Acá una compañera de atrás me dice que están los pibes y las pibas también para la liberación. Muy bien, compañera. Permítanme decirles que después de escuchar a los compañeros y las compañeras, de conocer sus edades -18, 25, 27-, a los que tengan dudas del futuro, que vengan hoy a Atenas. Y la verdad que después de 41 años, como señalaban los compañeros, y en especial después de 40 años de habernos ido Néstor y yo de la ciudad de La Plata, en este lugar donde se junta el futuro pero también se junta la memoria y la historia, porque que por favor nadie quiera convencernos que la memoria y la historia son el pasado; al contrario, la memoria y la historia son las que nos permiten siempre comprender el presente y construir el futuro. Sin historia, sin memoria, no hay presente y mucho menos aún futuro.
Primero quiero felicitar a todos los compañeros y compañeras que han sabido construir la unidad y recuperar la FULP para el campo nacional y popular, que no se agota en este mesa, que los que no están en esta mesa también deben formar parte de ese campo aún cuando todavía no se hayan dado cuenta. La tarea y el desafío de todos ustedes es persuadir y convencer, este es el desafío de todo militante y todo cuadro político.
Hablando de la historia permítanme un cachito de memoria: en este lugar el 17 de octubre de 1972 se lanzaba la campaña “Luche y Vuelva”, vino a este lugar Héctor J. Cámpora que entonces había sido recién nombrado delegado de Perón en la Argentina, vinimos a este lugar en el marco de esa campaña de “Luche y Vuelva” y volvió.
Pero más temprano todavía también la historia de un homenaje a la memoria de los compañeros que mencionara aquí el compañero, de Semilla Ramírez, que fuera Secretario General de ATULP, de los trabajadores no docentes de la Universidad Nacional de La Plata, gran compañero, gran cuadro. También la memoria… Hoy yo le comentaba a los compañeros que me habían enviado un mail hablándome del Pascua, no era el Pascua, era Pascualin el compañero del FAEP, de Derecho, y yo dije: éste tiene que ser Pascualin. Claro, el apellido no lo conocía nadie, eran todos apodos. La verdad que también un homenaje a todos los compañeros y compañeras detenidos desaparecidos, y sobre todo, acá también diviso a la mamá de Santiago Sánchez Viamonte de la ciudad de La Plata, querida compañera, Madre de Plaza de Mayo, una ciudad muy castigada.
La vida por nosotros, por nuestros hijos, por nuestros compañeros, por nuestros compatriotas. La vida para vivirla, y para que la dejen vivir, sobre todo.
Y para seguir con esta línea histórica me acuerdo de otro día de abril… Desde este lugar histórico también Néstor, mi compañero, 6 días antes del 27 de abril cerraba la campaña acá en la ciudad de La Plata, y como recordaba el compañero, decía que “la historia no será para los que especulen sino para los que se la jueguen” y el se la jugó. Recuerdo otra frase también que dijo en este lugar, 6 días antes de las elecciones, que dijo que el neoliberalismo quería gerentes y que él no iba a ser gerente, que él iba a ser presidente de todos los argentinos. Y la verdad que cumplió con la palabra.
Quería hablar de memoria, de homenaje, de recuerdo, y también de historia y desagravio. Porque la ciudad de La Plata no tiene solamente una historia muy fuerte en materia de compañeros detenidos-desaparecidos sino también de veteranos de nuestra Guerra de Malvinas, y quiero en este día desagraviar a todos aquellos que dieron la vida por la Patria, a todos los que volvieron de las Islas, de nuestras Malvinas. Desagraviarlos porque la verdad que muchas veces cuando uno escucha hablar tan ligeramente de las cosas tiene una cierta tendencia a decir “qué maldad”, pero no, como decía un refrán: no hay que atribuirlo a la maldad, apenas es explicable desde la estupidez.
Realmente el imperativo constitucional de defender la soberanía y representar en todos los ámbitos y todos los momentos el reclamo, la reivindicación de la soberanía de nuestras Islas Malvinas es una tarea que creo que cruza transversalmente a toda la sociedad, pocas cosas tal vez en la Argentina y en nuestra historia crucen tan transversalmente al conjunto de la sociedad en lo que hace a materia de reivindicación y de objetivos nacionales.
Así que en nombre de todos los que estamos aquí presentes y de los que no están también le pedimos perdón a nuestros combatientes, a nuestros veteranos, a los familiares, a los que quedaron en las Islas y que todavía no podemos identificar porque el Reino Unido se sigue negando a las muestras de ADN para que sepamos quiénes son nuestros muertos allá en las Islas, un reclamo que debe ser mantenido en alto porque hace a la vigencia irrestricta también de los Derechos Humanos. Vaya nuestro desagravio y reconocimiento ante lo que considero apenas muestras de mediocridad.
Ni siquiera quiero usar palabras altisonantes como pretendieron para adjudicarme a mí de traidora a la Patria y esas cosas que por ahí andan flotando en el aire. No hace falta insultar a nadie. Simplemente hace falta mirarlos, escucharlos y que el resto de los argentinos también los mire y los escuche, porque fíjense que desde los medios tratan de invisibilizar y de cubrir determinadas cosas, pero finalmente muestran la hilacha, más temprano que tarde.
Puedo asegurar que cuando era como ustedes y más joven nunca pensé en ser Presidenta de los argentinos, mucho menos después de 41 años pensé que iba a venir nuevamente a mi ciudad, la ciudad que me vio nacer y crecer a festejar junto a ustedes la asunción de las autoridades de la FULP. La verdad que gracias, yo les tengo que agradecer a ustedes por haberme dado este inmenso orgullo y alegría.
Y esto tiene que ver con lo que ustedes han podido construir, como se los dije recién cuando estuvimos reunidos en el saloncito antes de ingresar, que quería felicitarlos porque ustedes con 18, 25, 27 años… ustedes han logrado lo que no han podido lograr dirigentes políticos y sindicales con experiencia, con años, tal vez porque ustedes plantearon que lo importante era dejar de lado las mezquindades, que lo importante era dejar de lado las discusiones secundarias o discusiones que no tienen nada que ver, que lo importante era poder partir de reconocerse heterogéneos.
Esto fue lo que más me gustó, porque si somos homogéneos no somos democráticos, somos totalitarios, hay que tenerlo claro. Los que nos dicen que tenemos que pensar todos igual y no podemos tener visiones diferentes son totalitarios, no son democráticos. La democracia es por definición heterogénea, profundamente heterogénea. Y la construcción política, nacional y popular no puede dejar de ser heterogénea. Si no, no es ni popular, ni nacional y mucho menos democrática.
La construcción de este frente, de un frente nacional, popular y democrático se tiene que dar en todos los ámbitos. Aquí se ha podido construir nada más ni nada menos que en la histórica Universidad Nacional de La Plata.
Me parece que esta unidad que han sabido construir tiene que ir luego también junto a los trabajadores. Las luchas estudiantiles en nuestra juventud comenzaban en la universidad pero necesariamente confluían con los trabajadores en la calle, por eso me gusta mucho también esto de “la universidad de los trabajadores”, porque en esta etapa la acción –que es allí donde me quiero centrar- de esta flamante conducción, de sus militantes, de los estudiantes, va a ser diferente a la acción que desempeñaron durante los 12 años de nuestro gobierno.
Durante los 12 años de nuestro gobierno los universitarios afortunadamente pudieron dedicarse específicamente al frente estudiantil, ¿por qué?, porque creamos universidades que permitieron que fueran la primera generación de estudiantes universitarios en sus familias, porque los padres volvieron a tener trabajo y pudieron mandar a sus hijos a la universidad, pero además de tener trabajo podían todos los años tener un mejor salario porque era un país de paritarias libres donde siempre se acordaba el salario cuidando el poder adquisitivo y siempre mejorando un escalón más la vida de los trabajadores.
Era un país donde el Ministerio de Educación de la Nación era el principal comprador de libros del país, no solamente apuntalando la industria editorial argentina que es uno de los 12 bloques industriales que se toman para medir la actividad sino que al mismo tiempo proveía de libros gratuitos en todas nuestras escuelas primarias. Además del programa Conectar Igualdad que permitió que miles, millones de argentinos no fueran analfabetos digitales. Una Argentina donde la jubilación, las inclusiones, las moratorias previsionales permitieron incluir a millones que habían quedado afuera producto de aquella década de los ’90 de falta de aportes, de las privatizaciones, de la gente sin trabajo durante décadas, ¡décadas de desempleo de dos dígitos!
Era una Argentina donde también el desarrollo humano fue apuntalado por programas en salud, o programas como la Asignación Universal por Hijo, que permitió junto a los planes de salud como SUMAR articular virtuosamente a la sociedad para darle cobertura.
Además de alcanzar los niveles presupuestarios las universidades argentinas más altos de los que se tenga memoria. Igualmente el sueldo de los no docentes, cuya convención colectiva de trabajo superó en el 1100% el salario, también el salario de los profesores universitarios.
El programa FiNES que permitió que millones de argentinos pudieran terminar su primaria o su secundaria.
Una Argentina donde el rector de la universidad no tenía que andar preocupándose por si podía pagar la factura de luz de las facultades. Como tampoco ustedes seguramente de otros problemas que ya se tornan acuciantes, el valor de los alquileres, ¿cómo no lo voy a entender si todos mis compañeros de estudios, entre ellos con el que me casé, eran del interior y alquilaban? El alquiler era el tema de los estudiantes en la universidad.
Pero todo esto va a volver a reflotar, y por eso creo que la tarea que van a tener ustedes como conducción de la nueva FULP es una tarea distinta, más difícil y compleja que la que tuvieron los que seguramente nos criticaban cuando eran conducción de la universidad, pese a que nunca estuvieron tan bien como cuando nuestro gobierno impulsó la infraestructura universitaria, el mejoramiento de los salarios. Y ni que hablar del plan PROGESAR que permitió que miles de jóvenes no tuvieran que desertar ya sea de la secundaria o de la facultad.
Por eso la tarea de ustedes va a ser más difícil, van a tener que atender el frente específicamente universitario pero al mismo tiempo van a tener que cuidar, preservar y orientar la acción también hacia aquellos compañeros y compañeras –no me refiero a una identificación política o partidaria, compañero viene de compartir el pan, ese es etimológicamente el origen de la palabra- que van a tener problemas si no los están teniendo ya, que tal vez no pueden seguir, que tienen que desertar, porque el padre perdió el trabajo, o porque tuvo que salir a trabajar, o simplemente por lo que le pasa a millones de argentinos: que la plata no les alcanza y no llegan a fin de mes, tan simple y sencillo como eso. No estamos para grandes discusiones como en las que solíamos enfrascarnos nosotros acerca de la cuadratura del círculo, esto está mucho más simple.
La construcción de la unidad pasa por identificar, por organizar a todos y cada unos de los compatriotas que están en la universidad y que tienen problemas por la agresión de estas políticas para seguir en la universidad. Pero no debe limitarse a eso, debe además salir de la universidad, porque –y esto es de todos los tiempos- rescatamos por supuesto como siempre la reforma del ’18 de la autonomía universitaria, que no tenía que ver con el hacer lo que uno quisiera en la universidad o estar totalmente alejado de los problemas del pueblo, se refería a la libertad de cátedra, a poder decir y enseñar lo que uno piensa y siente, que es la esencia de la universidad: el pensamiento crítico. De esto se trataba la reforma del ’18, de defender el pensamiento crítico.
Pero junto a la defensa del pensamiento crítico, junto a la defensa de nuestros compañeros para que puedan seguir en la universidad también tenemos que ser conscientes de que tenemos que representar y tener acciones y organización para todos aquellos argentinos y argentinas que contribuyendo al sostenimiento de la universidad nacional, pública y gratuita, ni siquiera tienen medios para pasar por la vereda de la universidad, y que nunca van a ingresar, y que sin embargo sostienen a la educación pública, nacional y gratuita. Tenemos entonces la obligación, y esto lo digo también como una hija de la universidad nacional, pública y gratuita, de saber que cada día que estamos en la universidad, el día que tenemos el título en la mano y nos vamos, tenemos que saber que se lo estamos debiendo a millones que nunca podrán llegar a la universidad, ni ellos ni sus hijos. Y esto exige por parte de todos nosotros y nosotras un gran compromiso, no solamente con el adentro de la universidad sino también con lo que pasa afuera, lo que pasan los trabajadores, lo que pasan los que no tienen trabajo, los informales, los que ya ni siquiera tienen la posibilidad de la changa, porque hasta la changa se ha acabado.
Se trata entonces de articular, de organizar a los estudiantes, a los trabajadores, a los académicos, a los profesores, a los investigadores, los científicos, todo eso que creció como hongos después de la lluvia en estos 12 años en los cuales la ciencia y la tecnología, la universidad, los estudiantes, el colegio, el enseñar… Cuando por fin después de mucho tiempo los pibes iban a la escuela primaria a aprender y no a comer, y hoy muchos docentes –el otro día un grupo de ellos en Calafate, de Florencio Varela y Ensenada me comentaba- han vuelto a tener que llevar víveres porque muchos chicos llegaban sin desayunar. Estas cosas tampoco se nos pueden escapar a los universitarios, no podemos estar solamente atentos a nuestra problemática.
También les pido que seamos inteligentes, a ustedes les pido: no descuiden el frente interno, trabajen duramente por los problemas de los universitarios, y convenzan también a esos universitarios que no tienen problemas, que tal vez el problema es la cátedra, o la cantidad de horas, o de fotocopias. Convénzanlos también de que cuando salgan de la universidad van a necesitar que el pueblo también tenga posibilidades y que estén bien, porque si no van a salir con un título y van a terminar trabajando de cualquier cosa, o van a terminar como tantos universitarios agarrando para Ezeiza y yéndose fuera del país.
Es importante hablar claro, no hablar rebuscado. Esto es una cosa que la vengo repitiendo monocordemente en cada encuentro que tengo: todos los que somos militantes del campo nacional y popular tenemos una vocación política de transformación de la realidad, vocación por la discusión y el debate, somos capaces de estar horas debatiendo y discutiendo acerca de cosas que otros tal vez no consideran importantes, y muchas veces al enfrascarnos en esas discusiones o en esos debates perdemos de vista que el mundo ha cambiando, las comunicaciones han cambiado, y necesitamos transmitir a la sociedad nuestras ideas no en forma simple por simplismo sino en forma sencilla, como le gustaba a don Arturo Jauretche, hablar sencillo y claro para que todos entiendan.
Y esto significa entonces que en los distintos campos en que se desarrollan los cuadros políticos, la universidad, el sindicato, las asociaciones científicas, en todos lados, tenemos que tomar 4, 5 ideas fuertes que puedan permitir la identificación del pueblo, de la sociedad, de las grandes mayorías nacionales para volver a construir una nueva mayoría, una nueva mayoría que –reitero- debe ser heterogénea. Lo heterogéneo, lo diverso, lo distinto, eso es lo que va a demostrar si realmente hemos construido un frente, como este, el Frente Milagro Sala que permitió recuperar la FULP y que realmente quiero decirles que me siento muy orgullosa de poder compartir hoy esto con ustedes.
Estoy segura de que si mi hija Florencia me está escuchando me va a decir “ya estás otra vez en maestra Ciruela, ya estás dando indicaciones de lo que tienen que hacer, dejalos que sean libres” porque ella es una libertaria, le encanta la libertad. Está muy bien la libertad, pero para poder ser libre tengo primero que poder tener la capacidad de elegir, de elegir qué ser. Si a mí no me dan opción y me dicen “no, porque sos hija de laburantes no podés ir a la universidad”, si me dicen “porque sos laburante no podés opinar ni pedir paritaria”, si a mí me dicen “vos te tenés que callar la boca” eso no es libertad. Yo quiero esa libertad para todos y todas, para que cada argentino pueda elegir qué quiere ser, si quiere ir a la universidad, si quiere ir a la fábrica, si quiere ir a la investigación, eso es en definitiva.
¿Cómo no vamos a volver? 18, 25, 27 años. Y además todos los que se van incorporando de 17 y 18 a este país que vuelve a ser desigual, que vuelve a ser injusto, que vuelve a ser inequitativo, y que tenemos que volver pero no por una cuestión…
No importa el nombre, lo que importa esencialmente es que podamos volver a construir una gran mayoría con justicia, igualdad, libertad, la industria nacional, los trabajadores, la soberanía de nuestras Islas Malvinas y todas nuestras soberanías, la soberanía tecnológica del ARSAT 1 y ARSAT 2, orgullo de todos los argentinos… No hay una sola soberanía, la soberanía es territorial, la soberanía es científica, la soberanía es económica, política y social, si no, no es soberanía.
Entonces si jóvenes como ustedes han podido construir una unidad virtuosa que permitió que hoy yo esté acompañando aquí a la conducción de la UNLP, esto también obliga como ejemplo al resto de la dirigencia del campo nacional y popular a tomar el ejemplo de cómo se debe construir la unidad y para qué se debe construir la unidad. La unidad por la unidad misma no sirve, esta era una unidad para ponerse al frente de la UNLP y los desafíos que la etapa les va a plantear. No va a ser fácil, no va a ser sencillo, no los quiero asustar tampoco, simplemente los quiero prevenir.
Me parece que lo importante es eso, saber que la tarea es organizar, la tarea es persuadir y convencer a cada uno de los que todavía no lo están por distintos motivos, porque todo el día están martillándole la cabeza, porque se la han martillado demasiado… Tener también la humildad y la inteligencia, no es el más inteligente el que más difícil habla, es el más inteligente el que más gente une para construir una universidad distinta y un país mejor, que de eso se trata: ser mejores para poder volver mejores.
Gracias, compañeros y compañeras de la Universidad Nacional de La Plata. Gracias Atenas. Gracias La Plata. Los quiero mucho y los abrazo con todo mi corazón. Hasta siempre.
Necesitamos que los distintos dirigentes responsables de las organizaciones, también organicen cursos de formación sobre política internacional, sobre historia internacional.
Ustedes se dieron cuenta que prácticamente, salvo cuestiones catastróficas o muy evidentes, parece como que la Argentina fuera un planeta solo en el mundo, que no existiera el resto, porque no hay una sola noticia internacional de nada, de las económicas ni hablemos.
Tenemos que prepararnos, tenemos que saber, porque al que no estudia, al que no sabe lo que pasa y cómo se fueron produciendo los acontecimientos, lo llevan de la nariz. Sobre todo, en un mundo, donde los medios de comunicación y, fundamentalmente también, las redes sociales han adquirido una gran importancia, el problema es la selectividad de la información.