La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner con la juventud en el Patio de las Malvinas, 31 de julio de 2014.
Me llena de polenta y de fuerza para seguir adelante, porque sabés qué es lo que pasa, acá un compañero me grita: “gracias por pensar el futuro”. Sabés por qué pienso el futuro, por ahí porque lo siento no solamente como un compromiso con los 40 millones de argentinos y voy a ser absolutamente sincera, sino también lo siento como un profundo compromiso con quien fuera mi compañero de vida y de militancia.
Y la verdad que cuando hoy leyendo sus cosas y bastante siempre releo sus discursos, fundamentalmente el del 25 de mayo, cuando asumió y cuando encontré ese discurso, que seguramente ustedes me escucharon leer, en San Nicolás de los Arroyos, allá por febrero de 2004 dije: “mira vos el tipo, estaba hablando de lo que iba a pasar diez años después y de lo que teníamos que hacer y de cuál era la línea, que teníamos que seguir”. Y hay una parte del discurso que yo no sé si me olvidé de transcribirla pero él dice que “no vine acá a estar sentado”. Lo decía a poco de haber asumido como Presidente, era febrero de 2004; “no vine a durar, vine a cambiar las cosas”. Y vaya que las cambió porque pese a quien le pese, le guste a quien le guste, Néstor Kirchner cambió la historia.
Y como él dice que era verborrágico, que era bizco, que seseaba, que el traje cruzado, que los mocasines, que diez mil cosas, pero estuvo ahí y lo cambió y lo cambió definitivamente. Porque saben cuál fue el gran valor de él, cambiar lo que nos decían que no podía ser, decían que si no hacíamos los que nos decía el Fondo Monetario nos caíamos del mundo y él dijo:”no, nos caemos del mundo”. Decía que si no hacíamos lo que nos indicaban desde afuera no… es más recuerdo algún editorial, que le pronosticó a ese Presidente, que venía del Sur, apenas un año de vida y sin embargo ahí estuvo para bajar los cuadros, para iniciar el proceso de Justicia, Verdad y Memoria.
Y la verdad que sirvió para romper esquemas, para romper los moldes preestablecidos, para romper las estructuras mentales, que nos habían creado y de los límites, él vino a romper los límites que nos habían puesto desde afuera y extendió los límites para todos, para incorporar as los jóvenes, a los jubilados, recién mirábamos las cifras. Yo digo, la pucha, tal vez ustedes son muy jóvenes, pero no se acuerden. Mirá si Norma Plá hubiera vivido y hubiera conocido a Néstor con el tema de las jubilaciones seguramente otra Argentina hubiera sido posible. Hoy veía las cifras, los aumentos más grandes de las jubilaciones no se lograron a través de la Ley de Movilidad Jubilatoria, lo logramos a través de la decisión y de la voluntad política de él, como Presidente de los argentinos. Y luego los consagramos en ley, para que nadie se olvide.
Ahí veo una bandera de Palestina, ¿creo o me equivoco? es una bandera de Palestina. Nuestra inmensa solidaridad con todos los niños, las mujeres, y todo lo que está sucediendo allá, la verdad que nos duele desde lo más profundo. Yo conocí Palestina, somos un país que tiene embajada en Ramallah, en la capital del Estado Palestino, y hoy tenemos un sacerdote con 29 niños discapacitados y unas monjas en un sótano de una iglesia, en Gaza.
Estamos hoy haciendo los trámites y estamos constantemente en contacto para que les lleguen alimentos, porque están sin electricidad, sin alimentos y sin víveres, y son niños que el cura no quiere abandonar porque son niños palestinos que además sus familias no los pueden recibir porque dicen que el cura los va a cuidar mejor. Están encerrados en un sótano. Dios ilumine, cualquier Dios ilumine, no se puede hablar de Dios y hacer esas cosas, para hablar de Dios, cualquiera sea el Dios al que le recemos, sean en el templo, en la mezquita o sea en la iglesia, hay un solo Dios y ese Dios jamás puede justificar la destrucción, la devastación de inocentes. Por eso quiero también solidarizarme con esa situación y convocar, una vez más, al cese del fuego y a la paz en este mundo de violencia, de tanta injusticia.
Y la verdad que si uno piensa realmente la falta de racionalidad que hay en todo esto, porque llega un momento en que ni siquiera uno piensa en la maldad, sino simplemente que la racionalidad o el odio termina nublando los corazones, y lo que es peor: las mentes. Porque nunca nadie pudo exterminar a ningún pueblo y yo creo que tal vez los que hoy tienen una superioridad numérica ellos mismos tienen que darse cuenta que a ellos también los quisieron eliminar y no pudieron. Nadie puede eliminar a los pueblos. Por eso, es importante que la razón pueda primar sobre la irracionalidad y el odio y por eso yo hago una convocatoria, desde acá, con la bandera argentina, con la bandera de Palestina, con la bandera de todos los estados para que haya paz y unidad.
La verdad que, fíjense que no hay posibilidades, siempre hubo esas fantasías macabras de exterminar al otro, la dictadura, la propia dictadura tuvo la fantasía macabra de que iba a exterminar diezmando a una generación o a varias generaciones enteras, iba a enterrar los sueños de un país mejor, de un país más justo, de un país con fábricas, con científicos, con trabajadores, con maestros, con educación. No se puede exterminar el futuro, porque el futuro siempre te alcanza tarde o temprano.
Y acá está la JP, vieron, tampoco pudieron y uno de ellos, que el 25 de mayo del 73, estaba en la Plaza, terminó 30 años después, sentado en el sillón de Presidente. Vieron que con la historia no se puede.Por eso y para finalizar porque ya se me está acabando la voz yo les quiero pedir, a todos los compañeros y compañeras, y a través de ustedes que lleven el mensaje a cada argentino, piense como piense, que en estos momentos, donde vemos un mundo atravesado por una locura irracional lo que tenemos que tener los argentinos es una unidad nacional, porque tenemos todavía pendiente un país que soñaron San Martín, Belgrano, Rosas, Perón, Irigoyen, que también estoy segura soñó Alfonsín.
Y ese país pendiente, ese país que hemos construido mucho, pero que todavía falta lo vamos a lograr si nos mantenemos unidos, vamos a poder ser un país en este siglo XXI de los más importantes, que no significa esas idas de subordinación y dominación, que tuvieron los colonizadores europeos del siglo XIX y los dominadores de la Guerra Fría, nosotros no creemos en eso: creemos en la solidaridad, creemos en la cooperación y creemos en el amor y creemos en la unidad de los pueblos.
Gracias compañeros, muchas gracias a todos.
Necesitamos que los distintos dirigentes responsables de las organizaciones, también organicen cursos de formación sobre política internacional, sobre historia internacional.
Ustedes se dieron cuenta que prácticamente, salvo cuestiones catastróficas o muy evidentes, parece como que la Argentina fuera un planeta solo en el mundo, que no existiera el resto, porque no hay una sola noticia internacional de nada, de las económicas ni hablemos.
Tenemos que prepararnos, tenemos que saber, porque al que no estudia, al que no sabe lo que pasa y cómo se fueron produciendo los acontecimientos, lo llevan de la nariz. Sobre todo, en un mundo, donde los medios de comunicación y, fundamentalmente también, las redes sociales han adquirido una gran importancia, el problema es la selectividad de la información.