Seguramente habrá en algunas partes del mundo, algunos pocos interesados en que los argentinos no desarrollemos todas estas tecnologías. Estas cosas son de los 42 millones de argentinos y las tienen que defender. Porque en algún momento nos las sacaron, en algún momento teníamos un desarrollo petrolero muy importante, en algún momento teníamos un desarrollo en lanzamiento de vectores ultraimportante, y nos lo sacaron y nos obligaron a clausurar las investigaciones.
No cerremos nunca más la investigación, no permitamos nunca más que nuestros técnicos, que nuestros científicos se tengan que ir a otros lados a investigar porque acá les cierran, o por falta de inversión, o por decisión política de que no se avance en desarrollo tecnológico para no competir con otras potencias del mundo.
Estas son las cosas que tienen que visibilizar los argentinos. Todo lo demás, es banalidad, es anécdota con la que nos quieren distraer todo el tiempo: si me miró, si lo miré, si lo nombré, si no lo nombré, si estaba al lado, si estaba enfrente, si lo miró de costado.
¿Saben para qué hacen todo eso? Es una estrategia comunicacional para que discutamos de pavadas mientras nos están pasando los elefantes por atrás.
No dejemos que nos pasen nunca más los elefantes por atrás, y neguémonos a discutir trivialidades y banalidades. Exijamos que la discusión sea sobre cosas profundas, serias que necesita el país como la planta de coque de 1.000 millones de dólares, e Y-TEC.