Muy feliz ayer en Rosario, en ese renovado homenaje a la Bandera Nacional.
Recordamos junto a todos los argentinos, a ese gran hombre, a ese gran patriota que fue Manuel Belgrano, que vió la necesidad de crear una bandera para identificar al pueblo argentino frente a los que eran sus enemigos. La necesidad de los símbolos como identidad nacional.
Frente al modelo centralista, era necesario, precisamente, construir un modelo nacional, popular, federal, de reconstrucción nacional.
La historia hay que contarla completa para entenderla. Hay que contarla completa, porque sino, corremos el riesgo de cometer nuevamente errores.
Cualquiera tiene derecho a preguntarse, bueno, si hubo malos gobiernos los errores fueron de esos gobiernos. Podemos decirlo eso en tiempos donde los argentinos no teníamos el derecho a votar y nos imponían el yugo de las dictaduras.
Pero los argentinos podemos votar y elegir libremente, al menos dos de nuestros poderes, el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, (por ahora, no sea cosa que en algún momento venga una cautelar y no nos dejen votar presidente o legisladores).
En democracia cuando hay la posibilidad de ejercer libremente el voto, la responsabilidad de los gobiernos que tenemos es de cada uno de los 40 millones de argentinos.
Esto es importante porque es el ejercicio puro y profundo de la democracia, esta democracia que nos va a costar profundizar.
El acto de la democracia no es solamente el acto de votar. Es lo que viene después también.
Es la posibilidad de legitimar a través de la acción de gobierno que se está gobernando para todos los argentinos, para los más vulnerables y en defensa de los intereses nacionales.
¿Cuáles son los enemigos que enfrentó Belgrano?
¿Qué similitud tenemos con aquellos gobiernos impuestos por las grandes metrópolis que se llevaban de aquí todo para el gran mundo desarrollado con este mundo contemporáneo?
¿Cuál es el modelo de dominio que se quiere tener sobre los países? Ya no es necesario mandar ejércitos, ya no es necesario poner gobiernos.
En los países se encuentran dirigentes que sin ningún tipo de problema gobiernan en nombre de esos intereses traicionando los intereses del pueblo y de la Patria.
El resultado de esas políticas de endeudamiento, de hambre, de falta de trabajo es objetivo, cuantificable, palpable y muchos en el cuero propio.
¿Quiénes son hoy esos? Los que desde los tribunales del exterior pretenden que le paguemos por afuera de lo que ordenamos en la reestructuración de la deuda y encuentran aliados internos.
Los personajes pueden cambiar, pero las metodologías y fundamentalmente aquellos que tienen colonizada la mente no cambian a través de los tiempos.
Por eso es importante la historia, por eso es importante recordar, y esas son las luchas y las batallas contemporáneas, de un mundo que se está cayendo.
Hemos conquistado libertades, porque el trabajo es libertad, tener trabajo es tener libertad; tener salario digno, es tener libertad; tener educación, es tener libertad.
Y todavía nos falta conquistar más libertades, todavía nos quedan vergüenzas, todavía tenemos cosas que lograr.
La voluntad popular esta sobre cualquier otro poder, y también el derecho a votar.
Me cuesta creer que en este siglo XXI, en este tercer centenario de la República, estén impidiendo a los argentinos votar.
Es un compromiso de democratizar a los tres poderes del Estado, no para este gobierno ni para el que viene, ni para el de ayer, es para la historia. Es para todos para que cuando se sienten frente a un juez sepan que ese juez está controlado también, porque ustedes votaron, y por lo tanto su vida, su patrimonio y su libertad no están sujetos al antojo mediático de las grandes corporaciones o al poder de los que solamente tienen dinero.
No es cargar las tintas sobre esto, sino también entender qué pasó. Con mucha tranquilidad, con mucha serenidad.
Los partidos políticos están consagrados en el artículo 38 de la Constitución Nacional reformada en el 94 como los únicos representantes institucionales del pueblo.
No fue una introducción que hiciéramos nosotros los peronistas, la impulsó la figura del doctor Alfonsín. Era un obsesivo del sistema de partidos políticos y consagró que toda representación popular se debe canalizar a través de los partidos políticos.
Y lo que es más importante, el artículo número 1 de nuestra Constitución que establece desde 1853 en adelante, el sistema representativo, republicano y federal.
¡Qué oportunidad se han perdido de encabezar un proceso de cambio como el que empezó Néstor Kirchner en el año 2003, qué oportunidad perdida para la democracia y las instituciones!
Cuando uno toca determinadas corporaciones, cuando uno toca determinados poderes, enseguida viene el vuelto.
Si mi rol en la historia es haber abierto el debate por una Justicia democrática, por una Justicia legítima y mejor en la República Argentina, estoy dispuesta a aguantar todo lo que se me venga encima.
Mi compromiso es con la historia, con el pueblo y, fundamentalmente, con la memoria de aquellos que dieron su vida para vivir en una Argentina mejor.
Mi compromiso es también por lograr una Justicia que de verdadera seguridad a los argentinos.
No hay buena seguridad sin buena justicia.
No es una disputa o una cuestión de derecho institucional. Es el derecho a tener una vida mejor por parte de los 40 millones de argentinos.