Ayer, conmemoración de los 400 años de la querida Universidad Nacional de Córdoba, señera en Latinoamérica.
En Córdoba, entregamos aportes de $ 9.845.000 para la compra de equipamiento para el Hospital Nacional de Clínicas.
También una inversión de $15 millones para la 1° etapa de obras en el hospital, emergencia, hemoterapia, cámara gamma, etc.
Creamos el Programa de Fortalecimiento de las Radios Universitarias, por Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Un aporte de la secretaría de Políticas Universitarias del ministerio de Educción un aporte de 15 millones de pesos para más de 40 radios universitarias.
Programa para la creación y el fortalecimiento de los canales universitarios, un aporte del ministerio de Educación por $50 millones.
Entregamos equipamiento para los Centros Públicos de Producción Audiovisual (CEPAS), para universidades por $20 millones.
En esta década ganada para todos los argentinos, no podían estar ausente – por supuesto – los universitarios.
Fíjense que en todas las épocas de clausura democrática o de exclusión social, aún en etapas donde los argentinos podíamos votar, ustedes – los universitarios, como los trabajadores, como los científicos, como los intelectuales – tampoco eran tenidos en cuenta.
Por eso es bueno reflexionar y saber que ser universitario más que un privilegio es un deber de compromiso con el pueblo, con aquellos que tal vez nunca podrán acceder a la universidad y nosotros, muchos de nosotros, hijos de trabajadores, que tuvimos la suerte de acceder gracias a la universidad pública y gratuita a los estudios superiores tenemos que tener un compromiso superior al de cualquier otro ciudadano para devolver parte de lo que la Nación y la Patria nos dieron.
Tal vez como en pocos lugares se pueda ejemplificar nuestra historia argentina, como en esta Universidad Nacional de Córdoba y en estos 400 años de historia.
Historia que empezó casi como un privilegio, en una universidad que allá por 1613, contaba con 50 alumnos y que hoy cuenta con más de 120.000, lo que la ha convertido en una verdadera universidad masiva.
También recordar, en un día como hoy, lo que significó la reforma del 18, y recordar a esos jóvenes, como Deodoro Roca, que hiciera ese magnífico manifiesto.
¿Cómo nació esa reforma del 18? Para crear la libertad de cátedra, porque las cátedras eran hereditarias.
Nació como un reclamo de poder participar en el gobierno de la universidad por parte de miles de jóvenes, y se extendió a lo largo y a lo ancho del país
Por eso les digo a aquellos que pretenden parar reformas, aquellos que no quieren dejar votar al pueblo para que intervengan la soberanía popular, la voluntad popular que es la causa fundamental: La historia es indetenible.
Aquellos que creen que pueden, a través de alguna resolución impedir el crecimiento y el avance de la democracia, sepan que solo lo podrán hacer por un tiempo, porque nunca ninguna sociedad toleró ni aceptó durante mucho tiempo que se le impida ejercer sus derechos.
¿Cuánto le costó a Leandro N. Alem, a Hipólito Yrigoyen lograr la Ley Sáenz Peña para el sufragio universal?
¿Cuánto tiempo estuvieron las mujeres sufragistas y después Evita para lograr el voto femenino?
¿Cuánto esperaron hombres y mujeres para poder tener sus plenos derechos como el resto de los argentinos cuando votamos el matrimonio igualitario?
¿Cuánto tiempo hijos de detenidos desaparecidos, Madres, Abuelas, Nietos esperaron por justicia? Más de 35 años.
La Historia no reconoce los años, reconoce los resultados y los logros.
Por eso, más temprano que tarde, los argentinos van a poder votar democráticamente a todos los órganos políticos de la Constitución argentina.
Es fundamental entender el proceso histórico para saber por qué pudieron convencernos que el Estado no servía para nada.
Qué fue lo que pasó, cómo pudieron convencernos que los argentinos no valíamos nada. Qué fue lo que nos pasó.
Yo solo quiero que Córdoba vuelva a ser lo que alguna fue, como también quiero que mi país, la República Argentina, vuelva a ser lo que alguna fue.
Las reformas vienen indetenibles. Porque indetenible es la voluntad popular; porque indetenible es la voluntad de participar, porque indetenible es la voluntad de decidir del pueblo argentino; porque indetenible es la historia. Lo demuestran los 400 años de esta maravillosa Universidad y lo demuestra también la resistencia increíble del pueblo argentino ante tanta plaga.
Estamos aquí de pie, con los jóvenes al frente como vanguardia y los viejos atrás empujando como corresponde, como es la historia y como debe ser.
Fuerza y adelante porque juntos los argentinos bien unidos somos invencibles.