Gracias. ¿Cómo están todos y todas? Me alegro mucho. Muy contenta. Estoy muy contenta, como no podía ser de otra manera, de estar aquí en Lanús, provincia de Buenos Aires, y además también de no estar en cualquiera lugar de Lanús, sino estar en la Universidad pública y nacional de Lanús. Y estar además clausurando las terceras jornadas nacionales en materia de políticas sanitarias. Así que, como lo primero es lo primero y hay muchísimos trabajadores de la salud, médicos, enfermeras, enfermeros, auxiliares, y hoy es el Día del Médico -no sé si fue a propósito o casualidad-, felicitar a todos los médicos y a todas las médicas de nuestro país, entre ellas mi hermana, en su día.
Yo escuchaba recién atentamente a Daniel Gollan enumerar lo que fueron las políticas específicas en materia de salud, que llevaron durante estos últimos doce años y medio de nuestra gestión, a mejorar índices que parecían inconmovibles, entre ellos el de la mortalidad infantil, que superaba el 16 por mil, y que nos da la noticia -la muy buena noticia- Daniel Gollan que en el año 2015 pudimos perforar ese piso que parecía que no lo íbamos a poder perforar nunca de 2 dígitos y llegar a 1 dígito con un 9,7 por mil en materia de mortalidad infantil.
Daniel Gollan enumeraba todas y cada una de las políticas específicas, desde el Plan Nacional de Vacunación con 19 vacunas, Qunita, Argentina Sonríe, el plan Sumar, el plan Nacer, la AUH. Pero yo siempre he sostenido que un programa de salud no se sostiene únicamente con políticas específicas. Un programa de salud requiere la presencia del Estado en todas las políticas de la vida social de los argentinos. Porque si no tenemos agua corriente y cloacas, por ejemplo, si no tenemos viviendas dignas, si no podemos eliminar los ranchos, si la gente no tiene trabajo y salarios dignos que le permitan acceder a los medicamentos… Y no solamente desde la parte material, porque la salud no es solamente un concepto material y físico: la salud es también un concepto espiritual, un concepto cíclico.
Y a la gente le pasan las cosas que le pasan cuando le desordenan la vida. Porque el neoliberalismo no solamente afecta las políticas de salud, no solamente afecta los convenios colectivos de trabajo, el neoliberalismo le hace mal a la cabeza de la gente. La gente cuando le desprograman la vida, cuando le desorganizan la vida, cuando no sabe si llega a fin de mes, cuando no sabe si el mes que viene no la echan del laburo, cuando no sabe si le va a poder pagar la cuota a los hijos del colegio o si la cuota de la prepaga le aumentó más del 50% y los medicamentos en el PAMI ya no se los dan más a los viejos, y entonces tiene que hacerse cargo de la salud de la familia, que es lo que le está pasando a numerosos grupos familiares argentinos. Ya no solamente es la salud de sus hijos, de su marido, de ella, es también la de los viejos que a lo mejor ya no les cubre el PAMI lo que antes les cubría, entonces tiene que salir el hijo a cubrir la salud de los padres, volver a ocuparse de los padres, en una Argentina en la que afortunadamente los hijos tenían derecho a pensar que los padres habían hecho el cursus honorum en este país, que debía retribuirle a partir de las instituciones, a partir de políticas sanitarias claras, a través de la jubilación, a través de los medicamentos al 50% o al 100% la mayoría de ellos en PAMI. Porque además todos sabemos que la tercera edad es una edad que se caracteriza por una gran demanda de medicamentos. Los medicamentos no son lo mismo a los 70, a los 60 o a los 80 que a los 20 años. A los 20 años, un Geniol y salís a trabajar después de un día de no haber dormido.
Pero el neoliberalismo viene a desordenar y desorganizar la vida de la gente. Yo leía antes de venir aquí algunos estudios que se habían hecho en Grecia, en Italia, en España, acerca de cómo las crisis económicas y sociales, las políticas de austeridad y de ajuste, vamos a decir correctamente su nombre: ajuste, cómo han impactado. Y no estoy hablando de Etiopía, fíjense, estoy hablando de Grecia, de España, de Italia, estoy hablando de Gran Bretaña, donde la tasa de suicidios crece con la tasa de desempleo. Cuando la angustia, el dolor, el nerviosismo, muchas veces vemos a la gente enojada, respondiendo de mal modo, porque está nerviosa la gente, por eso también aumenta el consumo de ansiolíticos –los que pueden comprarlos-.
Yo sé que gritan “volver” pero se trata no de que vuelva una persona, se trata de que vuelva la sociedad nuevamente empoderada, como lo estuvo en los 12 años y medio. Porque también debemos repensar que el neoliberalismo es una enfermedad que se contagia por varias vías. La contagian la colonización cultural muchas veces, la contagian medios de comunicación. Y creo entonces que la sociedad debe hacer un examen reflexivo e introspectivo acerca de qué responsabilidades tenemos todos y cada uno de nosotros en que las cosas estén como estén en nuestro querido país. Porque no debemos ser ni autoindulgentes ni autocomplacientes. Me parece que la tarea fundamental de toda la sociedad es construir nuevamente organización.
Yo leía este maravilloso documento que me hicieron llegar y hablaba de tres estadios básicos. El primero era la salud como un derecho; el segundo era el Estado, la presencia del Estado como una estrategia; y el tercero era la organización y el empoderamiento colectivo, la movilización popular. Todos sabemos que el Estado ha sido tomado por el neoliberalismo, por lo que es una herramienta con la que no contamos, con lo cual tenemos que saber que la herramienta con la que contamos es nuestra memoria, nuestra conciencia, nuestros derechos y la organización popular.
Esto creo que además es vital que lo abordemos, por eso este encuentro, este tercer encuentro que está siendo trabajado de manera tan importante y que comenzó a ser trabajado en la exESMA, en el Espacio de la Memoria, y que éste es su tercer encuentro, debe ser replicado también en otras áreas. Porque la tarea de organización popular excede con creces el rol de los partidos políticos y las capacidades de los partidos políticos para reorganizar nuevamente a la sociedad. No es que esté descreyendo –en absoluto- de los partidos políticos y de las organizaciones partidarias, nada más alejado de mí, soy profundamente democrática, pero entiendo que no es suficiente.
Por eso quiero tomar las palabras de Daniel Gollan cuando hablaba de la necesidad de reagrupamiento y de reorganización social y popular. Los que piensan como nosotros, los que piensan parecido a nosotros, los que tal vez no piensan como nosotros pero son titulares de los mismos derechos que el resto de los argentinos en cuanto a salud, en cuanto a derechos sociales, y que podemos ir replicando en cada uno de los frentes. Por eso creo que hoy la presencia de médicos, de enfermeras, de auxiliares, de trabajadores de la salud debe ser el paso inmediatamente anterior a lo que deben constituir luego ustedes, que es un gran frente social de la salud. Porque creo que la organización popular va a requerir de eso, de organizaciones de distintos frentes donde se agrupen los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberalismo, que son muchos, y que por allí están en compartimientos estancos y separados porque unos piensan de una manera y otros de otra respecto a lo partidario, a lo estrictamente político-partidario, pero no en cuanto a cuál debe ser el rol del Estado.
¿Qué nos faltó hacer en materia de salud pública, en un proyecto que incorporó tantos derechos, tantas políticas? Pero fueron décadas de destrucción a partir de que merced los pactos fiscales de los años 90 se habían transferido todos los hospitales a las provincias.
Comenzamos con una política de Cibersalud y de reorganización de hospitales que se comunicaban, pero faltó articular –entre otras cosas faltó porque falto tiempo- a todo el sistema nacional de salud en un sistema integrado. Es básico y es un modelo en todos los países que han alcanzado un desarrollo de políticas públicas, un desarrollo sanitario de última generación. No hay compartimentos estancos, porque además la integración de un sistema de salud ayuda a optimizar la utilización de los recursos físicos y humanos.
Por eso es tan importante que pasemos a un estadio donde no solamente sea el encuentro de gente que trabaja en el ámbito de la salud sino que además exista el compromiso de ir agrupando a todos aquellos que a lo largo y a lo ancho del país en materia de salud tienen esta visión, esta comprensión. Es mucho más fácil comenzar a discutir y a ponerse de acuerdo en lo particular y específico que tratar de ponerse de acuerdo en todo. Cuando uno trata de ponerse de acuerdo en todo, no se pone de acuerdo en nada.
Entonces es tarea militante, es tarea de los cuadros políticos, es tarea de nuestros cuadros sanitarios conformar un frente, que debe ser replicado después en todas las áreas. Porque esto que está pasando en la salud, pasa en la educación, pasa en un ámbito tan caro para nosotros y nuestras políticas como fue la ciencia, la investigación y el desarrollo tecnológico. Pasa también –aunque parezca mucho más terrenal- hasta en los comercios. Un gran frente nacional de pequeños y medianos comerciantes que se ven agredidos por estas políticas.
Yo el otro día escuchaba al titular de la Cámara Argentina de Comercio al festejar el Día de Comercio y decía que lo festejaba después de 10 años de políticas donde el Estado no había favorecido el comercio. Dios querido, ¿dónde vivía ese hombre? Pocas cosas han crecido más en esos 12 años en la Argentina de la demanda agregada y del consumo que la cantidad de locales, pequeños, medianos, supermercados, hipermercados. Claro, yo después digo: ¿pero cómo? Puede no estar de acuerdo con nuestras políticas pero nadie puede decir que el comercio no se había desarrollado. Y después fui a averiguar, porque me llamaba la atención ese discurso en un país donde en menos de 10 meses han cerrado miles de comercios. Y entonces averigüé, porque esto del Google es fantástico, googleás un poquito y enseguida te cae toda la tira de todo el mundo, y claro: era un despachante de aduana, tenía que ver con la cámara de importadores. En un país que hizo demanda agregada y fundamentalmente colocó todo el esfuerzo de acumulación económica en las industrias y la producción, la importación pasó a ser solamente una cuestión de bienes de capital, porque queríamos producir lo que consumíamos los argentinos aquí. Que es lo que le pasa hoy a muchos trabajadores y sus organizaciones sindicales, que están reclamando el fin de las importaciones porque significa la destrucción de miles de puestos de trabajo a lo largo y a lo ancho del país.
Por eso creo que la tarea de organización… Me acuerdo cuando el 13 de abril lancé la idea del Frente Ciudadano, muchos hablaban de qué se trataba el Frente Ciudadano, y bueno, esto es lo que comienza a esbozarse. Y fíjense que muchas veces la ansiedad de los militantes tiene tiempos diferentes a los que se toman la historia y la política. ¿Ven cómo se van aclarando las cosas con el transcurso del tiempo? Estamos acá clausurando jornadas que agrupan a médicos, médicas, enfermeros, enfermeras, auxiliares de la salud, trabajadores de la salud que están viendo cómo los logros de más de una década se están derrumbando.
Podríamos hablar del PAMI, de los médicos de cabecera del PAMI. Podríamos hablar de los medicamentos cubiertos al 100%. Podríamos hablar también del aumento a mansalva que vienen sufriendo todos los que son beneficiarios o asociados a una prepaga donde ya se ha aumentado más del 50% en lo que va del año. Ni que hablar del aumento exponencial de los medicamentos sin ningún tipo de contralor, más aún cuando también quieren eliminar la trazabilidad, que fue una de las conquistas más grandes que logramos para control de los laboratorios, y también contralor de la delincuencia en materia sanitaria cuando falsificaban medicamentos en una tarea verdaderamente criminal.
Entonces ¿ven cómo se van aclarando –lamentablemente- las cosas? Nos hubiera gustado que no, pero las cosas se van aclarando porque estas políticas están llevando –sin lugar a dudas- al lugar que fue buscado.
Yo no creo que se hayan equivocado, no creo que haya mala gestión, el modelo neoliberal necesita una desocupación de 2 dígitos, necesita de condiciones laborales malas para que la gente no reclame. Con una desocupación como la que habíamos alcanzado de 5,9%, el registro más bajo de las últimas décadas, no se pueden discutir salarios a la baja. Con un Estado que toma directa intervención en la regulación en materia de precios de medicamentos, en materia de aumento de cuotas de las prepagas, es evidente que tampoco se puede conducir a los abusos que hoy estamos viendo, y que significan colocar a la gente en un lugar de indefensión tal que el temor que se crea en la sociedad le impide discutir, exigir, porque cuando tenes miedo de que te echen del laburo, cuando tenes que agachar la cabeza porque si no, si tenes 10 vas a tener 5, entonces se deteriora la vocación de organización de una sociedad en la defensa de sus derechos. O no. Y este es el gran desafío y el punto de inflexión: o no.
Alguien me grita “pero vos sos la líder”, pero ¿saben qué? Los liderazgos necesitan también de sociedades que articulen.
Miren, el otro día cuando fui a la Embajada de Cuba a entregar mis condolencias por lo de Fidel, había periodistas de Telesur y de la televisión cubana y me preguntaban acerca de las calidades y cualidades de Fidel. Por supuesto que las tuvo, sin lugar a dudas, pero para mí la gran calidad y la gran cualidad está en ese pueblo cubano que pudo soportar un bloqueo criminal –lo sigue soportando- como nunca se vio. Por lo tanto, siempre, todo proceso transformador requiere de liderazgos y direcciones políticas, pero esencialmente requiere de sociedades con alto grado de conciencia colectiva, y de capacidad de organización colectiva para salir adelante. Recuperar esa organización permitirá volver a constituir un Estado democrático. Un Estado democrático que Ana reclama y que nos contaba que el lunes va a haber jornadas aquí en la UNLa, que vendrá el Dr. Zaffaroni a hablar sobre la justicia.
Creo entonces que en nuestro país, la región, el mundo, hoy hay una gran pugna y yo creo que se avecinan momentos –no en términos cronológicos, en términos históricos-, se avecina un gran debate a nivel global. Porque las sociedades están llegando a limites y siendo arrastradas a situaciones donde reaccionan de alguna manera que muchas veces no entendemos. Y que es finalmente el siempre querer buscar caminos por donde salir de la situación en que el neoliberalismo ha puesto a las sociedades.
Por eso creo que nuestra tarea no es ni enojarnos ni quejarnos, sino organizarnos y ayudar a organizar al conjunto de la sociedad, en frentes sociales específicos, colectivos pero específicos, donde puedan reunirse intereses comunes, problemas comunes, prácticas comunes, ideas comunes acerca de la medicina, acerca del rol del hospital público, acerca del rol de la universidad. Frentes estudiantiles, universitarios, donde se defienda el rol de la universidad pública y gratuita, que ha permitido que generaciones de argentinos que tal vez no hubieran podido acceder a un título universitario lo puedan hacer.
Porque a lo mejor en la universidad esos compañeros militan el tal o cual agrupación que tiene intereses enfrentados, pero en definitiva todos necesitan que esa universidad –los de la izquierda, los del medio y los del otro lado- siga funcionando, siga haciéndolo con presupuesto, incorporando cada vez mayor cantidad de matrícula. Entonces ahí somos capaces de constituir un frente universitario que defienda algo tan simple y sencillo como es el derecho a la educación pública y gratuita. De la misma manera que hoy ustedes se han reunido aquí para hacer en distintas mesas de trabajo, discutir toda la problemática sanitaria en tiempos del neoliberalismo, que de todas las patologías debe ser una de las más graves.
Y más aún, hasta te hacen creer que está mal lo que el Estado brinda en materia de programas o de articulaciones con los sectores que todavía no pudieron llegar a lo que ellos habían llegado –un trabajo en la fábrica, en la oficina, en el comercio- que es precisamente para que pueda seguir la movilidad social ascendente y también se cuide la seguridad de la población…
Ustedes saben que en épocas en la que se pierde el laburo, donde hay mayor cantidad de gente en situación de calle, la inseguridad aumenta exponencialmente; lo sabe la gente que vive en el conurbano cómo ha aumentado la inseguridad en los últimos meses. Hablo con gente de distintos partidos y me dicen que hay cosas que nunca pasaban en su barrio que ahora están pasando y cada vez con mayor frecuencia. Parte de esto es –sin lugar a dudas- la creciente miseria y pobreza que vemos en nuestro pueblo.
No hay ningún misterio, los resultados de estas política se pagan en seguridad y los termina pagando nuestro propio cuerpo, porque la crisis del temor a perder el trabajo, no llegar a fin de mes, que no te alcance la plata para las expensas, para el alquiler, la prepaga, finalmente va creando un ambiente en tu familia, en tu casa, en la sociedad, de tal problemática que la gente se siente enferma mentalmente. Esto es así, lo dicen médicos psiquiatras. Porque la salud no es solamente medicamentos y un buen médico, la salud hace también al contexto social en el que cada uno de nosotros se desarrolla y se desenvuelve.
Por eso quería venir a compartir con ustedes, hombres y mujeres de la salud, y no hablo de salud pública, vamos a hablar de la salud, a la que tienen derecho los que no van a un hospital pero también tienen derecho a que la prepaga o la obra social del sindicato le reconozca todos los tratamientos que se tiene que hacer.
Yo sé que muchos se quejan –y lo podemos ver en letras de molde el día de hoy- de la cantidad de prestaciones que nuestro gobierno incluyó en el Plan Médico Obligatorio, porque esto “aumenta los costos”, que no es otra cosa que la afectación de una excesiva rentabilidad, vamos a decirlo con todas las letras, o de alguna otra cosa que mejor no quiero enumerar.
Por eso digo que es importante que tengamos, en estas formas organizativas como la que hoy se da acá, la convicción y la conciencia de que debemos pasar a un estadio superior que es no sólo reunirnos una vez al año para discutir lo que está pasando en materia de salud, de educación, de derechos de los trabajadores. Fíjense cómo son afectados todos los derechos. Por allí pensamos que son los derechos de aquellas actividades que son catalogadas como que no son competitivas, y no es así. Leía ayer que el convenio de La Bancaria que habían celebrado no se lo quieren reconocer y se lo quieren tirar abajo, y estamos hablando del sector que más rentabilidad –típico en el neoliberalismo- ha tenido, el sector financiero, sector que ha sido altamente beneficiado. Porque está en la esencia misma del neoliberalismo que los trabajadores sean constantemente disminuidos y sometidos a condiciones que les permitan tener en la discusión entre el capital y el trabajo una relación de fuerzas absolutamente diferente.
Quiero hablar de Argentina Sonríe, ese programa maravilloso que significaba que la gente, y no estoy hablando de gente que no tenía trabajo, porque todos saben que aún teniendo trabajo tener prótesis dentarias significa un gasto que ni aún alguien con trabajo podía darse… No era que le andaban dando dientes a los desocupados, le daban dientes a aquellos que aún teniendo ingresos y siendo trabajadores no podían tener la suma suficiente, porque todos sabemos que las prótesis dentarias son algo que tiene un determinado valor. También sabemos que han vivido muchísimos argentinos décadas sin tener atención adecuada en su boca y han perdido muchos dientes, y podíamos ver gente desdentada que no sonreía por vergüenza. Le devolvimos la sonrisa a muchos hombres y mujeres de todo el país. Hoy vemos que esos equipos están arrumbados, sin prestar ningún servicio, pero ¿qué es lo que hay que impide que lo que ya está pueda ser continuado? El egoísmo, me grita alguien de ahí. El desprecio por los pobres, el desinterés, el considerar que tener una linda sonrisa solamente le corresponde a los que tienen dinero.
Yo creo sinceramente, compatriotas, que requerimos de un alto sentido de análisis, un alto grado de organización y un altísimo grado de paciencia también para volver a organizar a los argentinos. Y creo que cuando miles de jóvenes en las universidades, en los barrios, en la calle gritan “somos los pibes para la liberación”, yo los quiero para la organización. La liberación dejémosla. No les quiero cambiar la consigna, sigan gritándola, pero necesitamos imperiosamente miles y miles de organizadores y organizadoras de la sociedad en búsqueda de la recuperación de derechos.
Tenemos que tener la comprensión de que nuestras políticas activas requieren también de un país más complejo aún que el que demandan estas políticas sanitarias, un país que vuelva a organizarse en el trabajo y en la producción como los pilares de una sociedad. Cuando hay timba financiera, endeudamiento y nada más que eso, todo se va a tornar más difícil. Por eso es importante que sea comprendido globalmente el fenómeno del neoliberalismo en la República Argentina y al mismo tiempo sea abordado desde cada uno de los sectores que se ven afectados en la suma de muchísimos frentes sociales de salud, de educación, laborales, comerciales, de pequeños y medianos productores, para que podamos no ya volver como decía alguien allí una persona, ni siquiera un sector político: para que pueda volver un país que incluía y que incluyó a millones hasta el ultimo día de su gestión. Esto es lo fundamental: volver a incluir a millones de argentinos.
Tenemos que tener la generosidad de saber que no somos nosotros los únicos, que no somos los exclusivos, para nada. Al contrario, tenemos que ampliar, tenemos que cambiar, tenemos también que sustituir. No solamente se sustituyen importaciones, también hay que sustituir dirigentes, porque se necesita, como decía Ana, sustituir ideas. Hablo de sustituir dirigentes, entre los cuales me incluyo también.
Muchas gracias a todos y a todas.
Perdón. Acá la gente de ceremonial –nunca fui buena para el ceremonial- me dice que no agradecí el Honoris Causa. Gracias Ana, gracias Universidad de Lanús por concederme el Honoris Causa. Pero lo consideraba incluido en lo que para mí es el homenaje permanente a las universidades nacionales públicas de las cuales también soy hija, de una universidad pública y gratuita. Gracias a todos. Muchas gracias.
Quiero agradecerles hoy la presencia de todos ustedes en este predio. Aquí, en un lugar en el que es común para nosotros encontrarnos en los jardines de nuestras universidades en la provincia de Buenos Aires, en las 19 nuevas universidades –no es el caso de ésta que ya estaba- que constituyen tal vez un sistema de educación superior pública y gratuita yo diría único en toda América y por qué no en buena parte del mundo.
Para mí recibir hoy el título de Doctorado Honoris Causa de la UNLa constituye no solamente un honor sino también un reconocimiento a dos puntas.
Yo también los extraño mucho porque antes los veía mas seguido, pero no importa, tengo la fórmula para que no me extrañen, ¿la quieren conocer? La fórmula para no extrañar a Cristina es todos los días antes de acostarse pensar y preguntarse qué hice hoy para que la consigna de “la Patria es el otro” sea llevada adelante, qué hice hoy para contribuir a la organización popular, qué hice hoy, a quién pude convencer hoy de que es necesario volver a construir una Argentina que nos incluya a todos, una Argentina donde el derecho al trabajo, a la salud o a la educación no constituyan una utopía sino una realidad que ayude a cambiar nuestras vidas y las de nuestros compatriotas. Si todos los días se preguntan eso van a ver que no me van a extrañar porque van a tener su tiempo ocupado en muchas cosas importantes, además de las cuestiones que cada uno de nosotros ocupa su tiempo en nuestras cosas personales. Es una fórmula que además ayuda a que podamos en el ámbito donde nos movemos, sea el trabajo, el colegio, la facultad, la oficina, el comercio, la fábrica, ayuda también… Ayudar a los enfermos y ayudar fundamentalmente a que la gente se enferme menos, esto es vital.
No solamente tenemos que ayudar a los enfermos, tenemos que construir políticas que permitan que la gente se enferme menos, porque la gente también se enferma por las políticas que tiene que sufrir en materia laboral, en materia de seguridad, y cuántas cosas más.
Acá un chico con una cámara de fotos me dice que la Policía está sacada. Esto lo charlábamos la otra vez con Madres de Plaza de Mayo.
Quiero que todos y cada uno de ustedes contribuyan a eso, a la organización, y para esto es fundamental saber que con nosotros solos no alcanza, es necesario que otros compatriotas, que por allí tenemos posiciones diferentes con respecto a muchas cosas pero que no son las cosas que definen nuestra vida cotidiana, nuestro trabajo, nuestra salud, nuestra educación. Es necesario entonces que sepamos, como decía Daniel Gollan recién cuando hablaba que no solamente tenemos que estar junto a los que piensan igual que nosotros, tenemos que estar también junto a los que no piensan tan igual, que piensan parecido, o que tal vez piensan menos parecido todavía, o que tal vez en algunas cuestiones tenemos fuertes discusiones.
El enfrentamiento entre los argentinos y también lo que yo creo que es más grave y es donde el neoliberalismo apunta con mayor precisión y tenemos que lograr que no tenga puntería, que es convertir la política en una mala palabra para los argentinos. Porque han convencido a muchos de que la política es algo malo, cuando en realidad la política es el transformador de la sociedad, cuando en realidad la política cuando convoca a los jóvenes los está convocado a tareas mayores, a tareas superiores, a tareas en las cuales cada uno de ustedes puede encontrar un proyecto de vida. Porque una de las claves de la desarticulación social, de que por ahí perdamos jóvenes compañeros es precisamente que no tienen un proyecto de vida.
Tener proyecto de vida no puede ser solamente tener una casa y un auto -a lo cual todos tienen derecho a querer-. Proyecto de vida es algo que va más allá de lo material, es la necesidad de vivir en un país con dignidad, con equidad, con justicia, donde no te miren por el hombro los que tienen más que vos, donde ser pobre no sea un pecado, donde no se crea que la salud o el derecho a un tratamiento médico solamente es del que pueda pagarlo. ¡Pobre sociedad la que crea estas cosas! Terribles males la van a aquejar en el futuro no tan lejano.
Por eso creo que todos debemos, con mucha humildad pero con mucha decisión, lanzarnos a este debate y a esta discusión. No se trata de que vuelva una persona, yo quiero que esto lo entiendan, es vital entender que un proyecto de país no puede depender de una persona. Si depende de una persona, estamos perdidos.
Tenemos que lograr que el proyecto de vida de cada uno no depende de uno mismo sino de la organización que uno pueda lograr entorno a uno mismo, en su barrio, en su colegio, en su trabajo. Pasar, saltar de lo individual a lo colectivo.
Tal vez el 2001 está lejos, tal vez lo que pasó en el 55 o en el 76 forme parte de los manuales de Historia para muchos, pero si alguno de ustedes se dedica a leer, a ver lo que pasó, pero no con el afán de los que te dicen “ay, no hay que mirar para atrás”. Te dicen que no hay que mirar para atrás porque si miras para atrás están ellos, siempre cercenando derechos, por eso no quieren que miremos para atrás, porque los vamos a encontrar a todos y cada uno de ellos, en ediciones renovadas, en versiones corregidas y aumentadas, tal vez en versión más cool, tal vez en versión más new age, tal vez en versión más light y más “vamos todavía”, pero siempre, siempre son los mismos, y siempre terminamos igual.
Por eso es tarea de todos y cada uno de nosotros concebirnos no como el todo sino como una parte, pero al mismo tiempo saber que se nos torna imprescindible organizar, agrupar. Todo aquel que quiera dividir y separar está trabajando objetivamente en contra del pueblo. Todo aquel que quiera dividir, estigmatizar, separar, más allá de los discursos, más allá de las proclamas, lo que está favoreciendo objetivamente son las desventuras del pueblo.
Hemos trabajado mucho durante el tiempo que nos tocó la inmensa responsabilidad de conducir los destinos de la Patria. Sería una pena que ese esfuerzo colectivo que significó incorporar millones de argentinos al trabajo, millones de viejos y viejas a la jubilación, miles de jóvenes que pueden estudiar. Sería una pena que todo eso se perdiera, por eso todos y cada uno de los argentinos deben en una fuerte introspección, en un fuerte ejercicio analítico hacia sí mismos, saber qué tipo de responsabilidad tienen y deben tener de ahora en más.
Si por ahí mira lo que hizo y se da cuenta de que se mandó una macana, no es para agarrarse los dedos con la puerta, ni para que lo anden martirizando ni haciendo bullying a nadie. Son terribles, yo me paso una hora hablando de que no los peleen y ustedes dicen que están escondidos. Y bueno, por ahí les da un poco de vergüenza, qué se yo. No importa, por lo que sea.
Lo que es importante –para finalizar- es que comprendamos la necesidad, y voy a insistir una y mil veces, la necesidad de organizarnos, de trabajar y de unir, de esto se trata. Conformar frentes sociales importantes en cada sector de manera tal que nos agrupemos todos aquellos que se sientan agredidos por las políticas que los excluyen, o que le generan problemas.
Yo siempre hago mucho hincapié en la inclusión, en todo lo que hicimos en los 12 años y medio de gobierno, pero yo quiero rescatar de esos 12 años y medio tal vez algo más cotidiano, más común: todos, o casi todos –porque no pudimos llegar a todos los sectores tras décadas de abandono-, habían podido de alguna manera organizar su vida. Yo siempre hablo de eso, de la organización de la vida. ¿Qué es organizar la vida? Saber que a fin de mes cobras el sueldo en tu trabajo, que eso te alcanzaba para guardar unos pesos para ahorrar, para el auto, para las vacaciones, para que el pibe estudie, para comprar algo nuevo, para cambiar el televisor, la heladera, el lavarropas o tener un split.
Ya sé que a mucha gente no le alcanza para llegar a fin de mes. Quiero por eso rescatar un logro de nuestro gobierno: aún en la gente que no nos quería, aún en la gente que nos criticaba, y que tienen todo el derecho a hacerlo, aún esa gente tenía su vida organizada. Y yo creo que tal vez lo más terrible ha sido la desorganización que ha tenido la vida de la gente en lo cotidiano.
Aquél al que le alcanzaba el sueldo para el colegio, para la cuota del auto o de la casa y hoy no le alcanza, o al que no le alcanza para comer. Creo que de eso se trata también una de las virtudes y uno de los logros de nuestro gobierno, que la vida de los argentinos fuera más organizada. Hoy han desorganizado la vida de muchos.
Muchas gracias a todos y a todas, los quiero mucho y acuérdense: no se peleen, júntense, convenzan, persuadan, esa es la clave. Gracias, los quiero mucho a todos.