Discurso de la Presidenta en la clausura del Foro de negocios entre Argentina y China. Miércoles, 04 de Febrero de 2015.
Buenos días. Quiero saludar a los empresarios de nuestro país que integran la comitiva de que nos acompaña; también a empresarios y empresarias chinas en este encuentro de clausura de la Cámara de Comercio Chino Argentina o Argentino China. Sé que hubo una presentación de lujo por parte de nuestro ministro de Agricultura y Ganadería, interrumpí seguramente su disertación pero creo que la disertación previa de los señores ministros acerca de qué es la República Argentina, sus posibilidades y oportunidades inagotables de negocios, me van a eximir de dar cifras porque seguramente lo hizo el ministro de Economía y los debe haber atiborrado de datos y de cifras. También el señor ministro de Infraestructura, que seguramente debe haber hecho una exposición de todo lo que ha sido el desarrollo de infraestructura, pero de lo que aún falta en la República Argentina y que contamos precisamente con esta articulación con la República Popular China, a través de nuestra alianza estratégica integral, poder desarrollar lo que todavía nos falta de infraestructura para mejorar nuestra competitividad, nuestra logística y hacer aún más complementaria nuestra relación con la República Popular China.
Déjenme decirles que para mí es un inmenso gusto y placer retribuir la visita a nuestro país del presidente Xi Jinping, que tuviera lugar el año pasado. La verdad que estaba sumamente interesada en venir ya por tercera vez a la República Popular China, la primera acompañando al presidente Kirchner, quien fue el que tomó, el que adoptó la decisión de formular con este gigante asiático una alianza estratégica. Luego tuve una visita ya como presidenta de la República en el año 2010, durante mi primer mandato, y esta es la segunda visita durante mi segundo mandato. Con una diferencia cualitativa y de jerarquización respecto de lo que son las relaciones chino argentinas. Junto al presidente Xi Jinping, con motivo de la visita que les comentaba realizara a nuestro país durante el año pasado, decidimos que aquella alianza estratégica que Néstor Kirchner y el entonces presidente de China Hu Jintao habían decidido en el año 2004, que también retribuyó el entonces presidente con una visita a nuestro país, diera un salto cualitativo y se transformara precisamente en alianza estratégica integral. El aditamento de la palabra integral no es una cuestión de título únicamente, sino fundamentalmente de profundización de las políticas de articulación, de inversión y de cooperación entre ambos países, que se han traducido y se van a seguir traduciendo cada día más en una creciente vinculación entre China y Argentina. Que va a exceder el mero marco comercial, porque en realidad hasta ahora había habido simplemente –o no tan simplemente- un intercambio comercial, ahora estamos dando un salto cualitativo a obras de infraestructura de muchísima envergadura, como por ejemplo las represas Cepernic y Kirchner, que van a dar comienzo –el inicio de obra- en el día de la fecha, luego de la cena que vamos a mantener con el Presidente esta noche. No sólo también avanzar en las políticas de cooperación en materia nuclear, en materia espacial, sino que debemos dar un salto que tenga que ver con la modificación del mapa geopolítico a nivel global.
Ayer en una reunión excelente que mantuvimos con los principales CEOS de las principales empresa chinas, con uno de ellos, si mal no recuerdo el titular del Banco de Comercio e Industria, el ICBC, que por supuesto ustedes sabrán que es el banco comercial más importante del mundo, hablábamos también de la necesidad de introducir el Premio INVI como una política entre ambos países, que modifique lo que ha sido hasta ahora el dominio absoluto en todo el mundo de una única moneda de reserva, en este caso el dólar. Esto tiene mucho sentido en la vinculación que tenemos ambos países, tiene vinculación en lo comercial, en infraestructura, en lo financiero y monetario, y fundamentalmente tiene una vinculación en la política, porque como lo señalé ayer ante los empresarios, tanto en China como en la Argentina concebimos a las decisiones políticas como las precedentes de las decisiones económicas, porque sabemos que no hay decisiones económicas desprovistas de decisiones políticas en lo que hace a los intereses de un país y a la representación de los legítimos intereses de sus habitantes.
Por eso la numerosa delegación de empresarios argentinos, pequeños, medianos y grandes que nos acompañan, grandes porque grandes empresas de construcción o grandes laboratorios tienen asociaciones a través de joint ventures o asociaciones directas con empresas chinas para la producción. Porque ahora tenemos que dar el otro salto, el salto ya no tiene que ser de intercambiar productos manufacturados en la Argentina normalmente más materia prima, o productos manufacturados en la Argentina, sino articular entre ambos países producción conjunta en Argentina y en China. Ayer un importante titular de una empresa de un laboratorio de origen chino, que ya tiene una asociación con dos importantes laboratorios de nuestro país, nos hablaba de la necesidad por ejemplo de articular también políticas con las autoridades sanitarias y agrícolas de china para lograr invertir más y lograr tener vacunas por ejemplo contra la aftosa que den respuesta a las nuevas cepas que han aparecido.
Como ustedes verán entonces, lo que comenzó siendo hace mucho tiempo un mero intercambio comercial, ha ido mutando en forma absolutamente favorable para ambos países en una asociación que por eso calificamos y elevamos en jerarquización en llamarla integral.
También es muy importante el desarrollo que hemos tenido en materia turística, nos acompaña el ministro de Turismo en este momento. Argentina es uno de los países elegidos por la República Popular China como destino turístico y estamos recibiendo cada vez mayor cantidad de turistas de ese origen. La diversidad de nuestro país en clima, en paisajes, en fin, es una oferta más que atractiva para todo lo que hace al intercambio turístico.
Entonces creo que la superación de la visión que se tenía de Argentina como país proveedor únicamente de materias primas, con escaso valor agregado, y por otro lado la visión que teníamos desde la Argentina de un país productor únicamente de manufacturas, ha dado ese salto cualitativo. Por ejemplo, no quiero adelantar porque no corresponde, pero en el día de la fecha seguramente vamos a firmar entre los 15 convenios uno de los más importantes que es en materia de cooperación nuclear, que va a permitir que la Argentina construya la cuarta… ¿Lo puedo decir ya Ministro? (Riendo) No quiero adelantar a ver si hubo problemas… Cuarta y quinta centrales nucleares.
Ustedes saben que la Argentina es un país con un gran desarrollo científico en materia nuclear, que fue relanzado por el presidente Kirchner en el año 2004 cuando el rol de uno de los países más importantes en materia nuclear que tenia la Argentina había sido dejado de lado y decidimos revitalizar la Comisión Nacional de Energía Atómica y también lanzar un plan integral a mediano y largo plazo de ampliar este desarrollo nuclear. Cuando Kirchner llegó al gobierno en el 2004 la tercera central nuclear Atucha II…, la primera la había inaugurado el presidente Perón y la segunda estaba absolutamente paralizada en su obra y el Presidente tomó la decisión de relanzar su construcción y hoy Atucha II, que luego fue rebautizada como Presidente Kirchner y Atucha I como Presidente Perón, por haber sido los dos presidentes que más han impulsado el desarrollo nuclear de la República Argentina, algo indiscutible, hoy está integrando ya, con sus más de 700 megavatios, en un 95% al sistema eléctrico o al sistema energético nacional.
Una de las claves también de esta nueva asociación estratégica es precisamente la diversificación de nuestra matriz energética, por eso tiene tanta importancia la asociación con empresas chinas en materia de construcción, como por ejemplo es el caso de las represas en materia de generación hidroeléctrica, y también con la tecnología nuclear china.
También quiero decirles a todos los empresarios argentinos que se queden muy tranquilos, porque seguimos defendiendo el trabajo argentino y la participación del empresariado nacional en estos desarrollo conjuntos. Solamente alguien con intencionalidad política o con desconocimiento de lo que estamos haciendo puede suponer que este gobierno, y cuando me refiero a este gobierno me refiero al iniciado en el año 2003, que hizo de la política de reindustrialización del país una política pública de Estado, que hizo de la generación de empleo y el consumo que esto genera también otro de los pilares del desarrollo y el crecimiento, que hizo la repatriación de científicos argentinos que por falta de oportunidades se habían ido al exterior, que generó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, pueda resignar estas cosas. Y no las resigna por una razón muy sencilla, porque no lo va a hacer por convicción pero además ¿saben qué? Porque tampoco nadie nos está demandando desde la República Popular China que resignemos nuestras fuentes de trabajo ni que resignemos a nuestro empresariado. Al contrario, los empresarios chinos, como son empresarios contemporáneos, modernos e inteligentes, saben que la asociación estratégica pasa precisamente por no ya convertir a los otros en clientes sino en socios a partir de la complementariedad de nuestras economías. Así que mucha tranquilidad, porque además no creo que ninguno de los cientos de empresarios argentinos que me han acompañado vengan con la idea de resignar sus empresas o de perder a sus trabajadores, al contrario, tienen una cabeza lo suficientemente abierta como para saber que venimos aquí en una misión muy importante ante la primera economía del mundo, primera economía del mundo, por mercado, por consumo, por habitantes, por producción, en fin, por muchas cosas. Y además, si alguna vez también los PBI comienzan a medirse por alguna otra moneda que no sea el dólar podríamos decir que también por PBI estaríamos ante la economía más grande del mundo. Pero ustedes ya saben cómo son las políticas monetarias, cómo es la moneda de reserva y cómo se mide con aquellos países que son los que tienen la maquinita de emitir lo que se ha considerado hasta ahora la moneda mundial.
El gran desafío que tenemos los países emergentes, los pequeños emergentes como podemos ser la Argentina, pequeños porque demográficamente somos 40 millones, porque además no hemos tenido, como han tenido ustedes, la suerte de una dirigencia que desde Mao en el 49 hasta la fecha han pensado en un crecimiento permanente del país, a través de un modelo propio de desarrollo, de crecimiento y de incorporación creciente de su población, y que hoy se quiere presentar como milagro. No hay ningún milagro en lo que pasa en la República Popular China, lo que hay es una perseverancia en las políticas de crecimiento y desarrollo a través de modelo propio sin sugerencias externas, confiando en su propia fuerza, confiando en su empresariado, en su población y fundamentalmente confiando en las posibilidades de desarrollar un país con autonomía económica razonable y fundamentalmente con soberanía política.
Nosotros no hemos tenido la inmensa suerte de tener una política continua en materia de desarrollo científico, en materia de industrialización. Nuestro país, en la década de los años 50, no estoy hablando de hace 4 ó 5 siglos porque además no somos un país milenario como ustedes, pero apenas en el siglo pasado, el siglo XX, a mitad del siglo XX la Argentina producía trenes, locomotoras, producía aviones, producía autos, había generado tecnología; luego políticas que no vienen al caso y hacen a la política interna que no tengo por qué venir a desarrollar aquí frente a todos ustedes, tuvo un retroceso. Porque además ese lugar que ocupábamos en aquel momento, en los años 50, era de un crecimiento y un desarrollo con un altísimo grado de inclusión social y una generación de trabajadores con alto grado de calificación. Por ejemplo nuestros trabajadores ferroviarios, de Materfer, que se ubicaban principalmente en la provincia de Córdoba, o de aviones, también ubicados en Córdoba, tenían una altísima calificación, como también todo nuestro sector automotriz. Todo eso, el creciente proceso de desindustrialización que se produce paulatina pero inexorablemente a partir de 1956, finalmente termina con la eclosión del año 2001. Una de las metas que puso el gobierno del presidente Kirchner fue precisamente volver a industrializar el país.
Por eso para nosotros es muy importante el ejemplo político y económico de China, de que estas políticas no son de un gobierno o de un presidente, son políticas públicas de un país y yo aspiro realmente que las políticas que hemos llevado adelante sean consideradas políticas públicas y se sigan llevando adelante sea quien sea el que gobierne la Argentina, tomando el ejemplo de este país, que se ha convertido en grande precisamente por tener políticas de Estado.
Nosotros también queremos decirles a todos los empresarios que nos acompañan, sé que hay muchos empresarios y empresarias argentinas que han venido con mucha anterioridad, un día a nuestra llegada, por lo menos de la llegada de los principales funcionarios; principales por jerarquía, no porque los otros funcionarios sean menores sino simplemente porque hay un orden jerárquico; pero sabemos que hay muchos empresarios que han venido porque saben que es un lugar en el cual Argentina puede seguir creciendo y puede brindar muchas oportunidades.
Ayer, cuando estábamos con los principales CEOS de las principales empresas, veíamos cómo se iban incorporando y cómo conocían. Les voy a contar algo: me sorprendió más que gratamente el profundo conocimiento de los principales empresarios de la República Popular China acerca de mi país, de nuestro país, de sus oportunidades y de sus posibilidades de negocio. Argentina, un país, seguramente lo ha comentado ya previamente el ingeniero Casamiquela, octavo en superficie en el mundo, pero que además de eso tiene prácticamente todo su territorio cultivable. Un país que después de China es el segundo con la frontera más extensa, más de 5.000 km entre la República Argentina y la República de Chile, con la cordillera de los Andes y todo lo que ello implica en materia de posibilidades de inversión minera, de producción minera. Seguramente el ministro De Vido les habrá adelantado lo que ayer comentaba respecto de nuestro yacimiento de potasio, el más grande del mundo, y la importancia que este mineral tiene para todo el desarrollo de la agricultura entre otras cosas.
También está ubicado en nuestra región, América del Sur, compartiéndolo con Chile y con la hermana República de Bolivia, el yacimiento de litio más importante del mundo, sobre el que ya hay explotación.
Todos ustedes saben que estamos desarrollando la renovación de todo nuestro sistema ferroviario que supo ser un sistema ferroviario muy importante, pero construido de manera radial, todo confluyendo hacia el puerto, y hoy estamos trabajando en un diseño diferente de interconectividad entre todo el país.
También les habrá hablado el Ministro de lo que hemos desarrollado en materia de fibra óptica, de telecomunicaciones, en materia también de desarrollo de satélites. Somos el primer país de Latinoamérica en materia de producción de satélites, el único probablemente que integra el club de 8 países. ¿Somos el noveno en incorporarnos creo, no? El último en incorporarnos como país productor de satélites.
Hemos puesto hace muy poco tiempo en órbita el ARSAT N° 1, que es el primer satélite geoestacional en materia de telecomunicaciones y ya estamos trabajando sobre el 2 que va a ser puesto en septiembre, octubre de este año, el segundo satélite.
También hemos hecho satélites como el Aquarius en acuerdo con la NASA, que hoy mide la salinidad de los océanos y su impacto en el clima global.
Tenemos también producción nuclear, hemos vendido reactores nucleares a Argelia, a Egipto y les comentaba ayer a los empresarios que el último reactor nuclear lo vendimos a Australia en competencia directa con la industria nuclear francesa que, como ustedes saben, es una de las más desarrolladas del mundo y logramos ganar nosotros la puesta del reactor nuclear, que además fue diseño, ejecución, fue llave en mano, un reactor nuclear llave en mano que se colocó en Australia. Precisamente todas estas cosas son las que queremos compartir.
También van a firmar hoy los ministros del área de la República Popular de China y de la República Argentina un importante acuerdo en materia espacial. Esto también es trabajo para los argentinos, científicos, técnicos argentinos y también empresarios argentinos. El desarrollo y la participación que vamos a tener en ambas centrales nucleares, tanto la cuarta como la quinta, va a ser en la cuarta de un 50 por ciento de integración argentina y un 50 por ciento de integración china y, en la segunda, que tiene mayor grado de desarrollo tecnológico, porque es con enriquecimiento de uranio y agua liviana, va a ser de 70/30.
Con lo cual tenemos que tener en claro que esta asociación estratégica integral presupone eso, desarrollo de tecnología en forma conjunta, desarrollo de emprendimientos en tarea conjunta y asociación entre empresarios argentinos y empresarios chinos que, por otra parte, es lo que manifestaban ayer distintos empresarios cuando hicieron su presentación cada uno de ellos y las expectativas de inversión y de asociación que tenían en la Argentina y con sus pares argentinos.
Por eso creo que además la Argentina ha podido superar el estado prácticamente de rigor mortis, si se entiende, si hay un médico aquí, que tenía en el año 2001, cuando se declaró el default más importante de deuda soberana de toda la historia de la República Argentina.
La Argentina se caracterizó por ser un país con altísimo nivel de endeudamiento externo, a punto tal que llegó a deber el 160 por ciento de su PBI. Pero lo más grave de todo es que no era un endeudamiento producto, por ejemplo, de haber hecho hoy importantísimas obras de infraestructura o haber generado inversiones en materia tecnológica, porque el endeudamiento para proyectos productivos no está mal, el problema es que era un endeudamiento de carácter estrictamente financiero que tuvo que ver fundamentalmente con el endeudamiento que hizo durante las dictaduras militares y también endeudamiento durante toda la década de los 90 para mantener la ficción de la paridad de la moneda argentina con el dólar, la famosa teoría -teoría no, política de la convertibilidad- donde se creó la ficción de que 1 dólar era exactamente igual a 1 peso. Yo no soy economista ni lo quiero ser tampoco, pero acostumbro a medir el valor de una moneda por el tamaño de su economía, el peso específico de una moneda por el tamaño de su economía. Y bastaba ver únicamente el tamaño de la economía norteamericana, compararla con el tamaño de la economía argentina y advertir que la unidad monetaria que expresa cada uno de los países jamás podía tener el mismo valor. Se mantuvo esta ficción de 10 años gracias a un feroz endeudamiento que finalmente implosionó en una de las crisis económicas e institucionales tal vez yo digo la más severa que reconoce en toda su historia la República Argentina y que fue la del año 2001.
Cuando Néstor Kirchner recibe el país, lo hace con una desocupación de 2 dígitos, prácticamente 1 de cada 4 argentinos no tenía trabajo, debíamos el 160 por ciento de nuestro PBI, no teníamos acceso a ningún mercado de capital y estábamos en un proceso donde había sido completamente desindustrializado.
Una de las claves del Presidente fue: la primera, comenzar la reestructuración de la deuda soberana, haciéndolo con una premisa básica, que en el mundo capitalista, quien se ha endeudado tiene que hacer frente a esas deudas, pero también quien le ha prestado a tasas exorbitantes que no existían en ninguna parte del mundo. Yo quiero recordarles a ustedes que Argentina se endeudaba en dólares a tasas de 2 dígitos, del 15 y del 14 por ciento, se llegó a pagar hasta el 18 por ciento en materia de endeudamiento y, obviamente, esto no tenía ningún tipo de sustentabilidad cuando en el mundo se estaba pagando por endeudamiento en moneda en dólar un 2 por ciento.
Entonces quien iba a prestarle a un país al 16 por ciento, al 17 por ciento, sabía que tenía un riesgo. La noción de riesgo empresario es intrínseca a la noción de capitalismo, porque sino no estamos ante un capitalismo. Entonces la teoría y fundamentalmente la postura que adopta Argentina es que quienes habían prestado a tasas que sabían que era imposible de devolver, aceptaran parte del riesgo y compartieran junto con el deudor, los costos de haberle prestado a un país que sabía que no iba a poder devolver jamás lo que se le había prestado a ese nivel de tasas.
Aun recuerdo su discurso inaugural en Naciones Unidas cuando dijo «déjennos crecer para poder pagar nuestras deudas, porque los muertos no pagan las deudas». Y tenía razón. Comenzó una reestructuración de deuda en el año 2005 que alcanzó el 76 por ciento y luego, durante mi gestión, con la reapertura del canje, llegamos a un 92,4 por ciento. O sea, prácticamente el 100 por ciento acordó.
Y desde allí en más, Argentina pagó regularmente toda su deuda. Pero con una diferencia, sin acceso al mercado de capitales. O sea, no pagaba pidiendo prestado o haciendo revolving de su deuda. No, producto del crecimiento de la economía basado en la reindustrialización, en la generación de puestos de trabajo, en el consumo y, obviamente, en abandonar esa paridad absurda del 1 a 1, permitió reconstruir la economía y la sociedad argentina y hacer frente al pago de la deuda. Además también pagando y desendeudándose con el Fondo Monetario Internacional, casi en simultáneo con la República Federativa del Brasil de manera tal que quienes decidieran las políticas en la República Argentina fuera quienes habían sido votados por el pueblo y no desde una oficina o desde un buró desde la ciudad de Washington en un organismo burocrático internacional.
Esta decisión de fijar nuestras propias políticas nacionales, esta decisión de fijar y de proyectar un modelo de crecimiento propio, fue lo que nos permitió, no al Gobierno, sino a los argentinos, y cuando hablo de los argentinos hablo de sus empresarios, de sus científicos, de sus trabajadores, protagonizar el crecimiento y desarrollo económico más importante de sus 200 años de historia porque, además, lo hizo con inclusión social.
Yo sé que algunos mencionan, por ejemplo, que en el año 1900, o sea en los primeros 100 años de vida, éramos la quinta economía del mundo. Es cierto, éramos la quinta economía del mundo, pero con un proceso de exclusión social absoluto que provocó huelgas trágicas, que provocó represión y que tenía a los argentinos o a la mayoría de ellos en un estado de miseria absoluto.
Fue precisamente todo ese grado de explotación, ese grado de exclusión social lo que origina el peronismo. Ustedes saben que yo militaba desde muy joven, y nosotros comparábamos a la tercera posición del presidente Mao con la tercera posición que desarrollaba el fundador de nuestro movimiento político el presidente Perón. Y era que ambos líderes habían surgido precisamente con posterioridad o casi coetáneamente con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados se reparten el mundo y comienza la denominada Guerra Fría y, precisamente, así como Mao postulaba un modelo chino propio, que no tenía que ver ni con el Este ni con el Oeste, sino que era un modelo chino, también el presidente Perón propiciaba un modelo de capitalismo nacional, porque esto era lo que propiciaba: un modelo de capitalismo nacional, un modelo propio. Por eso también hablamos también de la tercera posición y por eso comprendemos tan bien cuando los responsables de conducir al pueblo chino hablan y reiteran una y otra vez que el modelo chino es un modelo de crecimiento propio, un modelo propio diseñado por chinos y para los chinos. Que no significa aislarse del mundo, sería absurdo en un mundo globalizado y absolutamente interdependiente pretender tener una independencia y una no conectividad.
Pero una cosa es la interdependencia, una cosa es la conectividad y la otra cosa es subordinación a críticas, a políticas que no responden a los intereses de cada país. Y eso es lo que nosotros pretendemos: integrarnos al mundo, pero integrarnos desde nuestros propios intereses, desde nuestro propio modelo y articular con otros países que también tengan la misma percepción de que ya el mundo no puede ser, como no lo fue bipolar y explotó esa bipolaridad, tampoco puede ser unipolar. Tienen que acostumbrarse todos los países del mundo a la multipolaridad y a la aparición de nuevos actores. Nuevos actores que están modificando el escenario nacional, en el cual nosotros también nos sentimos protagonistas de esta nueva etapa civilizatoria que va a exigir mucha comprensión por parte de todos.
Por eso estamos aquí hoy con una importante delegación de empresarios argentinos junto con prácticamente las cabezas más importantes del gobierno en materia de las áreas específicas que nos toca hoy celebrar los acuerdos para continuar con la visita del presidente Xi Jinping el año pasado y continuar profundizando esta alianza estratégica integral.
Yo les decía en un momento que teníamos la frontera más larga, luego de la de Rusia y China, la cordillera con su impresionante potencial en materia de mineralogía y hablaba -y seguramente el ministro de Planificación lo ha hecho- sobre un proyecto muy importante que es el de potasio en la provincia de Mendoza, donde antes había una empresa que luego por cuestiones económicas y financieras propias de una empresa, que también era una empresa global, quedó sin financiamiento y creo que es una importante oportunidad. Yo le voy a plantear al presidente Xi Jinping hoy esta oportunidad como también el tema del litio y tantísimas otras cosas que seguramente vamos a charlar en una reunión de trabajo que vamos a tener hoy por tarde.
Debo confesarles que cuando conocí al nuevo presidente de China el año pasado, recibí una grata sorpresa por ser una persona muy abierta, muy receptiva. Yo lo había conocido ya con motivo de una reunión del G-20 y habíamos mantenido una reunión en donde le había planteado lo que a criterio de la República Argentina eran tal vez las obras más importantes en materia de infraestructura que debíamos encarar. Y recuerdo que lo tenía muy pero muy presente y había instruido a todo su gobierno y a todo su equipo en lograr estas metas. Y además me quedó grabada una cosa muy importante que me dijo en un momento que estábamos juntos y rodeados de todos nuestros colaboradores y yo le hice mención de unos colaboradores míos como muy eficientes, muy trabajadores y muy de romper la burocracia para poder hacer las cosas. Y me dijo: «Cuídelos, cuide a todos aquellos funcionarios que no son burócratas, porque la burocracia es una de las principales trabas y dramas que tiene la economía y que tenemos los gobiernos». Y me acuerdo que me recomendó que ante cualquier problema que tuviera, que se trabara algún proyecto, que viera que algo no marchaba, que no dudara en levantar el teléfono para comunicarme directamente con él, con el Presidente, para poder subsanar, en el más alto nivel, lo que muchas veces se produce por traba en los niveles inferiores. Y pasó, no importa en cuál momento ni en qué proyecto, pasó que algo se había trabado y bastó que hablara con el Presidente para que inmediatamente se destrabaran las cosas. Estas son realmente las gestiones y así deben ser las gestiones de todos los gobiernos del mundo.
Nosotros estamos como presidentes de las repúblicas, no para trabar el desarrollo, el crecimiento, los negocios, las oportunidades de nuestros países, sino al contrario, para ayudar a los empresarios, para ayudar a destrabar precisamente todas aquellas cuestiones a las cuales muchas veces las burocracias por temor, porque son burócratas en definitiva, porque sino no existiría el término burocracia, quiere decir que si existe el término burocracia es porque hay gente que es burócrata, y que no está mal, porque por allí también es bueno que haya mucho control y mucho celo en el cumplimiento de las normas, pero que muchas veces eso se transforma en una distorsión que entorpece la normal gestión y desenvolvimiento de los negocios.
Así que debo reconocer que aquella recomendación que oportunamente me formulara el presidente Xi Jinping realmente fue certera, muy oportuna y tuve la posibilidad de comprobar que no eran solamente palabras de ocasión o frases para quedar bien, sino que era una forma de gestionar el Estado, que también es nuestra forma de gestionar el Estado.
Así que finalmente, porque sé que seguramente han estado toda la mañana y deben tener muchas ganas de compartir algún canapé o algún almuerzo, quiero decirles a todos los que hoy nos acompañan, compatriotas y también a los hombres y mujeres de negocios de la República China, como también a los funcionarios del gobierno que hoy nos acompañan, agradecerles esta cálida recepción pero fundamentalmente agradecerles la visión y la comprensión que tienen de la importancia de nuestro país, visión que muchas veces no encontramos en ninguno de nuestros propios compatriotas, cada vez menos por suerte. Porque la presencia de todos ustedes, argentinos, avala que realmente hay mucho interés en desarrollar buenos negocios aquí y en todas partes del mundo. Y agradecerles a todos que nos hayan acompañado en esta misión.
Ustedes saben que siempre he sido una Presidenta que no he ido a hacer visitas de Estado a los países en calidad de turista o en calidad social; siempre siento que estoy representando a mi país en sus intereses comerciales, empresariales, científicos y que la suma de todos ellos confluye en lo que denominamos interés nacional.
Por eso mi presencia hoy aquí en China, no me están acompañando ustedes a mí, soy yo la que los estoy acompañando a todos ustedes, porque yo voy a dejar de ser Presidenta, pero ustedes no van a dejar de ser empresarios ni los que trabajan en la República Argentina van a dejar de ser trabajadores. Por eso mi obligación es acompañarlos para que ustedes sigan siendo cada vez más y mejores empresarios y mayores empresarios y que en mi país haya más y mejor trabajo. Y esto absolutamente convencida que esta complementariedad y esta asociación con la República de China es un salto cualitativo para lograr esto, para que Argentina recupere un lugar en el mundo como ya lo hemos hecho.
Muchísima gracias y muy buenos días a todos y a todas.
Cristina