agosto 27, 2013
Cristina, en Montevideo: «El anillo energético en América del Sur es central para nuestro desarrollo»
Cristina inauguró junto a José Mujica la planta desulfurizadora de la petrolera estatal uruguaya, Ancap, construida por la firma argentina Aesa, del grupo YPF en Montevideo. Antes, recibió las llaves de la ciudad.

 

Inauguración en Montevideo de una planta de la petrolera Ancap, realizada por YPF. Martes, 27 de Agosto de 2013.

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Buenos días a todos y a todas. Gracias chicos; estos son unos chicos que cruzaron el río para apoyarnos, jóvenes argentinos también con jóvenes uruguayos, muchas gracias.

Señor Presidente de la República Oriental del Uruguay, querido amigo Pepe Mujica; señor presidente de Ancap, licenciado Raúl Sendic; señor presidente de YPF Argentina S.A. ingeniero Miguel Galuccio; querida intendenta de Montevideo -montevideana- Ana Olivera: en principio quiero agradecer la deferencia y el honor de entregarle no a Cristina Fernández de Kirchner sino a la Presidenta de la República Argentina, la llaves de la Ciudad. Siempre surge muchas veces la confusión entre las personas que tienen un cargo y el cargo mismo, los honores y los títulos nunca son para las personas sino para la representación popular que esos cargos tienen, y en este caso, de una hermana República como es la hermana República Argentina del Uruguay, así que muchísimas pero muchísimas gracias.

 

Cristina en Uruguay

 

Primero voy a agradecerle el piropo al “Turco” Abdala, al titular de la Central Única de Trabajadores, y decirle que para esos que él mencionó como que si por ellos fuera pondrían un motor fuera de borda al Uruguay y lo convertirían en una lancha, la verdad que la muestra más cabal de esta integración, de esta necesidad de integración, es esto que estamos inaugurando hoy.

Cuatrocientos millones de dólares invertidos por una empresa argentina, ahora sí argentina, en este caso YPF. Recién le preguntaba a Pepe si había habido alguna inversión de algún otro país hermano o lejano de esta magnitud en la única refinería que hay en Uruguay como es Ancap y me decía que no. Así que Turco, creo que estamos cumplimentando los argentinos con creces este proceso de integración tan fuerte invirtiendo. Y ni qué hablar de otras inversiones que también hay en Uruguay en materia turística tan importantes por parte de numerosos argentinos que eligen Uruguay para veranear, para descansar, para tener casi su segundo hogar. Y nos sentimos muy contentos porque nosotros nos sentimos parte de esta América del Sur.

Pero quiero detenerme no solamente en el monto de la inversión, en todo lo que explicaba Miguel que estamos haciendo en inversión de sísmica, porque creemos que off shore podemos ayudar a la República Oriental del Uruguay a tener hidrocarburos que contribuyan a lo que va a ser, a nuestro criterio, la verdadera integración regional que pasa por la integración y soberanía hidrocarburífica.

Nuestros países han sido bendecidos con tierras maravillosas, con una producción primaria que nos distingue del resto del mundo, necesitamos agregarle valor a esa producción para generar trabajo altamente calificado, pero todo ello se hace imposible si no tenemos energía.

Por eso la cuestión que yo denominé hace muchísimos años el anillo energético en la región de América del Sur, es central para poder darle toda la potencia que esta región tiene en materia de reservas naturales, reservorios de agua y de verdadera potencia agroalimentaria. No me canso de decirlo: alimentos, energía, ciencia y tecnología son los tres vectores que van a caracterizar el progreso o la falta de él en el curso de este siglo XXI.

Quiero detenerme también en algo que manifestaba el señor secretario general de la Central Única de Trabajadores, y quiero también felicitar en ese sentido al valiente pueblo uruguayo y al esclarecido pueblo uruguayo.

Veníamos en el auto y Pepe me decía: “es una empresa pública, nunca dejó de ser una empresa pública, y cuando se sometió a plebiscito aquí en Uruguay si las empresas seguían en poder del Estado o se privatizaban, el pueblo democráticamente eligió que siguieran siendo parte del patrimonio público, porque al ser parte del patrimonio público son patrimonio en definitiva de todo el pueblo del Uruguay”, así que vayan mis felicitaciones a este esclarecido y previsor pueblo uruguayo.

Nosotros, como lo señalaba en la valiente decisión que tomamos, más que valiente vamos a decir la verdad, necesaria, por imperio de las circunstancias, Argentina cuando decide tomar la soberanía hidrocarburífera de YPF-Repsol es porque habíamos pasado de ser exportadores de petróleo a importadores netos de energía, que todavía aún este déficit lo estamos cubriendo, porque prácticamente se convirtió solamente en un drenaje de divisas y en una venta de activos que tenía YPF en el exterior, y que hoy estudiando las cuentas de YPF y estudiando los balances, estamos comprobando cómo se hizo o se estaba haciendo una suerte de vaciamiento de la empresa.

De la misma manera, miren lo que son las coincidencias, recién rescataba el señor Secretario General que los trabajadores están gerenciando PLUNA, o lo que quedó de PLUNA que era la empresa aérea uruguaya. A nosotros nos pasó lo mismo con Aerolíneas Argentinas, que también había sido privatizada, que fue entregada con numerosos activos y que cuando la recuperamos, porque estábamos desde el Estado argentino pagando los sueldos y el combustible, porque no había dinero siquiera por parte de los empresarios de origen extranjero a quienes se les había dado la empresa, era el Estado el que estaba a cargo del pago de los salarios y del combustible de los trabajadores, casi al borde de un delito porque el Estado no le puede pagar los sueldos y combustibles a una empresa privada. Lo cierto es que hoy Aerolíneas Argentinas, recuperada por el Estado nacional, representa el 80 por ciento de los vuelos de cabotaje en la República Argentina y ha recuperado la conectividad para todo el país. Porque claro, las empresas privadas obviamente van a los destinos que son rentables únicamente, fundamentalmente los destinos turísticos, pero cuando uno forma parte de un país tiene que conectar a todos, a los extranjeros que vienen a disfrutar de las bellezas turísticas de nuestro país por supuesto, pero también a los argentinos que viven en la Argentina y tienen que viajar de la Argentina profunda a la Capital o trasladarse a algún otro lugar. Y además tenemos un país donde se permite también realizar tareas de cabotaje a empresas extranjeras, cosa que no nos es recíproca en otros países donde no se permite por ejemplo actuar a Aerolíneas Argentinas como empresa de cabotaje.

Somos realmente un pueblo muy solidario los argentinos porque además hemos recibido caudales inmigratorios de todos los países de la región. Si bien la primera parte del caudal inmigratorio, de donde venimos nosotros, vino de la Europa hambreada, españoles, italianos, en fin, de todas las latitudes europeas de donde provenimos todos nosotros -yo siempre repito que tengo tres abuelos de origen español- esta última oleada inmigratoria responde a los países de la región y la verdad que hemos sido y seguiremos siendo un país de brazos abiertos para todos los hermanos de la América del Sur que han ido a la Argentina a buscar una oportunidad, que tal vez por distintas razones no pudieron tener en sus países. Esto también es integración, es integración que por allí no se permite tampoco en otros países, donde solamente trabajan los que son de origen de ese país y otros no encuentran trabajo.

Por eso la integración es muy amplia, es integración física, a través de obras de infraestructura que tenemos que seguir realizando en materia de conectividad entre nosotros, es integración en materia energética, que es lo que estamos haciendo hoy con esta importantísima inversión de más de 400 millones de dólares, las que estaba desarrollando Miguel y también las que forman parte del Memorándum de Entendimiento, es integración turística que hacemos entre todos los países de la región. Ustedes deben saber que hoy en las balanzas de nuestro turismo los mayores afluentes no vienen de Estados Unidos ni de Europa sino de toda Latinoamérica, por lo menos es lo que pasa en nuestro país.

Y además la última integración, tal vez la integración definitiva, la de aquellos hermanos que abandonaron su país y hoy viven y tienen pensado seguir viviendo ya para siempre instalados con trabajo y familia en nuestro país la República Argentina y tienen parientes aquí en Uruguay, en Perú, en Bolivia, en Chile, en fin, la integración más profunda, la integración que soñaron San Martín y Artigas. No quiero que ningún uruguayo se enoje cuando nombro a Artigas porque sé que también desde algún medio de comunicación han dicho que me quiero quedar con Artigas. Artigas es mucho más que uruguayo, es universal, es un prototipo, ¡por Dios! Es como si nosotros creyéramos que San Martín es únicamente argentino.

Y aquí hago un recuerdo a mi amigo Hugo Chávez, que también universalizó a Simón Bolívar y que fue muy generoso con todos los países que necesitaban energía, con Uruguay, con los países del Caribe, fundando esa empresa Petrocaribe.

Por eso lo que decía recién el señor secretario de la Central Unica de Trabajadores, los que quieren ponerle un motor fuera de borda al Uruguay, creo que en definitiva lo que quieren ponernos a todos, uruguayos, argentinos, peruanos, bolivianos, desde determinados sectores que durante los últimos 200 años manejaron a gusto y piaccere la economía y los destinos de nuestros pueblos, es una cabeza que no sea ni uruguaya ni Argentina ni latinoamericana ni de América del Sur. ¿Y saben qué? No les vamos a dar el gusto, nos vamos a sentir orgullosamente americanos del sur, nos vamos a sentir orgullosamente latinoamericanos. Porque además no forma parte de un chauvinismo vacío, de un nacionalismo que solamente apela a la simbología, al contrario, hemos visto lo que ha pasado en otras latitudes y la verdad que la experiencia de esta última década en toda la región ha significado para todos los pueblos grandes adelantos en materia de equidad, de justicia, de redistribución de ingresos. Hemos podido resolver todos y cada uno de nuestros conflictos en paz. No tenemos diferencias de religión, cuando uno ve lo que está sucediendo en otras partes del mundo, cuando uno ve la imposibilidad de los que se dicen ser los más inteligentes, los más capaces, los que tienen más ciencia, más conocimiento y que sin embargo resultan impotentes, absolutamente impotentes a la hora de resolver conflictos internacionales y de ahorrar derramamiento de sangre que, después de todo, es el bien más preciado que puede tener la humanidad: evitar la muerte de otro ser humano por conflictos de guerras, de intereses o económicos.

Nosotros tenemos el orgullo como gobiernos de la América del Sur, con distintas historias, distintas procedencias, de tener un objetivo: mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas y evitar cualquier tipo de enfrentamiento como los que supimos tener fundamentalmente durante el siglo XX, cuando nos importaron, además de muchos elementos que no nos permitieron industrializarnos, lo peor es que nos importaron ideas y conflictos que no nos pertenecían y nos mantuvieron divididos y separados como hermanos. Nunca más permitamos que nos importen conflictos e ideas que nos son ajenos y que no tienen el absolutamente nada que ver con nuestra historia y fundamentalmente con nuestros intereses, que son los intereses del pueblo.

Muchas gracias Uruguay, muchas gracias Montevideo, muchas gracias Pepe, muchas gracias a todos y a todas. Y como siempre, hermanos la República Argentina y el Uruguay, San Martín, Artigas, Bolívar, Belgrano y todos los patriotas que han dado sus vidas por estas tierras. Muchas gracias.

 

 

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