septiembre 22, 2013
Cristina Kirchner en la TV Pública, domingo 22 de septiembre
Yo creo que los poderes fácticos o los poderes corporativos han suplantado lo que durante mucho tiempo en América del Sur, en América latina fueron los golpes de Estado, en algunos casos por medios de comunicación y por ciertos sectores de la Justicia.

 

Desde Otro Lugar, ciclo de entrevistas a Cristina Fernández de Kirchner en la TV Pública los Domingos a las 20.15 hs. 22 de septiembre de 2013.

 

PERIODISTA: ¿Qué cree que le diría a usted esa piba de 20 años que corría en zapatillas por los bosques de Ezeiza?

PRESIDENTA.– Ay, qué me diría: bueno, lo hiciste finalmente.

PERIODISTA.- Nunca se pregunta cómo llegué hasta acá o qué hago acá.

PRESIDENTA.- Qué hago acá a veces sí me pregunto. Debo decir qué hago acá…cómo llegué hasta acá es un poco más complejo. Cómo llegamos porque yo no llegué sola, nadie llega sola a ninguna parte, por lo menos en el proyecto político que uno tiene. Una siempre llega acompañada de una historia y de gente y de compañeros y de movimientos y de circunstancias históricas, nunca llegás sola, quién llega sola. Los que llegan solos, les va mal normalmente. No, no llegué sola, llegué empujada por la historia, por mi propia voluntad también, obviamente nadie llega…A ver, nadie te pone una 45 en la cabeza para ser presidenta. Formé parte de un proyecto…

 

 

Mirá, a mí me tocó, por ejemplo, para que se entienda más claramente, por ejemplo, fui electa senadora nacional en 1995. Yo tenía mandato hasta el año 2001 y en el año 1997, 2 años después de ser electa, decidí renunciar a la senaduría, algo que…para ser diputada provincial en el 97. ¿Por qué? Porque en ese momento venía muy fuerte la Alianza, muy, muy fuerte, y se requería que yo encabezara la lista de diputados provinciales en Santa Cruz para asegurar el triunfo de la lista. Y mientras el peronismo perdía en casi todo el país, en mi provincia ganamos por el 60 por ciento de los votos contra el 30 por ciento de la Alianza, los doblamos en votos. Y yo renuncié a la senaduría, que era como en ese momento…El Senado siempre tuvo un aura, digamos, de Palacio de Buckingham y la Cámara de Diputados algo así como un lugar, digamos, de los Comunes, con la Cámara de los Comunes. Yo me acuerdo una anécdota increíble: vos entrabas, no sé si todavía sigue siendo igual, pero en aquella época vos entrabas a la Cámara de Senadores y los empleados se paraban y decían: «Buenas tardes, senadora, buenos días senadora». A mí me impresionaba un poquito eso.

Te voy a contar una anécdota: un día llego a la Cámara de Senadores por la puerta donde es exclusiva de ingreso de los senadores y llega antes que yo otra senadora de mi propio bloque, no voy a decir quién, no importa, ya no está creo, creo que falleció. Bueno, llega y se pone en la puerta giratoria, ¿viste la entrada de Senadores?, y se para frente a la puerta y no empujaba la puerta y yo que estoy atrás le digo: «Dale, che, empujá la puerta que así pasamos». Me mira así por arriba del hombro, golpea con los nudillos el vidrio y el empleado se corre y le corre la puerta giratoria. Y después de ahí, voy a Diputados y cuando entraba al Anexo, yo tenía una oficina pequeñita, tenía un despacho muy lindo en Senadores pasé a una oficina muy pequeñita en el Anexo de Diputados, y cuando entraba el que estaba en la puerta, el que controlaba el ingreso, me decía: «Entra la 100», porque eran con número los diputados. Hasta que un día no me aguanté más y le dije: «Mire, por favor, o se calla la boca o me dice con mi nombre porque yo no soy ningún preso». Así que, bueno, para que te dés una idea. Pero vuelvo al tema: y bueno, y decidí renunciar a la senaduría porque era importante para el proyecto que ganáramos y ganáramos muy bien en la provincia, como realmente lo hicimos. Así que, eso de cómo llegaste, se van encadenando circunstancias y necesidades, no de una persona, sino de un proyecto. Yo siempre he respondido eso: las necesidades de un proyecto. Si tengo que ir atrás, voy a tras, si tengo que ir adelante, voy adelante y si no tengo que ir, no voy.

PERIODISTA.- Muchas de las repercusiones de esta semana, a mí me dio la impresión de que muchos por no comprender las definiciones políticas e históricas que daba usted, me parece que no terminaron de ver qué era lo que estaba ocurriendo en serio. Porque la definición sobre Ezeiza, la definición sobre el Perón del 73, la definición sobre qué es el kirchnerismo, me parece que eran definiciones que van a perdurar más allá de la historia comunicativa.

PRESIDENTA.- Bueno, esa frase de Jorge Luis Borges, que solía escribir, vos sabés que Jorge Luis Borges era muy crítico del periodismo, creo que debe…es el lado oculto, que ocultan de Borges, de Jorge Luis Borges, era un severísimo crítico del periodismo porque sé que era lo momentáneo, lo circunstancial, lo coyuntural, el día a día, lo que pasa hoy, que es muy característico del periodismo contemporáneo, el día a día, la no perspectiva, la no visión geopolítica. Mirá las cosas que pasaron. Yo pensaba todo lo que pasó en la semana entre que hicimos el reportaje y ahora geopolíticamente. En una semana estuvimos al borde de que Estados Unidos bombardeara Siria y, finalmente, hubo un principio de acuerdo para aplicar entre Rusia y Estados Unidos una solución al problema sirio, que todavía está ahí viendo cómo se trata, Consejo de Seguridad. Pero, por lo pronto, se conjuró eso que nos aterrorizaba a todos y que era que se desencadenara un conflicto que, bueno, que no se sabía…sí se sabía dónde empezaba pero no dónde y cómo terminaba.

PERIODISTA.- Usted viaja a Nueva York y ahí en Nueva York está pendiente el fallo de la Corte Suprema.

PRESIDENTA.- Si tendría que dar un título para esta próxima ONU te dría «entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra». Va a ser una ONU así, entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra. Yo ya di un mensaje al país, que era mi obligación como Presidenta, mandé un proyecto de Ley al Congreso de la Nación que fue aprobado, que abrió el canje, reabrió el canje por tercera vez, dejó en manos del Parlamento la clausura de ese canje y, bueno, y comuniqué al mundo las decisiones que el país va a adoptar, porque lo que no vamos a permitir es que no nos dejen pagar, es lo único que no podemos permitir, que no nos dejen pagar. Parece casi una paradoja, que el deudor pida que lo dejen pagar. Pero así está el mundo. Y yo espero que, bueno, que haya cordura como parece ser que la hay en Siria.

PERIODISTA.– Ya que hablamos de fallo, quiero preguntarle sobre un fallo que es fundamental en la Argentina que para mí es la Ley de Medios. ¿Cómo analiza esa lentitud de la Justicia en los últimos 4 años?

PRESIDENTA.– Yo creo que es una deuda con la democracia porque es una Ley…No conozco otra ley, mirá que fui legisladora desde el 95 –nacional- hasta el 2007 que asumí como Presidenta. En mi vida vi una ley más discutida, más debatida, con mayor grado de participación, una ley anotada…Para los que no son abogados, anotar significa una ley con comentarios. Solamente el Código Civil de Vélez Sarsfield fue un código con anotaciones…Con un grado de participación federal y además, sustituyendo a una ley de la dictadura y, además, una ley que al lado de otras leyes, en materia de medios, es mucho más laxa.

Por ejemplo, en Estados Unidos, si vos tenés un medio escrito, por ejemplo, la familia dueña del Washington Post o la familia del New York Times, no puede tener un medio ni oral ni televisivo. O sea, es un modelo muy democrático y bastante más laxo que el que rige en muchas partes del mundo y, sin embargo, va a cumplir 4 años. Vos sabés que Florencia, mi hija, me decía…porque hace poquito cumplió 23 años y me decía, estábamos charlando en la cena de cumpleaños y me decía: «Mami, ¿vos te diste cuenta que cuando se sancionó la Ley yo tenía 19 años y ahora voy a cumplir 23?» Y en esas pequeñas anécdotas domésticas, familiares, vos te das cuenta de la enormidad…Yo nunca vi una cosa así en la República Argentina, pero no desde el 95 a la fecha, nunca vi que se detuviera una ley de esta manera. Es más, conozco privatizaciones que directamente hicieron per saltum y fueron a la Corte, no a esta Corte, pero en otros tiempos, altri tempi y nunca fueron objetadas. Y cosas como que un diario deba 300 millones de pesos de impuestos y no se les pueda cobrar desde hace 5, 6, 7, 8, 9 años. Que una sociedad ocupe un predio público que compró a un precio espurio que tampoco pagó y que no se lo pueda desalojar a través de cautelares. Entonces, esto en lo que hace al funcionamiento, en la gestión y en la equidad también. Porque me digo: ¿cómo se siente un ciudadano que es desalojado porque no tuvo plata para pagar el alquiler? Obviamente, si no pagás el alquiler te van a desalojar, no estoy defendiendo a eso. Pero, ¿cómo se siente un ciudadano que fue desalojado porque no pudo pagar el alquiler porque no le alcanzó la plata y se entera que la Sociedad Rural, tiene un predio que es millonario, que obtiene además pingües negocios porque lo alquila y demás, que era del Estado, o sea que era de todos los argentinos, que no se lo pagó al Estado, que le fijaron un precio vil, porque así lo dijo un juez de la Nación inclusive, y todo sigue igual? Entonces, eso en lo superestructural.

Y después en lo pequeño también la Justicia. Yo lo dije varias veces, que no le gustó a algunos amigos míos garantistas, el tema de la puerta giratoria; lo dice Berni, el secretario de Seguridad, que detienen gente en delito in fraganti, con tenencia de armas de guerra y, bueno, entran por una puerta y salen por la otra. El otro día, alguien me alcanzaba en la provincia de Buenos Aires una estadística de 4.000 y pico de personas detenidas en intento de robo con armas de guerra y de las 4.000 o 5.000, 4.000 fueron excarceladas y me dieron un caso espeluznante. El caso de un ciudadano que había sido tomado in fraganti en un delito en un intento de robo con un arma 9 milímetros, le tomaron indagatoria, suponte el 9 de mayo, salió en libertad después de la indagatoria y el 15 de mayo, 5 días después, se tiroteó con la Policía en un asalto a una panadería y mató a un oficial de la Policía. Entonces, el tema de la democratización de la Justicia, que puede sonar como un título que es de politólogos o de políticos, es una cosa que atraviesa transversalmente toda la sociedad. Y creo que tiene que ver también con el tema de seguridad y creo que tiene que ver...Y yo lo he dicho, lo he dicho muy claramente: no va a haber mejor seguridad si no hay mejor Justicia. Entonces uno ve la Justicia en todo su despliegue, no solamente lo que puede conmover como puede conmover a un periodista o a determinados grupos sociales que participaron activamente en el tema de la Ley de Medios, sino también al ciudadano común. Yo creo que los poderes fácticos o los poderes corporativos han suplantado lo que durante mucho tiempo en América del Sur, en América latina fueron los golpes de Estado por el tema, no aquí en todos los casos, pero en algunos casos por medios de comunicación y por ciertos sectores de la Justicia. Sí, sin lugar a dudas. Y más allá que esto me valga discusiones y debates, pero la verdad tengo que decir lo que pienso porque sino sería una falsa y la verdad que no.

PERIODISTA.– O sea, el modelo del golpe económico de los 80 para América latina, estaría suplantado ahora por golpes de conjunción entre la estructura institucional de los Poderes Judiciales más el acompañamiento de los grandes medios de comunicación.

PRESIDENTA.- Es al revés: son los medios actuando sobre el Poder Judicial. Bueno, creo que el otro día un diario sostuvo que Perón se había caído por sus errores y no por las balas. Era a raíz de una expresión mía en Berazategui que no hice más que repetir una fantástica frase del Intendente de Berazategui, el doctor Patricio Mussi, y Patricio dijo «balas de tinta». Él fue el de la metáfora, él dijo que en la época de Perón, eran balas de plomo y ahora eran balas de tinta. Y como me tocó hacer uso de la palabra a mí, la verdad que me gustó y lo dije. Bueno, me valió una editorial de La Nación diciendo que, en realidad, Perón no había caído por ningún golpe militar ni por las balas, que había caído por sus propios errores. Había habido 300 muertos. El primer bombardeo a la Plaza de Mayo, había habido…no se sabe todavía la cantidad de muertos exacta que hubo, pero ver esos cuerpos destrozados y los aviones navales después que se refugiaron en Montevideo, bombardeando la Plaza de civiles. O después, yo me acuerdo, que era muy chiquitita y mi abuelo, que trabajaba en la Aduana de Río Santiago, cuando viene el golpe del 55 y el almirante Rojas amenaza desde Río Santiago bombardear los tanques de petróleo de YPF, de la destilería de La Plata,…Eso fue lo que a Perón lo movilizó que no quería derramamiento de sangre, lo que le valió la crítica de algunos compañeros del movimiento que dicen que Perón evitó en ese momento el derramamiento de sangre pero que después hubo mucho más derramamiento de sangre y se perdió…Pero, claro, evaluar a los personajes y a los hombres y mujeres que tuvieron que decir historia 20 años después, me parece una verdadera injusticia sinceramente. Me parece que los hombres y las mujeres desde Manuel Belgrano para adelante, tienen que ser evaluados exactamente en el contexto histórico que les tocó vivir y con el contexto en donde tenían que tomar las decisiones. Yo creo que Perón estaba muy abrumado por muchas cosas, es mi impresión.

PERIODISTA.– Usted dijo una vez que su preferido era Belgrano.

PRESIDENTA.– Sí, lo amo, yo hubiera sido su mujer, hubiera tratado de seducirlo en aquella época.

PERIODISTA.- Igual Belgrano era muy mujeriego.

PRESIDENTA.- Era muy mujeriego, sí, ya sé.

PERIODISTA.– Las dejaba rápido.

PRESIDENTA.– No sé si me hubiera dejado a mí.

PERIODISTA.- ¿Por qué Belgrano?

PRESIDENTA.– No sé si me hubiera dejado a mí.

PERIODISTA.- Se tiene fe.

PRESIDENTA.- Me tengo una fe bárbara.

PERIODISTA.– ¿Por qué lo eligió a Belgrano?

PRESIDENTA.– ¿Por qué elegí Belgrano? Porque Belgrano me parece el paradigma…A ver, San Martín fue a pelear porque era militar, o sea era un hombre que amaba a su Patria, el padre de la Patria, libertador de pueblos, pero Belgrano era abogado, economista y se hizo militar para defender la Patria y, además, era un desobediente por naturaleza. Si no hubiera sido por haber desobedecido él las órdenes de Buenos Aires, San Martín nunca hubiera cruzado los Andes, porque no hubiera estado la batalla de Tucumán, no hubiera estado la batalla de Salta y, entonces San Martín no hubiera podido cruzar los Andes y posiblemente hoy estaríamos hablando de tú o en inglés, no sé en qué estaríamos hablando.

PERIODISTA.- Hace un ratito habló de Florencia.

PRESIDENTA.- Mi debilidad.

PERIODISTA.– Sí, cuándo desconecta. ¿Debe ser la persona menos libre del país usted?

PRESIDENTA.Sí, soy Presidenta los 365 días del año, sí, desconectar es muy difícil, es casi imposible. Me desconecto cuando estoy con ella, cuando estamos hablando, cuando me habla de sus proyectos, de su cine. El otro día, cuando lanzó esa frase allá en San Juan, te juro que no cabía de orgullo en mí misma, porque ella, mis hijos en general, mis dos hijos son de muy bajo perfil. Yo no creo que haya habido otros hijos de presidentes, por lo menos que recuerde, que hayan tenido el bajo perfil y no por no hacer cosas, porque vos podés tener un bajo perfil porque no hacés nada. Pero no, son chicos con mucha actividad. Máximo milita en una organización política muy importante, es uno de los fundadores de esa organización. Y ella, hace su tarea de cine, ha estudiado en el exterior, se prepara todos los días, estudia y, sin embargo, tiene muy bajo perfil. Y el otro día cuando dijo eso de la inclusión social, que la inclusión social no solamente es una cuestión de la política, sino que es deber de todo ciudadano…bueno…pensé…si el padre. El padre le tenía mucha confianza, el padre siempre me dijo: «Acordate que Florencia…». Porque yo siempre a Florencia la veía como más alejada de la política, como más vinculada con lo artístico, pero eso es también una visión un poco sesgada que uno tiene de la política, uno cree que la política es únicamente hablar de política o militar. Y vos con una cámara de cine hacés política, con un micrófono hacés política, cuando pintás también podés hacer política, cuando actuás podés hacer política. La mía es una visión un tanto vieja y antigüa también de la política, debo reconocerlo. Me di cuenta el otro día cuando la escuché hablar a ella, ella también hace política, tal vez sin darse cuenta, ella misma hace política.

PERIODISTA.– Yo me imagino que esas charlas con sus hijos deben ser o estar también atravesada por la política. ¿O no?

PRESIDENTA.– Está atravesada por todo. Con Florencia también hablamos de cosas de mujeres, las dos somos coquetas. Mi marido decía que éramos idénticas. Él decía de «mis dos mujeres», él nos hablaba de «mis dos mujeres», amaba a su hija, a su hijo también por supuesto, pero tenía una especial debilidad por Florencia. Creo que deber ser la cosa de todo padre con la hija mujer.

PERIODISTA.– Sí.

PRESIDENTA.– Pero sí, claro, que hablamos de política, sí. Ella habla más desde un aspecto de mirada a la sociedad en su conjunto, no lo habla desde lo político partidario.

PERIODISTA.– Una mirada más sociológica.

PRESIDENTA.- Una mirada más sociológica. La de Florencia es una mirada más de la lente; me parece que mira a la política a través de la lente de la cámara, con lo cual la mira con un espíritu crítico, muy crítico y mira la sociedad en su conjunto. Máximo, la mira desde la organización política, desde su posición, desde su ideología también con una mirada amplia, pero inevitablemente la mirada de un militante, que no es ni mejor ni peor que la de otro; cada uno mira desde el rol y desde el lugar que tiene, me parece a mí y sí. Y es muy enriquecedora, porque así como me pareció maravilloso tener el marido que tuve, me hubiera gustado tenerlo más tiempo nada más. Pero yo pienso también, a veces casi como un autoconsuelo. A lo mejor uno está al lado de una persona 60 años al divino botón, y por ahí estás 5 años y estás como si hubieras estado una vida. Un amigo de él siempre me dice que Néstor no vivió 60 años, que Néstor vivió 180 años. Y vos sabés cuando lo pienso, pienso que también fue así, porque la cabeza no le paraba un minuto. Yo creo que en algún momento no le aguantó el cuerpo esa cabeza. Es lo que pienso, porque hasta cuando miraba televisión yo, en Calafate, que era el lugar donde él más se desenchufaba, cuando estábamos sentados en el sillón mirando televisión, por ejemplo, él estaba en una punta y yo en la otra, yo lo miraba por ahí y veía que no estaba mirando televisión, estaba sentado, poniéndonos la cara a nosotros para que nos calláramos y lo dejáramos escuchar, pero estaba pensando en otra cosa. Y siempre estaba con la cabeza en movimiento. No se desenchufaba…

A mí hay cosas que me desenchufan. Por ejemplo, cuando estoy cortando las rosas o cuando podo las rosas, ahí me desenchufo. Te puedo asegurar que estoy cortando la rosa y es lo más importante que hay en ese momento. Vos sabés que Mao, me acuerdo de Mao porque Mao trabajaba, cuando venía y me veía cortar las rosas me decía: «Dejá de cortar las rosas que lo haga el jardinero». No, no, vos no sabés lo que decía Mao, le decía yo: Mao trabajaba la tierra, porque él decía que quien tiene mucho trabajo mental necesita ejercitarse con las manos y en la tierra. Creo que Mao tiene razón, por lo menos en eso. Por favor que nadie mañana diga, el titular: «Se supo, Cristina es maoísta».

PERIODISTA.– El giro maoísta del kirchnerismo.

PRESIDENTA.- El giro maoísta del kirchnerismo. Pero no, pero decía eso y la verdad que cuando yo corto las rosas, las podo, les saco los yuyos, me desentiendo; también por ahí cuando se me ocurre comenzar a correr los sillones o a decorar algún lugar, colgar un cuadro, cambiar esto de lugar, sí, esos son los dos momentos en que…plin.

PERIODISTA.- ¿Iván ya hace política?

PRESIDENTA.- Iván hace un lío con la madre porque la maneja, mirá, totalmente, ese sí que es un manipulador total, la tiene calada a su madre y ella vive pendiente de él, le encanta verla. Pero bueno, esas son las manipulaciones y esos manejos encantadores y que uno los disfruta, la verdad.

PERIODISTA.- ¿Qué la diferencia políticamente y qué la asemeja a Néstor?

PRESIDENTA.- ¿A mí? Eso que lo diga la historia, qué sé yo. No, yo no quiero…No, eso que lo digan los otros, lo diga la historia. Bah, algunos lo dicen ya, han dicho tantas cosas. Primero, puedo hacer un racconto.

PERIODISTA.– Sí, no era mala intención, sino que me refiero…

PRESIDENTA.- Bueno, la mala intención que por ahí algunos repiten, por eso que te decía yo de la masificación de los medios de comunicación.

PERIODISTA.– ¿Cuáles son tus técnicas de escucha?

PRESIDENTA.- Yo escucho mucho a la gente común, inesperada. A mí me gusta mucho absorber, porque me gusta mucho conocer y saber, en definitiva, escuchar significa una primera actitud, nadie escucha por escuchar, o sea, escucha, para qué escuchás. Para saber, para entender, para aprender, escuchar en sí mismo no es un fin, es un medio para que vos puedas saber más, decidir mejor, tomar decisiones, no equivocarte, pero escuchar por escuchar…Hay gente que escucha pero parece que no entendiera.

PERIODISTA.- Debe ser muy difícil, siendo Presidenta de la Nación, confiar en alguien.

PRESIDENTA.- A ver, explicámelo un poquito.

PERIODISTA.- ¿Cómo se puede confiar en su colaborador, en un ministro, en un industrial?

PRESIDENTA.– No, no esperá. Empecemos, no es lo mismo un colaborador o un ministro, que un industrial. Supongo que si tengo un ministro tengo confianza en él; no una confianza ilimitada de decir, es el mejor, pongo las manos en el fuego, me dejo matar. No, tengo confianza en que va a desempeñar bien las tareas, sino no lo eligiera como ministro.

PERIODISTA.– Yo por ejemplo, no podría confiar en nadie.

PRESIDENTA.- Entonces no podrías ser presidente.

PERIODISTA.- No, igual. Claro. Hay gente que es presidente y hay gente que pregunta, es así.

PRESIDENTA.– Es muy bueno. Y, es un ejercicio, sobre todo las mujeres que somos más desconfiadas, naturalmente las mujeres somos más desconfiadas. Yo soy desconfiada, siempre lo fui y no me fue mal siendo desconfiada. Pero no, yo tengo confianza en mis colaboradores, por eso me manejo con unos colaboradores. Siempre uno tiene la sensación de, hará la cosas bien, estará todo bien. Pero sino, no podés vivir y no podés gobernar. Pero fundamentalmente creo que también esa actitud mía me lleva a tener una sobrecarga de trabajo, me suelo sobrecargar de trabajo, me suelo sobrecargar de trabajo porque soy muy controladora. Eso también es muy de la mujer, por lo menos de algunas mujeres. Somos más controladoras que los hombres. Entonces eso lo tenés seas presidenta, seas diputada, seas médica, seas ama de casa, seas jubilada, lo qué sea. Las mujeres somos más controladoras, porque somos más desconfiadas, porque además estamos acostumbradas a hacer muchas tareas a la vez. O sea, cuando Néstor ejercía la profesión, él ejercía una profesión y punto. Pero yo que ejercía la profesión y me ocupaba además de las cosas de la casa. No era que yo iba a barrer o a limpiar, porque tenía una señora que me ayudaba, pero era la que decidía qué se compraba, qué no se compraba, la que iba al colegio, la que me ocupaba de los chicos en el colegio, y siendo presidenta también, él cuando todavía vivía y era mi marido y ya no era presidente, yo también me seguía ocupando de las cosas, digamos, gruesas, de lo que se puede ocupar alguien aquí en Olivos, por ejemplo. Porque no podés desprenderte, entonces tenemos esa cosa de lo público y lo privado al mismo tiempo que el hombre no tiene. El hombre ha sido creado más para ir afuera, a la calle, a pelear la calle, agarrar el sustento del tiempo del garrote, es de lo público y la mujer más de lo privado. Por eso también la mujer es más resistida en la función pública y sobre todo en la función pública en el más alto nivel. Vamos a convenir, yo siempre se lo decía y él al principio me decía que no, después me tuvo que reconocer que mi condición de mujer me dificultaba mucho más ser presidenta que si hubiera sido hombre. Y seguramente, las cosas que me dicen a mí, no se las hubieran dicho a un presidente hombre. Hay un menos, hay un plus en menos que pagás muy fuerte por ser mujer.

PERIODISTA.- Hay algunas barbaridades que se dicen que deben ser difíciles afrontarlas.

PRESIDENTA.– Procesarlas.

PERIODISTA.– Procesarlas, sí.

PRESIDENTA.– Mirá, no solamente cuando…Voy a contar algo que es tal vez un poco fuerte, pero no solamente cuando sós presidenta. Sí de cosas que te dicen como yegüa, puta, qué sé yo, todas esas cosas que me dicen, perdón que diga las palabras pero las dicen y las pasan los canales de televisión, así que son fuertes pero no fueron las únicas que me han dicho. Mirá, y tal vez que te impactan mucho más fuerte. En Santa Cruz, me acuerdo que yo era vicepresidenta primera de la Cámara y se hizo un juicio político al entonces gobernador, y yo quedé como vicegobernadora y como gobernador a cargo, quedó José Ramón Granero, el que estaba de titular en el SEDRONAR, y me acuerdo que cuando se le hizo el juicio político a ese gobernador, me tocó presidir la sesión en donde se recibía la acusación para poder formular el juicio político y yo estaba embarazada de Florencia, ya que hablábamos de Florencia, tenía un bombo así, estaba gorda me acuerdo, y me tocó presidir la sesión. Debe haber crónicas todavía filmadas de aquella época, las barras opositoras me gritaban cosas como «¿De quién es el hijo que tenés adentro?» y la oposición en aquel momento había lanzado el rumor de que esa nena no era hija de Néstor. Fue una cosa que fue durante un tiempo así.

Cuando creció, obviamente, la ves y no necesita ADN, es una cosa alta, flaca, larga, con una nariz kirchnerista, por no decirle…Esta no necesita ADN, pero cuando era chiquita era media gordita, rubiecita, con nariz repingadita, pero ahora grande la ves y es Néstor, mucho más lindo, más estilizado pero es Néstor. Te voy a decir algo: el otro día charlando, hace unos meses atrás, un día que estábamos charlando y ella me contaba, porque ella sufrió mucho…Cuando se habla de los hijos del poder a mí me da mucha rabia por ahí, porque realmente mis hijos han sufrido mucho. Florencia sufrió mucho durante el año 2008 y la 125, en el colegio, ella no quedó libre porque no estudiaba como dijo algún medio. Ella quedó libre porque no quería ir al colegio de las cosas que decían. Y tampoco nunca tuvo un Mini Cooper. ¿Sabés por qué? Porque no sabe manejar; Florencia no sabe manejar, así que, nunca pudo haber tenido un Mini Cooper. Sin embargo, sacaban en los afiches, «Tiene un Mini Cooper». Nunca tuvo un Mini Cooper. Florencia Kirchner no sabe manejar. ¿Y sabés qué? Un día charlando conmigo de todas estas cosas, de cómo vivió, porque charlamos por ahí, nos quedamos las dos solas ahora en Olivos cuando no está Máximo o cuando está en el Sur, está casi siempre en el Sur, nos quedamos solas charlando de todas estas cosas, yo le conté esto, una cosa que nunca le había contado. ¿Sabés lo que me dijo? Con razón una mujer una vez cuando fui al videoclub, a mí me dijo el nombre de la mujer pero no me acuerdo, en Río Gallegos, ella era chiquita todavía, tendría 9, 10 años y me dijo: «Ay, nena, vos no te parecés ni a tu papá ni a tu mamá», le dijo a Florencia que tenía 9 ó 10 años. A Florencia se ve que le quedó pero no lo asociaba con esto y cuando yo le conté esta historia, que nunca nadie se ve que se lo había dicho ni se lo había contado, me dijo: «Ah, por eso esa mujer del videoclub…» y se mató de risa. Y vos sabés qué tranquilidad me dio, porque me di cuenta que había formado un ser humano que estaba preparado para estas cosas, pero a veces todavía algunas cosas las sufre, por eso, los hijos del poder… Puede ser que haya habido otros hijos del poder y realmente los hubo, pero no fueron mis hijos.

PERIODISTA.- Dos preguntas políticas ya.

PRESIDENTA.– Y a vos te parece que esto no es político lo que dije recién.

PERIODISTA.- Sí. ¿Cómo se imagina el 11 de diciembre de 2015?

(Continúa el próximo domingo)

 

 

 

 

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