Señor gobernador de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; señores gobernadores de las provincias de Chubut y Santa Cruz; señor presidente provisional del Honorable Senado de la Nación; señor intendente municipal de Ushuaia; señor presidente del Centro de Ex combatientes de Malvinas en Ushuaia; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señor jefe del Estado Mayor Conjunto; señores jefes de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas; señores veteranos de guerra; familiares de caídos en Malvinas; señores; señoras; hermanos y hermanas de esta amada provincia de Tierra del Fuego: es un día que creo que trasciende largamente el marco de esta querida provincia de Tierra del Fuego. La magnitud de lo que significó y significa el 2 de abril para los argentinos, y obviamente para los hombres y las mujeres del sur, es el basamento claro para definir las perspectivas de una Argentina distinta y sin hipocresías.
Hermanos y hermanas, combatientes de Tierra del Fuego presentes aquí: la lucha del 2 de abril no significó, como algunos quieren decir, la decisión loca, atolondrada o suicida de algún general de la Nación, más allá de lo que podría significar. Bajo ningún aspecto se puede emparentar la lucha de los combatientes de Malvinas, de los oficiales dignos de nuestras tres Fuerzas Armadas que combatieron en Malvinas, con aquellos que miraron con la nuca al pueblo argentino y cometieron atropellos.
Por eso en primer lugar quería estar como presidente de la Nación aquí el 2 de abril para definir y asumir con claridad la adhesión a la conducta, a la defensa de la Soberanía Nacional, a la dignidad, a la calidad de héroes y mártires nacionales que deben ser honrados sin excusas en todo el ámbito de nuestra Patria. No se puede confundir lo que significó esa lucha con la coyuntura o con las cuestiones mundanas de la política cotidiana.
También, bien lo dijo el señor presidente de ex combatientes de Malvinas, los valores, señores sus valores, lo que significó aquello son los valores centrales que los argentinos tenemos que sustentar para construir el país que nos merecemos. No se va a construir una nueva Argentina con meros discursos o con simples actitudes de voluntarismo, no hay voluntarismo posible que pueda reconstruir nuestro país, se va a hacer con valores, con conductas. Cuando tengamos en cada momento que resolver nuestros problemas y nuestros compromisos externos, tienen que estar en claro los valores nacionales, los valores de argentinidad, los valores de los que viven en esta tierra, de los excluidos, de los que quieren volver a soñar con un país distinto.
Cuando hablamos de la construcción de una Argentina que pueda salir de ese segundo escalón del infierno en el que todavía nos encontramos, también para resolver el manejo de la riqueza nacional esos valores son sustanciales. ¿O queda alguna duda de las presiones que me veo y nos vemos sometidos permanentemente, ya sea por determinados lobbies o grupos monopólicos en el país? No nos engañemos más argentinos, las cosas que nos pasan también tienen intereses concretos, tienen que ver con la Argentina de la injusticia que quiere seguir persistiendo a costa de cualquier metodología o acción, y cuando hay argentinos que nos animamos a levantar la voz y a marcar otro rumbo esos intereses se vuelven a mover.
Por eso es muy importante que estemos en claro. Cuando discutimos la crisis energética, somos casi el único país del mundo que no maneja su ecuación energética por aquella teoría iluminada de que el Estado iba a funcionar mejor regalando la producción y el trabajo Nacional. Hoy estamos sufriendo no poder manejar aquellos elementos y tenemos que dar una lucha desigual. Esos valores son los que significan también este 2 de abril.
Por eso a todos los argentinos desde aquí, con el significado que tiene el 2 de abril, quiero decirles que no vamos a hacer otro país si no asumimos la realidad clara y concreta. A la Argentina no la va a salvar un superman, terminemos con el fundamentalismo y el mesianismo. No hay posibilidad de que un solo hombre o un grupo de hombres pueda potenciar la Argentina distinta, tampoco la va a salvar el acuerdo pactista de las corporaciones sino solamente la construcción colectiva, plural y el consenso de todo el pueblo argentino sin distinción de clases sociales, construyendo una Argentina que nos contenga a todos.
Ya les dije a ustedes que iba a gobernar en nombre de las convicciones que tenía y no me voy a mover de esas convicciones. Quiero que cuando ustedes miren al presidente de la Nación sepan que las está respetando cabalmente y que no va a buscar ningún atajo ni ninguna coyuntura para adecuarse a determinada circunstancia política, porque con las convicciones vamos a poder construir un país distinto y que nos contenga a todos; con el coyunturalismo o el oportunismo político lo único que vamos a traer es más desencanto para la Argentina.
Tampoco me van a encontrar diciendo o vendiendo que somos capaces de construir un país como el de “Alicia en el país de las maravillas”, pero sí estoy seguro de que vamos a poder construir y estamos construyendo una Argentina distinta, una Argentina con grandes posibilidades de seguir subiendo escalones para dar las respuestas que hemos encontrado durante todo este tiempo.
Por eso, queridos combatientes de Malvinas, señores oficiales de las distintas fuerzas, a todos aquellos que han combatido con dignidad, aquellos que se brindaron al pueblo argentino, quiero decirles que hoy sostenemos los valores que nos guiaron en aquel momento, que muchos de nosotros los vivimos muy de cerca. Muchos de nosotros compartíamos la angustia de los propios compañeros cuando nuestros pilotos no llegaban de las misiones patrióticas; cuando compartíamos la llegada de familiares con el llanto en la mano por el familiar perdido, la esposa, el hijo, el hermano; cuando nos abrazábamos en el llanto y la desesperación por las cosas que nos pasaban; cuando veíamos los ojos de esos patriotas que marchaban sin mirar qué quedaba atrás, pensando en el resto de los argentinos. Por eso yo quería estar este 2 de abril en Ushuaia diciéndole a toda la Argentina que estos héroes, estos mártires nacionales merecen un reconocimiento profundo, eterno, no solamente en su acción sino también en sus valores. (Aplausos)
Muchísimas gracias por haber compartido este acto, las Malvinas serán argentinas. Por el diálogo, por la paz, pero con la firmeza de que obtener la soberanía de las islas Malvinas no será una cuestión de supuestas acciones que se hicieron en el pasado, creyendo que renunciando a nuestros valores podremos recuperar las Malvinas; no señores, no hay nada de la nacionalidad que se pueda recuperar de rodillas, se recupera por la paz, con amor pero con dignidad, defendiendo los valores y la integración nacional de nuestra tierra.
Muchas gracias, señores combatientes, muchas gracias señores oficiales, muchas gracias pueblo de Ushuaia. ¡Las Malvinas son y serán argentinas! Muchísimas gracias.