La “nueva denuncia” efectuada -como todas las otras- en forma maliciosa por la Sra. Stolbizer es producto de maniobras de manipulación informativa realizadas con mala fe y con la participación dolosa y necesaria de un miembro del Poder Judicial: nada más ni nada menos que el Sr. Bonadío.
Esta judicialización de la política y el escándalo tiene por objeto que los argentinos no hablen de las cosas que importan. Queda claro que el hostigamiento de un sector judicial reviste un carácter ridículo. No tengo confianza en las políticas económicas del gobierno. Sturzenegger es presidente del BCRA y estaba en el corralito.
La gente tiene que hacer sus propias reflexiones. Pero la gente no se equivoca sola, a la gente la han ayudado a equivocarse mucho. Hasta que los argentinos no advirtamos que el país es una construcción colectiva y solidaria vamos a tener problemas.
Cabe destacar que todos los depósitos y bienes de la familia Kirchner se encuentran únicamente en la República Argentina. El monto en dólares y su no declaración es un invento de la diputada, además de una mentira ridícula y malintencionada.
No es una cuestión de oposición, está faltando una idea de cómo plantear una alternativa. Esto que está pasando en Argentina no es nuevo. Estas medidas ya se aplicaron y con un resultado muy malo.
Se intenta crear un nuevo tipo penal: el delito de haber pertenecido al gobierno durante el período 2003/2015.
En suma, se viven tiempos difíciles para el Estado de Derecho.
Lo que nunca van a poder tapar son las consecuencias de un plan económico que sólo distribuye pobreza para los trabajadores, las clases medias y los pequeños y medianos empresarios. ¡Y subordinación nacional para todos y todas!
Fueros mediáticos y judiciales, sumados a servicios o fuerzas paraestatales de inteligencia, son una combinación antidemocrática que tiene como inevitable resultado una Democracia de nula intensidad, como nunca se vió desde 1983.