Al acoso judicial del que la Argentina es víctima a través de una orden judicial de cumplimiento imposible, ahora se suma un nuevo y mayor disparate jurídico por parte de los demandantes (los fondos buitre).
No pagaremos deuda a costa del hambre y la exclusión de millones de argentinos generando más pobreza y aumentando la conflictividad social, para que el país vuelva a explotar.
No puedo evitar recordar a Néstor. Él, un optimista reincidente, siempre me decía: “Vas a ver, Estela va a terminar encontrando a su nieto”. No se equivocó.