Eso fue lo que se hizo durante una década: Mostrar lo que no podía ser mostrado, juzgar lo que no podía ser juzgado, decir lo que estaba prohibido mencionar. Hacerlo tiene un costo. Nada es gratis…
Por un país con un futuro de igualdad de oportunidades.
Por una Argentina de solidaridad y libertad, para todos y todas.
Con el mismo compromiso y amor de siempre.
Bajo identidades falsas y anónimas para agraviar a los científicos y los investigadores argentinos. Sólo falta que los manden a lavar los platos. Alguien debería entender que caminando para atrás no se llega a ningún lado.