Patio militante luego de la presentación de la ampliación del programa Progresar 2015. Jueves 12 de Marzo del 2015.
Primero quiero agradecerles a todos los compañeros y compañeras que hoy están en los patios militantes, esta vez no puedo hablar en todos, voy a hablar en este. Es que tengo que recibir a numerosos intelectuales que han venido de distintas partes del mundo. Pero déjenme decirles algo, quiero agradecerles a cada uno de los patios militantes el acompañamiento permanente de esta juventud increíble. A todos ustedes que llenan este Salón de los Patriotas Latinoamericanos, a los compañeros y compañeras que están en el Patio de las Palmeras, a los que están en el Patio de Malvinas Argentinas quiero hacerles y rendirles un merecido reconocimiento. ¿Por qué? Porque algunos, en letra de molde y en algunos comentarios, decían que en realidad no podíamos hacer acto, no teníamos convocatoria y que por eso hacíamos los Patios Militantes.
El primero de marzo, esta pasado primero de marzo debo contarles algo y debo sincerarme profundamente, no solo con ustedes, sino con todos los argentinos, con todos mis compatriotas que como nunca, en un 1° de marzo, acompañaron no a una mujer, no a una Presidenta, sino que acompañaron llenando plazas y avenidas, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a un proyecto político.
Y debo ser tan sincera, que debo reconocer que siempre los dirigentes, cuando evaluamos o pensamos sobre nuestro pueblo, muchas veces también nos equivocamos. Quiero contarles que sabía que iba a haber muchos compañeros, que sabía que se iban a movilizar las organizaciones, los militantes, pero la verdad que lo que más me sorprendió fue la cantidad de gente, que sin pertenecer a ninguna organización, yendo solos o sueltos, algunos y algunas por primera vez a la Plaza, fueron a testimoniar no la adhesión a una Presidenta, sino fundamentalmente a un proyecto democrático. Y esencialmente también creo que mucha gente se había sentido angustiada con tanta agresión, con tanto ataque, porque aún aquellos que por ahí no están de acuerdo en todo lo que hacemos como política, porque es imposible hacer que todos estemos de acuerdo con todos, aún aquellos también se sintieron llamados a estar presentes. Y muchísima gente concurrió sola o con su familia y muchos por primera vez a una manifestación o a un lugar.
Quiero agradecer a ustedes por supuesto, como siempre, pero yo quiero agradecerle a esas decenas y decenas de miles, que se volcaron a la calle, que iban por las calles aledañas. Yo los veía cuando iba a lo largo de Callao, ocupando toda la Avenida Callao y viniendo por las calles transversales y déjenme decirles que una vez más, aún cuando uno se cree por ahí que tiene un gran poder de análisis y demás se equivoca cuando analiza este maravilloso pueblo que tiene mucho más para dar de lo que uno cree todavía.
Quiero reconocer también la maravillosa pluralidad y diversidad de ese acompañamiento, es cierto de esa masiva presencia juvenil que caracteriza y que tanto me enorgullece en nuestras movilizaciones, pero también pudimos ver a mucha gente mayor que nos acompañó, a mujeres, a hombres y mujeres de mediana edad, a familias con sus hijos, con sus chicos arriba, y estaban bajo la lluvia y sin paraguas. Y ojo, que a mí me encantan los paraguas y tengo un montón, me encantan los paraguas, me parecen muy elegantes. ¿Por qué digo eso? Porque recuerdo una anécdota, tal vez ustedes no la hayan escuchado nunca de ese gran compositor argentino, de ese gran peronista, que fue Enrique Santos Discépolo, les voy a contar una anécdota de él con ese espíritu romántico y revolucionario que tenía ¿no? Saben que ese que escribió “Cambalache”, cuando todo parecía que se venía abajo, tenía una novia y ambos decepcionados de la vida, habían hecho un pacto de que querían morir juntos y que se iban a tirar en la costanera, al río. Escuchen porque esta es una anécdota maravillosa. Y justo el día en que habían acordado hacer esto, llovía copiosamente. Y Mordisquito, como era conocido, ¿se acuerdan? era flaco y chiquito, fue a la costanera al lugar donde había convenido encontrarse sin paraguas y sin nada, claro por qué iba a ir con paraguas si se iba a tirar al agua, así todo aterido de frío vio venir a quien lo iba a acompañar en su sacrificio, entonces ve que para un taxi y la ve bajar del taxi con botas de lluvia, piloto y paraguas. Entonces le dice: “m así, andá, viví”.
Esa anécdota me quedó grabada y siempre la cuento porque refleja también en cierta manera un espíritu de época y una estirpe de gente, como era Enrique Santos Discépolo. Y la verdad que yo quiero agradecerles mucho este acompañamiento, y quiero agradecerles también porque esto es lo que da fuerza para seguir adelante formulando políticas como las de hoy, que van a incluir a muchos más jóvenes para que puedan estudiar. Yo quiero que todos los jóvenes de mi país, de nuestro país, puedan estudiar. Dios mío, que tengan la suerte de tener un trabajo y educación. Lo que pasa es que sabemos que cada vez va a ser más difícil conseguir trabajo si no tenemos educación. Por eso es necesario seguir teniendo a la educación como uno de los pilares fundantes de este proyecto político.
Por eso también esa Asignación Escolar extraordinaria para empezar el año para todos los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, para que el pibe de la AUH tenga los mismos útiles escolares del pibe que su padre tiene trabajo formal. Queremos cada vez mayor igualdad, mayor equidad, porque la igualdad y porque la equidad también nos va a hacer vivir en un país cada vez más seguro, donde nadie te envidie ni te quiera sacar algo porque tenés mejor guardapolvo, mejor cartuchera, mejor mochila o más lindas zapatillas. Todos tienen que entender, los argentinos piensen como piensen y estén donde estén que la mejor garantía para un país más seguro para todos es mayor igualdad. El gobierno que logre mayor igualdad va a ser el que logre mayor seguridad para todos los argentinos.
¡Qué linda palabra, me encanta! Y sí, cuando la gente, como pasó con el primer peronismo que se inició en el 45 y que fue derrocado en el 55, 10 años de aprendizaje para el pueblo, 10 años que supieron que podían tener derechos, que en aquellos momentos eran el medio aguinaldo, el salario, las vacaciones, la casita, y ahora los argentinos en este proyecto que este próximo 25 de mayo va a cumplir 12 años, son 12 años en que los argentinos han aprendido que era mentira que teníamos que vivir arrodillados y pidiendo disculpas para que nos fuera bien.
En estos 12 años aprendimos que era mentira que los mejores gobiernos eran aquellos que eran elogiados desde afuera. Sabíamos y aprendimos que los mejores gobiernos que podemos tener los argentinos, son aquellos que son reconocidos, primero, por su pueblo y en su tierra, por las cosas que han construido. Hemos aprendido que era mentira que la flexibilización laboral o la reducción de derechos generaba la riqueza, al contrario, generaba esclavitud y generaba pobreza. Hemos aprendido que es posible vivir en un país donde el Estado se hace cargo de los sectores claves de la economía y los administra con eficacia y eficiencia para todos los argentinos.
Lo aprendimos con Aerolíneas Argentinas, lo aprendimos cuando recuperamos la administración de las AFJP, lo aprendimos cuando recuperamos YPF, lo aprendimos cuando recuperamos al espacio radioeléctrico y hoy tenemos satélites argentinos en el espacio. Aprendimos también que los jóvenes pueden ser convocados a un proyecto político, no para ir a repartir boletas o volantes, sino para ser protagonistas de la historia. Las mujeres aprendimos también que tenemos los mismos derechos que los hombres y si somos más inteligentes que alguno, también el lugar de él nos corresponde.
Los científicos aprendieron que hay un país que los valora, que los va a buscar y que pone en sus manos las mejores herramientas para que con su conocimiento puedan ayudar a seguir creciendo, ellos como científicos y el resto de los argentinos gracias a sus conocimientos.
¡Cuántas cosas hemos aprendido los argentinos! Pero la más importante de todas es que estos logros, que estas conquistas, que estos derechos no significaron quitarle nada a nadie, al contrario.
Yo desafío, o más que desafiar les pregunto, porque desafiar es feo, después dicen que soy mala y que ando desafiando, no. Yo quiero preguntarles, no a ustedes, ahí está la cámara de televisión, quiero preguntarles a todos los argentinos, aún a los que no me quieren, cómo estaban en el 2003 y cómo están ahora. Y les digo que como seguro no nos van a votar y van a votar a cualquier otro, pese a todo lo que ganaron, asegúrense que ese que voten, les pueda seguir dando las mismas cosas que ganaron en estos 12 años. Porque después, ¿saben qué?…Y les digo que lo piensen bien, porque siempre hay que pensar, y les digo que piensen bien porque no se aceptan devoluciones.
Yo me acuerdo de mucho discursito y mucha cosita, pero el que pagó los BODEN 12 del corralito fue Néstor Kirchner y yo también. Bueno, la verdad que fue Néstor y Cristina los que pagaron los BODEN 2012, los BODEN 2012 también los pagué yo.
Pero digo todas estas cosas, casi reflexiones o pensamientos en voz alta, para compartir con todos ustedes con alegría, con mucha alegría, porque ¿saben qué? Tenemos mucha alegría de poder estar frente a los 40 millones de argentinos y decirles a todos, a los 40 millones de argentinos, que podemos mirarlos a los ojos y nadie nos puede reclamar que le hayamos sacado nada.
Tal vez el tono, tal vez el estilo, tal vez que somos peronistas, kirchneristas, yo diría tal vez y para unificar un poco, que somos nacionales y populares, que define y engloba a muchos y que es más amplio.
Ustedes saben, para finalizar, estas últimas reflexiones sobre lo que vivimos, las tuve el otro día cuando con motivo de recibir el avión número 70 de Aerolíneas Argentinas en Ezeiza, sí el avión número 70, el último de fuselaje ancho lo habíamos comprado en el año 78, y el otro día cuando iba rumbo a Ezeiza, al acto, un compañero me acercó tapas del diario, no importa cuál, ya saben, y no, no, al contrario, si ayuda a reconstruir la historia, y precisamente reflejaba el 2001 y aparecieron personajes que vuelven a aparecer ahora, increíble, no voy a dar nombres, todos ustedes saben, y en futuras alianzas también, ¡Dios mío!, la palabra solamente escucharla da escalofríos.
Pero bueno, por eso me gustaba hacer estas reflexiones, me puse a pensar en esas tapas porque cuando pasaban esas cosas en el país, Néstor era gobernador en la provincia de Santa Cruz y yo era senadora nacional, me tocó vivir, como al resto de los senadores, como al resto de los argentinos, momentos muy difíciles y cuando una reflexiona sobre estas cosas no es tirar sal sobre las heridas, es como dije el otro día, evitar volver a esas heridas en el cuerpo argentino.
Y por eso creo que todos los argentinos tenemos una gran responsabilidad. Una gran responsabilidad que es la de pensar, más allá de las broncas o más allá de las cosas que nos picotean todo el día la cabeza. Mirarse cada uno de nosotros y fijarse o compararse cómo estábamos en esa época y cómo estamos hoy. Sin lugar a dudas, una parte importante del esfuerzo que toda persona tiene que hacer para poder progresar o estar mejor, pero ojo, que durante décadas muchos se esforzaron, se progresaron y nunca llegaron, como aquella canción de Sui Generis, se agarraron del pasamanos pero igual se tuvieron que ir porque el subte no los dejaba en ninguna parte.
Así que vamos con PROGRESAR, vamos con estudiar y vamos con seguir trabajando todos los días como si fuera el primero. Gracias a todos y a todas, los quiero mucho.
CFK
Necesitamos que los distintos dirigentes responsables de las organizaciones, también organicen cursos de formación sobre política internacional, sobre historia internacional.
Ustedes se dieron cuenta que prácticamente, salvo cuestiones catastróficas o muy evidentes, parece como que la Argentina fuera un planeta solo en el mundo, que no existiera el resto, porque no hay una sola noticia internacional de nada, de las económicas ni hablemos.
Tenemos que prepararnos, tenemos que saber, porque al que no estudia, al que no sabe lo que pasa y cómo se fueron produciendo los acontecimientos, lo llevan de la nariz. Sobre todo, en un mundo, donde los medios de comunicación y, fundamentalmente también, las redes sociales han adquirido una gran importancia, el problema es la selectividad de la información.