Ayer cuando volvía de ese magnífico viaje al Paraguay, donde el gobernador de Entre Ríos, y los argentinos en general, restituimos y reparamos entregándole al gobierno de la República del Paraguay, muebles del Mariscal Francisco Solano López, me encontré con un cable, de un portal de noticias, del titular de uno de los fondos buitres, el señor Mark Brodsky, titular del fondo Aurelius, que según el portal informaba, que dio por cerrada la negociación con privados y advirtió, a los argentinos, entiendo, a todos, a los 40 millones, que “lo peor está por venir”.
La noticia da cuenta de que en las negociaciones privadas que había, que primero empezaron aparentemente entre bancos nacionales y luego continuaron con bancos internacionales habían fracasado. Pero yo quiero rescatar algunas de las frases textuales que dijo el titular de Aurelius, el señor Mark Brodsky: “ninguna propuesta fue remotamente aceptable, no hay perspectivas realistas de una solución privada”.
Primera conclusión: algunos titulares, que hablaban de la impericia del gobierno, tal vez alguno que dijo: “han confiado esto a una señora y a un joven”. ¿Fue así la frase? Bueno, han intervenido otros, que parecen que tienen mucho más pericia que la señora y el joven y tampoco les ha ido bien con los fondos buitres. ¿Saben por qué? Porque no quieren arreglar, este es el gran tema de los fondos buitres. ¿Solamente por avaricia y codicia? No, no solamente por avaricia y codicia, sino también por una decisión política y geopolítica de querer volver a endeudar a la Argentina y tirar abajo, de cualquier modo, la reestructuración de deuda soberana.
Esta es la verdadera cuestión y la verdad que no hablo a través de palabras mías, simplemente repito lo que dijo este señor.
Y por ahí no estaba tan equivocado, por algunas cosas que han sucedido en estos días, porque además de esto, de esta amenaza a un país, “lo peor está por venir”, nos gustaría saber qué es lo que está por venir y cómo se puede tolerar, y cómo se puede sentir cada argentino, aquí amenazado y sobre todo cómo puede haber otros argentinos que defiendan a esta gente. Esto es lo que más… debe ser el único país del mundo, donde hay argentinos que defienden actitudes como estas amenazantes e hirientes para la soberanía nacional de una persona que tiene el tupé de amenazar a todo un país, porque acá no dijo: “le vamos a quebrar un brazo a la Presidenta, o me van a torcer la pierna”. No, no esto es una amenaza a todos los argentinos. Y creo que deberíamos tomar cuenta de eso.
Coincidentemente, aunque en realidad nunca hay coincidencias, ustedes saben que yo no creo en las coincidencias, en estos días nos despertamos con un titular muy importante, acerca de una imprenta: Donnelley, que había presentado quiebra y había cerrado y entonces quedaban en la calle 400 trabajadores, queriendo crear un clima de temor entre – obviamente – los trabajadores de pérdida de trabajo, de que se cerraba el empleo.
Y esto no tiene nada que ver con el tema de Lear, este es otro problema, vinculado estrictamente al plano gremial. Estoy hablando del caso Donnelley, que fueron titulares, en varios diarios, así para sembrar pánico y terror en la población acerca de que se estaban cerrando fábricas. Bueno, en estos días había venido el director general de la AFIP para ver si podíamos detectar en algunas empresas argentinas de algunos fondos buitres y habíamos detectado una empresa, que no voy a dar el nombre, pero que es una multinacional, que tiene también una empresa, aquí, en la República Argentina.
Y cuando yo vi que una empresa, que precisamente de Singer, tenía el 7 por ciento de esta empresas y en diciembre de 2013, a fin de este año que pasó, la transfirió a otro fondo de inversión, a Black Rock, o sea NML, de Paul Singer le transfiere a Black Rock, que es otro fondo de inversión.
Entonces, lo llamé de vuelta al director de la AFIP y le digo. “quiénes integran las empresas Donnelley y cuál es la situación, porque para que una empresa, de un día para el otro, despida, declare la quiebra y todo lo demás”. Y bueno, nos encontramos que Donnelley, que es una multinacional muy importante y que tiene una imprenta muy importante, en Garín, también el 60, 70 por ciento, está integrado por fondos de inversión. Y uno de los fondos de inversión es precisamente BlacRock, exactamente la que Singer le había transferido, en otra multinacional, su participación.
Como verán todo hace juego con todo, todo un entramado – yo diría – casi mafioso a nivel internacional y utilizo una palabra de entramado mafiosa, que utilizó Paul Krugman, conocido economista, que dice que hay una mafia internacional que hoy está manejando la economía del mundo.
No lo digo yo, porque soy una argentina, además peronista por lo cual mi palabra no tiene el mismo valor que la de Paul Krugman, que es Nobel, que es norteamericano, que sabe un montón de economía y que habla de mafia financiera internacional, un pequeño grupo, un puñado de gente, que dirige los destinos de la economía mundial y que hoy se está produciendo.
Y he aquí que no terminó mi sorpresa, porque cuando comenzamos a indagar la situación patrimonial de la empresa era buena. Era una empresa que tenía todo al día, no tenía deudas en la AFIP y, sin embargo, había pedido la quiebra.
Pero miren qué curioso, la quiebra la pide un viernes 8 de agosto, pasado, en el juzgado, no quiero mentir, en el Juzgado Comercial, número 19, secretaría número 37, ubicado en Marcelo T. Alvear 1820, segundo piso. Para el que quiera una quiebra rápida ya saben dónde tienen que ir, lo digo para eso, porque después de todo por ahí alguno precisa una quiebra rápida y ya saben dónde ir. Este Juzgado está a cargo del juez Gerardo Santicchia, secretaria de la Dra. Fernanda Mazzoni, bueno para hacerla corta, presentaron el pedido de quiebra, el día viernes, y el auto de quiebra salió, el lunes 11, quiebra exprés, es una nueva modalidad.
Ese mismo día, el 11, que sale el auto decretando la quiebra, hay una presentación de Donnelley internacional, ante la SEC, porque como Donnelley, es una internacional está enlistada en la SEC, que es la Securities and Exchange Commission, de los Estados Unidos: “Donnelley & Sons Company solicitó la quiebra, ante las cortes argentinas debido a condiciones de negocios insostenibles. En conjunción con la quiebra de su subsidiaria, la compañía espera registrar una pérdida por única vez en el rango de los entre 15 a 20 millones de dólares de los cuales se espera que aproximadamente la mitad, sea en efectivo estas pérdidas serán excluidas de las ganancias no auditadas, “non gap yearning”, el desarrollo de este hecho no modificará las proyecciones para el año 2014 incluidas en el reporte de prensa publicado el 30 de julio del 2014, el cual es reafirmado por la compañía en el día de la fecha”.
Ese mismo día también la ministra de Industria pudo rescatar que el 11 de agosto también, fechado en Escobar, dirigían a los proveedores, “estimado proveedor, con mucho pesar y luego de haber considerado todas la opciones, nos vemos en la obligación de comunicarles que estamos cerrando nuestras operaciones en Argentina y solicitando la quiebra de la empresa. Lamentamos profundamente que luego de 22 años de actividad en el país, nos encontremos hoy afrontando una crisis que no podemos superar”.
Cuando mirábamos los estados contables y demás, evidentemente no hay ninguna crisis ni mucho menos y también sabemos que 30 días antes, habían cambiado el directorio, se retiraron todos los directores y dejaron 2 personas aquí en la Argentina. Más acto preparatorio, imposible.
Desde el Estado, la Administración Federal de Impuestos, se ha presentado, primero, ante el juez de la quiebra para que revoque el acto de quiebra y, en todo caso, se extraigan testimonios por el delito de defraudación. Porque, evidentemente, se ha creado un Estado de quiebra que no es tal para, precisamente, estafar o crear temor en la población.
Por eso también, y haciendo uso por primera vez de la ley sancionada, que se llamó “Ley Antiterrorista” y en la cual no pocos compañeros tuvieron diferencias. Inclusive, alguna persona muy ligada a mí, me dijo “pero por qué aprobamos esto”. Porque muchos también, fue como con el famoso índice de movilidad jubilatoria, ¿no?, “que no, que lo que dice el Gobierno”. Bueno, ya pensaban que esto era contra la protesta social, contra los sindicatos, contra los trabajadores, no. El primer caso que vamos a tener de aplicación de Ley Antiterrorista, es esto porque es el artículo 309 del Código Penal, incorporado por el artículo 5º, de la Ley 26.733, publicada en el Boletín Oficial el 28-12-2011 y la Ley 26.734.
En efecto, argentinos y argentinas, hemos formulado denuncia penal esta vez ante la Justicia Federal, porque se trata de un delito federal, por alteración al orden económico y financiero, artículo 309, inciso 1º, apartado a), del Código Penal de la Nación.
Como verán, se trata de un Gobierno que jamás ha sancionado ninguna ley para perseguir a los trabajadores, al pueblo o a la sociedad. Siempre que hemos sancionado leyes o que hemos enviado proyectos de leyes, lo hemos hecho con la sana y auténtica intención de proteger a los argentinos. Es impensable que este Gobierno, que ha hecho de la inclusión social, de la incorporación de millones de argentinos, ande sancionando leyes que luego tenga que arrepentirse.
Hemos denunciado porque estamos ante un verdadero caso de manejo fraudulento y de intento de atemorizar a la población, acompañado también por ciertos medios que se plegaron decididamente a la maniobra y con grandes titulares anunciaban que quedaban 400 personas en la calle, que la industria gráfica se caía a pedazos cuando, en realidad, hemos consultado desde el ministerio de Trabajo, desde el ministerio de Industria y la industria gráfica está bien, con 70.000 trabajadores, estaban editándose revistas de mucha tirada, Editorial Atlántida, edita todas sus publicaciones en esta modernísima planta.
Con lo cual, se trata, lisa y llanamente, de una maniobra. Que no va a terminar tampoco en los juzgados federales o comerciales nacionales, vamos también a ir a la SEC, porque evidentemente, están notificando a sus accionistas de una pérdida de 20 millones de dólares, que van a tener que justificar que perdieron 22 millones de dólares perjudicando los intereses de los accionistas ante la SEC. Esperemos que el órgano de control sea lo suficientemente rígido e inflexible para castigar a los que también castigan en definitiva a accionistas seguramente jubilados norteamericanos que creyeron den Donnelley y bueno, fondos de inversión que tienen en Donnelley, bueno, no tienen ningún problema en tirar 20 y pico de millones de dólares a la calle con tal de crear una situación de zozobra en un país al que quieren ver de rodillas.
Pues conmigo de Presidenta, de rodillas no nos van a ver.