿Ustedes creen realmente que la patria contratista y la cartelización de la obra pública empezaron el 25 de mayo de 2003?! ¡¿En serio?! ¿Que se produjo esta reunión, tal cual cuenta un empresario, que dice que lo llamó un ministro y le explicó cómo tenían que hacer, a él, que venía de varias presidencias de la Cámara Argentina de la Construcción, la patria contratista, cómo se cartelizaba la obra pública? ¡¿En serio?! En la República Argentina que preside Mauricio Macri, no Konrad Adenauer. No tenemos de presidente a Konrad Adenauer. Está de presidente Mauricio Macri, ¡el hijo de Franco, el primo hermano de Ángelo Calcaterra, el hermano del alma de Nicky Caputo! ¿Qué? ¡¿Me van a decir en serio?! ¿Y sabe cuándo pude corroborar esto, señora presidenta, en esta causa? Cuando me levanto un día y veo un titular en un diario: “Un empresario confesó que pagó 600.000 dólares por un decreto de Cristina Kirchner”. Pedí el decreto. Pedí el decreto, señora presidenta. El empresario es Gabriel Romero, que no es un empresario K. Gabriel Romero –era chatarrero, creo–, empezó como empresario cuando le vendieron los talleres de EMEPA en Chascomús. No en Calafate ni en Río Gallegos. Ni existíamos nosotros. Ahí empezó su despegue como empresario y, si tiene alguna cercanía, no es con los K ni con una familia presidencial K, en absoluto. Este empresario, siempre a tenor de lo que titulan los diarios, decía que había tenido que pagar 600.000 dólares por un decreto que yo había firmado. Lo pedí. Todos sabemos que la mayoría de los decretos que firmamos los presidentes están dentro de la esfera de las facultades discrecionales que el Poder Ejecutivo tiene y que le asigna la Constitución. Pero este no era el caso.

Estábamos ante un decreto que claramente establecía un método de construcción, de la decisión en la cual el presidente lo único que podía hacer cuando esto culminaba era ratificar lo que había venido a sus manos. Porque antes, antes de sus manos, había pasado por las del procurador de la Nación, que tenía obligación de dictaminar y lo modificó; por la Uniren, que hizo audiencia pública y lo modificó; por la Sindicatura General de la Nación y, por este cuerpo, señora presidenta. El acta-acuerdo que yo ratifiqué como presidenta, además de modificada por la Procuración, por la Uniren, por la audiencia, fue modificada por el dictamen de mayoría de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Actos Delegados. Un dictamen de mayoría; creo que lo firmaba, entre otros senadores y senadoras y diputados y diputadas, el señor presidente actual del bloque de Argentina Federal, senador Miguel Pichetto. Recién después de todas esas firmas y de todas esas aprobaciones llegó a mi despacho. Pero ahí me acordé de otras cosas también. Ahí me acordé de que este decreto, que versaba sobre la renegociación de la hidrovía que mencionaba hoy el senador Pino Solanas –yo había conocido al señor Romero en 2008, cuando asumí como presidenta– tenía un problema esta renegociación del contrato. La empresa sostenía que la AFIP le aplicaba mal la liquidación del IVA. Pedía que hubiera una interpretación que avalara lo que ellos sostenían que debía liquidarse como impuesto. Obviamente, esto significaba en los hechos una condonación de deuda, porque había impuestos devengados porque la AFIP sostenía que había una forma de liquidar el IVA y la empresa sostenía otra. Entonces, le dije al señor Romero que la única manera y la única institución que podía modificar eso era el Parlamento. Es el único organismo constitucional que puede condonar deuda a través de una modificación interpretativa de una forma de liquidar. Y la verdad es que al señor Gabriel Romero deberíamos considerarlo, porque obtuvo algo que a mí nunca me salió: consiguió que el Parlamento argentino, el 10 de diciembre de 2008, por unanimidad –unanimidad–, sancionara una ley de tres artículos, en los cuales se modificaba o se aclaraba cómo debía liquidarse el IVA –el impuesto al valor agregado– en todas las tareas de balizamiento, dragado, etcétera. No pusieron hidrovía porque quedaba mal en la ley. Pero lo cierto es que era una ley de tres artículos para subsanar esa diferencia de interpretación. Y digo que es notable porque a mí, como presidenta, se me había implosionado el bloque oficialista. A partir del conflicto con la 125 algunos diputados y diputadas y algunos senadores y senadoras se habían ido. Estaba en ciernes la conformación de lo que más tarde sería el Grupo A, con lo cual nunca pude conseguir una ley de estas características –tributaria, condonatoria de una gran suma de dinero en materia de impuestos– por unanimidad. Deberíamos considerar a este empresario como un aporte importante a la unidad nacional. Estaban tan preocupados por saltar la grieta… Aparentemente su ductilidad y sus capacidades son mucho mejores que las mías y las nuestras en general, que seguimos votando en forma dividida. Digo esto, señora presidenta, porque a partir de ahí me di cuenta de que en realidad lo que deben haber pedido al empresario para que quede en libertad… Él no fue detenido, fue detenido su segundo. Porque, además, otra cosa: fueron detenidos uno de la tercera línea; en otra empresa, de la primera, etcétera. Cuanto más importante era el empresario o más vínculos tenía con todos los sectores políticos, menos riesgo de ir preso que el resto; ni qué hablar del primo presidencial, que finalmente termina aportando… Porque esta es la otra cuestión también. ¡Qué bárbaro! Empresarios que aportan a los populistas y los de la AUH les aportan a ustedes. Pero es fantástico este país. Estamos al revés, con el espejo invertido. Aunque –claro– nos dimos cuenta de que lo de la AUH era mentira. Porque acá también se habló de paridad. El miembro informante habló de paridad entre los senadores y los legisladores con respecto a los ciudadanos. Por supuesto que tenemos que tener paridad. Pero también debemos tenerla de un partido político y de otro partido político respecto de hechos que algunos quieren acreditar con fotocopias. Pero resulta que acá hay 2.000 ciudadanos argentinos de carne y hueso –no fotocopias–, incluso algunos miembros connotados de la alianza Cambiemos, como el intendente de Mar del Plata, que dicen que lo de los aportes es mentira, que no los hicieron. Entonces, pregunto: ¿de dónde salieron los fondos de dos legisladores que están sentados igual que yo, por la provincia de Buenos Aires? Y no por fotocopias, por testimonios, por auditoría de la Junta Electoral. Acaba de decir la Cámara Electoral Nacional que, además, se detectan también aportes de empleados de empresas que decidieron aportar todos al mismo tiempo y las mismas cantidades; y antes habían recibido por parte de las empresas. Y digo esto, señora presidenta, porque si algo faltaba para consagrar la persecución política y el uso del Poder Judicial como instrumento de persecución política en la Argentina, era esta causa. Mire, tengo seis causas abiertas. Cuatro, de asociación ilícita. Pero fíjese qué curioso. Durante años machacaron que quien habla era socia de un empresario de Santa Cruz y que todo lo que tenía, no tenía o dejaba de tener, era de un empresario de Santa Cruz. O también de otro empresario de medios. Curiosamente, incluso en el expediente de asociación ilícita por obra pública… Porque hay un expediente de asociación ilícita por obra pública ya. Fíjese, sería la cuarta asociación ilícita. Una con exfuncionarios y un empresario de la construcción del Sur. Otra, con el mismo empresario, mis hijos y el otro empresario también del Sur, que eran los empresarios K. Cuando yo pedía auditoría de la obra pública –acabo de presentar un proyecto de auditoría de investigación que espero que también me traten–, solicité en todas las instancias judiciales –primera instancia, cámara de apelación, casación, Corte– que hagan una auditoría de la obra pública. Se negaron. Dijeron que no. Dijeron que era solamente Lázaro Báez y solamente Cristóbal López. Pero fíjese qué cosa curiosa, además: estos dos empresarios no aparecen en las fotocopias. Raro, ¿no? Ercolini me embargó por 10.000 millones de pesos. Al momento del embargo, con un dólar a 15 en ese momento, eran algo así como casi 700 millones de dólares; ¡700 millones de dólares! y no aparecen ni en una línea. ¿Sabe por qué? Tengo la certeza de por qué no aparecen en ninguna línea de esas fotocopias. Porque cuando armaron eso, esos dos empresarios ya estaban presos, no era necesario ponerlos, ya estaban presos. Porque creo que a nadie se le puede escapar la existencia de fotocopias que han sido quemadas, de cuadernos que nadie vio y que quienes lo vieron, además, sabemos quiénes son. Y no digo que no se investigue. Pero reitero: si se quiere investigar, que se haga una auditoría de la obra pública. Reitero: auditoría global de la obra pública. De toda la obra pública, no de la que Iguacel, actual ministro de Energía, eligió: únicamente Vialidad y únicamente en la provincia de Santa Cruz. Hizo una auditoría y también le dio mal. Sin embargo, llevaron adelante todo. Esto es lo que está pasando hoy y ningún señor senador o senadora se puede dar por no enterado: la utilización del Poder Judicial como un instrumento de persecución y ¡proscripción! de dirigentes populares. Les aclaro: más allá de la categoría de juez enemigo del señor Bonadío –él en sí es un instrumento, un títere en definitiva– esto es un modelo regional que podemos estar viendo en Brasil claramente.

El otro día, cuando finalizaba el discurso el señor presidente del bloque de Argentina Federal, hablaba de que todo esto deteriora la política y de que se llegaba así en Brasil a que un militar de derecha, fascista, como Bolsonaro, podía llegar a ser presidente. Se olvidó de un detalle: que el que puede ser presidente y gana en primera y segunda vuelta se llama Inácio Lula da Silva. Y si no puede competir, ganar y ser presidente, ¿sabe por qué es, senador? Porque lo metieron preso porque ganaba las elecciones. ¿Le suena? ¡A mí me suena y mucho!

Presidenta, señores senadores y senadoras: yo he sido invocada por distintos senadores un montón de veces, que la expresidenta esto… Y en este recinto –porque en los programas de televisión cualquiera puede decir cualquier cosa– dijeron que no se atendía a la producción… Yo he soportado todas las críticas y parece ser que no puedo decir una palabra porque todo el mundo se molesta. Ustedes son testigos, señores senadores, compañeros y compañeras peronistas y colegas de las otras bancadas, de cómo se me reprocha: que tal política, que tal otra, que no hay autocrítica, que esto, que lo otro. Basta que yo diga algo para que salten como leche hervida. La verdad, todos son muy democráticos y amplios en tanto y en cuanto la amplitud y la democracia se ejerzan sobre otros y no sobre las propias conductas. Creo sinceramente, señora presidenta, que estamos en un momento –lo decía hoy la senadora Sacnun, de Santa Fe– de lawfare donde… Recién decía un senador, no se puede comparar con la dictadura. Es que ya no es necesario recurrir a los métodos que se vivieron durante la dictadura. En aquellas etapas había que suprimir a los adversarios, sobre todo cuando estos eran indomables e incorregibles. Hubo una generación, señora presidenta, más allá de los errores, más allá de los extremismos, más allá de las terribles equivocaciones, que no se doblaba. Esto es así. Y porque no se doblaban, los desaparecieron a los 30.000. Tan simple y sencillo como eso. Hoy ya no es necesario. Hoy no es necesario andar matando dirigentes, desapareciendo gente, porque hay otra forma de desaparición, que es la eliminación mediática. Es lo que señalaba muy bien recién el senador Rodríguez Saá cuando decía el tormento de la exhibición permanente de la foto que ven tus hijos, tus vecinos, tus amigos, tus parientes. Cuando por ahí un senador o una senadora se equivoca, aun cuando tenga posturas que yo no comparto, lo toman y entonces le dan, le dan, le dan, le dan veinte y lo mortifican y le dicen: “Mira el estúpido o la estúpida esta lo que dijo”, y dale y dale y dale. Eso también es una forma de presión sobre los legisladores y las legisladoras. Hoy no es necesario recurrir… Pero, a ver, no estoy explicando ni contando nada que ninguno de ustedes no sepa.

Hoy la presión se da de otro modo. Y yo creo que esta instrumentación del Poder Judicial que se da aquí en la Argentina, que se da en Brasil, que se da en Ecuador es una estrategia regional. No tengo ninguna duda. Y creo que quienes estamos sentados en estas bancas, con mayores o menores diferencias, también lo sabemos. Pero por qué es necesario esto. ¿Por qué hay que suprimir? Porque alguien dijo que esto le puede pasar a cualquiera. ¡Error! ¡Error! ¡Estas cosas no le pasan a cualquiera! ¡Si los cualquiera votan lo que quiere el poder, si los cualquieras o “cualquieros”–cualquieras o “cualquieros”– levantan la manito para reforma previsional, para pacto fiscal, para lo que necesite el poder de turno, no le pasa nada a nadie! ¡Es mentira! ¡Estas persecuciones les pasan a los que con errores y con aciertos creemos en algo y defendemos ese algo! ¡Y yo creo en lo que hice como presidenta de los argentinos! ¡Creo en la redistribución del ingreso! ¡Creo en el empoderamiento de los derechos! ¡Creo en las universidades públicas! ¡Creo en la ciencia y la tecnología! ¡Creo en todas y cada de esas cosas! ¡Creo en el desendeudamiento como un instrumento de autonomía en la toma de decisiones de un país! ¡Sí, creo en esas cosas! ¡No me van a hacer arrepentir! ¡Si creen que con los Bonadío, con los desafueros, me voy arrepentir, no! ¡No me arrepiento de nada de lo que hice! ¡En todo caso, me arrepiento de no haber sido lo suficientemente inteligente o amplia para convencer y persuadir de que lo que estábamos haciendo, con errores o con aciertos, había mejorado la vida de millones de argentinos y había mejorado la posición de la República Argentina! Mire, presidenta: cuando terminé mi mandato el dólar estaba a 9,60, si mal no recuerdo. Cuando fui a dar mi primera declaración indagatoria con Bonadío por dólar futuro… Y permítame una digresión con esto de dólar futuro. Estamos a punto de ir a juicio oral por dólar futuro quien habla, mi exministro de Economía Axel Kicillof, el expresidente del Banco Central, Enrique Vanoli, y todo el directorio de ese entonces del banco. Por dólar futuro, que no perdimos plata, porque la diferencia de los 55.000 millones se produce cuando ustedes devalúan. ¡Ustedes devaluaron! ¡Ustedes decidieron el precio de los contratos a futuro el 13 de diciembre! ¡Mario Quintana, domingo 13 de diciembre, en la Casa de Gobierno, con el titular del ROFEX, en una negociación absolutamente incompatible con la función pública, porque además el señor Quintana y Caputo habían celebrado contratos a futuro! ¡Contratos a futuro por los que fui denunciada por el senador Pinedo y el diputado Negri! Nos denunciaban que nosotros estábamos haciendo contratos de dólar a futuro para que los amigos nuestros se llenaran de plata. Cayó en Bonadío. Bonadío allanó en plena campaña electoral y en plena ronda cambiaria el Banco Central. Resulta ser que no hubo un solo funcionario de mi gobierno ni allegados ni conocidos que hubieran celebrado contrato a futuro. ¡Los que habían celebrado contrato a futuro eran ustedes y los que vamos a juicio oral somos nosotros! No voy a entrar en las LEBAC, no voy a entrar en los BOTE. En los BOTE van a entrar, me parece, en algún momento todo el mundo, si seguimos como estamos. Pero no voy a entrar en esas cosas. No voy a entrar en la quema de reservas… No, quema no, porque quema en realidad sería que se quemara y no se lo llevara nadie… En la entrega de reservas vergonzosa y delictiva que hicieron para mantener el tipo de cambio y pudieran retirar el J. P. Morgan y otros grandes fondos de inversión, que además habían tenido como empleados a los actuales funcionarios. ¡Es un escándalo! ¡Es un escándalo y ustedes lo saben! ¡Y los procesados somos nosotros y los que luchan contra la corrupción son ustedes! ¡Pero por favor! ¡¿Nos tomaron a todos de estúpidos o de estúpidas?! Cuando fui a declarar, decía, en ese momento en la indagatoria del 13 de abril de 2016 el dólar estaba ya a 14,60 creo…, 14,60…, 14,60. Voy por la sexta declaración indagatoria y el dólar ya va a 31 pesos. ¡¿Ustedes creen que van a solucionar o tapar el sol con la mano a partir de como dijo algún ministro, reputado periodista –que no es K precisamente–: “Bueno, si no hay pan, que haya circo”?! Esta es la otra gran maniobra del lawfare. Al mismo tiempo que sirve para perseguir y proscribir, sirve para distraer. Distracción, que debo decirles que cada vez les da menor resultado porque cuando a la gente le empiezan a llegar las facturas que les están llegando de luz, gas, cuando no les alcanza para comer, la verdad que las tapas de Clarín son buenas, pero, ¿sabe qué?, en el café con leche o en el mate cocido no sirven; ahí hay que poner pan o galletitas. Tampoco sirven para hacer guiso los zocaleros ni los diarios, mucho menos para triturar el diario y ponerlo en la nafta, que hoy está a precio dólar. Entonces, hoy, en esta Argentina, en la que seguramente había problemas en 2015… No hay un país sin problemas, pero el endeudamiento estructural no era uno de ellos; al contrario, fue la gran virtud de nuestro gobierno: desendeudar al país. Tanto lo desendeudamos que ustedes pudieron contraer una deuda superior, muy superior, en dos años y medio a la que contrajo la dictadura militar durante todo su gobierno. Es increíble lo que han hecho. Han endeudado en más de 100.000 millones de dólares el país. ¿Dónde están, señora presidenta, los 100.000 millones de dólares? No están en las universidades, no están en los colegios. Hoy acaba de volar una directora y un portero en un colegio de la provincia de Buenos Aires. ¿Dónde están los más de 100.000 millones de dólares que recibimos de préstamo? Se dice que nuevamente van a negociar otra ampliación de préstamo con el Fondo Monetario Internacional. Este método de distracción me parece que debería ser revisado. Porque, miren… Y a los que creen, además, que yo soy un obstáculo… Yo no soy el problema de este gobierno. El principal problema que tiene este gobierno son ustedes mismos y sus políticas espantosas. ¡Es-pan-to-sas sus políticas! No soy yo. Tampoco soy el problema que algunos hombres de mi partido, porque tampoco puedo ignorar que junto a todo esto hay intenso fuego amigo, creen que yo soy el obstáculo para llegar no sé a dónde. Miren, quiero ser sincera: si mañana o en este mismo momento un rayo me partiera y de mí solo quedaran esparcidas las cenizas, hay algunos que no llegarían igual nunca por el voto popular a presidente. Lo lamento, pero no soy yo el problema, señora presidenta. Y además también está claro que lo que ustedes repetían y que otros repetían como un mantra: “A nosotros nos conviene que sea ella la candidata a presidenta, porque si es la candidata a presidenta seguro que Mauricio gana seguro”, bueno, parece que a alguno se le quemaron los papeles y entonces la caballería judicial arremete con fuerza. Mire, la historia de la Argentina demuestra que pueden encarcelar gente, que pueden meter presos a todos los opositores y también a mí, pero, ¿usted cree que realmente la Argentina va a ser más gobernable? ¿En serio? Yo me atrevo a decir que no es así; que, al contrario, deberían comenzar a intentan rever políticas en lugar de insistir en este tipo de cosas. Y en cuanto a lo que se ha presentado como que yo planteo condicionamientos al juez, ¿a ustedes les parece, después de haberme escuchado en todas las radios y en la televisión de la República Argentina, de haberse reproducido mis diálogos privados con otro de los miembros de la asociación ilícita, a la sazón presidente del Instituto Patria, Oscar Parrilli, donde me anunciaban casi con marquesinas conversaciones privadas que habían sido grabadas por escuchas judiciales que dependen de la Corte…? ¿Escucharon a algún miembro de la Corte, de los que hablaban durante mi gobierno del derecho de las instituciones y la transparencia…? ¿A alguien se le movió un pelo al ver que las conversaciones privadas de una expresidenta de la Nación son difundidas? ¿Les parece en serio que no tengo derecho a desconfiar? Hoy mismo subí a mi web un videíto que andaba circulando por la red respecto del allanamiento de una inmobiliaria en Río Gallegos. Tres allanamientos sufrió la inmobiliaria de Río Gallegos: 2015, 2016 y 2017, todos de Bonadío, y ahora presentaban una imagen de la inmobiliaria desocupada. ¿Sabe qué recuperamos? Recuperaron la imagen inicial, la que había salido en 2015 editada por Perfil, donde estaba la inmobiliaria con sus capetas, o sea, la inmobiliaria ocupada, de cuando fue el primer allanamiento. Esto es la manipulación descarada de la Justicia, de las filmaciones y de los registros. Pero, además, señora presidenta, también he sido objeto de vigilancia por parte de personal de la AFI. ¿Alguien imagina lo que hubiera pasado si nos hubieran encontrado a nosotros con personal de la AFI o de la ex-SIDE monitoreando en la Fundación Pensar –o en la suya misma, SUMA– a ver qué es lo hacían, quién salía y quién entraba? Esto está pasando en la República Argentina. Por lo tanto, no hablemos como si estuviéramos en Oslo. No estamos en Oslo, estamos en un país en donde en los diarios sale escrito en letra de molde que el presidente se reunió con Angelici, Stornelli y Calcaterra para ver cómo iba a declarar y ahí apareció la declaración de los aportes de campaña, que de esta manera exculpaba a los empresarios. Empresarios que se presentan como víctimas.

En el blanqueo que ustedes sancionaron estos empresarios blanquearon sumas millonarias. Charlaba ayer con la senadora por Mendoza Fernández Sagasti que durante mi gobierno la empresa Pescarmona entró en proceso de quiebra. ¿Sabe lo que hacía el Estado argentino? Le pagaba Repro para que no despidiera trabajadores. Y ahora nos enteramos de que el señor Pescarmona es uno de los que blanqueó en el blanqueo de ustedes más de 100 millones de pesos o de dólares o de no sé qué cosa. ¡Esto es lo que está pasando! ¡Deberían caer todos los blanqueos y debería caer el secreto fiscal! Esto es lo que está pasando. ¿Víctimas? ¿En serio? ¿En serio creemos esto? Entonces, señora presidenta, yo digo que hay una manipulación descarada, humillante, grosera, de hostigamiento permanente hacia mi persona y la verdad es que si creen que con esto van a hacer que cambie mis ideas o que vote lo que ustedes quieran o que me calle la boca y…, no. Y no porque, mire, mal o bien, pertenezco a una generación que creció con el miedo de que los fueran a buscar para torturarlos, violarlos, desaparecerlos o tirarlos al mar; así que, en realidad, si bien el hostigamiento y la humillación son feos, si bien no es lindo escuchar su voz en una conversación privada en un programa de televisión o escuchar cómo la vecina del piso de arriba sale por un programa recorriendo el departamento y diciendo cómo sería mi departamento… Así estamos en la República Argentina. ¿En serio que piensan que viven en un país normal? ¿En serio que piensan todos ustedes que viven en un país normal? ¡Por Dios! Yo nunca he visto una cosa igual. Mire, yo fui muy opositora al menemismo, muy –de hecho me echaron del bloque–, pero la verdad es que, al lado de lo que se está viviendo ahora, por Dios, llamen a ese estadista otra vez. ¡Por Dios! Es terrible lo que está pasando en la República Argentina. Entonces, me parece que cuando digo y pido a mis colegas –ya redondeo señora presidenta– que no haya registros fílmicos es porque sé que después invariablemente salen en todos los medios y en todos los programas de televisión, porque ha sido una conducta constante; entonces tengo derecho, me parece, a querer resguardar esto. Y había pedido también la presencia de senadores porque, fíjese qué curioso: cuando se produjo la inspección ocular al despacho de Cantarero, el entonces senador Alberto Rodríguez Saá, hermano del actual senador, dijo: “Señor presidente: estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho el señor presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales. Me parece que no tomamos la previsión de agregarle a la resolución que tiene que haber algún senador presente cuando venga el señor juez a los fines de tener una cordialidad con el Poder Judicial y con los señores senadores que están en la causa. Es lo que corresponde para el buen procedimiento”. Fíjese: hasta para una inspección ocular a un despacho de esta casa se proponía, y se aceptaba, que un senador pudiera estar presente como un procedimiento de garantía. Pero, bueno, la verdad es que ustedes consideran que el doctor Bonadío es un juez imparcial: seis causas, y cinco fueron iniciadas e impulsadas por él. Casi tiene fuero de atracción sobre Kirchner, o sea, así como hay fueros de atracción… Es un juez universal con un fuero de atracción: cuando aparece algo que es Kirchner, “pin”, como hacen en la quiebra o en la sucesión, donde finalmente el juez termina atrayendo todo. Señora presidenta, señores legisladores, señoras legisladoras: somos todos grandes. Yo creo que es lícito que haya gente que no me quiera –yo tampoco quiero a algunos–, es lícito que haya gente que piense mal, que no me quiera, ahora lo que no es lícito es que realmente quiera hacerse aparecer como que estamos ante un sistema justo, transparente y con jueces imparciales. Reitero: la paridad –y ya termino– a la que hacía mención hoy el señor miembro informante debe realizarse con todos nosotros; con usted misma, señora presidenta. A usted le fueron encontrados en su casa bolsos con dinero. ¿Le allanaron su casa? Nadie le allanó su casa. Su empleada había dicho, por ejemplo, que se recibían siempre o se veían esos… Bueno, le digo, señora presidenta, que esto pasó y hubo una causa judicial. Por otra causa judicial similar la ministra Miceli renunció, fue juzgada y separada del cargo. Hoy lo menciona un dirigente social en un interesante artículo sobre la doble vara. Y este es el principal problema que tenemos, señora presidenta. ¿Cómo vamos a creer, si cuando es alguien de Cambiemos cambian el fiscal para que no moleste o piden el expediente de un desafuero que, si es alguien del Frente para la Victoria, se tramita en una semana? ¡En una semana se tramita si es del Frente para la Victoria! Si es de Cambiemos… Fue confirmado por casación el pedido de desafuero. ¡Por casación! ¡Ya nada falta! Sin embargo, hace meses y el desafuero no se trata. Así que, señora presidenta, esto de la paridad no es cierto. No es cierto esto de la igualdad. No es cierto esto de la transparencia. Todo tiene que ver con todo. Si es de oficialista de Cambiemos o vota lo que quiere Cambiemos, no tiene problemas. Si no, sí hay problemas. Este es todo el problema que tenemos hoy, nada más y nada menos. Para finalizar, cuando uno ve que hemos discutido durante todo un día y nadie dice nada del Fondo Federal Sojero, de la eliminación de los reintegros a las exportaciones de las economías regionales, de las escandalosas tarifas, bueno, creo, sinceramente, que, además de paridad, deberíamos intentar solucionarle la vida a la gente o intentar hacérsela un poquito más fácil de lo que la está teniendo. La gente está teniendo la vida muy difícil y nosotros, legisladores y legisladoras, oficialistas y opositores, no estamos haciendo absolutamente nada, nada, para mejorarle la vida a la gente. Muchas gracias, señora presidenta.

 

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septiembre 16, 2018

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