Cristina Fernández de Kirchner inauguró el Hospital Materno Infantil Alberto Balestrini en Ciudad Evita, partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires, 04 de octubre de 2013. Obras en el Hospital Municipal de Niños de San Justo. Plan 2013-2014 gas para 22 barrios de La Matanza.
Muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas.
Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor intendente de La Matanza; señor intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde que también nos acompaña hoy; querida María del Carmen Balestrini, sus hijos, sus yernos: cuántos recuerdos, no solamente de este hospital maravilloso que hoy estamos inaugurando aquí, en el corazón de La Matanza, Ciudad Evita. Por acá me acuerdo por Ciudad Evita, ingresé a la Ricchieri en la madrugada del 20 de junio del 73, dejamos los autos acá en Ciudad Evita y nos metimos por uno de los caminos para la Ricchieri, me acuerdo que parecía un hormiguero, un hormiguero del pueblo que iba a recibir a Perón. Hay tantos recuerdos cuando uno está en La Matanza, tan vinculada a la historia del país y en especial también a la historia de nuestro movimiento político.
Y me acordaba cuando miraba este hospital y saludaba a sus profesionales, a sus enfermeros, a sus técnicos, también de otros dos hospitales que si Dios quiere y la virgen nos ayuda, vamos a poder inaugurar el año que viene, el de Rafael Castillo y el de Laferrere.
Pero quiero contar la historia, porque habíamos venido a un acto de agua potable, creo, en La Matanza, uno de los tantos actos donde comenzamos a dar agua potable, cloacas, el Cildáñez. Me acuerdo que Néstor -recién lo charlábamos con María del Carmen- cuando asumió como presidente y vino después con Alberto a La Matanza, prometió que le iba a dar agua potable a 700.000 personas, el arroyo Cildáñez, y que Alberto le dijo, no mientas Néstor que hubo un montón de tipos que vinieron y dijeron esto, y después de 2 ó 3 años, en otro lugar donde estaban inaugurando el Cildáñez y tantas redes de agua potable, le dijo, “viste que yo no mentía”, porque él era así, no se olvidaba de nada.
Porque hoy estamos inaugurando este hospital maravilloso, pero antes inauguramos miles y miles de kilómetros de red de agua potable y de cloacas que son la base de un proyecto de salud. No hay salud en serio, en ninguna parte, si la gente no tiene acceso al agua potable.
Y me acordaba que en una de esas inauguraciones, que no sé dónde era, era en una carpa que habíamos hecho donde abríamos una canilla, en el 2008 fue ¿no es cierto?, en pleno conflicto de aquello que mejor no nos acordemos. ¿Dónde fue? En Rafael Castillo, estábamos en una carpa y no sé cómo salió la conversación de que faltaban hospitales de aquí y de allá, que faltaban camas y que el gran problema que tenían eran las camas. Me acuerdo que me fui después del acto a la Casa Rosada, me puse a hablar ahí, porque había una partida en el presupuesto para renovar el avión presidencial, el que viajo ahora, el Tango 01, el famoso Tango 01 que tampoco compré yo, y había partidas no sé por cuantos millones de pesos para renovar esa nave presidencial. Me puse a pensar y me acordé de este drama de La Matanza y dije: para qué quiero un avión nuevo. Entonces me acuerdo que lo llamé a Alberto y a Fernando y le dije venite con tu gente de Salud. Se fueron con el secretario de Salud y con el equipo con planos y con mapas y les dije: toda la guita que tengo para el avión va para los dos hospitales de La Matanza. Allí se están construyendo, se están levantando y todo el mundo contento. Ahí está el avión presidencial que está muy bien y tenemos hospitales que necesitamos más que un avión presidencial nuevo. Y espero que el año que viene podamos inaugurarlos.
Pero cuento estas anécdotas porque muchas veces la gestión pública pareciera que se desarrollara en laboratorios asépticos o científicos y que quienes ocupamos funciones políticas, desde presidentes, gobernadores, intendentes, fuéramos estatuas de mármol, no tuviéramos las mismas vivencias, los mismos defectos, las mismas virtudes y no nos equivocáramos también como se equivocan todos. Quiero contar estas cosas, porque así también se deciden las cosas, a nivel de cómo también uno decide en una familia que en lugar de comprarse un auto nuevo va a seguir con el mismo auto y esa plata la va a poner para agrandar la casa, para tener una mejor calidad de vida para su familia o para dar estudio a sus hijos. De esta manera también se decide en la gestión de gobierno.
Y cuando recién Juan Manzur, que debo decir que cuando me dieron el nombre de él me dijeron, mirá estuvo en La Matanza, ¿por qué no consultás con la gente de La Matanza?, cuando decidí cambiar de ministro. Consulté con La Matanza y me dijeron: es muy bueno, es lo mejor que podés hacer y hoy está Juan Manzur de ministro de Salud, en su viejo Hospital de Niños de San Justo, que tenía 20 camas allá en el 2003, en la Argentina del incendio y del infierno, como decía Néstor, y en esta Argentina del crecimiento, en esta década ganada que, además, vamos a ir por otra década más de desarrollo para consolidar el crecimiento, profundizar los cambios y que nunca más seamos como el cangrejo. No quiero más un país cangrejo que da dos pasos para adelante y veinte para atrás, quiero un país siempre para adelante, trabajando todos los días.
Por eso, como recién decía Daniel y como también dice Martín, cambiar todo no es hacer algo nuevo; cambiar todo es hacer lo que siempre se hizo en la Argentina, tirar todo abajo lo que hizo el anterior y empezar Dios sabe qué cosas. Porque cada vez que han querido empezar otra cosa, salvo cuando vinimos a cambiar de cuajo la Argentina que nos habían dejado, endeudada, dividida, porque también era una Argentina dividida. Pero no era dividida porque discutían o porque había diferencias, era dividida porque unos poquitos vivían muy bien y todo el resto vivía como la mona. Esas son las divisiones que tenemos que sepultar, las divisiones y las brechas sociales. Algunos se horrorizan porque los políticos discuten, debaten, a mí eso no me da temor. A mí lo que me da temor y me da vergüenza es que todavía tengamos que enorgullecernos de estar brindándole a alguien, como yo hice ayer en San Juan, una canilla de agua potable, algo que todos los argentinos ya tendrían que tener en pleno siglo XXI y sin embargo todavía nos falta cubrir. Esas son las diferencias, esas son las brechas que tenemos que cubrir.
Ayer estaba en San Juan y vi un video que me conmovió; después estuve con cada una de las 36 familias de una villa miseria que erradicamos y donde le dábamos la vivienda nueva. Pero lo que más me impresionó de una de las mamás, con su bebé en brazos, era que ingresaba y lo primero que hacía no era ver si era grande la habitación, si era grande la cocina, cuántas habitaciones tenía; en cada lado que iba abría una canilla y decía: mirá, mirá tiene agua, sale agua de la canilla. Y además poder bañarte con agua caliente, como decía ayer. Estas son las diferencias que nos deben preocupar a los argentinos, por estas cosas es por las que tenemos que seguir trabajando. No asustarnos porque uno piensa una cosa u otro piensa otra. Tenemos que tener vergüenza y asustarnos cuando todavía tenemos gente que no tiene agua potable, que no tiene trabajo registrado o que no tiene trabajo todavía.
Y tenemos que enorgullecernos de este Hospital de Niños donde hoy estamos inaugurando tres nuevos quirófanos de este plan de operaciones de cardiopatías congénitas que yo lancé en el año 2007, en mi primer discurso como Presidenta cuando planteé que teníamos que evitar que chicos murieran o tuvieran demoras de años para tener una operación. Hoy no hay ningún niño en la Argentina en lista de espera por una cardiopatía congénita y lo lanzamos en el año 2007. No fue una promesa, nosotros no hacemos promesas, toda la vida nos hicieron promesas, nosotros tenemos políticas públicas, acciones concretas y resultados también concretos.
Como el plan de vacunas más completo y ambicioso diría de toda América. Porque cuando uno ve que en el país más desarrollado del mundo, en el que se supone que debe haber estándares de salud, y no solamente de salud sino de discusión y de resolución, donde todavía se discute si le van a dar salud o no a millones de personas, permítanme decirnos que yo me considero también entonces un país desarrollado pero además ¿saben qué? Desarrollado espiritualmente, porque estoy segura que ningún argentino de bien puede discutir si vamos a ayudar a millones y millones de argentinos para que tengan una salud digna, sin embargo en otros lados se está discutiendo eso.
Y no solamente eso, también se está extorsionando, como muchas veces sucede aquí, con todas las letras, ustedes saben que yo hablo con todas las letras, sin eufemismos, sin utilizar metáforas o giros políticamente correctos, ¿porque saben qué? Voy a ser eternamente incorrecta políticamente pero jugada social, nacional y patrióticamente con la Argentina. Eso es la corrección, la corrección hay que tenerla con la sociedad, con la patria, con los intereses de la nación. Decía entonces que hay un país que se lo ha dejado sin presupuesto, al borde del default, por parte del Poder Legislativo; no hablo del Poder Judicial de ese país porque ese Poder Judicial intenta dejarnos en default a nosotros. ¡Qué cosas que tiene la vida! Pero nosotros vamos a tener la fortaleza, como la hemos tenido siempre, de salir adelante. ¿Porque saben lo que más nos gusta de los problemas? Afrontarlos y resolverlos, que para eso vota la gente, para resolver los problemas, para darles respuesta, para hacerse cargo y fundamentalmente para no tomar la gestión de gobierno con beneficio de inventario.
Para los que no son abogados, ¿a qué se llama beneficio de inventario? Cuando alguien recibe una herencia, que podría ser un gobierno, puede tomar esa herencia con beneficio de inventario, quiere decir que me hago cargo o me quedo con las cosas que me convienen y las que no las rechazo. Algunos toman gobiernos y procesos históricos también con beneficio de inventario, como si se pudiera en una gestión de gobierno decir me quedo con todo esto que está bien pero esto que no me gusta lo separo, sin explicarle a toda la gente que muchas veces las políticas exigen determinadas cuestiones que traen aparejadas efectos colaterales que también tienen que ser solucionados, pero no solucionados de manera que vuelvan los problemas que teníamos antes.
Entonces este gobierno que se hizo cargo en el año 2003, sin beneficio de inventario, sin preguntar si la deuda la había originado Juan, Pedro o José nos hicimos cargo, en La Matanza no le preguntamos a Alberto Balestrini quién tenía la culpa de que el Cildáñez se hiciera o no, o qué habían hecho desde el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires de aquel entonces, adónde habían puesto la plata de aquello o de acá, simplemente vinimos y nos hicimos cargo en La Matanza de que hacía falta agua, cloacas, hospitales y acá estamos, dando cumplimiento, no le echamos la culpa a nadie. No preguntamos qué hicieron con fondos especiales que se habían destinado a la provincia, no, de ninguna manera, porque, ¿saben qué? A la gente le importa un pito cuando te vota como intendente, como gobernador o como presidente, si la culpa de lo que hoy le está pasando la tuvo Juan, Pedro o José, te votó a vos para que se lo resuelvas. Nos hacemos cargo de eso y nos vamos a seguir haciendo cargo siempre, porque creemos que la política es eso, darse cuenta y hacerse cargo todos los días de las demandas de la sociedad.
Y también entender que las demandas van creciendo, cuando conseguiste el agua, la cloaca, el gas…, por eso también esta obra de gas para 22 barrios hoy aquí en La Matanza por 300 millones de pesos, quiero mencionarlo – Martín quiere más, ya va a venir Martín, todo llega en la vida, hay que saber esperar. Es una inversión de 300 millones de pesos que va a beneficiar a 40.000 viviendas en zonas de desarrollo, 150.000 habitantes en 22 barrios que son: Mi Esperanza, Castillo, 22 de Enero, Oro Verde, La Bastilla, 17 de Octubre, Mercedes Benz, Nueva Primavera, El Tambo, Lasalle, Casitas, Puente Ezcurra, Sarmiento, Recoleta -sí acá en La Matanza-, El Pino, Santa Amelia, Yacupé 1, Vernaza, 20 de Junio, San Javier, Tizón y Cruz del Sur. Las obras también contemplan las redes de distribución y la instalación interna en cada una de las viviendas, porque sabemos que son barrios de emergencia y no basta con tirar la red troncal, hay que tirar además la red de distribución y después entrar a la casa, como entramos en Virrey del Pino en esa tarde inolvidable.
Como entramos en esa tarde inolvidable a la casa de María, ¿te acordás Fernando? En Virrey del Pino, en esa casa de María, que me debe estar mirando y escuchando, porque ella me veía por un televisor chiquitito antiguo, del tiempo de Moroño, y lo único que me pidió cuando entré a su casa rehumilde fue si no le podía regalar un televisor nuevo porque me vía mal en ese televisor chiquito antiguo. Después le dimos un televisor, pero primero llegamos con el agua. Recuerdo esa tarde muy especial porque cuando llegamos Fernando me dijo: primero nos bajamos en el pavimento, que no había en el 2003 porque era calle de tierra, luego entramos con el agua potable y después entré a visitar su casa que también sé que la comenzamos a arreglar, está nueva y terminada.
Para María en Virrey del Pino, que seguro me estás mirando, te mando un beso. Y también te digo algo, María, porque todo esto se pudo hacer también por otra obra que hizo el gobierno: recuperamos lo que era la antigua Obras Sanitarias que había sido privatizada y no había cumplido ninguno de los contratos ni ninguna de sus obligaciones. ¿Saben por qué pudimos dar tanta agua potable con las cooperativas de Argentina Trabaja? Porque recuperamos Aysa que nos da toda la apoyatura técnica y toda la inversión para poder hacer todas las redes de agua potable. María, tengo un hermoso cuadro tuyo y mío abriendo esa canilla en el patio de tu casa, que me regaló la gente de Aysa, empresa recuperada hoy, y lo tengo colgado en el living de mi casa de Río Gallegos, porque es un recuerdo imborrable para mí y significa el sentido que siempre, desde muy joven, le di a la política, igual que miles y miles que como yo en ese entonces, cuando veníamos acá a Ciudad Evita, teníamos 20 años y trabajábamos en distintos frentes, en las universidades, en los barrios, haciendo trabajos barriales, como también hacen ahora los pibes trabajos barriales en las emergencias, en las inundaciones, porque entendíamos que llegar a los más vulnerables era el ejercicio de la solidaridad y era en definitiva no solamente un mandato político, era también un mandato cristiano.
Muchas veces siento hablar de Dios o del Evangelio pero a Dios y al Evangelio hay que ponerlos en práctica junto a los más vulnerables y junto a los que más sufren, como dice el Papa todos los días.
Hoy en este día soleado, que algunos preanunciaban lluvia, pero que acá está, argentino, peronista también, argentino y peronista. Que casi es lo mismo, hay un amigo mío –bah, no tan amigo-, un amigo y otro que no es amigo, porque es un opositor terrible, habla por la radio y todo pero dice que en el fondo –Perón decía eso- todos son peronistas y todavía no se han dado cuenta. Pero no importa, por esto mañana van a titular diciendo “Cristina sectaria, dice que todos son peronistas”. No, todos saben lo que quiero decir y lo que quiero significar, que lo digo con mucho cariño y mucho amor. Pero además, quién puede pensar que no lo digo con amor y con orgullo, si yo soy peronista y digo que todos son peronistas no es con ánimo de ofensa sino simplemente con ánimo de que alguna vez entiendan lo que se quiso hacer, lo que quisieron hacer en este país hombres y mujeres como Eva Perón, como Juan Domingo Perón, como Néstor Kirchner, como Alberto Balestrini y como tantos otros miles y miles de argentinos y argentinas que siguen creyendo que la patria es el otro y que merece el sacrificios de todos nosotros para que nuestros hijos y nietos vivan en un país mucho mejor que el que tuvimos que vivir nosotros. ¡Gracias Matanza, gracias Ciudad Evita, gracias a todos, los quiero mucho y los llevo dentro del corazón, que Dios los proteja a todos!