Cuando las urnas no dan los resultados que quieren, el consenso y el diálogo se van al demonio. Pedimos nada más, que reconozcan nuestros triunfos. Porque esa es la verdadera democracia.
Estoy absolutamente convencida que son ustedes y el pueblo de la nación la garantía que no va a permitir que sus conquistas y derechos les sean arrebatados.
Trabajo como Presidenta los 365 días del año desde el 10 de diciembre de 2007 y si Dios lo permite y no dispone otra cosa, lo haré hasta el 10 de diciembre de este año.
Estamos con la convicción de que esto que se inició hace 12 años, que hoy logra reconocimientos impensados, no se puede parar ni debe parar, tiene que seguir profundizándose.
Estoy convencida que la unidad de la América del Sur va a permitir sostener estos años de crecimiento económico y de inclusión social y económica sin precedentes que ha tenido la región.
Nadie puede tener éxito en la cumbre de la pirámide social si esa pirámide no tiene bases sólidas que permitan ir ascendiendo y logrando que cada uno cada vez esté mejor.
Lo que derrama no es el crecimiento económico, sino las políticas públicas de inclusión social, ese es el verdadero derrame que llega a toda la sociedad.