abril 27, 2012
CFK: «Trabajemos juntos, unidos y organizados para construir un país mejor»
"¿por qué no hacerlo el 27 de abril cuando comenzamos nosotros mismos a construir a partir de nuestras convicciones históricas, de nuestros principios políticos una historia que estamos escribiendo nosotros mismo y que jamás permitiremos que la vuelvan a escribir desde afuera o desde intereses contrarios a los de la patria?".

 

Gracias. Queridos compañeros, queridas compañeras. Compatriotas. Lo primero es lo primero. Como Presidenta, pero fundamentalmente como militante, quiero agradecerles a todos ustedes esta maravillosa fiesta de alegría, de júbilo y de nacionalidad.
Siempre creí que la historia era construcción política, que era voluntad, que era esfuerzo trabajo y compromiso pero, ante estas circunstancias, no puedo también dejar de pensar que el azar, o algo más intenso o más poderoso, guía también los caminos de la historia. Este maravilloso acto que vinieron a proponerme los compañeros del Movimiento Evita y de La Cámpora allá por febrero era un acto que lo querían hacer el 11 de marzo» y yo les dije: «compañeros el 11 de marzo es un hito histórico de la patria. Lo es en mi historia política, fue la primera vez que pude votar, fui una militante de aquellos años pero sin lugar a dudas sin el protagonismo que podía influir en el curso de esos acontecimientos vertiginosos. Vertiginosos y terribles también de aquella época. Dije entonces: «¿por qué no hacerlo el 27 de abril cuando comenzamos nosotros mismos a construir a partir de nuestras convicciones históricas, de nuestros principios políticos una historia que estamos escribiendo nosotros mismo y que jamás permitiremos que la vuelvan a escribir desde afuera o desde intereses contrarios a los de la patria?».

Una historia, una historia… que hoy cumple 9 años. Son las 5 y media de la tarde. Hace exactamente 9 años atrás esta militante junto a su compañero de toda la vida se encontraba en el sur de la patria, allá en Santa CruEstábamos allá esperando, esperando los resultados de una elección en un país que había explotado y que definía en esos días su destino. Anoche, anoche hablando en la mesa familiar quería recordar junto a los míos como había sido ese sábado anterior, la noche de ese sábado anterior a ese domingo y mi hijo me contaba que… el llegó era muy joven, llegó a la madrugada y encontró sobre la mesa de la casa del Gobernador donde vivíamos nosotros un papel escrito por su padre con dos números: decía uno el 24 por ciento y otro el 22 por ciento que era lo que finalmente sacamos ese domingo y nos habilitó para ir a la segunda vuelta. Me acuerdo, como si fuera hoy, salimos ese domingo como lo hacíamos siempre en todas las elecciones junto a toda la militancia a ganar la calle, a recorrer las calles de nuestro pueblo. Yo siempre de la mano de él, el siempre tomado de mi mano a recorrer las calles de la ciudad. Y salimos también esa noche. Me acuerdo que días más tarde, tal vez Estela Carlotto que esté por aquí se acuerde. ¿Dónde estás Estela? En algún lado debés estar… allá estás ahí te veo. ¿Acá atrás? No te veía y… no tengo ojos en la espalda, para que vean que soy normal. Me acuerdo que nos habían invitado a una cena porque venía el premio Nobel Saramago, a un grupo de intelectuales, escritores… estaba Estela me invitaron a mí. Y aleteaba en el ambiente una pregunta que me hicieron: ¿Qué van a hacer si no hay segunda vuelta? ¿Cómo van a hacer para gobernar un país tan quebrado institucionalmente si no le dan la segunda vuelta como una oportunidad para legitimar esa elección?. ¿Para legitimar ese 22% que iba a ser más?. Varios presentes me lo hicieron, entre ellos Pilar la esposa de Saramago, y yo me acuerdo que les contesté que si no nos daban la segunda vuelta la legitimidad la íbamos a construir a fuerza de políticas que fueran orientadas a marcar el destino y cambiar el destino histórico de la Argentina. Porque es cierto, con apenas un 22% de los votos, había legalidad pero faltaba legitimidad pero nos sobraba coraje y lo que teníamos que tener para empezar a cambiar una historia y dar vuelta la taba de la Argentina. ¿Quién podía imaginar? ¿Quién podía imaginar ese 25 de mayo del año 2003 cuando él habló frente a la Asamblea Legislativa y se comprometió frente a los argentinos que no iba a dejar sus principios en la puerta de la Casa Rosada?. ¿Quién pensó? Ni aún los más allegados, ni aún los más entusiastas que podíamos lograr las cosas que hemos hecho en estos años. ¿Quién pensaba que íbamos a poder desprendernos de ese lastre monstruoso que signficaba la deuda? ¿Quién pensó que los asesinos y genocidas que se paseaban libremente por las calles iban a poder ser juzgados por la Constitución, por los jueces de la Constitución y por las leyes de la Constitución? Estas mujeres de pañuelo blanco durante décadas pidiendo justicia…

(Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar)
¿Quién pensó? ¿Quién pensó? ¿Quién pensó que finalmente nos íbamos a sacar de encima ese Fondo Monetario Internacional que durante décadas había asolado a la Argentina? Y hoy lo vemos todavía con las mismas recetas viejas, caducas y obsoletas planteando políticas inviables. Esta vez ya no en los países emergentes si no en los países desarrollados. ¿Quién podía pensar que iba a hacer aquí en nuestra patria, en Mar del Plata, cuando ese Presidente alto, desgarbado, como le criticaban, bizco y con el traje abierto iba a decirle que no a los más poderosos? ¿Quién pensaba? ¿Quién pensaba que ibamos a lograr disparar un proceso de reindustrialización que generara más de 5 millones de puestos de trabajo que nos convirtiera a nuestros asalariados en los mejores retruibidos del mundo… de la región…? Y también, como están las cosas, habría que ponerse a contar también, habría que ponerse a contar también… lo que se puede comprar con un sueldo acá y lo que se puede comprar hoy en otros lugares. ¿Quién pensaba que íbamos a volver a vivir en un país donde se negociara libremente los salarios? ¿Quién pensaba que una mujer iba a poder ser Presidente de la República Argentina? Porque eso también junto al matrimonio igualitario son las conquistas de mayor igualdad y participación de los sectores siempre discriminados de la sociedad. ¿Quién pensaba acaso también, después de aquellos sucesos del 2008, donde se planteó uno de los conflictos, tal véz el conflicto más severo político e institucional durante muchísimas décadas que esta fuerza política que este proyecto político al que le auguraban apenas meses de vida, ni que hablar después de 2009, que íbamos a poder constituirnos y lograr las cosas que hicimos como recuperar la administración de los fondos de los trabajadores para ponerlos al servicio de nuestros jubilados?. Sacarlo del mercado de capitales y volcarlo al mercado social para producir más y mejor trabajo?. Sostener las inversiones y sostener al país cuando en el 2009 la crisis más formidable de que se tenga memoria y que aún hoy está… ¿Quién iba a pensar que íbamos a lograr movilidad jubilatoria para nuestros pensionados cada un año dos veces aumento por año… Jubilados que habían estado durante años y años reclamando en las puertas del Congreso ni que hablar de la educación esa carpa blanca… el otro día… Quiero contarles algo: ¡qué linda manera de terminar esta semana! El día lunes empecé en una carpa blanca donde había dos premios nobels al lado de nuestro Ministerio de Ciencia y Tecnología, 500 jóvenes científicos y becarios, jóvenes dedicados a la ciencia y hoy lo termino con miles y miles de jóvenes militantes. !Qué Argentina diferente señores y señoras!. ¡Qué Argentina diferente!. Miles de jóvenes incorporados a la política, científicos que regresan al país. Nuestros jóvenes. ¿Quién iba a imaginar también que íbamos a poder cambiar un instrumento que tal vez no haya sido mirado en toda su dimensión pero que fue uno de los instrumentos más formidables de la década de los 90 que fue la reforma de la carta orgánica del Banco Central condenando al Banco Central a ser sólo un instrumento monetario y no un instrumento de la política global del país de crecimiento, de desarrollo, de empleo y de bienestar. ¿Quién imaginaba? Ni yo tampoco lo imaginaba… ¿Quién imaginaba que, con el consenso mayoritario de las principales fuerzas políticas de la República Argentina, a las que como Presidenta de la Nación les reconozco y les agradezco el apoyo que han brindado no al Gobierno sino al país al acompañarnos en el proyecto de recuperación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Gracias. Es de bien nacido ser agradecido. Quiero agradecer a todas las fuerzas políticas que nos acompañaron y nos acompañan.
Muchas gracias Néstor Kirchner, gracias por lo que nos diste. Con Cristina seguiremos profundizando el modelo.)
Por eso decía… por eso decía lo del azar, nadie podía pensar… Muchos desprevenidos pueden pensar que este acto tiene que ver con esa decisión del 16 de abril con la votación en el Congreso pero en realidad…. Por eso de lo que hablaba en el principio del azar que muchas veces interviene en esta historia. Hoy estamos aquí luego de haber obtenido una media sanción en el Senado y a una semana o poco menos de tratarse en la Cámara de Diputados… Gracias una vez más a todos los que lo hicieron posible porque esta no es obra de un partido ni de ningún sector. Esto es de todos los argentinos y para todos los argentinos. Tenemos…

Yo quiero con esto que hagamos un aprendizaje político. ¿Cómo es posible aún con esta historia que comenzó con tanta debilidad… un 27 de abril hace 9 años lo que hemos podido hacer aun con esa debilidad? Quiere decir entonces que la voluntad, la convicción, el trabajo, el esfuerzo el compromiso, el sacrificio personal porque también en todo esto hay un inmenso sacrificio personal de todos y cada uno de los que se juegan todos los días en cada espacio, en cada trabajo., para que las cosas salgan bien. Y yo les pido a cada argentino en cada lugar que esté… de esos argentinos que hacen bien las cosas, que cuando vean a otro compatriota que no las hace tan bien… por favor le pidan, no por ustedes, no por mí, sino por sus hijos que trabajemos juntos todos unidos y organizados para construir un país mejor.
Quiero decirles también que muchos pensaron o algunos tal vez que cuando hablé de sintonía fina empezaron a elaborar teorías acerca de qué significaba esa sintonía fina… que íbamos a retroceder, que íbamos a cambiar. Qué poco me conocen y qué poco conocen al pueblo argentino por sobre todas las cosas porque estas ideas y estas conquistas no pertenecen a una Presidenta ni a una fuerza política son hoy parte de toda la República Argentina. Y yo quiero decirles a los jóvenes que han inunado esta bendita cancha de Vélez… Perdón para los que no son de Vélez, yo no soy de Vélez pero gracias a los de Vélez por este magnífico estadio. Quiero decirles a los jóvenes, a esos que agitan las banderas del Che, de Tupac Amarú, de Evita, de Cámpora, de Kolina, de todos los jóvenes de todas las fuerzas políticas… que todos, que ustedes… por acá veo también una de Forja

Ustedes que son la generación del bicentenario y los que ya tenemos unos cuantos años encima y tenemos hoy la responsabilidad institucional de conducir el Estado que también debemos idear nuevas formas de participación, nuevas formas de intervención del Estado modernas, contemporáneas. Cuando el 16 de abril anunciaba el envío al Parlamento del proyecto les decía que no era volver al pasado era recuperar la dirección nacional de una de nuestras empresas emblemáticas e históricas pero que va a exigir por parte de todos nosotros nuevas formas de intervención, nuevas formas de intervención del Estado junto al sector privado organizadamente pero siempre con la dirección del Estado porque el Estado no puede declinar las responsabilidades políticas, económicas, sociales e institucionales en la conducción de un país.
Por eso son ustedes… Por eso ustedes, las nuevas generaciones son las que tienen que tomar la posta y la bandera para seguir con los ideales de 200 años de historia para que nuestras Islas Malvinas vuelvan a formar parte de nuestras instituciones porque ya son parte para siempre de nuestra geografía y de nuestra historia. Para hacerlo por el camino de la paz y de la diplomacia como lo hemos hecho y como lo seguiremos haciendo inclaudicablemente. Pero son ustedes los que tienen que seguir escribiendo la historia, su propia historia y para hacerlo deben hacerlo bajo el lema en que fue convocado este acto: unidos y organizados para profundizar la transformación porque siempre que el pueblo argentino…

Siempre, siempre… siempre… siempre que el pueblo… siempre que en las circunstancias históricas ha sufrido derrotas… cada vez que los trabajadores han perdido sus conquistas y han retrocedido… Cada vez que los empresarios nacionales se desindustrializaron, tuvieron que cerrar sus fábricas o tuvieron que cerrar las persianas. Cada vez que argentinos sin oportunidades se iban afuera. Cada vez que jóvenes hacían filas en las embajadas para irse del país. Cada vez que se iban los científicos por falta de oportunidades era porque antes nos habían dividido y enfrentado entre nosotros y sobre esas diferencias y esos falsos enfrentamientos lucraron unos pocos. Por eso no me voy a cansar una y otra vez casi tercamente de pedirles a todos unidad y organización y decirles a todos que la historia no se escribe en línea recta con una estilográfica donde siempre todo es prolijito desde el primer renglón hasta el último. Al contrario, la historia tiene marchas y contramarchas, claros y oscuros, avances y retrocesos. Tenemos que tener la claridad aquellos que tenemos la responsabilidad de haber vivido una Argentina dividida, de haber vivido una Argentina enfrentada de tener en la memoria colectiva la necesidad de la unidad nacional. Más aún en un mundo complejo, difícil, como el que estamos viviendo y ante una oportunidad histórica que se nos abre como país y como región. Yo veía recién allí levantada la bandera de Venezuela… Yo veía… Un gran abrazo al Presidente Chávez Frías y le deseamos aquí de todo corazón, de todo corazón, su pronta recuperación y cura. Esta América del Sur unida, esta América del Sur que tiene una oportunidad que no tuvo en sus 200 años de liberación de constituirse tal vez en una de las regiones sino la más importante de la tierra. Esto nos tiene que llevar a todos a tener mucha humildad, mucha lucidez, mucho conocimiento de la historia porque la historia enseña más que 1000 discursos o 4000 libros. Basta releer lo que nos pasó. Basta ver cómo pivotearon sobre nuestras diferencias para entender donde está la clave de nuestros males. Por eso los convoco desde el corazón pero también los convoco desde el conocimiento de lo que nos pasó para que nunca más nos vuelva a pasar y podamos seguir construyendo esta Argentina. Para ustedes que están aquí y junto a ustedes. Para los jóvenes y para las futuras generaciones. Para que no tengan que vivir lo que nosotros tuvimos que vivir. Para que nunca más haya mujeres que se tengan que poner un pañuelo en la cabeza. Para que nunca más los trabajadores hagan largas colas en las fábricas pidiendo un puesto. Eso es mucho peor que la peor de las leyes de flexibilización laboral: la desocupación. No hay mayor disciplinador social que no tener trabajo por eso siempre digo: el trabajo es el gran organizador social y a ese trabajo lo vamos a defender con uñas y dientes. Porque nadie más que nosotros sabemos los intereses que hemos tenido que enfrentar para defender, precisamente, los intereses de los que menos tienen. Finalmente, el otro día, quería decirles que cuando estaba convocando el compañero Mariotto y Hebe a esta plaza, a este estadio, Hebe con esa forma que tiene de hablar me hizo emocionar mucho… Y dijo que Néstor y los 30 mil desaparecidos iban a estar también esta tarde aquí en Vélez. Y tenés razón Hebe, él está, los 30 mil también pero lo más importante es que están ustedes, miles y miles de jóvenes, miles y miles de jóvenes, que se han incorporado a la política. Jóvenes en la secundaria, jóvenes en las universidades, jóvenes en los barrios que han vuelto a creer que es posible transformar el país.
Cuando el otro día visitaba San Antonio de Areco, aquí en la provincia de Buenos Aires, y un gurrumino así (hace el gesto de una altura baja con la mano) que no estaría más allá del primer o segundo año del secundario y me entregaba una bandera de una de las agrupaciones políticas juveniles y me decía yo soy militante. Digo: la pucha, si tuviera que elegir entre todas las cosas que les mencioné desde que empecé a hablar hasta ahora, me quedo con ese pibe. Con la incorporación de miles y miles de pibes a la política. Es lo mejor que hemos hecho porque eso es sembrar futuro. ¿Y saben por qué? ¿Y saben por qué? Porque no somos eternos. ¿Y saben por qué? Porque no somos eternos y nos ha tocado comprobarlo dramáticamente. Que la vida se extingue aun cuando menos lo pensamos. Y entonces yo tengo mucha confianza que estas ideas… porque es precisamente en la adolescencia y en la juventud donde la gente se forma definitivamente en una orientación y en una forma de ver la vida y de sentir las cosas… Yo siento que los verdaderos custodios de este legado histórico no somos los que estamos en este escenario que ya estamos viejos muchos de nosotros, sino que son todos ustedes que no van a permitir jamás. Son todos ustedes, que no van a permitir jamás… dar un paso atrás en todo esto que hemos logrado. Quiero agradecerles. Yo también los amo mucho.

Me gustaría que esa la cambien por «soy soldado de Argentina», que rima con Cristina también. ¡Vamos!.
Quiero agradecerles, quiero agradecerles, quiero agradecerles… esta tarde fría de clima pero de caliente de corazón y de militancia y de política, de alegría, de júbilo popular, de sentirnos nuevamente parte de un proyecto común. Ustedes no saben, ustedes no saben, lo importante que es sentirse parte de algo, tener identidad y pertenencia de un proyecto. Esto nos da vida, nos da fuerza. Y si ese proyecto es el proyecto de un país que crece, que incluye, que protege, que brinda que repara. Es entonces el camino que alguna vez soñamos cuando éramos muy jóvenes y, como ustedes, saltábamos, gritábamos y agitábamos banderas en tiempos también más agitados también. Ustedes tienen una inmensa suerte de vivir en una democracia plena. En una democracia donde cada uno puede hablar, decir, sentir, expresarse, gritar lo que quieren. Esto es algo maravilloso y es algo que debemos defender con uñas y dientes. Por eso gracias a todos, gracias a las organizaciones políticas que había sido pensado para el 11 de marzo pero que lo hicimos hoy 27 de noviembre (sic) cuando empezó un proceso que transformó el país y que seguramente otros van a continuar porque si algo hemos aprendido es que la historia no se detiene y aquí estamos nosotros para seguir empujando. Gracias Argentina, gracias a todos. Los quiero mucho, mucha fuerza.

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