Intervención de Cristina en la Cumbre de UNASUR, 10 de agosto de 2009, Quito Ecuador.
Voy a hacer referencia a la actual situación y a la estrategia que deberíamos tener. Creo que se está creando un estado de beligerancia en la región inédito, inaceptable. Creo que el último estado de beligerancia se debió a las dictaduras militares entre Argentina y Chile, y luego creo que fue la guerra entre Ecuador y Perú. Pero superado todo eso, con el crecimiento económico, el desarrollo que ha tenido nuestra región y el resurgimiento y fortalecimiento de las democracias, se había superado toda esa etapa. Pero lo cierto es que por factores endógenos o exógenos se está creando, reitero, una situación de beligerancia inédita e inaceptable, si se me permite agregar un adjetivo a la cuestión.
Creo que debemos hacer esta reunión de ministros pero también creo, y todos lo sabemos, que un ministro de Defensa no va a tener ni las facultades ni el poder de análisis y decisión para tomar una determinación; en todo caso acercarán los antecedentes vinculados estrictamente a la cuestión militar, pero el problema no es militar, todos sabemos que no es militar, porque sabemos que cuando se desencadenan los conflictos es porque ha fracasado la política, y en definitiva sabemos que el problema es político. Y el problema político lo pueden resolver o no únicamente los presidentes y las presidentas de los distintos países.
Por eso creo que sin impugnar por cierto la reunión de los ministros de Defensa se torna imprescindible, Rafael, convocar en lo inmediato posterior a una reunión de presidentes. En este sentido coincido absolutamente con el presidente Lula y también coincido con él en la necesidad de interpelar, si se me permite el término, preguntar, si resulta demasiado agresivo interpelar; conversar si alguien quiere ser más dulce en las expresiones, porque parece ser que todo radica en el timing o en las expresiones, si son más dulces, más benevolentes o más fuertes. Pero creo que no debemos dejarnos confundir ni por discursos bondadosos ni por discursos exaltados, creo que lo que tenemos que plantear exactamente es lo que está pasando. El resultado es que se está creando una situación de beligerancia en la región que puede desembocar en situaciones que absolutamente nadie quiere. Tenemos la responsabilidad de abordar el problema, yo se lo manifesté así al presidente Uribe, y creo que en definitiva también Colombia debe estar interesada en abordar este problema, para no ser vista como un factor de perturbación en la zona, con lo cual creo que deberíamos invitar a esa reunión al presidente Uribe, porque él también tiene que estar ahí, es el otro interlocutor inevitable. Me acuerdo cuando estuvimos en Dominicana, en la reunión del Grupo Río, cuando se había planteado el conflicto por la invasión a territorio ecuatoriano por parte de las fuerzas armadas colombianas.
Así que creo que es imprescindible que en esa reunión de presidentes invitemos al presidente Alvaro Uribe, tiene que estar él como miembro de UNASUR.
CORREA.- El fue invitado a esta reunión, pero dice que no viene por falta de garantías porque hemos demostrado hostilidad contra Colombia.
PRESIDENTA.- Sí, pero podemos hacer una reunión en un lugar en el cual el presidente Uribe no tenga la sensación de que hay hostilidad hacia él porque se hace en Quito o se hace en Caracas. Elijamos inteligentemente un lugar. Lo que hay que quitar son excusas, hay que ir separando cada una de las excusas para que finalmente la verdad de la situación quede despojada de excusas y de discursos para situarla en su verdadero lugar.
CORREA.- ¿Podríamos hacer la reunión en Buenos Aires?
PRESIDENTA.- Sí, encantada Rafael de recibir a todos los miembros de la UNASUR en Buenos Aires, yo me comprometo a invitar personalmente al presidente Uribe, porque creo que él también está interesado en que esa reunión pueda hacerse y dar sus explicaciones. Creo sí también, como lo dice el presidente Lula, que debemos de una vez por todas abordar la situación con Estados Unidos, que finalmente se defina cuál va a ser la relación con el continente, porque es como que hubiera un grado de autonomización en determinados sectores de la administración estadounidense donde unos deciden y no se sabe exactamente a quién uno tiene que preguntarle por qué se decidió tal o cuál cosa. Así que coincido absolutamente con Lula en el sentido de que una vez que nos hayamos reunido los presidentes de la UNASUR y hayamos tomado una resolución, en la que creo que tiene que estar también el presidente Álvaro Uribe, no me sentiría bien como miembro de UNASUR si no estuviera él presente, me parece que tiene que estar, no se va a negar a ir a Buenos Aires en absoluto, me voy a encargar personalmente y me van a acompañar Lula seguramente y el resto de los mandatarios a invitarlo, podamos hacerlo allí y llegar a una conclusión.
Le comenté a él cuáles eran las sensaciones que yo sentía, Colombia ha avanzado fuertemente en la lucha contra las FARC y hoy prácticamente están reducidas a una mínima expresión, tal cual lo ha manifestado el propio presidente Uribe en reiteradas oportunidades, y realmente me parece una cosa muy importante. Por eso creo que es necesario que nos explique a todos y cada uno de nosotros las razones que tiene para renovar un acuerdo que según él data de 1952, pero si data de 1952 cuál es la necesidad de ampliarlo, modificarlo o tratarlo. Creo, eso sí, que tenemos que hacer un esfuerzo muy grande todos de evitar adjetivaciones y estridencias, que normalmente luego sirven para que salgan al aire las estridencias o los discursos flamígeros y no el plantearlo con racionalidad, porque cuando uno plantea las cosas y no adjetiva, el otro queda con la explicación y tiene que explicar sin responder a estridencias ni adjetivaciones ni a calificaciones.
Me parece que sería una forma inteligente de abordar el problema, desde ya Buenos Aires es la casa de todos ustedes, donde defina el Presidente la convocatoria estamos a disposición, creo que está muy bien que así sea y luego proceder en el sentido que planteó el señor Presidente del Brasil. Pero reitero que no podemos permitir que además de que nos hayan exportado la crisis económica, la Gripe A y no sé qué otras cosas más, ahora también nos plateen por esta razón una situación beligerante en nuestra región, es altamente preocupante y diría altamente mortificante para nuestras sociedades y para nuestros gobiernos. Nada más, muchas gracias.