Palabras de Cristina Fernández de Kirchner en el Congreso «Jóvenes Metalúrgicos 2014: Claves para el desarrollo industrial argentino» de ADIMRA JOVEN. Golden Center, Parque Norte, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 30 de noviembre de 2014.
Muchas gracias, yo también los quiero mucho; muy buenas tardes a todos y a todas: señor presidente de ADIMRA; señor presidente de ADIMRA JOVEN; querido Juan Carlos Lascurain; y todos los jóvenes empresarios y empresarias, y los no tan jóvenes también.
La verdad que es un verdadero placer asistir a este encuentro aquí en Parque Norte donde se reúne una Cámara tan importante para el desarrollo industrial de un país, como es ADIMRA, pero además no se reúne en un encuentro de empresarios tradicional, sino que –al contrario– promociona a las nuevas generaciones que se incorporan a la dirección gremial y a la dirección de sus empresas, en un verdadero trasvasamiento generacional que debe darse no solamente en la política, sino en todos los ámbitos y todas las esferas del país. Porque necesitamos de sangre nueva, pero fundamentalmente también necesitamos nuevas ideas y nuevos formatos de empresarios para un país y para un mundo que ha cambiado y se ha transformado sustancialmente.
Yo recién cuando escuchaba al presidente de ADIMRA JOVEN recordar cómo había surgido esta industria con la independencia del país, fundiendo cañones para la Campaña de San Martín, atravesando Los Andes, o sea, para la Guerra de la Independencia, me vino a la memoria una anécdota que les quiero contar, referida a la guerra y a la industria, que me tocó vivir en México, en Monterrey, con motivo de la Primera Cumbre de Las Américas, a la que asistí acompañando a Néstor Kirchner como presidente. En ese encuentro, mantuvo Kirchner una reunión bilateral con el entonces presidente de los Estados Unidos, George Bush, pero miren los interesante de todo esto: había en ese momento, en esa Cumbre, se había dado una gran discusión. Hugo Chávez, entre otros, había planteado la necesidad de un Nuevo Plan Marshall, o un New Deal, el famoso New Deal americano, como un motivo o como una política para impulsar mayor crecimiento, mayor desarrollo en toda la región americana, mayor generación de empleo, etc. Y me acuerdo que era una cosa que había tomado estado público a través de los medios de comunicación que daban cobertura a ese encuentro. Y me acuerdo que cuando llegamos al encuentro bilateral, Bush llegó enojadísimo, diciendo “qué New Deal?». Claro, Bush era republicano, y obviamente Roosevelt era demócrata, pero no es que era un tema del concepto. Entonces llegó muy enojado diciendo: “pero qué New Deal, ni New Deal, si realmente lo que hizo grande a los Estados Unidos fue la guerra, fue la Segunda Guerra Mundial.”
A mí me impresionó mucho, debo reconocerlo, y un día, hablando con un economista al que le tengo mucha confianza, le pregunté, pero sin contarle la anécdota, le pregunté: “decime a tu criterio, ¿qué fue lo que hizo grande a Estados Unidos, el New Deal o la guerra?”, y esta persona, que está lejos de ser armamentista, guerrero, o reaccionario, me dijo: “sin lugar a dudas, la guerra”. Y la verdad que me impresionó… por favor, mañana titulan: Cristina está proponiendo la guerra para hacer crecer la economía. No, simplemente estoy contando la anécdota porque me recuerda precisamente.
Y hay toda una discusión, que no pienso saldar en este encuentro, pero la verdad que me mueve mucho, me moviliza mucho, fundamentalmente, el reconocimiento. El reconocimiento no a un gobierno, porque los gobiernos pasan, lo que importan son las políticas y los proyectos que perduran en el tiempo y que le dan precisamente un fondo y un nivel estratégico al desarrollo de un país, el reconocimiento a la reindustrialización del país por parte de dirigentes que sufrieron la década de los 90 y que marcharon, junto a sus propios trabajadores, precisamente cuando la política neoliberal arrasaba con todo proyecto industrial, no solamente –debo decirlo– a partir del Consenso de Washington, en el caso de la década de los 90, sino también a partir del 24 de marzo de 1976, cuando se desmonta, en la Argentina, más que un proyecto económico, un proyecto cultural. ¿Por qué un proyecto cultural? Porque un país que no genere trabajo, que no genere industrias, un país que deba importar la mayor parte de lo que consume, un país que desprecie lo nacional por mala calidad, o que mande a lavar a sus científicos los platos, realmente es un país que culturalmente ha perforado a toda la sociedad y ha subestimado y se ha hecho sobre-subestimar a la propia sociedad acerca de sus posibilidades.
Por eso creo que no es solamente la reindustrialización del país un proyecto económico o un modelo económico, es esencialmente un proyecto cultural. Y también, antes de entrar decididamente ya al tema de la siderurgia y de lo que a mí me parece que tiene ser el rol de este importantísimo sector de la economía en esta Argentina que se viene, me gustaría también hablar un poco de este clima que muchas veces se quiere instalar dentro de algunos sectores de una visión apocalíptica, como si estuviéramos en una crisis terminal, y cuando uno mira los números de la macroeconomía, es cierto que no estamos creciendo como lo hicimos en otros momentos del mundo y del país, cuando recién comenzaba el proceso de re-industrialización, pero lo cierto es que cuando uno mira los números macroeconómicos, estamos -a esta altura del año- con un superávit comercial de casi 6.000 millones de dólares y con una reducción respecto de las impo y expo -a esta altura del año- acaecidas durante el 2013, que no es una reducción menor pero tampoco es una reducción que permita decir o plantear un escenario apocalíptico, de crisis, como muchas veces desde los medios de comunicacióne nos quieren plantear.
Y a esto le sumamos también, como todos sabemos, el tema de la importación de energía como un importante factor que afecta la balanza comercial. Si nosotros tuviéramos autoabastecimiento energético, la balanza comercial superaría, holgadamente, los 15.000 millones de dólares. Tendríamos un holgadísimo superávit financiero, además de un holgadísimo superávit primario. Pero todos sabemos que estamos importando fuertemente energía, esto lo informa a diario el Banco Central. Con lo cual, aún así en un momento en que el mundo ha desacelerado su crecimiento, especialmente las economías emergentes, donde nuestro principal socio estratégico en el Mercosur, la República Federativa de Brasil, también sufrió un proceso similar, realmente lo que está pasando… y poder seguir manteniendo también un régimen estable, en materia de empleo; de hecho, de acuerdo con las estadísticas del ministerio de Trabajo, se ha aumentado un 0,1 en materia de generación de empleo. No estamos generando tanto empleo como en otros años, pero mantenemos estable la plantilla de personal.
También, contra lo que muchas veces se dice, resulta poco comprensible, a partir de las paritarias que se han llevado a cabo este año, donde nos permite precisamente decir que somos el país que mejor salario tienen sus trabajadores registrados en toda América latina, con un crecimiento sin precedentes, en la década, no solamente de crecimiento nominal, de más de 2.000 por ciento, 2.189 por ciento creo que era el salario mínimo, vital y móvil, sino de convenciones colectivas de trabajo. Y también, de lo que es más importante –contra todo lo que se diga y contra todo índice que se quiera plantear– la paridad de poder adquisitivo del salario de los trabajadores argentinos, y lo sabe cualquier que haya viajado a cualquier país limítrofe, lo que puede comprar un trabajador argentino con la misma cantidad de dólares, o el equivalente en pesos, en dólares, en bienes o en servicios, aquí, en la Argentina o en otros países. Esto también nos permite exhibir índices de desarrollo social de los más importantes del continente, los que sumados a políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo, de la que ayer se cumplieron cinco años. Cinco años cumplió ayer la Asignación Universal por Hijo, que ha sido también una importante inyección a la demanda agregada, que ha sido uno de los motores del crecimiento: el consumo. Y que ha sido precisamente el tironeo que hay entre aquellos que dicen que no, que lo importante no es la demanda, sino que tiene que haber ofertas. Nosotros sostenemos que si primero no hay demanda nadie invierte si no sabe que le van a comprar, salvo que sea un genio como los que inventaron Internet, la web o Google, que entonces ahí sí, a partir de la oferta se genera la demanda, pero en materia de bienes y servicios tradicionales, en materia para invertir, primero tiene que estar asegurada la demanda para que recién se invierta.
Y si hablamos también de inversión, del Producto Interno Bruto, inversión pública y privada, nacional o extranjera sobre el PIB, el año pasado tuvimos el 21 por ciento en materia de inversión del PIB, inclusive por arriba del promedio de toda Latinoamérica, por arriba de Brasil, por arriba de Estados Unidos, solamente superados por Corea, solamente superados por Francia, miren los países que comparamos. Estos no son datos solamente nuestros, estos datos se pueden corroborar en Fondo Monetario Internacional, esto se puede también corroborar en la CEPAL, con lo cual no alcanzamos tampoco el máximo grado de inversión y habíamos alcanzado un 23 y pico, casi un 24 por ciento, pero estamos lejos de las crisis de inversión que se pretenden demostrar.
Yo cuando escucho hablar por ahí que hay que abandonar la agenda del crecimiento, la demanda y el consumo, y pasar a la agenda –como escuché a alguien, el otro día– de la productividad, la rentabilidad, la inversión, y después recién llegar a los salarios (y no es que uno no tenga en cuenta ni la productividad, ni la rentabilidad, que son muy importantes), a mí me suena mucho a maquillaje de la “Teoría del Derrame”. ¿Por qué digo esto? Porque si para que llegue al salario tenemos, primero, que pasar por todos estos estamentos, digo: ¿cuánto es el nivel de rentabilidad que se tiene que alcanzar para que recién llegue al salario o para que se vaya a la inversión? Realmente si no hay una fuerte intervención del Estado –no intervencionismo, intervención del Estado– en generar demanda agregada para que la economía crezca, haya consumo e inversión, realmente creo que se está reformulando una cierta “Teoría del Derrame”, que te dice que bueno, una vez que se alcance inversión, productividad, rentabilidad, recién llegan los salarios. Y todos sabemos que esto no es así, pero además –y para terminar con este tema– la verdad que cuando uno escucha por ahí, inclusive hoy estamos acá con dirigentes de la patronal, por así decirlo, pero por allí uno escucha a un importantísimo dirigente del sector de los trabajadores que dice que el próximo gobierno va a tener que hacer un gran ajuste que va a tener que ser apoyado por todos. Pero mientras tanto, ese mismo dirigente le pide a este gobierno que no cobremos el impuesto a las ganancias a los altos ingresos, le piden a los empresarios bonos. Los empresarios están dispuestos, de acuerdo a lo que he leído, últimamente, a pagar bonos, con lo cual nadie que está dispuesto a pagar bonos, lo cual nos parece excelente, debe haber tenido un mal año, a no ser que se quieran suicidar.
Junto a esto tenemos más de más de 700.000, 800.000 argentinos que, del 27 de enero, hasta hoy, han comprado para ahorrar, en materia de tenencia de dólares, más de 2.000 millones de dólares, y son obreros en relación de dependencia la absoluta mayoría que compra dólares. Si a esto le sumamos también la capacidad de ahorro, que se manifiesta en el aumento de los depósitos a plazo fijo, si además vemos que el consumo a partir del AHORA 12 y de otras políticas, y del poder adquisitivo que tiene la gente, si le sumamos a esto también lo que, a diario, paga el Banco Central a tarjetas de créditos, por todo lo que son gastos argentinos en el exterior, digo: no estaremos en Disney World, seguramente que no, pero que no nos quieran plantear un escenario que no existe, porque yo creo y tengo mi interpretación del por qué. Porque frente a este fenómeno mediático, de profecías apocalípticas, de comentarios cada vez que uno prende la radio, por eso – vieron – cada vez hay más seguidores de Netflix porque realmente te despeja la mente. Y esto haciéndole propaganda a Netflix, pero no importa. Pero realmente yo tengo frente a este fenómeno mediático de generar o de instalar malas expectativas en la sociedad, que terminan, es cierto, impactando en la economía, porque muchas veces se deja de consumir, porque se tiene temor a perder el trabajo, etc. Las malas expectativas son malas para la economía, tal vez sea esa la intención, también pienso muchas veces que en vísperas de un cambio presidencial, seguramente quienes tienen estás visiones apoyan a determinados candidatos y obviamente es legítimo, dentro de todo, en la política, que él que quiere ocupar el sillón, de la que está sentado, hoy, ahí en La Rosada, no dijera que todo está fantástico, divino y fabuloso porque si no para qué van a cambiar de gobierno, seguirían con el mismo gobierno, es lógico.
Ahora mi gran temor, en realidad, no reside en esto, en lo que son las reglas lógicas de la política, mi gran temor reside en que en general se instale que en la sociedad hay una gran crisis para, entonces, los que vengan, algunos de los que quieren llegar, vengan con políticas de ajustes fundamentados en que hay una crisis que en realidad no es tal, pero lo que se quiere hacer es precisamente revertir este proyecto político que ha generado empleo y desendeudamiento.
Entonces cuando uno ve, y además escucha que van a derogar esto, que van a derogar lo otro, que van a sacar esto, que van a sacar lo otro, y cuando se produce la reacción negativa inmediatamente rectifican, o si por ejemplo los ve muy de acuerdo con los fondos buitres, un tema que ha, más que nada, impactado emocional y económicamente a los argentinos, pero que en realidad no ha tenido consecuencias estructurales en la economía. En realidad todas estas cosas son las que nos distraen de abordar los verdaderos problemas que por ahí tenemos y que tiene un proceso de industrialización, en la República Argentina, y que ha tenido históricamente en otras etapas, y que seguramente – de aquí lo diviso al Doctor Aldo Ferrer, que lo sabe mucho mejor que yo. Igualmente abordar con seriedad esto es lo que nos permite, y cuando nos plantean falsos dilemas, falsas crisis o falsas cuestiones, saben cuál es el perjuicio fundamental para le economía y para los sectores de la producción: no poder abordar los problemas que realmente puede tener un proceso de crecimiento y desarrollo industrial que cuando sustituye importaciones, lo hace de manera incompleta, imperfecta tal vez falta de inversión en investigación y desarrollo para que las sustituciones no sean solamente de fierros, sino que sean de ciencia y tecnología, que es la mayor cantidad de valor agregado y lo que más nos cuesta importar. Porque también durante el gobierno peronista se produjo el mismo problema, la situación de que ante la creciente incorporación de gente al consumo, el mayor nivel de consumo que bien venido sea, en la sustitución de importaciones, el no tener los eslabones completos de por lo menos los principales procesos de sustitución genera cuellos de botellas en estos proyectos.
Ahora esto es lo que tenemos que discutir, y para mí el eje pasa, fundamentalmente, porque esa sustitución de importaciones, o como quieran llamarlas, si tiene otro nombre para los economistas, sea fundamentalmente y apunte a dónde tenemos que desarrollar investigación, ciencia e inversión en tecnología, para que finalmente podamos importar lo que tenemos que importar, pero realmente lo que podemos hacer en el país lo podamos hacer con los recursos humanos. Por eso también la política que hemos tenido en materia de ciencia y tecnología. No hemos creado un ministerio de Ciencia y Tecnología para regodearnos desde un aspecto estrictamente cultural o académico, al contrario, hemos visualizado a la ciencia y a la tecnología, aplicada al proceso económico, a las industrias, para finalmente generar un crecimiento más rico, más perfecto, no un crecimiento imperfecto que siempre nos tenga dependiendo, en materia de la mayor cantidad de valor agregado de la importación. Esta es una de las claves que nosotros tenemos que sentarnos a resolver y vemos cómo cada empresa orienta su inversión para la investigación, el desarrollo y la incorporación de procesos tecnológicos, que la hagan competitiva y que precisamente le permiten ahorrar no solamente en la producción de los bienes, sino mejorarlos y ser competitiva para también poder exportarlos y no solamente consumirlos, aquí en la República Argentina. Esta es una de las claves que precisamente tenemos que abordar en esta discusión y precisamente esta madrugada se sancionó una ley muy importante, como es la nueva Ley de Hidrocarburos. ¿Por qué muy importante? Porque todos sabemos que a partir de la decisión de recuperar para el patrimonio nacional un instrumento básico como es el manejo de la energía, no se conoce ningún país que haya privatizado su energía salvo la República Argentina, y la recuperamos en el año 2012, volvimos a recuperar a YPF, nuestra empresa de bandera y con ella el yacimiento de gas shale segundo en importancia en el mundo, y el de petróleo shale cuarto en el mundo.
¿De qué se trata, entonces? De la necesidad imperiosa que nosotros tenemos de desarrollar tecnología nacional para la extracción de esa recurso. Hoy tenemos que importar la mayoría de los equipos porque no lo tenemos en el país. Pero no lo tenemos en el país no porque nos falte capacidad de recursos humanos para elaborarlos, sino porque no estábamos preparados para precisamente abordar un desafío de esta naturaleza, como es desarrollar una industria de servicios y de producción de bienes directamente ligada a lo que va a constituir una verdadera revolución energética y el autoabastecimiento argentino, que va a impactar no solamente en balanza comercial, sino esencialmente en el desarrollo tecnológico y en la generación de más de medio millón de puestos de trabajo y de ingresos de divisas.
Hoy leí en un diario, porque cuando es una consultora extranjera parece que le creen más que cuando lo decimos nosotros, hablaban de 68.000 millones de dólares por año, el equivalente a 83 cosechas de soja. Fíjense ustedes lo que tenemos aquí, en la República Argentina, y lo importante que es desarrollar toda la industria, pero no solamente la industria pequeña y de servicios, no solamente la industria de ver quién le lleva el catering a los que van a trabajar en Vaca Muerta, no solamente el que hace las válvulas, tenemos que tener todo el equipo de perforación del gas shale.
Yo sé que muchos están pensando que hoy tenemos el petróleo a 80 dólares; miren, lo del petróleo a 80 dólares no es un precio de la economía internacional, es una cuestión geopolítica que tiene que ver con la crisis de Medio Oriente y del precio que se está fijando no por cuestiones económicas, sino por cuestiones geopolíticas, pero aún así con 80 dólares el precio del barril nosotros tenemos que trabajar fuertemente en el desarrollo de esa industria y ADIMRA tiene allí un papel fundamental, porque ya no vamos a necesitar únicamente fierros, por así decirlo, un poco más elementales, o más fáciles de hacer, no, vamos a necesitar fierros altamente sofisticados.
Yo le decía el otro día, le comentaba al ministro de Economía cuando me trajo el problema de una importantísima empresa argentina que tiene algunas dificultades a partir, bueno, no importa qué cosas, pero las tiene y es una importante empresa con recursos humanos altamente calificados, la necesidad, por ejemplo, de reconvertir a esa empresa para toda la industria petrolera. Porque para colmo, está pegada prácticamente a Añelo, donde está Vaca Muerta, donde entonces se cumple una de las reglas básicas hoy en materia de competitividad económica que es ordenar al lado de la producción todos los bienes y servicios que las líneas de producción tengan al lado inmediatamente todos los bienes y servicios que esa producción requiere. Porque ustedes saben que hoy, la competitividad está muy y cada vez lo va a estar más vinculada a la logística. Esto es a que haya menor distancia entre el lugar donde tengo que producir y lo que necesito para producir, y además, una mayor inversión en tecnología.
Por eso digo que Vaca Muerta, esta Ley de Hidrocaburos, que genera previsibilidad, certezas, que genera también para las provincias… Porque miren, yo escucho hablar mucho a muchos dirigentes, bueno, que nunca han gobernado o no están en una provincia petrolera, pero yo estuve en una provincia petrolera, al lado de un gobernador petrolero cuando el barril de petróleo estaba a 9 dólares. Sí, el barril de petróleo en el año 1998 llegó a estar a 9 dólares, la crisis era casi terminal.
Por eso digo que el hecho de que hoy las provincias argentinas puedan ser socias y propietarias de la empresa, no solamente de los recursos, son propietarias de los recursos porque así lo impone la Constitución de 1994, pero ¿sabés qué?, el recurso abajo tuyo si no lo saca alguien, no te sirve de nada. Necesitás inversión y la inversión que necesita en materia petrolera, es una inversión de muchísimo capital, de capital intensivo que, obviamente para poder venir, requiere y genera condiciones de certeza y previsibilidad.
Por eso, es muy importante lo que está pasando en la República Argentina, que logremos estos instrumentos, que hoy las provincias argentinas, además de propietarias de los recursos, sean también propietarias de la empresa que más está invirtiendo y que más equipos ha instalado en la República Argentina y que es una de las pocas que ha crecido en materia de producción de petróleo y gas como es YPF.
Por eso, es un desafío para todos ustedes esta Argentina que viene. Y es un doble desafío porque además, afortunadamente la encuentran desendeudada. Y eso, los que vivimos y militamos desde muy jóvenes y que siempre escuchamos hablar y hablábamos nosotros mismos de la deuda externa como el gran peso sobre las espaldas de la economía argentina, se llegó a deber 150 por ciento del PBI, o sea, una vez y media el PBI en materia de deuda, hoy la Argentina tiene una de las ratios de deuda más bajas de todo el mundo. Esto significa una plataforma para el país y para los gobiernos sucesivos que no tuvieron los gobiernos anteriores. Algunos, porque endeudaron al país, otros porque no supieron qué hacer con él. No importa, no vengo acá de fiscal de nadie ni a criticar a nadie, no me interesa criticar a nadie. Me interesa proponer de acá para adelante, total para criticar ya hay un montón todos los días. Lo que necesitamos es gente que proponga cosas de acá para adelante. Y de acá para adelante, es precisamente esto.
Y en este marco también, por qué no decirlo, el importante rol de esta cámara empresaria, de ADIMRA, de lo metalúrgico, por ejemplo, en otro sector en el que estamos haciendo punta, el sector de la telecomunicaciones, sea desde la fibra óptica, que hemos extendido más de 36.000 kilómetros a lo largo y a lo ancho del país, sea desde el primer satélite geoestacional de telecomunicaciones, hecho íntegramente, fabricado íntegramente en la República Argentina por una empresa pública provincial que con científicos argentinos, que ya está en su órbita geoestacional y que ya estamos trabajando para la segunda puesta en órbita del satélite ARSAT II.
¡Qué manera de desarrollo, qué forma de desarrollo, cómo vamos a hacer el Estado y los privados para poder potenciar todo esto y que, precisamente, sea este desarrollo científico y tecnológico también un gran desarrollo de la industria y del crecimiento y generación de más y mejor empleo! Porque además, para hacer este tipo de cosas, necesitamos recursos calificados. Por eso también saludo la decisión de esta Cámara de becar, de otorgar becas para que haya más ingenieros en la República Argentina que es lo que se necesita.
En este sentido también, hemos acompañado desde las políticas del Estado con el programa de ingenieros elaborado por el ministerio de Educación y que coincide también básicamente, en generar becas para los ingenieros porque bueno, abogados y contadores ya tenemos muchos, y se los dice una abogada, necesitamos muchos ingenieros, muchos obreros matriceros, muchos técnicos, necesitamos soldadores, necesitamos electricistas. Y sumado a todo esto también, el desarrollo de otra industria que es la industria del recurso hoy que le agrega inteligencia a los fierros, tenemos que ponerle inteligencia a los fierros.
¿Cómo le ponemos inteligencia a los fierros? A través de una asociación estratégica entre la siderurgia y el negocio del software, que se ha convertido precisamente también, en una de las políticas fundantes de este Gobierno porque, bueno, promocionar el desarrollo de la industria del software que ha crecido exponencialmente en la República Argentina.
Todas estas máquinas, desde la que se implementan en el campo para la actividad agrícola, desde las que se tienen que implementar para la explotación del gas y del petróleo, requieren imprescindiblemente de este tipo de industria, del software. Y también tenemos que promover esa asociación, ese desarrollo estratégico que también, en materia de telecomunicaciones a partir de la nueva Ley de Argentina Digital, que hemos enviado al Parlamento argentino, conjuntamente con la licitación de 4G, va a ayudar a desarrollar aún más y mejorar las telecomunicaciones en la República Argentina.
Como verán, un cúmulo de proyectos, pero no de proyectos a largo plazo, no, están acá. El satélite está en órbita, la empresa fue fundada en el año 2006. Fíjense, la fundamos a través de una ley que votamos en absoluta soledad y con muchísimas críticas, inclusive hasta 20, 30 días antes de que el satélite entrara en órbita, después eran todas felicitaciones por Twitter… Yo querría que algunos más que felicitarnos por Twitter, se sentaran en las bancas de los diputados y de los senadores y votaran las cosas que tienen que votar. Lo del Twitter me encanta, yo también soy twittera, pero te digo que entre el Twitter y analizar y apoyar proyectos que valgan la pena para todos los argentinos, me inclino por esto segundo.
Entonces, creo que todo esto, y por eso quería venir a hablar de estas cosas que les interesan a los industriales de la metalúrgica, y también yo sé aquí hay mucho autopartistas como, por ejemplo, recién estábamos en La Matanza, un tema que vamos a tener que abordar con nuestro gran socio estratégico que es el Brasil. Porque todas las automotrices no son de origen nacional; los que están al frente de las automotrices aquí y en Brasil, son gerentes, no toman decisiones, simplemente reciben órdenes de sus casas matrices. Esto no es una crítica, es natural, esto pasa en cualquier empresa, pasa en la empresa de uno acá, el que ordena es el dueño y el gerente cumple, sea el gerente de personal, el gerente financiero, el gerente comercial. No es ninguna crítica, es simplemente una descripción de cómo nos impactó el tema automotriz y cómo nos impactó además algunas prácticas distorsivas del mercado como negarse a vender autos esperando una devaluación, esperando tal vez no sé qué cosa. Cosas que deben ser dejadas de lado, porque cuando el Estado tuvo que salir auxiliar alguna automotriz de origen extranjero, no dudó ni un instante e hicimos préstamos con los recursos de los trabajadores para precisamente, preservar las fuentes de trabajo de esos trabajadores.
Por eso, a mí no me gusta hablar de gratitud o ingratitud porque es un término no económico y no empresarial. Uno no debe requerir gratitud de los empresarios. Gratitud de un hijo, de un amigo, de un hermano; de los empresarios lo único que hay que requerir son reglas de juego similares en todas las oportunidades. No puede ser que cuando te va mal, me socializás la pérdida y cuando te va bien, me escondés la ganancia. Me parece que esto es lo que tenemos nosotros que cambiar en la República Argentina.
Y si uno mira los balances inclusive de muchísimas compañías que cuando uno escucha a sus ejecutivos, a sus dueños, hablar casi como que están al borde la extinción, está esto que yo decía al principio, esto de las expectativas, esto de la moda del discurso apocalíptico y de crisis que realmente no hace bien a nadie.
Simplemente yo convoco a todos los empresarios, a los que hoy nos acompañan aquí y a todos los empresarios del país de todas las actividades, a abordar los problemas y por favor sin clichés. Los veo a algunos empresarios preocupados por el déficit del Estado y admirar a los Estados Unidos de Norteamérica. ¿Saben quién tiene el déficit más grande del mundo en materia de recursos y de administración presupuestaria del Estado? Estados Unidos. Tiene un déficit de 487.000 millones de dólares, prácticamente nuestro PBI, obviamente, tienen la moneda de reserva por lo tanto emite, le da a la maquinita y exporta, no solamente productos sino también inflación a todo el mundo. Y además, realmente, cuando uno escucha algunos números que vienen de afuera, que en tal país la inflación fue tanto… Una vez me hicieron una pregunta creo que en la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, hace muy poquito, sobre el tema inflación, y yo le pregunté a la persona que me la hizo, una alumna, cuánto era la inflación en Estados Unidos. Y me dijo que era el 3 y pico. Y le pregunté cuánto valía el galón de gasolina cuando Barak Obama asumió como presidente y cuánto valía ahora. Y le pregunté: “¿A vos te parece que con esa variación de precio puede… a vos te aumentaron las cosas así?”. “No, la verdad que no”, me dijo.
Bueno, entonces, por favor, lo que les digo es que los empresarios argentinos, el Estado argentino, los trabajadores argentinos, a los que también quiero dirigirles un mensaje, porque me ha llegado a mis oído algo así como que «todo lo que podamos conseguir y sacarle a este Gobierno hay que conseguirlo ahora porque sino el que viene no nos va a dar», esto también se dice. Y ustedes saben que yo estoy diciendo cosas que son ciertas, que estas cosas se dicen. Ahora, fíjense algunos qué cortos de pensamiento, porque al contrario, con conductas así, lo único que terminan es justificando que cuando este Gobierno no esté, sean precisamente el motivo para que le digan no, hay que ajustar porque esto, porque el otro. O sea, cavándose la propia fosa de sus propios trabajadores. Yo a veces pienso, no entienden, no saben, no les dicen, leen solamente el diario y no leen otra cosa, no tienen algún asesor que les explique.
Pero realmente todos, absolutamente todos deberíamos abocarnos a los verdaderos problemas que tenemos que, por ejemplo, debo admitir algunos planteos por parte del sector empresarial cuando nos hablan en materia de productividad, del ausentismo que se registra en muchos sectores que realmente tiene un impacto muy negativo. Ahora, esto lo tenemos que charlar con los compañeros de los sindicatos. El ausentismo es un problema grave que atenta contra los propios trabajadores. Porque si pierde competitividad la empresa, lo más probable es que también termine en algún momento alguien perdiendo el trabajo.
También tenemos que hablar con otros dirigentes jurisdiccionales, intendentes, gobernadores, de la superposición de impuestos que se generan en las jurisdicciones, realmente de carácter inconstitucional, y que también dan una sobrecarga impositiva que no es justo que se pague, por ejemplo, tasa vial, sé que se está pagando en algunos municipios, se les exige 40 centavos sobre el litro de nafta… Y luego escucho a esos mismos dirigentes que en su distrito tienen una recarga de 40 centavos por litro de nafta o de 2 centavos por pañal descartable, hablar de la presión impositiva del Estado nacional.
Entonces yo pienso que es hora de que no hablemos de generalidades, no nos conduzcamos con slogans o con el discurso que nos dicen en la tapa del diario, porque yo les puedo asegurar que con un diario uno puede hacer muchas cosas, envolver huevos, leerlo, y las cosas que se les ocurran, pero gobernar leyendo los diarios, les puedo asegurar que es imposible, eh. Es más, les diría que en algunos momentos, es casi un ejercicio de preservación mental leer algunos títulos, porque uno ya sabe lo que dicen abajo y entonces… Es más, algunos me cuentan cuando leen completo algo peor, que el titular dice una cosa y que abajo dice otra que no tiene nada que ver o no dice nada directamente de lo que dice el título.
Por lo tanto, la verdad, es como yo digo cuando me preguntan si leo mis biografías. No, para qué voy a leer mis biografías. Si es verdad lo que dicen, ya lo sé, y si es mentira, no me importa. Así que no pierdo el tiempo en eso.
Pero bueno, yo creo que sinceramente, estamos ante una oportunidad histórica en la República Argentina. Tenemos un régimen de cobertura social que nos permite tener recursos humanos que tienen un altísimo grado de perfección. Creo que además, hemos desarrollado un proceso de reindustrialización indetenible e imparable. Creo además que la inversión que está haciendo en forma constante el Estado nacional en materia de ciencia y tecnología, hoy no más, en la ciudad de La Plata, el CONICET, y la Universidad Nacional de La Plata, estamos inaugurando este laboratorio, en realidad son 17 laboratorios, de biología tendientes a investigar todo lo que nos hacen los depredadores, los depredadores digamos animales o bactereológicos o virósicos, hay de los otros también, pero a esos deberían estudiarlos los jueces y bueno, y tal vez esos depredadores dejarían de depredar.
Cuando muchas veces veo los análisis que me alcanzan a diario del Banco Central, y veo que desde el 2007 a la fecha hubo 9 corridas bancarias, y aquí estamos. Después de 9 corridas cambiarias y aquí estamos después de todo lo que pasó. Y cuando veo lo que han intentado hacer también en países hermanos en cuanto a lo que significan gobiernos que han permitido la inclusión de millones de compatriotas en América del Sur, con nuestras diferencias, con nuestras historias diferentes pero, en definitiva, en toda la región se dio por primera vez casi al unísono, casi simultáneamente la generación, la aparición de dirigentes, de hombres, de mujeres comprometidos con luchas muy importantes, con partidos, con ideas acerca de que no puede haber crecimiento y desarrollo económico si no se incluye al pueblo en ese crecimiento y veo cómo se han intentado desbaratar casi como si fuera de manual con los mismos argumentos, con las mismas estrategias, con los mismos movimientos, con los mismos insultos, descalificaciones, calumnias e infamias también, no me parece que sea casual.
Yo no creo en las casualidades y menos en política y en economía. Sobre todo, cuando hay intereses en juego y, sobre todo, cuando uno ve lo que está pasando en el mundo y, sobre todo, cuando uno ve que la Argentina, una vez más, se convierte en una reserva energética importante, además de todos los recursos minales, además de todo nuestro potencial agroalimentario, además de la alta calificación de nuestros recursos humanos, tal vez las más altas calificaciones producto también de una escuela pública que además, se ha sumando la universidad nacional pública y gratuita de la cual nosotros somos hijos y que nosotros también en todo este proceso hemos incorporado nuevas universidades.
Nos decía el Intendente de La Matanza recién desde la exposición industrial, que en el año 2013 la Universidad Nacional de La Matanza tenía 10.000 alumnos y hoy tiene 50.000 alumnos y esto se reproduce en cada una de las 9 nuevas universidades que hemos inaugurado en esta década y que permite la aparición de la primera generación de profesionales universitarios de padres trabajadores u obreros, que fue mi caso, por ejemplo, que fue el de Néstor.
Néstor era hijo de un trabajador en el Correo y de un ama de casa. Fue él y sus hermanas los primeros universitarios de esa familia en una universidad pública nacional gratuita. En mi caso, mi papá, primero fue un trabajador, luego fue un pequeño comerciante, pequeño empresario, mi mamá fue trabajadora y sindicalista y fuimos las dos primeras universitarias de la familia. Se reproduce casi exactamente lo mismo. Nosotros en la década de los 60 y los 70, pero nuestros padres habían sido trabajadores o comenzaron a ser trabajadores u obreros en la década de los 40, de los 50. Y somos nosotros los hijos de esa generación.
Por eso digo que tal vez la experiencia que recogimos de aquella etapa hoy nos permita mejorar y subsanar las deficiencias o las fallas que tienen todos los proyectos de reindustrialización. Porque no hay procesos económicos y políticos de transformación perfectos, no hay ningún manual en donde se escriba y se desarrolle la perfección paso por paso cómo se debe desarrollar un proceso de crecimiento, de desarrollo inclusivo, esto se va construyendo conjuntamente con la sociedad y también en base a la relación de fuerzas que los partidos políticos o las fuerzas que encarnan esa transformación y ese cambio tengan con el resto de los sectores que actúan en la sociedad. Porque las tensiones son naturales. Es natural que haya tensión en un gobierno que hace eje en la inclusión social, bueno, con los sectores que una vez que ha desaparecido el miedo al abismo que teníamos allá en el 2003…
Néstor siempre me decía: “vos vas a tener menos suerte que yo, yo no tuve suerte con los votos, pero tuve suerte con el miedo que tenía la gente al abismo que había habido en el año 2001, vos no va a tener esa suerte, vos los vas a agarrar a todos con la panza llena, crecidos y con rentabilidades y empresas mucho más grandes”. Las que eran algunas inexistentes, tenemos algunas empresas de software que hoy cotizan en la Bolsa de Nueva York, que surgieron en el año 2003. Esto es lo que pasó en la Argentina. Él me decía siempre eso, “vos va a tener muchos más problemas que yo”. Y yo le decía “sí y además porque soy mujer”. Primero me lo negaba lo de la mujer, después al final me lo reconocía que también un poquito era porque era mujer.
Pero bueno, esto es lo que tenemos que discutir y estas son las cosas que tenemos que debatir en la República Argentina. Cómo hacemos para dar ese salto cualitativo. Tenemos una inmensa oportunidad.
También tenemos, y tenemos que saberlo, amenazas que vienen de afuera con algunas complicidades de adentro. Por eso quisieron tirarnos y todavía pretenden tirarnos abajo el proceso de reestructuración de deuda soberana. Porque qué fácil sería volver a que se caiga toda la reestructuración que hizo Néstor en el 2005 y que completé yo en el 2010 y entonces, la Argentina de vuelta debiendo 500.000 millones de dólares y, ¿sabés qué?, me quedo con Vaca Muerta, con 5 papelitos como hicieron también durante la década de los 90 que con todos los papelitos, se quedaron con todos los recursos nacionales. No hay que ser muy inteligente, tampoco hay que tener una visión conspirativa de la historia. Simplemente escuchar lo que dicen.
Me acuerdo cuando hace ya unos cuantos años, cuando ni siquiera todavía sabíamos nosotros lo que teníamos en Vaca Muerta, un importante presidente del Norte, cuando me vio en una reunión bilateral, lo primero que me dijo fue “ustedes tienen la primera reserva de gas shale del mundo”. El que estaba al lado lo corrigió y le dijo “la primera no, la segunda”. “Bueno –dijo él- la segunda”. Sabían antes que nosotros obviamente como siempre, lo que teníamos aquí.
Entonces, yo les pido eso a todos los argentinos y, fundamentalmente, a aquellos que tengan altísima responsabilidad social, más que el resto, porque un empresario tiene mayor responsabilidad social que un ciudadano de a pie, como también tiene mayor responsabilidad social en la política quien gobierna el país, sea desde la presidencia, desde una gobernación, desde una intendencia, desde un parlamento o desde la justicia, de los que son los actores institucionales y los actores sociales y económicos. Pero esta inmensa oportunidad que se ha desplegado a una Argentina que se ha desendeudado, a una Argentina con muchísimos recursos, a una Argentina que ha surgido de las cenizas, de la ciencia y la tecnología repatriando científicos, inaugurando siempre, casi todas las semanas, un laboratorio, un instituto…
Hace poco estuve en el Chaco inaugurando, en una escuela que había empezado el 2 de abril, Malvinas, de 1982, una escuela que no tenía nada, que funcionaba prácticamente en un garaje o en un galpón, inaugurando uno de los laboratorios de clonación de plantas y de semillas que puedan soportar el stress hídrico más importante del país, la del ingeniero Ruchesi que genera y produce por afuera también y por la ciencia y la tecnología, 1 millón de plantas ornamentales por año, plantas que la mayoría de ellas se importaban al precio de 3 o 4 dólares por cada una de esas plantas antes que las produjera aquí en el país. ¿Y saben quién la produce? Los alumnos de la escuela técnica. Debe ser la única escuela media del mundo que hace técnicas de clonación mediante la micropropagación y tiene laboratorios de las características que hemos ayudado a construir al ingeniero Ruchesi.
Porque esto además, ha tenido una virtud. Recién, el que me precedía en el uso de la palabra, el titular de ADIMRA JOVEN, hablaba de que no solamente son jóvenes, sino que ustedes son federales. Acá hay jóvenes empresarios y empresarias de todo el país, de toda la República Argentina. Me comentaba Juan Carlos con orgullo, “los trajimos en micro”, te van a decir que los trajiste con el choripan, como nos dicen a nosotros cuando los llevamos a algún acto. Pero no, no los trajeron con el choripan porque cada uno de ustedes se pagó todo lo que está acá. Pero bueno, viste, a ustedes no le van a decir eso porque son empresarios. Si este congreso fuera de militantes, nos dirían los trajeron a todos por el choripan. Bueno, pero no importa, total estamos acostumbrados a ese tipo de cosas.
Pero federales, porque esta es la otra gran ventaja también que hemos tenido. Ha sido un desarrollo mucho más parejo, un crecimiento que llegó a todas partes, la inversión en infraestructura en materia, por ejemplo, de energía eléctrica, con el tendido de cables, que también tiene que ver con ustedes, el tendido de cables de todo lo que es la región NEA-NOA, todo lo que es la Patagonia, todo lo que tenemos que seguir haciendo en infraestructura.
Hoy lo charlaba con el ingeniero Galuccio antes de venir acá, la gran cantidad de infraestructura que tenemos que hacer en materia todavía de caminos, en materia de bitrenes, ¿porque saben una cosa? Recién ahora hemos descubierto un lugar en Chubut, YPF lo ha descubierto, donde obtenemos la arena para el procedimiento de extraer el gas shale. Cuando me dijeron que teníamos que importar la arena, yo no lo podía creer. No podía creer que un país con el litoral marítimo que tenemos nosotros, con la extensión, octavo país…yo…no tengamos la calidad de la arena que requiere el gas shale para su extracción o su explotación…Bueno, ahora hemos encontrado en Chubut el lugar de dónde poder extraer esa arena. Pero tenemos que trasladarla hasta Añelo, ahí en Neuquén donde está…estructura, logística de trenes y precios que nos hagan competitivos.
Todas estas son las cosas que tenemos que discutir, pero para discutir estas cosas, hay que dejar de mirarse tanto en la televisión o de leerse tanto en los diarios y empezar a leer las cosas que le interesan a los argentinos, que le faltan a la industria, que le faltan al país para ver cómo hacemos entre todos para poder construirlas.
Yo estoy absolutamente convencida de que tenemos toda la capacidad pero, fundamentalmente, tenemos la voluntad. Porque podés ser capaz, podés ser inteligente, pero si no tenés la voluntad y también, por qué no decirlo, el patriotismo de defender tu país, tus recursos, tus industrias, tus trabajadores es muy difícil hacerlo. Se requiere un conjunto de cosas: coraje, capacidad, patriotismo, recursos y ponerse al servicio del país. De eso se trata en definitiva.
Muchas gracias y felicitaciones a todas y a todos por este maravilloso encuentro de jóvenes empresarios de ADIMRA. Felicito realmente a la Cámara y a cada uno de todos ustedes.
Muchas gracias.