Bueno, la verdad que estoy muy contenta, gracias, pero además estoy muy contenta porque, hoy, en esta Casa de Gobierno, hay jóvenes de todos los partidos políticos: peronistas, radicales, sociales, del PRO, de la Federación también, que creo que por ahí deben estar, que han venido convocados por algo que nos conmueve a todos los argentinos, que nos conmueve y nos llega de muy cerca, como es el problema de las adicciones. El problema de las adicciones que algunos lo vinculan, tal vez, con el aspecto más terrible, que más sumerge a la gente, que es el de las drogas, pero que también el alcoholismo, muchas veces, ocultado y negado es un severísimo problema de adicción. Si uno mira el porcentaje de homicidios dolosos son más los cometidos bajo el influjo del alcohol y las muertes también en accidentes de tránsito por el alcohol y porque este además inevitablemente – está comprobado científicamente – también siempre lleva, como un caso posterior, al consumo de las drogas. Por eso tenemos que abordar este problema de una manera seria, responsable y entre todos porque pretender hacer de esto una bandera política es de una mezquindad, que Dios ni la historia nunca le perdonará a nadie.

Porque es algo muy terrible, que además le puedo asegurar, uno que recorre los países, uno que ha participado en encuentros internacionales, como la Cumbre de las Américas, y que escucha hablar a otros presidentes, donde el problema es una flagelo que provoca, como ha provocado en otros países, que no viene al caso nombrarlos, pero ustedes lo conocen mejor que yo, 50; 60 mil muertos en un año o que provoca divisiones territoriales en determinados países.

Me acuerdo una Cumbre de las América un presidente de un país centroamericano, lindante con otro muy importante decía que cómo puedo combatir yo desde el Estado, si el Estado no tiene los recursos para hacer escuelas, para hacer caminos, para hacer iglesias y los que trafican hacen al norte de mi país iglesias, escuelas, caminos y ayudan también, muchas veces, económicamente a muchos y la falta de oportunidades, los jóvenes sin trabajo. En fin, es un problema muy complejo. Lo cierto es que hoy se está discutiendo en el mundo cómo abordar de una forma distinta. Y yo creo que nosotros tenemos también que discutir y hoy lo que estamos haciendo, aquí, que es tarea de prevención, de recuperación desde el Sedronar con iglesias de todos los cultos, con juventudes políticas de todos los partidos, con organizaciones no gubernamentales de toda índole uno de los tantos caminos, porque no hay un solo instrumento ni una sola vía para abordar un problema de tal complejidad y de tal profundidad. Pero el compromiso de los jóvenes es muy grande, por qué. Yo siempre lo digo con Juan Carlos, porque son ustedes los que tienen mayor capacidad de llegar a un joven con problemas que a un grande. ¿Por qué? Porque tienen códigos comunes que nosotros desconocemos. Es más, me cuentan muchos militantes, que han recuperado a chicos que estaban en la droga y que hoy se han convirtieron en militantes y que inclusive esos militantes son los más aptos. Sí sepan que muchos jóvenes han sido recuperados por la política y esos jóvenes recuperados por la política, por una ONG o por una iglesia son los más aptos, inclusive, porque saben, han conocido el infierno, han sido arrastrado al infierno, han participado en él y además como son jóvenes tienen los códigos de comunicación que los hacen más aptos para comunicarse con los jóvenes.

Por eso, una de las primeras cosas que le dije a Juan Carlos fue: “comunícate con los jóvenes, comunícate con las iglesias de todos los cultos, porque ellos son los que más trabajan con las adicciones, los que están en el día a día”. Y también terminar con ese mito, que todos saben que es una gran hipocresía, de que se drogan únicamente los pobres. No, no, terminemos, que los últimos procedimientos que se hicieron desde el Ministerio de Seguridad se hicieron precisamente sobre bandas de narcotraficantes VIP. ¿Saben cuál es la gran diferencia? Como siempre, los narcotraficantes utilizan con los pobres drogas terribles de bajísima calidad, que le rompen la cabeza, los que tienen plata consumen de la buena.  Sí, hay que decir las cosas por su nombre, no hay que mentir más, ni hacerse los hipócritas. Yo no soy hipócrita, no hay que ser hipócritas. Porque si somos hipócritas, si negamos la realidad vamos a esconder la cabeza como el avestruz en el hoyo y no vamos a solucionar el problema.

Yo les comentaba que los últimos descubrimientos de bandas VIP, de narcos VIP, los encontraron… bueno algunos de apellidos muy conocidos, inclusive algunos se encontraron en countries, en fin donde viven los que tienen poder. Esto no significa – por Dios – que todo aquel que tenga plata sea un adicto, pero así como nosotros decimos que nadie porque tenga plata es un adicto, por favor, que tampoco nadie diga que solamente los pobres son adictos, porque entonces estamos cometiendo el mismo prejuicio. Esto no es un problema de pobres y de ricos, esto es un problema de la sociedad y como tal tiene que ser abordado, con mucha madurez, pero también sabemos porque no podemos ignorarlo, y seríamos también hipócritas, que los pobres tienen mayor grado de vulnerabilidad para poder recuperarse y mayor grado de vulnerabilidad en todo. Por eso tiene que ser una tarea encarada con mucha seriedad, con mucha responsabilidad, con mucho compromiso como yo sé que ustedes hacen todas las cosas.

Por eso, quiero agradecerles la presencia de todos ustedes, hoy, acá y convocarlos para seguir trabajando en este que es un problema del mundo, de la sociedad global y que necesitamos abordarlo con mucha responsabilidad.

Muchas gracias y muy buenas tardes para todos y todas.