Muchas gracias. Muy buenas tardes a todos y todas los rionegrinas y rionegrinas y los que vinieron de alguna otra provincia. De Neuquén también, que hay algunos de Neuquén y a toda la gente de Viedma que además está, en estos días recordando, fue el 7 de marzo pero sé que el festival sigue hasta mañana la fiesta, ¿no intendente? Hasta mañana. Bueno. O el combate patagónico por la soberanía que bueno, fue uno de los tres hitos que tiene nuestra historia y como decíamos con Pesatti recién cuando veníamos, este fue victorioso, porque finalmente los bandeirantes no pudieron pasar.
Quiero además agradecer especialmente a las autoridades de la Universidad Nacional de Río Negro, señor rector, señora vicerrectora, por la distinción y a todo el cuerpo académico y a todos los claustros universitarios que han participado en… no te había visto, en este evento.
Bueno, nada, un nuevo honoris causa, el último había sido en otra provincia argentina, esta vez en el norte, en Chaco. Fue el 6 de mayo, en unos meses más se cumple un año. En aquella oportunidad la clase magistral versó sobre la insatisfacción democrática retomando una charla que yo había dado en el Parlamento Europeo en Bruselas acerca de la insatisfacción democrática en las sociedades frente a las demandas que no son cumplidas, que no son cubiertas por los estados. Y hacía alusión a que ese Estado, por lo menos como se conforma en gran parte de occidente, es un Estado, un modelo de gestión de Estado a través de una división de poderes que data de la revolución francesa. Esta era un poco la tesitura, la tesis y que bueno, que realmente estamos queriendo gestionar desde el Estado a una sociedad que tiene internet y que tienen los celulares y que ha modificado absolutamente todo con una forma de organización estatal, jurídica y política que data de la revolución francesa. O sea: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder Judicial es un modelo de la revolución francesa, Montesquieu y que bueno, que estábamos queriendo gestionar el Estado con un modelo de una época donde las muelas se sacaban, se ataban con un hilo y después con una puerta y bueno, te sacaban la muela. Y que evidentemente esto generaba carencia de instrumentos y de acciones que pudieran conducir a que el Estado diera satisfacción, diera respuesta a las múltiples demandas que enfrenta.
Bueno pero ¿Cómo estamos hoy a 40 años de democracia como decía recién el rector? En la Argentina parece que ni siquiera estos tres poderes funcionan. Estamos… Yo quiero acá hacer un homenaje porque las dificultades que tuvo esta democracia, una persona que asumió apenas… un patagónico también como ustedes, que asumió apenas con el 22% de los votos allá en el 2003… yo quiero reivindicar a ese hombre que apenas con el 22% de los votos recibió un país en el 2003 al que todos recuerdan la parte económica, que estábamos mal, que el corralito pero, había algo que era previo y que lo recibió en medio de una fenomenal crisis institucional en la cual hoy un chico de 20 años tal vez no se acuerde porque nació en el 2003 pero, hubo un tiempo que no es muy lejano en este nuestro país, en el año 2001, donde se produce una gran crisis de carácter institucional que motiva que cinco presidentes se sucedieran en una semana, que la gente pidiera que se vayan todos. No había Poder Ejecutivo, la gente no veía que la autoridad, que la política era la que decidiera las cosas en la Casa Rosada. La gente sentía que las cosas se decidían en cualquier lugar menos en el lugar para el que habían votado que estuviera una persona para hacer las cosas que habían votado y decidido en una elección libre y democrática.
El Poder Legislativo estaba fuertemente cuestionado. Acuérdense que la primera alianza, la del año 1999, su vicepresidente renuncia en medio de denuncias de sobornos en el Congreso de la Nación. En el Senado. Yo lo recuerdo muy bien porque era diputada nacional y estalló un gran escándalo porque una ley de flexibilización laboral fue comprada por el entonces oficialismo sobornando a senadores, en ese momento de la oposición, que eran de nuestro partido, del peronismo. Gran escándalo. No lo denunció ningún periodista de investigación, no lo denunció ningún opositor. Lo denunció el propio vicepresidente, un dirigente que era un intelectual que provenía del peronismo, de las filas del peronismo, lo había denunciado. Finalmente renuncia y esto provoca una gran crisis institucional, pero fíjense no teníamos Poder Ejecutivo, teníamos un Poder Legislativo… bueno, en donde se podía comprar y vender leyes y teníamos una Corte, finalmente, la que se conoció con el nombre de mayoría automática, que fue la que legalizó todas las privatizaciones todo lo que fue, si se quiere, en cierta manera, el saqueo de lo que fue el patrimonio nacional. Esta era… no teníamos en ese momento lo que yo denominé en el año 2007, cuando di mi discurso de propuesta para la primera presidencia en la ciudad de La Plata, lo que yo llamo el Estado constitucional democrático. Esto poder que hoy no da y que yo decía en el Chaco que ya no daba respuestas. Ni siquiera teníamos eso en ese momento. Y Néstor en el 2003 reconstruye esto, primero colocando a la Casa Rosada como el centro de gravedad del poder político democrático votado en la República Argentina. Las decisiones las toma el Presidente.
El Poder Legislativo vuelve a ser lo que tiene que ser: oficialismo y oposición. Me tocó ser oficialista y la verdad que yo era legisladora nacional desde el año 1995, creo que fue la única época en la que un oficialismo en la República Argentina votaba leyes de la que estaba orgulloso de votar y sancionar porque eran leyes que otorgaban derechos, no le sacaban nada a nadie, al contrario. Y creo que además el oficialismo era oficialismo orgullosamente de ser oficialismo. Y la oposición, bueno, era oposición porque tenía ideas diferentes. Este es el sistema, así funciona el sistema. No es que todos tengan que votar lo mismo ni pensar lo mismo. Así por lo menos fue pensado por Montesquieu allá por la revolución francesa. Habíamos recuperado también ese Poder Legislativo.
Y luego, finalmente, cuando el pueblo, cuando el Estado argentino, no el Presidente o el Gobierno es amenazado desde la Corte Suprema por su presidente de dolarizar la economía, se produce aquel memorable discurso de Néstor al poco tiempo de haber asumido, donde solicita como corresponde, al Parlamento argentino, en la Cámara de Diputados que inicie el juicio político contra esos magistrados. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que finalmente cuando me toca asumir la primera presidencia, la Argentina era un Estado democrático constitucional donde cada uno cumplía los roles que tenía que cumplir y así siguió porque además de ser la Presidenta que menos decretos de necesidad y urgencia firmó, se caracterizó la gestión de esos años de gobierno por enviar todo al Parlamento. Desde la recuperación de las AFJP, pasando por la ley de medios, pasando por la recuperación de YPF y la soberanía estratégica en materia de recursos e hidrocarburos, todo absolutamente todo. Todo, absolutamente todo, se dio en ese marco. Con tensiones, con diferencias, con debates, a eso no le tengo miedo porque siempre fueron en el marco de la constitución y de las leyes.
Y hoy, a 40 años de democracia el próximo 10 de diciembre de este año, bueno, creo que lo que estamos viviendo en materia de división de poderes cuando vemos a la oposición, o por lo menos al sector más importante de la oposición, aliado con el Poder Judicial para hacer lo que sabemos que se está haciendo… Bueno, creo que hoy no estamos ante un Estado democrático constitucional.
Miren: sin ir más lejos, hoy una hora o dos horas antes de esta conferencia que todo el mundo sabía, desde el partido judicial, ya no se lo puede llamar poder judicial, por lo menos desde los sectores… una hora o dos horas antes de esta conferencia magistral, de este honoris causa que me han dispensado, desde el partido judicial separan al senador Martín Doñate que era el representante en el Consejo de la Magistratura y restituyen al miembro que había impugnado judicialmente. Más mafiosos no se consiguen porque, la verdad, los mensajes mafiosos… Bueno, qué voy a hablar de mensajes mafiosos si aquí, precisamente, en Río Negro, en Lago Escondido, todos los argentinos y todas las argentinas pudimos verificar los chats donde, por esas casualidades casuales, el juez que instruyó la causa en la cual ayer acaban de proscribirme, fue uno de los que recomendaba cómo tenían que hacer facturas truchas. O sea: la verdad que yo creo que en algún momento, en algún momento… porque siempre todos estos sectores y mafias que se regodean en el poder y en la impunidad del poder, en algún momento siempre colapsan. Más tarde o más temprano.
Miren: cuando uno tiene muchos años ha visto pasar muchas cosas que parecía que eran eternas y que no se iban a terminar nunca y que finalmente se terminan. Porque yo creo que el propio sistema va a necesitar sanearse porque además estamos en un marco en estos 40 años de democracia y quiero hablar específicamente del tema que nos ocupa hoy que es la economía bimonetaria también que va a requerir de un Estado y de decisiones que van a imperiosamente necesitar de legitimidad ante el conjunto de la sociedad. Que son tomadas esas decisiones por hombres, por mujeres, por organismos, por estamentos que realmente hacen honor a las demandas no de un sector sino del conjunto de la sociedad. Y la verdad que la ruptura del pacto democrático que esto lo que hay que hablar, y creo que la principal y la más terrible fue la del primero de septiembre que si, realmente, se los digo con todo mi corazón, odié ser protagonista de eso. Pero la ruptura del pacto democrático aquel, no del que habíamos construido a partir del 2003 cuando Néstor reconstruye el Estado democrático constitucional, sino aquel que se reconstituyó el 30 de octubre de 1983 y que se solidifica ese 10 de diciembre en la Plaza de Mayo. Y que era el pacto de que no se podía ni siquiera pensar en que la supresión del adversario era la supresión de la vida. Que se lo podía eliminar. Que si era opositor lo mato, lo desaparezco o me tengo que exiliar. Esto era algo que estaba absolutamente convalidado por la sociedad. Y sin embargo ese primero de septiembre se rompió. Pero si uno mira realmente lo que pasó a partir del año 2015, en realidad casi observa como una secuencia lógica lo de ese primero de septiembre. Inclusive en ese propio año 22, en marzo del año 22, el día que se trataba en el parlamento, en la Cámara de Diputados para ser más precisos, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, destruyeron mi despacho. Primero fue señalado con pintura, luego durante media hora sin que interviniera ninguna fuerza ni de la Ciudad de Buenos Aires ni ninguna fuerza federal, fue apedreado y destruido el despacho. La misma jueza que instruyó la causa es la misma jueza que instruye la causa. Es como que todo hace juego con todo. Y unos días más tarde en las cartelerías de la Ciudad de Buenos Aires aparece un cartel, con una foto de esas que me suele sacar Clarín ¿Vieron? No lo puede hacer cuando me meto el dedo en la nariz porque nunca me meto el dedo en la nariz pero, si me metiera el dedo en la nariz sería esa la foto preferida. Una foto con una cara muy mala donde dicen: asesina de 35.000 personas. Curiosamente esto es el 28 de marzo, cuatro días después de lo que se recuerda el 24 de marzo y los 30.000 desaparecidos. No fue casual el número 35.000. ¿Vieron cómo cuestionan el tema de los 30.000 desaparecidos? Que no, que no son 30, que son esto, que son lo otro. Acá entonces había que poner más. Si nosotros somos los responsables de 30.000, ustedes, vos que sos la cabeza más visible del peronismo son responsables de las 35.000. Tampoco nunca se supo quiénes eran los responsables pese a que había pruebas, se pidieron medidas… No importa. Quiere decir que ese primero de septiembre tuvo muchos primeros antes que empezaron, inclusive, acá el rector hacía recién mención a uno de los objetivos de la universidad que es superar la brecha y lograr la paridad de género vicerrectora. A mí me parece fantástico pero, yo quiero recordarles cómo la primera mujer que es Presidenta en la República Argentina fue totalmente anatematizada pero no por las políticas porque uno puede y debe aceptar todas las diferencias y todas las críticas a las políticas. No, eran todas cuestiones y alusiones a mi condición de mujer. No a las políticas. Esto también va abonando, como me dijo el Papa cuando me llamó al otro día, Francisco el 2 de agosto: siempre la violencia física es precedida por la violencia de las palabras y de las actitudes. Siempre y esto siempre sucede así. Llegamos entonces a este momento difícil de la Argentina en el marco de lo que yo denomino, bueno, lo de los fundamentos de ayer más que fundamentos es un eufemismo: millones de palabras y adjetivos, ni una prueba y un solo objetivo, la proscripción. Creo que el que mejor lo definió fue el Ministro del Interior, Wado de Pedro, cuando dijo han reemplazado al código electoral por el código penal. Esta es la verdad de la milanesa hoy en la República Argentina. Pero ¿cómo estamos si las instituciones están así en la República Argentina? ¿Cómo andamos con la economía a 40 años de democracia? Guau… es lo que yo denomino la economía bimonetaria. El 24 de marzo del 76 yo creo que fue el momento de ruptura de lo que fue el modelo económico industrialista por sustitución de importaciones que inauguró el peronismo fuertemente y que había sido incipiente ya en la época del yrigoyenismo cuando hubo que hacer la primera sustitución de importaciones con motivo de la primera guerra mundial. Y la reforma de las entidades financiera, la famosa reforma de Martínez de Hoz introdujo una modificación del patrón de acumulación en nuestra sociedad y también en nuestras elites dirigenciales, empresariales y económicas. Un modelo que podíamos denominar de capital financiero fundamentalmente. Y que, como tal, y a partir de la globalización del capitalismo financiero, el dólar pasa a ser el patrón de conducta diría yo. Porque hoy es un patrón de conducta, más que un patrón monetario por lo menos en Argentina. Patrón de conducta. Y digo: el modelo industrialista de sustitución de importaciones tenía problemas, no era todo coser y cantar. Tenía lo que se conoció con el nombre de la restricción externa. También nos faltaban dólares pero, los dólares nos faltaban porque no nos alcanzaba lo que producía el sector agrícola para hacer frente a los dólares que nos insume desarrollar industrias que generan mucho más trabajo, porque de eso se trata ¿no? Digo… generar trabajo y bien remunerado además. Y bien remunerado además. Y entonces aquella restricción externa que tenía el modelo industrialista por sustitución de importaciones, comienza a profundizarse con este patrón de conducta del que yo les hablo. Y entonces primero las clases dirigenciales y empresariales que conforman la Argentina comienzan a formar activos externos en dólares que por supuesto son tomados de nuestra economía y colocados por fuera del circuito de Argentina en el exterior. Paso por alto la estatización de la deuda de los grandes grupos concentrados de la dictadura en el año 82. Los que hablan contra el Estado que se acuerden que el que después vino con la convertibilidad, cuando estaba en el Banco Central en ese momento fue el que estatizó la deuda de los grandes grupos económicos que todavía seguimos pagando los argentinos y las argentinas en general. Entonces esa conducta, luego, producto de devaluaciones, de crisis económicas que pasaron desde la híper del 89, la otra híper que vino en el 90, más la crisis que hacía alusión en el 2001, fue permeando a toda la sociedad. Y ya entonces no era el empresario que formaba activos en el exterior sino también la gente que, con un mecanismo de defensa, hasta la señora que por ahí trabajaba en la casa y juntaba lo que podía y cuando podía juntar un poco más de plata iba y compraba 50, 60, 100. Esta es la conducta, este es el patrón de conducta. ¿Por qué? Porque se relega el peso únicamente para las cuestiones domésticas pero, se convierte una moneda que nosotros no tenemos, como moneda de ahorro. Y moneda de pago además para determinadas operaciones. Vaya alguien a comprar una casa, un terreno, una tierra sino tiene dólares. Y si con un auto lujoso, lo mismo, no se lo venden. Quiere decir que entonces hoy, a 40 años de democracia, no solamente estamos sin Estado democrático constitucional sino que estamos sin moneda también. Esto es lo que se denomina una economía bimonetaria. Y miren cómo se nota hasta en pequeñas cosas.
A ver: el otro día leía y lo sé porque Calafate… andá a conseguir un alquiler en Calafate si te toca, si te toca. No se consigue en toda la Patagonia ni se va a conseguir en los sectores turísticos que están esperando RNB para que lleguen… y es lógico y no critico al que hace eso porque, en definitiva, se está defendiendo o está defendiendo su patrimonio. Pero tenemos que pensar los dirigentes políticos que se precian de querer… ¿Porque qué es dirigir, qué es ser un dirigente político ser Senador, ser Presidente, ser Gobernador? No, dirigir es eso, dirigir. O sea: el dirigente tiene que ver siempre un poco más adelante lo que va a pasar porque tiene que conducir y dirigir a sus sociedades a lugares buenos y seguros. Eso es ser dirigente.
Y esta economía bimonetaria nos lleva a este escenario también de esta Argentina con inflación. Porque, y esto es clave también entenderlo, hay una gran discusión o por lo menos aparenta haber una gran inclusión en cuánto a qué ocasiona esta inflación absolutamente desmedida, comparada con cualquier otro país del mundo, que tiene la Argentina y que no es la primera vez. Atravesamos la crisis hiperinflacionaria del 89, luego la del 90… no es la primera vez. Y bueno, hay durante mucho tiempo se decía que si se aumentan los salarios mucho esto genera inflación. Con lo cual quiere decir que en épocas donde el salario es bueno deberíamos tener inflación. Yo quiero que pongamos el primer gráfico ¿lo tenemos? Ahí está.
Ese gráfico que ustedes ven que dice “salario real RIPTE, pesos constantes de enero del 2023”. Fíjense es desde el año 95. Quiero decir el origen. Este lo saqué del diario La Nación para que vean que no proviene ni de Página 12 ni de Pravda ni tampoco de La Habana ni de ningún lado. Es un cuadro que publicó un destacadísimo columnista del centenario diario La Nación, creo que el día lunes o martes y donde mide el RIPTE. Fíjense: el RIPTE, por supuesto, cuando vino la crisis del 2002, miren donde estaba cuando asume Néstor el RIPTE. Ahí abajo. Y comienza a subir y pasa la línea, importante, ya en el 2007 cuando él estaba de Presidente y después sigue y sigue. Bueno, toda esa linita que sube y sube hasta allá arriba, baja un poquito y vuelve a… Adivinen en qué gobierno fue. En el nuestro. Y fíjense qué curioso, fíjense qué curioso. En el año 2015, cuando teníamos el salario más alto en dólares en América Latina, la inflación de ese año, medida por la Ciudad de Buenos Aires, fue del 24 coma y algo, 24 por ciento. Me acuerdo que me daban lecciones todos los dirigentes, propios y extraños. Todos. Lecciones de cómo hacer. Que no mande a los de La Cámpora a los supermercados a controlar los precios, que eso no era inflación. Que cómo, que está loca esta mujer ¿Qué está haciendo? Bueno, los que me dieron lecciones y dijeron que solucionar el tema de la inflación era cuestión de un chasquido, así de dedos, la llevaron al 54 %. Y fíjense cómo estaban los salarios en el 19 y fíjense cómo siguen estando ahora que tenemos 100 % de inflación. Primera conclusión para gente que lo único que tiene que hacer es ejercitar la memoria y si no se acuerda de algo, leer un poquito: está claro que los salarios no son la causa de la inflación, porque con el salario de América Latina teníamos 24 y con los salarios por el piso y con trabajadores registrados, como dije en Chaco, que por primera vez no llegan a fin de mes, quiere decir… ¿Y entonces qué es lo que está pasando? Está pasando lo que dije en diciembre de 2020, ¿no, rector? En un acto académico, tampoco vicerectora, sino en La Plata. Me acuerdo, un acto muy lindo que había organizado el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, a la que fue el Presidente, el entonces presidente de la Cámara, estaba también Máximo, Sergio, que era el residente de la Cámara y me acuerdo que yo hablé después de Sergio, y Sergio había pronosticado que la economía iba a crecer. Y yo dije «claro que va a crecer, pero tenemos que alinear precios, salarios, tarifas y servicios» ¿Para qué? Para que el crecimiento no se lo lleven cuatro vivos. Es lo que está pasando. Porque es cierto que hay crecimiento, es cierto que la economía está creciendo y es cierto que se generan puestos de trabajo, pero son precarizados y de muy baja calidad, y de muy bajos salarios. Y esto es lo que siempre hemos sostenidos desde el peronismo, que es la participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno. El segundo cuadro, por favor.
Miren, fíjense, el segundo cuadro es la participación del salario en el Producto en una serie histórica un poco más larga, del 35 al 22 y fíjense que los tres picos corresponden: el primero al primer gobierno peronista, el segundo coincide con el golpe del 24 de marzo de 1976 y el otro es el nuestro. El período de los tres períodos de gobierno, que debo decirlo también, además, que desde la Ley Sáenz Peña ninguna fuerza política pudo cumplir tres períodos consecutivos de gobierno democráticamente, me refiero, obviamente, por elección popular. Bueno, si no es el salario, está demostrado, hoy tenemos una inflación del 100 % y los salarios están súper deprimidos y eso no lo discute nadie. Y que hay que mejorar el poder adquisitivo no lo discute nadie, quiere decir que por el salario alto no es ¿Cuándo teníamos salario alto había inflación? Sí, pero no ésta. Claro, claramente. Vamos al segundo, el que más insistentemente escuchamos hoy: déficit fiscal. O sea, que la inflación se debe al déficit fiscal. Quiere decir que si no hay déficit fiscal no hay inflación, va a desaparecer, o no va a ser un problema.
Yo acá quiero que pongamos el otro cuadro, este está en inglés porque lo saqué de The Economist, bueno, lo hice para evitar que dijeran que es un cuadro… Nadie va a discutirme a The Economist, calculo.
Yo quiero que miren, son todos los países y van a ver dos columnas, la primera columna es el balance de cuenta corriente. ¿Qué es el balance de cuenta corriente para que lo entienda la señora que nos está mirando? Es lo que te queda en dólares una vez que pagaste todas las importaciones, todas las transferencias que tenés que hacer, la balanza turística negativa, es lo que te queda como el comerciante, lo que le queda en la cuenta corriente para pagarle las cuentas. Eso es, fíjense. Esa es la primera, ahora fíjense la segunda, la segunda que es toda rosa, porque solamente hay 5 celestitos, la segunda columna es la del déficit fiscal. Primario y financiero. Fíjense todos los países que hay, de todos los países que hay ahí solamente 5 no tienen déficit fiscal y se los digo: Noruega, Dinamarca, Arabia Saudita, Israel y Chile. Todos los demás tienen déficit fiscal. ¿Pero cómo? Y Chile, inclusive ni siquiera, solamente 4 tienen superávit gemelos, solamente 4: Noruega, Dinamarca, Arabia Saudita e Israel. Todos los demás tienen doble rojo, tanto en déficit, como en cuenta corriente. Salvo en cuenta corriente que hay muchos celestes, ¿por qué? Porque esto es lo que determina la cantidad de moneda que tenés en la economía para hacer frente a todas las inversiones y a todas las obligaciones que vos tenés en materia de deuda, ese es el gran tema. Pero además, y esto no quiere decir, porque ya veo que Clarín mañana titula «Cristina quiere que haya déficit fiscal». No, no, no quiero que haya déficit fiscal. Lo virtuoso es no gastar más de lo que ingresa, pero evidentemente en épocas de crisis este es un instrumento que se necesita para evitar la recesión, porque además, sino, podemos llegar a tener el infierno más temido que es recesión con inflación y estamos al horno. ¡Y estamos al horno!
Es más, fíjense que los 5 países que no tienen déficit fiscal, en el caso de Noruega, además de ser 9, 10 millones de personas, ellos tienen un superávit brutal por parte de Statoil, que es la empresa de combustibles, todo el Mar del Norte es un lago de petróleo y todo lo que ellos toman de Statoil, que ahora tiene otro nombre, creo que le pusieron otro nombre, Norway, creo que se llama ahora, que es la que va a perforar aquí, frente a las costas del Atlántico, en nuestro país, va a un fondo de pensiones. Ellos tienen un trillón de dólares, ellos tienen asegurados a sus pensionados, a sus jubilados, a sus jubiladas, creo que hasta fines de siglo. Lo mismo pasa en el caso de Arabia Saudita, obviamente no tengo que explicar por qué Arabia Saudita tiene una excelente cuenta corriente. Dinamarca también se autoabastece en energía y Chile no tiene, tiene cuenta corriente negativa porque seguramente los precios de la energía le han disparado las cuentas y ya sabemos lo que pasa. Israel ya sabemos, una potencia. Y hay muchos otros países que son potencias en materia de exportación y, por lo tanto, lo importante es estar en celeste en la cuenta corriente.
Miren, les voy a dar un ejemplo para que todavía se entienda más. Vuelvan a poner la última, esa. Fíjense ahí Malasia ¿Les suena Malasia? Seguramente que no. Ahí van a ver a Malasia que tiene un déficit fiscal de 5.3 del PBI, un poquito más abajo está Argentina con el 3.8. O sea, Argentina tiene menos déficit fiscal que Malasia, sin embargo Malasia tiene 2.4 en la cuenta, ¿Y por qué les hablo de Malasia? Porque hoy que se cumplen 30 años del enlistamiento de YPF en la Bolsa de Nueva York, el presidente de YPF, Pablo González, un patagónico como todos nosotros, está en estos momentos en Nueva York. Ustedes saben, y ha sido muy publicitado en todos los medios, que está en tratativas con Petronas. Miren lo que son las casualidades: Petronas es la compañía estatal de gas y petróleo de Malasia, sería la YPF de Malasia, y justamente el titular de Petronas, el embajador de Malasia, además, estaba conmigo ese 1º de septiembre. Fue la última reunión que hice cuando salí del Senado antes de llegar a casa esa noche y… bueno. Y se está tratando un acuerdo porque Malasia, Petronas, que tiene déficit fiscal más alto que el de la Argentina, financiaría la construcción de una planta en Bahía Blanca para gas licuado y un gasoducto que viniera directamente de Vaca Muerta a Bahía Blanca. Ellos tienen una flota en materia de gas natural licuado para transportarla, formidable. Con una inversión en infraestructura de 30 mil millones de dólares que puede llegar a mucho más cuando se haga todo el tema de la producción y la explotación. ¡Fíjense! Un país que tiene más déficit fiscal que nosotros es el que va a financiar este emprendimiento. ¿Se dan cuenta? ¿Cómo nos mienten, no? Cómo nos mienten los medios de comunicación cuando te dan clases de economía y te hablan 20 horas del déficit fiscal y no te hablan de los activos formados en el exterior para evadir impuestos y sustraer el trabajo de los argentinos. La verdad que… La verdad que…
Y ustedes me dirán por qué la clase magistral además decía inflación y Fondo Monetario, bueno, esta es la segunda parte. La segunda parte es que la pandemia fue terrible, la guerra también lo es, pero no hay catástrofe más grande para la República Argentina que el endeudamiento que se produjo en el gobierno, en el período entre el 2015 y el 2019, esa es la verdad de la milanesa. ¡Catástrofe! ¿Ustedes por qué creen que pudimos tener 12 años y medio de gobierno en la República Argentina y buenos salarios y hacer satélites y que los científicos volvieran al país con el programa Raíces y distribuir más de 5 millones de computadoras con los chicos y construir la Asignación Universal por Hijo? ¿Cómo…? No, no, esto no depende de personas, depende de políticas que hagan determinadas personas, no es una cuestión personal, es una cuestión política. Es una cuestión política porque un señor que además de reconstruir el Estado democrático constitucional, pagó la deuda, reestructuró, hizo la reestructuración de deuda soberana más formidable de toda la historia y además de hacer la reestructuración soberana con quita de capital e intereses, pagó al Fondo Monetario Internacional para que no pudiera interferir en el desarrollo de políticas públicas nacionales. Y este acuerdo que se ha firmado.
Ah, yo quiero primero desmitificar un poquito esto del acuerdo, porque parece que a uno no le gustara el Fondo Monetario Internacional por una cuestión dogmática o que no quisiéramos pagar. Por supuesto que sí, si te dieron 45 mil millones de dólares lo vas a tener que devolver, esto está claro, nadie pretende que no lo devuelvan. Tampoco tengo una cuestión dogmática, ni ideológica con el Fondo Monetario Internacional. El otro día este mismo columnista que publicó el RIPTE decía, titulaba textual «Máximo y Cristina». Se refería a Máximo obviamente. «Máximo y Cristina condenados a un programa económico en el que no creen». Primera cuestión, creer yo creo en Dios, nada más. En el amor, también, pero en un programa económico nadie cree. ¿Qué es esto, una cuestión de fe? No, no, no. Los programas económicos no son una cuestión de fe, son una cuestión de objetivos que persiguen y la eficacia y la eficiencia que tienen para alcanzar esos objetivos. O sea, no me enamoro de nada pero, digo esto para aclarar que no hay ninguna cuestión dogmática con esto, o que no quería que se acordara con el Fondo, o… Les voy a contar una infidencia, para que se entienda un poquito por qué tanta cosa que se publica, tanta cosa que se dice en on, en off y acá y allá, palo acá… Entonces, creo, miren una infidencia cortita, la única que voy a hacer: en diciembre del 21, estaba en plena negociación con el Fondo Monetario, me llama un día el presidente del Banco Central, que es el actual presidente del Banco Central, que quería verme. Le dije: sí. Le dije que viniera a mi casa, a mí no me gustaba recibirlo en el Senado, porque el presidente del Central en el Senado, después tenés 28 millones de artículos, de análisis de esto, de lo otro. Y viene a decirme, estaba muy álgida la negociación, aparentemente, con el Fondo Monetario Internacional y el ministro de Economía y me viene a proponer que estaban dispuestos desde el Fondo a viajar a la Argentina para entrevistarse conmigo porque pensaban que yo iba a solucionarlo porque, y textual quiero reproducirlo y terminar, no voy a hablar más de este tema… «Porque el ministro de Economía, en ese entonces el ministro que luego renunció, bueno, estaba muy terco, que era muy caprichoso, que no quería»… «Bueno, no, no» le digo, «a mí me enseñaron desde muy chiquita que cuando alguien empieza una negociación es el que la tiene que terminar y que no hay peor negociación que las que se hacen en dos o tres ventanillas, porque finalmente el que tiene más poder termina jorobando a los otros, que se dividen en 3 o 4 lugares». «En todo caso, bueno, decile al Presidente si vos tenés diferencias con el ministro de Economía, que decida el Presidente y me dijo que el Presidente le decía que sí a uno, que no a otro»… Bueno, no importa, la cuestión que no quise intervenir porque me parece que el que tenía que negociar y hacer las cosas que debía hacer era el entonces Ministro de Economía, que finalmente cuando renuncia, no renuncia como se dijo ahí porque se peleó conmigo o se peleó con, no, no, no. Es más, tengo mi celular, yo que puedo mostrar el celular como siempre digo, tengo en mi celular el último mensaje muy atento que me envió, un mes antes de renunciar, en el cual me enviaba el proyecto de ley de Renta Inesperada, que se había enviado al Congreso. Digo todo esto para terminar cuando uno discute y te pongan clichés y te pongan en un lugar de que sos terca, que no querés esto, que no querés lo otro, que sos muy ideológica, no, no, no. Miren, creo que he dado muestras de un pragmatismo cuando se trata de los intereses del país que bueno, ya no sé qué más debería hacer. Ya no sé qué más debería hacer.
Bien, este acuerdo, es más, apoyé con mucha fuerza, también la reestructuración de la deuda privada, pese a que no obtuvimos ni una sola quita, ni un solo dólar de capital y de intereses, creo que se podría haber hecho una mejor negociación y la apoyé porque creí que la tenía que apoyar, me senté en la mesa de propuestas cuando se presentó en Olivos y me volví a sentar en la mesa del Bicentenario cuando se cerró, porque eso también es parte de la responsabilidad institucional pero, parte de la responsabilidad institucional también es decir lo que puede pasar si se firman determinados acuerdos que, finalmente, terminan siendo inflacionarios. Por una razón sencilla, si en una economía de carácter bimonetario como la que yo tengo, tengo que ir en la devaluación por arriba de la inflación y en la tasa de interés por arriba de todo eso y además tengo que eliminar todo tipo de subsidios a las tarifas y los servicios públicos, en una economía de las características de la Argentina… Porque los acuerdos no pueden ser como se vende un paquete de galletitas que es lo mismo para todos, no, no. Esto es lo que sostuve, sostengo y sostendré siempre, y creo que es importante y porque lo van a tener que hacer, se va a tener que revisar también las condiciones en la cuales se firmó el acuerdo.
Porque yo quiero que pongamos el de la deuda, por favor que es el último.
Miren ahí la deuda, está muy chiquito, no lo van a ver, a lo mejor está más grande allá en el costadito. Pero fíjense lo que es la deuda en dólares, esto es pagar deuda año por año, acá no tenemos ni pago de importaciones, ni pago de balanza turística que la tenemos negativa, tampoco tenemos pago de transferencias de fletes, de todo lo que hay que pagar de divisas, de dividendos, de royalties, acá es solamente deuda y tenemos en el año 24, o sea, en el año que viene, 15.421.000.000 de dólares, el que sigue 18.546.000.000 de dólares, el que sigue 19.255.000.000 de dólares, en el 27 empiezan de a 23 mil, 25 mil, 24 mil, 24 mil, 23 mil. Eso y tenemos que tener además, les vuelvo a repetir, los dólares para las importaciones, de todo tipo y para la innovación tecnológica, porque quiero decirles algo, nosotros necesitamos innovación, estamos en una universidad, la Argentina necesita urgentemente innovación tecnológica para sus exportaciones porque se han reprimarizado las exportaciones en la República Argentina durante los últimos años. ¡Se han reprimarizado! La reprimarización significa trabajo escaso y mal remunerado. Nosotros necesitamos innovación tecnológica que es lo que da el salario calificado en la universidades, en los científicos. ¿Quién se creen que inventó la internet? ¿Apple, Steve Jobs? No, fue el Estado el que hizo. Estados Unidos en sus múltiples agencias de inversión. Les recomiendo un libro de Mariana Mazzucato, “El Estado Emprendedor”, que desmitifica que la innovación tecnológica proviene del sector privado. ¡No señor, la gran innovación tecnológica proviene del sector estatal! En Estados Unidos, en Alemania y en todas partes.
¿Ahora, si yo no tengo los dólares cómo logramos hacer esta innovación tecnológica? El otro día leía un periodista, que es un periodista razonable, decía que a partir del 25 con Vaca Muerta y con el litio van a sobrar los dólares. Miren, yo les digo algo, hemos tenido también una balanza comercial muy importante y los dólares se fueron porque esto que les dije al principio: la economía bimonetaria. Si nosotros seguimos teniendo como patrón y hay algunos que hablan que esto se soluciona con la dolarización ¡Mirá vos! A mí me gustaría que se entendiera qué es esto: el otro un empresario muy importante de la Argentina me hablaba de esto, me hablaba de Ecuador pero yo les recomiendo que alguien, cuando tenga un tiempito, se dé una vuelta por Ecuador y si piensa que la Argentina puede ser así y replicar. ¿Por qué digo esto? Y quiero que lo entiendan, porque la gente en Argentina, o una parte importante de la sociedad cree que la dolarización va a ser algo así como la convertibilidad, donde nos habían convencido que 1 peso valía 1 dólar. No, no es así, el valor de una moneda no lo da ninguna ley, el valor de una moneda lo da el tamaño de la economía del país que emite esa moneda y si además de que es la primera economía del mundo, tiene un par de portaaviones, entendemos por qué el dólar es el patrón de conducta.
Hoy hay una gran cuestión geopolítica, ¿no? Pero la dolarización de producirse en la Argentina, el que va a tributar y el gran sacrificio de esa dolarización van a ser las clases medias argentinas. Piensen un minuto en esos que cortan las calles y todo el mundo se enoja, que los planeros, que los negros, que esto, que lo otro. Ellos no van a tener mayores problemas si hay una dolarización porque el mayor consumidor de dólares no es el que come una o dos veces por día, nada más y no tiene ninguna otra. El gran consumidor de dólares en la Argentina son las clases medias argentinas, quiere decir que si hay una dolarización el empobrecimiento de las clases medias argentinas no va a tener límite. ¿Pero cómo les pasa por la cabeza una moneda que emite otro país? ¿Cuánto va a valer su salario con respecto a eso? Tenemos que discutir y debatir estas cosas y obligar a que todos y cada uno de nosotros pensemos un poco más antes de repetir monocordemente, como si fuéramos allá en la época de la colonia y nos querían vender espejitos de colores. No podemos seguir comprando más espejitos de colores los argentinos, nos han vendido durante mucho tiempo espejitos de colores. ¡No más! ¡No más!
Pero entonces ¿El tema es que no hay solución, aunque tengamos Vaca Muerta? No, no, claro, si nosotros por ejemplo, porque tenemos otro problema con la economía bimonetaria, tenemos también una Argentina que se ha informalizado y tiene un porcentaje de su población informal y una economía en negro. Y uno piensa que la economía en negro son únicamente los empleados informales que no están registrados y que sus patrones. No, no, les voy a hacer una pregunta ¿A cuántos restoranes van ustedes y cuando les dan el ticket, es un ticket que dice comanda, vieron que no dice AFIP? ¿Vieron que no dice AFIP? No te estoy hablando del que te vende, porque algunos se enojan con los manteros, hay alguno acá rionegrino que siempre tenía un problema con los manteros y las manteras, tremendo, porque estaban en negro y porque eran informales. Y después esos que se quejan de los manteros o de los informales van a un restorán, por ahí paquetísimo y en el restorán les dan un ticket comanda, la factura comanda que no es la de la AFIP. Bueno, a despabilarse argentinos, si nosotros miramos la PEA, o sea la Población Económicamente Activa, que serán unos 30 millones de argentinos más o menos. O sea, argentinos entre los 18 y los 65 años, los que tienen edad laboral, tenemos registrados, sea como empleados privados, como empleados públicos, como monotribustistas, como autónomos, como monotributistas sociales, como empleadas familiares, más o menos 11 millones 600 mil argentinos. De esos 30 millones, de esos tenemos registro. Después hay unos 7.800.000 argentinos, argentinas que reciben un cheque, un ingreso que proviene del Estado, no estoy hablando de los jubilados, que es el sistema SIPA, el Sistema Previsional, estoy hablando de Potenciar Trabajo, AUH, Progresar, etcétera, que son políticas sociales, políticas de acción social. Pero hay 11.100.000, un 37 %, o sea, fíjense lo que les estoy diciendo, población económicamente activa, o sea, población que labura, tengo registrado 11.600.000 y que no tengo ningún registro de nada 11.100.000, casi 37 % que no sabemos dónde están, ni qué son, ni qué hacen y un 38 % que sí. Esa es la Argentina en negro, que no son los planeros, a los planeros los tenemos registrados, cada uno está registrado con un CUIL, es un ingreso fiscal registrado. Pero hay 11 millones aproximadamente que no están registrados.
Ahora, el conjunto de registrados y no registrados funciona como actividad económica y el problema que estamos teniendo es que el tema en negro o informal o no registrado, me demanda al Estado por actividad económica o pesos o dólares, pero resulta ser que yo no tengo la contrapartida del impuesto que cobro a la actividad para sostener el Estado. ¿Se dan cuenta cómo está funcionando? Economía bimonetaria y además un tercio prácticamente en negro, yo no sé todavía cómo estamos vivos, realmente. Somos milagrosos, realmente la Argentina es milagrosa.
Entonces me parece que estas son las cuestiones que tenemos que discutir. ¿Y qué significa discutir esto? Significa, por ejemplo, administrar el comercio exterior para que no haya más festival de importaciones. Se enojaron algunos cuando hablé de festival de importaciones pero el nuevo Ministro de Economía tuvo que tomar cartas en el asunto para evitar el festival de importaciones. Tenemos que tener un Banco Central… algunos lo quieren quemar. Bidones de nafta es lo más fácil de conseguir y lo más rápido pero,… ¿Ustedes piensan que las cosas pueden solucionarse de ese modo en la República Argentina? Yo, personalmente, entiendo que no. También entiendo que se requiere una profunda reforma en el Banco Central para que realmente cumpla el rol de cuidar la moneda. ¿Y qué es cuidar la moneda? Cuidar el tamaño de la economía, por lo que dije antes. Porque el valor de la moneda no es el valor nominal, el valor de la moneda es cuando se convierte en patrón de otras economías. Ese es el valor de la moneda. Y creo, entonces, que la pregunta es: ¿qué hacemos, se puede seguir de esta manera? Porque la pregunta era «Hegemonía o consenso». Bueno, durante 2003 y 2015 hubo hegemonía democrática. Sí, había un modelo de país, desendeudamiento, producción, industrialización, etcétera… no voy a abundar. ¿Por qué era una hegemonía democrática? Porque el Parlamento funcionaba a full, porque no se sacó una sola ley sobornando a nadie, porque no se obligó a votar nada a nadie, porque los que votaban a favor era porque estaban convencidos, porque los que votaban en contra era porque no creían en eso… y está bien, si no crees en eso. Ahora bien, vino otro partido y no pudo construir su hegemonía democrática, porque qué dijo… tarifazo, la gente no estaba de acuerdo… reforma previsional, no estaban de acuerdo… vino el Fondo Monetario y un endeudamiento feroz, que fue el que provocó que viniera endeudamiento. Entonces, el que vino después no pudo construir la hegemonía democrática porque… miren, se puede gobernar bajo dos formas: por hegemonía democrática, en un Estado constitucional, o por consenso… acordando las fuerzas políticas el modelo de país y hacia dónde vamos. Ahora, si no tenemos hegemonía democrática y tampoco tenemos consenso, «bueno papito, que te ayude tu hermano».
Entonces, creo sinceramente, y no es la primera vez que me han escuchado, porque me lo escucharon también decir en Chaco, lo escribí en mi libro Sinceramente, yo estoy convencida que es necesario acordar. No vamos a acordar por ahí porque algunos van a decir que hay que tener flexibilización laboral y los otros no, pero en esto de la economía bimonetaria, en qué patrón de acumulación vamos a hacer para tener los dólares necesarios para hacer frente, no solamente a las obligaciones sino frente a las obligaciones del desarrollo y el crecimiento que necesita y demanda nuestra sociedad. Hay que sentarse a hablar de eso, sin adjetivaciones, sin estereotipos, sin clichés, porque la verdad es que tenemos una autoridad… El otro día, uno de los principales candidatos de la oposición dijo que el que decía que venía y sacaba el cepo era un chanta… saludable gesto. Y aclaró un poquito enseguida y dijo que en 2016 se pudo hacer porque había reservas en el Banco Central… «Hola, que tal». Han mentido y mentido y siguen mintiendo… ¿Por qué no probamos con decirnos la verdad, con los números? Estos son números, yo no vengo con ideología ni con teorías ni con hipótesis, vengo con números. Contrasto la Argentina que dejamos en 2015, con 24 por ciento de inflación, el mejor salario, desendeudada, el Fondo no estaba, y el que venía tenía que arreglar con los buitres. Y otra cosa… vamos a necesitar que los dirigentes políticos en la Argentina estén unidos todos juntos frente a nuestro principal desafío que va a ser revisar ese acuerdo para que necesariamente, no para no pagar, sino para que nos dejen crecer.
Entonces, es imprescindible el cambio de actitud, que no pasa por darles la razón en cosas que seguramente no nos vamos a poner de acuerdo pero, sí en esto. En lo fundamental, en el eje. Después la gente votará si le gusta cómo le paga el sueldo uno, cómo le gusta la tarifa del otro, pero ponernos de acuerdo en esto. Porque si no nos ponemos de acuerdo en esto, podremos tener veinte Vaca Muerta, ochenta mil toneladas de litio, pero nos van a seguir faltando los dólares y, fundamentalmente, y este es mi gran temor, para finalizar la charla porque es el fin de la exposición, le tengo mucho temor a la fragmentación política.
¿Qué es la fragmentación política? Miremos un poquito en la región, miremos un poquito en Latinoamérica. En el año 2011 dos partidos políticos en Perú tenían el 65 por ciento de las elecciones; hoy, para juntar el 50 por ciento de los parlamentarios en el Parlamento se necesitan cinco partidos políticos. Ningún candidato llega a más del 20 por ciento. Lo mismo pasó en Ecuador, la fragmentación del poder político, la fragmentación de la política, porque la gente se la agarra con la política y piensa, además, que viene uno y promete una cosa, viene otro… y vamos así, y la gente sigue convencida de que los políticos son los malos. No, son los modelos económicos. Y fíjense una cosa, en Perú tienen el Banco Central rebosante de dólares, exportaciones mineras por más de 50 mil millones de dólares. Algo que también vamos a tener nosotros que abordar seriamente. Podemos tener mucha mejor performance que la que hoy tenemos. Chile exporta 40 mil millones de dólares por año en minerales nada más, y la cordillera es la misma de un lado y del otro. Es más, creo que la veta -si la hay- tiene que extenderse un poco más porque tenemos más territorio… ustedes vieron que Chile es muy angostito… con todo respeto, pero es angosto. Esto es lo que quiero decirles y era el motivo de mi exposición o clase magistral, con motivo del Honoris Causa… aportar ideas y discusiones. No podemos seguir en un debate tan chato y tan mediocre, y tan manejado desde los medios de comunicación. No nos lo merecemos, y sobre todo ustedes, estudiantes de universidades públicas. Muchas gracias a todos y a todas, y ha sido un placer estar con ustedes. Gracias.