YPF ha vuelto a producir por y para el país, un adelanto del balance de la nueva gestión de YPF.
Discurso de CFK en Comodoro Rivadavia, Chubut, 13 de febrero de 2013.
Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Chubut, señor Intendente, vamos a hacer una cosa para que podamos hablar, vamos a felicitar a las nuevas autoridades de petroleros, elegidas recientemente: Jorge Ávila, Rudy Fornier, Carlos Márquez, Martínez, todos, felicitarlos a todos, gracias: estoy muy feliz de estar aquí, una vez más, en Comodoro Rivadavia, un lugar entrañable al que he asistido decenas de veces como militante política, pero recordaba hoy, que es la cuarta vez que visito como Presidenta de la República a esta querida ciudad. Pero hoy tiene un sabor muy especial, porque vengo por cuarta vez, pero hoy YPF ha vuelto a ser de los 40 millones de argentinos.
Para nosotros, y si se me perdona un poco el regionalismo, los patagónicos tiene un sabor muy especial y para esta Presidenta que lanzó su primera – sí con Néstor, siempre con él – campaña en una tribuna fue precisamente, aquí, en el Norte, en el Golfo San Jorge, en la Ciudad de Caleta Olivia, y también en el sindicato de petroleros privados de Caleta Olivia, para mí todo el sector tiene muchísimos recuerdos y muchísimas connotaciones que inclusive van más allá de lo político y de lo institucional.
Por eso, estar hoy aquí, junto a todos los comodorenses, junto a todos los chubutenses, los patagónicos compartiendo esta fuerte inversión, que está haciendo nuestra YPF, para explorar aquí, para explorar dije – no explotar – que los petroleros saben la diferencia que hay porque significa explorar nuevos puestos de trabajo, estamos explorando gas no convencional, combustible no convencional por primera vez, aquí en Chubut. También en algo que como le he dicho a Miguel, al presidente de YPF, al ingeniero Galuccio, debe ser también muy importante la recuperación de nuestros yacimientos maduros, por eso también estamos iniciando la campaña con polímeros para la recuperación de los yacimientos maduros y seguir teniendo más energía de carácter convencional.
Y uno de los desafíos más grandes que tuvimos, cuando tomamos la decisión de volver a recuperar para el patrimonio nacional lo que nunca debió haber sido vendido, fue precisamente detener lo que – en la jerga petrolera – se llama el declino y que para el común de la gente es simple y sencillamente volver a producir más gas, más petróleo y más combustible. Porque recién Miguel hablaba de ocho meses y parece que fueran ocho siglos, pero hace apenas ocho meses en todas las estaciones de servicio de la República Argentina había largas colas para cargar combustible a lo largo y a lo ancho del país. Nadie puede hacerse el distraído. Recuerden los que tengan un poco de memoria lo que fueron las vacaciones pasadas, en las localidades de la costa, donde había largas colas; en el Norte del país, en Jujuy; aquí en Comodoro; en mi provincia, en Santa Cruz, en Tierra del Fuego. ¿Qué fue, se produjo algún milagro? No, simplemente se volvió a reinvertir lo que se sacaba de la Argentina en nuestro propio país para seguir produciendo más.
No hay misterios, no hay magia, es la decisión política de que una empresa del país, una empresa vital y estructural porque permite generar la energía que alimenta el proceso de reindustrialización más grande que se recuerde y que fuera iniciado por él, en el 2003, ha vuelto a producir para y por el país. Pero entonces, cuando las cosas comienzan a mejorar y se demuestra que los argentinos somos capaces de gestionar nuestras empresas con mayor eficiencia, mayor eficacia, que no hace falta ser extranjero para ser bueno y eficiente, que los argentinos podemos ser buenos y eficientes. Cuando comenzamos a mejorar empiezan lo que yo denomino las operaciones. El otro día leíamos un artículo – sin firma – en un importante diario, no importa cuál, pero ya todos se imaginan de cualquier manera, donde se hablaba que habíamos declinado en la producción. Al contrario, hemos parado el formidable declino que tenía la producción de gas, y la producción de petróleo y la producción de combustible aumentando considerablemente, y este año lo vamos a volver a hacer.
Tengan en cuenta que declinaba la producción en números más que importante, del 5 por ciento, del 7 por ciento, y al mismo tiempo aumentaba el parque automotor, y al mismo tiempo aumentaba la demanda de energía, porque claro, durante el año 2011, crecimos al 8,9 por ciento, y en lugar de producir más nuestra empresa producía menos; teníamos más autos, la gente consumía más, las empresas también, el comercio también, las industrias también y, sin embargo, YPF producía menos. Y producía menos no solamente en equipos en los campos – como ustedes lo saben – sino que también producía menos en nuestras destilerías y en nuestras refinerías sub-explotando su capacidad.
Fue precisamente, a partir de la decisión que adoptamos la más difícil, porque tal vez, como siempre lo manifiesto, hubiera sido más fácil el ciento por ciento, pero decidimos jugarnos a que la empresa siguiera cotizando en bolsa, a dar una muestra de que éramos capaces de trabajar y ser fiscalizado también. Por eso la decisión fue del 51 por ciento el control del Estado y la mejora sustancial en la producción.
Siempre le digo a Miguel y a todo su equipo, a Axel y a todos: “nos van a tirar, cada vez que andemos mejor cada vez nos van a tirar más”. Es casi una regla de determinados sectores que necesitan gobiernos débiles, que necesitan sociedades sojuzgadas para poder imponer intereses de los sectores minoritarios. Y los trabajadores de la Argentina lo saben muy bien, porque yo me acuerdo – compañeros – del año 1998, cuando el barril de crudo llegó a 9 dólares y miles de trabajadores petroleros quedaron en la calle. No me lo contó nadie, yo vivía en Santa Cruz, no vivía en Buenos Aires, soy testigo de lo que nos pasó.
Por eso creo que los trabajadores, junto al personal jerárquico, junto a los otros gremios que trabajan en la industria petrolera: petroleros, de la UOCRA, camioneros, todos juntos debemos cuidar las fuentes de trabajo, mejorar la competitividad de la empresa, porque si nosotros logramos producir más y mejor vamos a estar cuidando muy bien nuestras fuentes de trabajo, y fundamentalmente los intereses de la Patria a los que estamos indisolublemente ligados. Y si hay un lugar donde la Patria se siente indisolublemente ligada a los intereses de los trabajadores y de las empresas es precisamente en esta Patagonia y en este Comodoro Rivadavia, cuna del petróleo argentino.
Las cifras que recién el ingeniero Galuccio mostraba…los pibes siempre van a estar, si no están los pibes estamos en problemas, los trabajadores y los pibes si no estamos en problemas, todos juntos. Los quiero mucho. Quiero decirles que las cifras, que recién mostraba el ingeniero Galuccio demuestran a las claras lo que ha sido YPF, en esta gestión de apenas 8 meses, cómo hemos logrado revertir. Yo tampoco soy ingenua, yo creo sinceramente y lo he dicho, en muchas oportunidades, que creo que había una cierta orientación, una cierta intención precisamente de que la gente estuviera molesta porque faltaba la nafta o por muchísimas cosas más porque sino no se entienden las cosas que han pasado. Pero yo no quiero detenerme en ese pasado, que afortunadamente, hemos dejado atrás, quiero hacer hincapié en este presente y, sobre todas las cosas, en el futuro. Y como Presidenta de todos los argentinos poder venir, aquí, a Comodoro Rivadavia, y pararme frente a ustedes: a los trabajadores, a los ciudadanos, a los habitantes de Comodoro, a los chubutenses, junto a las autoridades de YPF, y poder venir a rendir cuentas de lo que estamos haciendo, de lo que hemos crecido y de esto que no se hacía.
Lo charlábamos con el Gobernador, hacía más de 15 años que no se hacía un proceso de exploración, en Comodoro Rivadavia. He venido a rendir cuentas, entonces, de esta tarea, que es volver a colocar a YPF entre las grandes empresas, a nivel global. Tenemos la tercera reserva de gas no convencional, pero yo estoy segura – además – que tenemos muchísimo convencional que todavía tenemos que extraer y aún que explorar en muchísimas partes de la República Argentina y de nuestra Patagonia también.
Por eso queremos ir por todo: por el convencional y por el no convencional, con toda la fuerza de los trabajadores, de las empresas, de sus técnicos, de sus profesionales, de sus ingenieros, de sus mujeres, en un país que ha venido sorteando esta crisis internacional sin precedente. Todos los días, cuando encendemos nuestros televisor, vemos – en la sección internacionales –despidos por doquier en los países desarrollados, compañías aéreas que achican y despiden a sus trabajadores, desalojos y, sin embargo, esta crisis que en otro momento, de habernos tomado en otro período histórico y económico y social hubiera arrasado con la Argentina hemos podido sostener, sin embargo, el nivel de empleo, y aún cuando no hemos crecido con la intensidad que lo venimos haciendo en los casi últimos diez años, este año que fue la peor crisis de todas, hemos crecido al 1,9 por ciento nuestro Producto Bruto Interno, que va a ser publicado – seguramente – el próximo día viernes. Un 1,9, yo creía que íbamos a estar un poco más abajo todavía, pero se repuntó en el último trimestres, se notaba en el último trimestre el repunte. ¿Y saben por qué pudimos hacer frente a esta crisis? Porque del año 2003 en adelante, comenzamos a desarrollar nuevamente nuestras industrias. Si hubiéramos sido solamente un país de servicio, como son alguno de los países que han caído estrepitosamente, en Europa, porque cuando hay una crisis el servicio no puede mantener el trabajo e inmediatamente cae. La que puede sostener y aguantar más tiempo la dureza de una crisis global es la industria porque tiene una matriz de núcleo duro de manutención del trabajo y fundamentalmente porque sirve para alimentar al mercado interno que hemos desarrollado y que es lo que nos ha permitido sobrevivir en esta crisis tan fuerte.
Este mercado interno que sigue consumiendo porque sigue la política, inaugurada en el año 2003, de mejorar constantemente el poder adquisitivo de nuestros trabajadores, porque ha desarrollado políticas de inclusión social, como la Asignación Universal por Hijo, que ha permitido que aquellos sectores que no tienen un trabajo formal o que aún están desocupados puedan consumir y esto es básico: sostener la demanda y sostener el consumo para que la industria pueda seguir produciendo. Esta ha sido una de las claves, porque eso es muy importante darse cuenta, entender, comprender para no volver a equivocarnos nunca más.
Yo quiero terminar con una carta, un e-mail, bueno ahora ya no te mandan más cartas, un e-mail, que recibí anoche de un comprovinciano suyo, Galuccio, el Gobernador de Entre Ríos. A las diez de la noche me mandó un e-mail, con un título que decía: “Estalló Entre Ríos”. “Mi madre”, dije yo. “¿Qué pasó?” y me lo puse a leer detenidamente. Me hablaba de lo que había significado, este fin de semana largo, para la provincia de Entre Ríos, más de medio millón de personas ingresaron a Entre Ríos, más de 250.000 en el Carnaval de Gualeguaychú. En la ciudad de Federación – me cuenta – donde está el centro termal más importante y desarrollado de la provincia, 60.000 mil ticket, en enero, el 50 por ciento más que el récord del año pasado, y ayer a la noche, estaban saliendo – por hora – de Entre Ríos 2.700 vehículos por horas, más que de la Costa Atlántica.
Todo esto ¿saben por qué, no? Son varios los motivos: primero, porque mucha gente que antes no podía vacacionar va a destinos internos turísticos argentinos no convencionales, lo convencional es ir a la costa, a la playa. Y también porque en algunos lugares de la costa y de la playa se les fue la mano con los precios. Entonces la gente que no es más tonta dice: “Así, bueno, enfilo para otro lado, donde no me arranquen la cabeza y me roben”. Porque a nadie le gusta que lo roben y me parece muy bien, para que vayan aprendiendo cómo viene la mano. Y lo que hay que hacer para cada uno defender sus propios ingresos.
Por eso esta Argentina que crece, esta temporada turística sin precedentes, en destinos convencionales, también en salida de argentinos al exterior, para desmitificar esto de que no se pueden ir. No se puede ir el que no tenga plata, o no tenga… pero el que tiene plata si se puede ir, y el que tiene no tanta plata y puede pagar cuotas también se puede ir, porque aumentó un 13 por ciento. Y bueno está bien, está muy bien que los argentinos disfruten de esta Argentina tan distinta – compañeros – tan distinta a aquella del año 2001. En esta Patagonia lo conocimos muy bien, en esta Patagonia que quedó devastada prácticamente, luego del todo el período y la oleada de privatizaciones, en esta Argentina y en esta Patagonia que quedó totalmente abandonada, en esta Patagonia en la que estamos llegando – con la línea de 500 – allá a la punta del continente para interconectarnos definitivamente; en esta Argentina donde hemos vuelto a construir viviendas, para los que no pueden acceder a ella, y hemos vuelto a generar planes de viviendas, como el Procrear, para los que sí tienen capacidad de tener una casa; esta Argentina en la cual los chicos que van a nuestras escuelas secundarias públicas tienen derecho a tener una netbooks para cubrir esa brecha digital; esta Argentina donde los jubilados que se habían quedado colgado de las ramas porque no le habían hecho sus aportes o porque no tenían ingresos, hoy tienen la mayor cobertura previsional de la América latina; esta Argentina que ha vuelto a recuperar a YPF; esta Argentina que ha vuelto a recuperar la noción de dignidad, de pertenencia y de identidad de los argentinos.
Aquí en la Patagonia siempre digo, las cosas siempre nos resultaron más difíciles… el clima. Recién me comentaba una de las chicas, de las que siempre me acompañan, pero que vive en el Norte me decía: “usted no sabe fuimos hasta el Pozo, usted no sabe lo que…” Sí sé – querida – lo que es un pozo; sí sé – querida – lo que es trabajar en el campo; si sé querida – lo que es subirte al colectivo y trabajar 24 por 24, 12 por 12, sé todo eso porque viví acá, no me lo contó nadie. Entonces, quiero pedirles a todo, que en nombre de esos sueños, en nombre de esos dolores, de esos fracasos y de esas frustraciones que tuvimos que vivir, durante aquellos años, no nos olvidemos. No para torturarnos o flagelarnos, sino simplemente para valorar lo que hoy tenemos y seguir luchando por una YPF cada vez más grande, por una Patagonia cada vez mejor. Martín decía que aquí en la Patagonia, y es cierto ,vamos por debajo de la tierra, pero yo también tengo una ilusión, porque hoy estamos inaugurando una importante frigorífico en Gobernador Costa, que nos va a permitir faenar 90 mil corderos u ovejas, como mejor les guste, y hasta 20 mil vacas, y estamos también inaugurando una torre de la televisión digital gratuita, abierta. Pero yo tengo – Martín, patagónicos, chubutenses, comodorenses – la gran esperanza de que en esta Patagonia no solamente podamos arrancarle la riqueza de debajo de la tierra, sino que también con agua, con riego, con tecnología le saquemos riqueza a la superficie. Porque con agua, con voluntad, con ciencia, con tecnología sé que lo vamos a poder hacer.
No debemos olvidarnos que los recursos que están debajo de la tierra no son renovables, por eso tenemos que pensar estratégicamente, alguien que tiene la responsabilidad de presidir la República no puede pensar únicamente para mañana, pasado mañana o el año que viene y más aún cuando sos hijos y los hijos de sus hijos van a vivir aquí. Tengo la obligación de pensar en términos estratégicos y por eso también convocarlos a todos: empresarios, ciudadanos, científicos, profesionales a imaginar también una Patagonia donde produzcamos verdes, donde produzcamos alimentos, donde saquemos también riquezas de la superficie de la tierra y acompañemos el inmenso esfuerzo y sacrificio que viene de las entrañas del suelo. Ese es el gran desafío, no tengan dudas y allí estaremos porque estamos moldeados por el viento, estamos sacudidos por el frío, estamos torneados en la lejanía de los grandes centros urbanos, aquí muchas veces se siente la soledad y el abandono y quien ha experimentado esta sensación de soledad y abandono, como alguna vez lo vivimos los miles y miles de patagónicos, sabemos que el compromiso deber ser que nunca más ningún argentino vuelva a sentirse solo y abandonado en su Patria, porque su Patria lo cobija, le da trabajo, le da futuro, le da esperanzas, le da amor y le da lo único que puede darle la Patria, que es futuro y dignidad.
Muchas gracias, los quiero mucho a todos, que Dios los bendiga a todos ustedes y a sus familias, muchas gracias.