A esta altura ya es evidente que identidades falsas, call centers fantasma, fake news y difamaciones para todos y todas constituyen la verdadera política comunicacional del macrismo.
Pero que la infamia llegue a nuestros científicos, quienes desde variadas posiciones políticas o sin ellas, se encuentran luchando por sostener la ciencia y la investigación que tanto nos ha costado recuperar en el país y que es esencial para su desarrollo y su innovación tecnológica, ya es como mucho.
Esto es sólo un ejemplo de la actividad promocionada (con fondos públicos?) bajo identidades falsas y anónimas para agraviar a los científicos y los investigadores argentinos. Sólo falta que los manden a lavar los platos. Alguien debería entender que caminando para atrás no se llega a ningún lado.