Muchísimas gracias. Si bien hoy no es 2 de septiembre, estamos un poco retrasados, pero igualmente… muy buenas noches a todos y a todas, señores que me acompañan en la mesa en representación de los distintos sectores que conforman la industria nacional: Unión Industria Argentina, CAME, CGE, CGERA, y también darle la bienvenida a la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires que decidió unificar hoy esta conmemoración de la Industria Nacional.
La verdad que yo venía con un montón de papeles, con un montón de números, y con filminas, que seguramente íbamos a aburrir a todos… Este corto que acaban de pasar con testimonios creo que evidencia muy claramente lo que hemos vivido estos años.
En principio, la verdad que me gustaría que esta gente que aparece en el corto, y que existe en la República Argentina, no es mentira, no es gente que hemos contratado para que aparezca diciendo esto, son importantes empresarios argentinos que están, además, en importantes actividades de la industria argentina testimoniando lo que ha sido el desarrollo industrial, y como Presidenta esta debe ser la séptima vez que vengo a la Cena de la Industria, la primera vez fue en el año 2008, porque obviamente había asumido el 10 de diciembre del año 2007, pero todos los años hemos venido aquí, a este cena, en honor de la Industria Argentina, no a festejar, porque nunca he venido ni a cantar ni a bailar, simplemente ha reafirmar dos cosas fundamentales en la construcción -sí, claro, digo a festejar porque uno cuando festeja canta y baila, acá venimos a hacer un acto de presencia, pero fundamentalmente un acto de convicción, de lo que son estos diez años y de lo que hemos apostado-.
Apostar a la industrialización de un país no es una decisión económica, apostar y construir la industrialización de un país es una decisión de carácter político, una decisión de carácter público estatal, que apunta esencialmente a configurar en qué modelo de sociedad queremos vivir y qué país queremos tener.
Yo aspiro a vivir en una sociedad donde todos puedan acceder a un trabajo digno, registrado, con salarios que permitan mantener dignamente a su familia; aspiro a una sociedad que tenga en todos y cada uno de los que la habitan la intención y la vocación del progreso, de progresar más, y unir esa vocación de progreso al trabajo, a lograr trabajar cada vez más y mejor, a calificarse cada vez más como trabajador para obtener mejores ingresos, y también a sentirse parte de la empresa de la que ese trabajador forma parte. Y necesito para eso también -obviamente- del capital, de los empresarios, de empresarios con vocación nacional. ¿Qué significa vocación nacional? No significa solamente desarrollar la industria nacional, sino también invertir en innovación, en tecnología, en investigación, en desarrollo porque sabemos que la clave ya no es solamente la acumulación de fierros, sino esencialmente también la innovación y la tecnología.
Por eso escuchábamos a un empresario, que debe estar seguramente en algunas de las mesas, no lo diviso desde aquí, como Martín Migoya, CEO de Globant, una empresa que hoy tienen vocación de empresa global y lo va a ser porque ha invertido y ha apostado al país. Ellos surgieron en el año 2003 y hoy es una de las más importantes empresas, en uno de los sectores que más hemos apostado y desarrollado históricamente -como decía él- por lo que ha sido la educación pública en la República Argentina y por lo que nosotros también hemos aportado, cuando decidimos que el 6 por ciento del PBI fuera destinado a la educación; cuando decidimos que el CONICET no era un lugar para mandar a lavar los platos a la gente, sino para repatriar científicos y darles mejores salarios y darles nuevos laboratorios y nueva infraestructura.
Porque tomamos el desafío, el gran desafío de unir la ciencia con el capital; normalmente siempre hubo en el mundo científico, por pruritos, por prejuicios, en nuestras academias, en nuestras universidades una cierta lejanía del capital, de las empresas porque se consideraban como contaminante a la ciencia con el dinero, cuando en realidad sabemos que no hay posibilidades de avanzar en la investigación científica, si no le aplicamos al trabajo, a la producción, a la rentabilidad para que esa rentabilidad vuelva a generar inversión y mayor densidad al entramado de investigación, desarrollo e investigación tecnológica.
Por eso, hemos duplicado, hoy estamos en más de 120.000 metros cuadrados, en realidad empezamos con muy espacio destinado a la infraestructura de ciencia y tecnología, necesitábamos 120.000 metros cuadrados, construidos en laboratorios, en institutos para que nuestros científicos repatriados, y los que ya estaban, y los que ingresaban, y los que egresaban tuvieran un espacio; hoy estamos en más de 120.000 metros cuadrados cubiertos, destinados totalmente a la ciencia y a la tecnología, además de haber creado el ministerio de Ciencia y Tecnología también con recursos no solamente para infraestructura, sino también para créditos y para reconocimiento de los salarios de nuestros científicos. Ni que hablar de nuestras universidades públicas, donde hemos creado 9 nuevas universidades que han permitido, tal vez, que de no tener una universidad cerca de su casa o de su lugar más o menos de influencia hubieran podido estudiar, porque al mismo tiempo trabajan, hoy, estamos también con 9 nuevas universidades, que contribuyen a este proyecto de industrialización.
Pero también lo basamos esencialmente en algo que es fundamental, como decía el mítico Henry Ford, de su empresa, verdadero capitalista, ya quedan pocos en el mundo. Henry Ford decía que tenía que aumentarle el salario a sus trabajadores porque si no le aumentaba el salario a sus trabajadores quién iba a comprarle sus autos. Y esto es algo que tienen que entender todos los empresarios, necesitamos mantener el poder adquisitivo de nuestros trabajadores porque son ellos los que sostienen uno de los componentes fundamentales de este modelo que hemos desarrollado de reindustrializar el país: el poder adquisitivo que apunta al sostenimiento de la demanda interna. ¿Por qué tanta insistencia en esto de generar demanda interna, en esto de generar industria nacional, en esto de generar los márgenes de achicamiento de incorporación de productos extranjeros? No por xenofobia, sino simplemente porque cada vez que logramos mayor incorporación de tecnología nacional, de innovación nacional, de maquinaría nacional estamos adquiriendo soberanía y fundamentalmente estamos retrayéndonos de los vaivenes constantes que tiene y va a tener la economía mundial.
Porque bueno, también, es hablar del otro componente: el componente externo, la demanda externa, que hoy – francamente – viene en picada. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla, basta ver los números de la Eurozona, donde están en recesión; basta ver también que han comenzado a proyectarse a la baja crecimientos económicos, en este caso – por ejemplo – de nuestro principal socio, que es la República Federativa de Brasil. Su Banco Central ya ha calculado en 12 veces el Producto a la baja y la caída del sector industrial es del menos 3,6 por ciento, respecto del mismo mes, del año anterior. Obviamente cómo no va a impactar esto en nuestra situación interna, si – por ejemplo – el complejo automotriz, que representa el entramado del componente del PBI, un instrumento muy importante, un elemento muy importante depende para su exportación en un 86 por ciento de la demanda de Brasil.
Yo quiero hablar con mucha sinceridad, esta noche, el otro día cuando mantuvimos la reunión con las terminales le explicábamos y comentábamos nuestro análisis y nuestra visión, que no es subjetivo, sino objetivo, a partir de datos duros, de números objetivos y veíamos ese 86 por ciento de la colocación de nuestros productos automotrices únicamente en un solo mercado. Esto no fue una decisión que tomara el gobierno ni del Presidente Kirchner, ni de quien les habla, esto fue una decisión de las casas matrices, tanto de las automotrices que están aquí, como de las mismas automotrices que están en la República Federativa del Brasil. Hubiera sido tal vez más conveniente, por lo menos para los intereses del país y de las filiales locales, diversificar los mercados de exportación a distintas regiones de Latinoamérica, o también a otras partes, como al África, etc. para no estar pendiente de un solo mercado que, al tener un problema, evidentemente, nos impacta negativamente.
Les digo algo: si nosotros sacáramos la caída que tuvo el complejo automotriz, vuelvo a repetir, producto – vuelvo a repetir – de la caída de la demanda externa, si lo sacamos de los diez complejos industriales que analizamos para determinar PBI, para determinar capacidad instalada, para determinar actividad industrial, hoy, la industria estaría creciendo entre el 1,2 y el 1, 5 por ciento, lo que pasa es que ha sido tan brusca, tan brutal la caída del complejo automotriz, que por su ponderación, dentro del índice, arrastra a la totalidad de la industria.
Por eso, el otro día decíamos que era importante sostener el mercado interno. ¿Qué hicimos, entonces? Lo explicaba el titular de Toyota, debo decir que la actitud y el comportamiento de las automotrices no han sido similares en todos los casos, porque sería muy injusto generalizar. Lo escuchábamos, recién, al titular de Toyota Argentina hablar de lo positivo, que ha sido el Plan Pro.Cre.Auto, que fue el instrumento que utilizamos para dinamizar el mercado interno, la demanda interna. Y el otro día, en la reunión que mantuvimos con las terminales y con los concesionarios y sindicatos determinamos claramente que, a fines de agosto, se había vendido, aquí, en el mercado interno más de medio millón de unidades. Si nosotros intensificamos y no se boicotea el Plan Pro.Cre.Auto estamos en condiciones de acercarnos a las mismas ventas del año pasado, porque hay mucha gente que quiere comprar su auto, renovar su auto y parece mentira que en una sociedad capitalista, o por lo menos cuyos empresarios quieran ser capitalitas, la gente quiera comprar y determinados empresarios no le quieran vender. Esto no habla de una buena actitud empresarial y así se los manifesté, con la sinceridad y la crudeza con la que siempre hablo con todos, porque así ha de hablar un Presidente, no solamente a sus partidarios, sino a todo el país. Un Presidente debe hablar con la verdad a todos, cuando duela, cuando esta verdad muchas veces no les guste a todos.
Si logramos este instrumento, que puso a disposición del mercado y de las automotrices el gobierno nacional: Pro.Cre.Auto, lo decidimos estimular, no boicotear vamos a tener buenos resultados. También va a ser necesario rever políticas, como le dije a los titulares de las terminales, porque saben qué, las casas matrices nos quieren trasladar sus crisis en Europa o en Estados Unidos a nosotros los argentinos. Y lo que no vamos a permitir nosotros, sobre todo después que hemos hecho los deberes, porque hemos hecho los deberes…. Durante mucho tiempo nos dijeron las terminales que nosotros regularizáramos la situación con el Club de París, porque de esta manera las agencias de desarrollo de sus países, sus casas matrices les iban a poder dar créditos porque habíamos regularizado esta situación. Pues bien, señores, por primera vez un gobierno argentino con una deuda que se arrastra, desde 1956, regulariza la situación con el Club de París y paga más de 640 millones de dólares para precisamente darle un instrumento a la industria automotriz nacional, y a la industria, en general, para que puedan pedirle créditos a sus casas matrices, por lo menos, para el capital de trabajo, aquí en la República Argentina y también para las autopartes, que forman parte del capital de trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que esas autopartes, que provienen de los países centrales, general trabajo allí con alto valor agregado. Porque ustedes deben saber muy bien, que hay muchos países que ya no se dedican a la fabricación de autos, sino a la fabricación de autopartes, como es el caso de Austria, de altísimo valor agregado porque es mucho más rentable.
¿Qué es lo que les decimos, entonces? Vamos a debatir y a discutir cómo se asignan estos cupos para que podamos seguir incentivando la industria pero teniendo en cuenta dos cosas: el nivel de cooperación con el mercado interno; el nivel de agregación de valor nacional porque no puede ser que sigamos importando absolutamente todas las piezas y no permitamos el desarrollo de la industria autopartista nacional, que genera muchísimo empleo porque son pequeñas y medianas empresas. Tenemos que apuntalar a nuestras autopartistas. ¿Cómo se hace? Porque yo sé lo que pasa en el mercado autopartista, todos lo sabemos, obviamente es el eslabón más débil frente a la terminal. ¿Qué necesitarían nuestros mercado autopartista? Tiene el apoyo del Estado, necesitaría también el apoyo de las terminales. ¿Cómo? Con contratos de más larga duración, con precios que le permitieran con esa larga duración tomar créditos para lograr innovación, desarrollo y tecnología y crear una industria autopartista nacional fuerte, que les permita, además, a las terminales contar, porque no me van a decir que no es mucho más barato para una terminal tener al autopartista pegada a su línea de producción, que el autoparte que tiene que venir desde la otra parte del mundo. Entonces la logística que todos sabemos que hoy es parte esencial de la competitividad y la lógica nos indica que una industria automotriz requeriría tener a sus autopartistas prácticamente pegadas, no tal vez el cien por cien porque sabemos que, hoy, en ninguna parte del mundo de fabrica el cien por cien de un producto, enteramente en el país, pero por lo menos un 40 ó un 50 por ciento de cada uno de esos autos con autopartes locales, pegadas a sus líneas de producción para tornarlos más competitivos y tener también autos más baratos. De modo tal, que si tuviéramos autos más baratos pasará lo que pasa, en los Estados Unidos, donde la gente los cambia con mayor frecuencia realimentando el mercado.
Me detengo muy especialmente en este tema de los autos y las automotrices por la infinidad de reclamos, que hemos recibido, a partir de gente que va con su plata en efectivo, de gente que le aumentan las cuotas y de gente que quiere tener sus autos. Por favor, les pido a todas las autopartistas, véndanle autos a los que quieren comprar, por favor es el comportamiento mínimo que le pedimos a la industria automotriz que yo sé que lo va a hacer, estoy convencida que lo va a ser, porque estos años han sido muy buenos y necesitamos, además, y yo les comentaba también que la crisis cuando uno observa el desarrollo de la rentabilidad de las automotrices, desde el año 2004 a la fecha, vemos cómo sigue impactando la crisis, del año 2008. Miren, entre el año 2004, 2005, 2006 y 2007, me acuerdo porque fue mi primera elección como Presidente, la rentabilidad de las automotrices, en porcentual, sobre millones vendidos, en unidades, oscilaba entre el 4 y pico y uno de las más bajas fue ya la del 2008, que nos tocó la última colita, del último trimestre por la crisis, que fue del 3,70 pero llegaron a tener hasta un retorno del 4, 8.
Y fíjense qué curioso, luego hubo un resultado negativo, obviamente, en el año 2009, que fue del 0,9, por la crisis terrible que se vivió en el 2009 y luego comenzaron a repuntar, pero nunca más volvieron a superar el 2 por ciento de la rentabilidad, ni siquiera en el año de mayor récord de automotores, que fue precisamente el año pasado, donde entre fabricados en el país, record de fabricación de 791.000 unidades más los importados, llegamos casi a vender 1.000.000 de autos en la República Argentina. Esto no fue hace dos décadas ni dos siglos, fue en el año 2013, sin embargo, mayor venta de autos, menos rentabilidad producto de una crisis que también sigue hoy. Por eso tenemos un mundo que se está calculando a la baja, y como ese mundo se está recalculando a la baja, nosotros tenemos que sostener fuertemente el mercado interno.
También, quiero decir, que ha habido una política – como lo señalaba recién el video que nos tocó ver – de sostener el mercado interno y lo hemos hecho con préstamos del Bicentenario, con préstamos a partir de la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, con préstamos como el FONDEAR, que este año lleva otorgado préstamos por… ¿Toyota cuánto Débora? 600 millones, o sea Toyota Argentina va a hacer una inversión de más de 6.000 millones de pesos, por eso digo que hay que diferenciar también. Toyota va a hacer una inversión de más de 6.000 millones de pesos para un nuevo modelo de Hilux, que se va a exportar el 58 por ciento y que va a alcanzar componentes nacionales, si mal no recuerdo, hasta un 43 por ciento de componentes nacionales. Sí aplaudan porque creo, que en este caso, es un reconocimiento que debemos hacerle a una empresa multinacional, como Toyota que – como recién lo decía su titular – apuesta al país.
Y el préstamo no solamente fue para Toyota, fue también para una autopartista fuertemente vinculada a Toyota, como es Guidi Sociedad Anónima, dimos también un préstamos de más de 50 millones de pesos; Guidi es un autopartista que se especializa en estampado, el auto está fuertemente vinculado a Toyota para ayudarla en el círculo virtuoso de tener a su autopartista al lado, para que con la sinergia se convierta en mucho más competitiva la producción argentina y la plataforma de la Hilux, que es ya un clásico en toda la región, diría, además de serlo en la República Argentina.
Y si uno observa el comportamiento de los países, donde están radicadas las casas matrices veremos que han caído totalmente y están recesivos, no desde el año 2008, desde antes del 2008 están con recesión y muchas veces con políticas centrales quieren trasladar esos problemas a sus filiales, a través de autos importados de alta gama, que no colocan en su país de origen. Y por eso también tomamos la decisión del impuesto a los autos importados, de alta gama, únicamente, porque también hubo una feroz distorsión comunicacional, respecto a que estábamos colocándole impuestos a todos los autos. ¿Cómo vamos a colocarle impuestos a todos los autos? Ni siquiera a los autos importados, de baja gama, que son los que vienen de Brasil y que son los que más demanda tienen; únicamente a los autos de alta gama, que igualmente, pese al impuesto, se vendieron y mucho.
Por eso quería tener esta breve interlocución, respecto de un tema que mueve mucho a la opinión pública y a demanda pública y a la necesidad de dar respuesta a esa demanda.
Luego, ni que hablar de todo lo que ha sido el desarrollo industrial, el tema de la inversión, que tampoco está – como dicen – por el piso; al contrario tenemos la inversión de Toyota, tenemos la inversión de…. Ahora sí puedo mirar algunas de las cosas que me puso, aquí, Débora sobre inversiones importantes. Bueno, lo tengo sentado en la mesa a Miguel Galuccio, porque hay también una suerte de lógica que se quiere decir de que el Estado interviene y desalienta la inversión, que cuando el Estado interviene desalienta la inversión. Yo pregunto: ¿de quién es YPF, hoy? YPF, hoy, y creo que todo el mundo lo sabe, y los que invierten más que todos, es 51 por ciento estatal, sin embargo es la empresa que mayor inversión extranjera directa ha recibido. Y a Galuccio no lo puso ni el Espíritu Santo, ni el Fondo Monetario Internacional, lo puso la Presidenta de la República Argentina.
Lo que pasa, señoras y señores, y aquí sí me gustaría que se mostrara la filmina de YPF, la puedo ver. Yo me voy a poner los anteojos porque si no me cuesta mucho, estoy vieja. El crecimiento en base a inversión y actividad de la recuperación de nuestra línea petrolera: YPF, una vez más, desde que recuperamos YPF las inversiones en el upstream crecieron un 165 por ciento, 5.192 millones de dólares; equipos de perforación: de 25 equipos de perforación, que tenía cuando Repsol era controlada por una sociedad extranjera, pasamos a tener 74 equipos de perforación, un 196 por ciento más. Tal vez ustedes digan: ¿qué es un equipo de perforación? Los que vivimos en provincias petroleras sabemos lo que es un equipo de perforación, no solamente la cigüeña o un montón de luces, es trabajo genuino y bien remunerado, porque saben lo que pasa, cuando un obrero petrolero queda sin trabajo no lo podemos llevar a una cooperativa Manitos Azules a hacer salitas de cuatro, porque los trabajadores de la industria extractiva- vos lo conocés mejor que yo, Miguel – están acostumbrados a trabajos fuerte, adentro del campo y con buenos salarios tienen otro tipo de demanda. Lo digo porque quien fue mi compañero gobernó, durante 12 años, la provincia de Santa Cruz, que es precisamente la provincia donde YPF tiene su mayor grado de intervención.
Pasemos a la siguiente filmina, también, de YPF, aquí tenemos cómo venía la declinación de YPF, que era controlada en forma de management que era absolutamente privado.
Fíjense al momento de su privatización. Las barras en rojo y luego en rosa, lo que hubiera continuado declinando si nosotros no hubiéramos tomado la decisión allá por febrero del año 2012, producto del déficit energético, no producto de ningún capricho nacionalista ni ultrapatriótico, sino simplemente una decisión, eso sí, de carácter económico. Teníamos un déficit energético que no solamente nos afectaba la balanza comercial de una manera, y nos sigue afectando la balanza comercial porque, bueno, ahora quiero hablar del déficit del que tanto hacen algunos economistas aprendices de brujo todos los días por radio y televisión sus críticas.
Si nosotros no tuviéramos déficit energético y tuviéramos que importar energía subsidiada para las industrias y subsidiada para todos los argentinos, tendríamos superávit fiscal primario y financiero más que excedente. Lo que pasa es que seguimos apostando precisamente al modelo industrial.
¿Sabe como bajo de un plumazo el déficit? No hay más subsidios para nadie, no hay más subsidio y se paga el precio internacional en todos los combustibles y para todos los argentinos y para todas las actividades.
¿Y cuánto dura la Argentina, señores, si hacemos eso? Ya conocimos esta experiencia.
Después, claro, se exportaba energía y había algunos que todavía decían «en los años 90 exportábamos energía».
¡Pero qué país puede estar orgulloso de exportar energía! La energía tiene que ser para consumo de la industria nacional, para el crecimiento de un país. Y si hay excedente luego de que el país se desarrolló, luego de que todos los argentinos tienen trabajo, educación, salud y vivienda, bienvenida sea la exportación de combustible. Pero mientras tanto, el combustible y la energía tienen que estar al servicio del desarrollo nacional e industrial.
Fíjense ustedes, el crecimiento que ha tenido a partir…todo lo azul es todo lo que creció en la proyección de gas. ¿Saben qué significan esas barritas en azul que empiezan muy chiquititas y van cada vez más grandes, sobre todo en lo que va del 2014? Yo les digo lo que significa eso, significa 100 buques menos por año de gas licuado, 100 buques menos que tenemos que importar de gas licuado.
Imagínense lo que esto impacta en divisas, por un lado, en balanza comercial y lo que significó en generación de puestos de trabajo este incremento que ha tenido la petrolera estatal. Sí, la petrolera estatal y tan estatal que no le importó a un empresa como Chevron, venir a invertir lo que invirtió; como tampoco lo importó a Petronas, pese a que es estatal, porque Petronas también es estatal, a venir a invertir a la Argentina o a Total o a Dow Chemical.
Porque, ¿saben qué? Cuando una empresa está bien administrada y es rentable, no importa si es estatal, privada o mixta. Lo importante es que dé ganancias y retorno a sus accionistas. Por eso, hoy la acción de YPF que es una empresa estatal, es de las más valoradas y de las más estables del mercado.
En esta filmina tenemos el crecimiento de empleo, de 46.000 a 66.000, entre puestos directos e indirectos de trabajo, con salarios que ustedes saben, son de los mejores del mercado. Porque tanto los directos, pertenecientes a la petrolera, como todas las empresas de servicios obviamente que le prestan a la estatal, tienen de los salarios más altos en los convenios que se han celebrado.
Vamos a la próxima filmina, por favor. Aquí tenemos otro tema también. Prontamente vamos a tratar la ley de hidrocarburos. ¿Para qué queremos una nueva ley de hidrocarburos? Para fijar reglas de juego claras, previsibles y transparentes que resguarden los intereses de las provincias, que son las propietarias de los recursos de la reforma del 94. Pero que también aseguren que ser gobernador de una provincia, no te dé patente de Corso para otorgar áreas a cualquiera sin ningún tipo de control y sin un modelo general que asegure transparencia al mercado y no genere que vengan a invertir del exterior. Porque si no ponemos reglas claras en materia tributaria, en materia de porcentajes de regalías, en materia de porcentajes de cánones y en pliegos de licitación de áreas públicos e internacionales, no vamos a lograr inversión por una razón muy sencilla: la inversión que se requiere para Vaca Muerta, oscila entre 100.000 y 200.000 millones de dólares. Y esas sumas, no se consiguen de manera que no sea previsible y a largo tiempo.
Por eso requerimos la sanción de una ley que va a ser consensuada obviamente, con los gobernadores de las provincias petroleras en el marco de la OFEPHI, que es la organización que nuclea a los estados provinciales petroleros y de la cual, bueno, soy muy conocedora porque Kirchner fue presidente de la misma e integrante desde que fue gobernador.
Pero quiero mostrarles esto, que es el interés de las provincias, una de la parte de los intereses de las provincias, que son las regalías. Fíjense lo que se cobraba en regalías en el año 2011 y fíjense lo que se cobra en regalías en el año 2013 en las provincias.
No solamente eso, porque cuando estaba Repsol, cobraban esas regalías y nada más. Ahora, al ser socias de la empresa, van a cobrar también dividendos y utilidades de la rentabilidad de la empresa.
Lo digo porque me tocó formar parte, como provinciana lo digo, en la provincia de Santa Cruz del modelo de YPF cuando llegamos a tener la provincia de Santa Cruz el 4 por ciento de las acciones de YPF que las habíamos comprado con los papelitos que nos habían dado motivo de las regalías mal liquidadas. Aquellos famosos 600 millones de dólares que el gobernador Kirchner acumuló y guardó. Es cierto, lo puso en el exterior, Cavallo le pedía que lo trajera para acá, que los depositara en el Banco Nación. Nunca lo quiso hacer y lo acertado que estuvo.
En aquella oportunidad, cuando se liquidaron las regalías, todas las provincias cobraron. Santa Cruz estuvo en el tercer lugar de las que cobraron, pero fue la única que conservó la participación accionaria del 4 por ciento y sus 600 millones de dólares, que nos generaban los intereses con los cuales construimos aeropuertos, puertos, caminos, casas en Santa Cruz y que luego nos vimos obligados a vender en el año 98 producto de cuando se decide privatizar YPF y, obviamente, no teníamos más opción que vender las acciones porque las pudimos vender a 44 pesos cada acción y al día siguiente que se habían vendido valían 19. Esto para que conozcamos la verdadera historia de la República Argentina y nadie cuente cosas extrañas.
Necesitamos volver a tener a esta YPF fuerte, con composición de todas las provincias y, sobre todo, ahora que estamos en el mediano plazo en la histórica oportunidad de llegar al autoabastecimiento energético.
Yo les puedo asegurar y se lo decía el otro día a los titulares de las terminales, las oportunidades y la etapa que se viene en la República Argentina, si se sigue con un modelo de industrialización, de, no voy a decir protección porque sino después me toman el testimonio en la OMC, pero lo charlábamos y lo charlaba el ministro de Economía hoy con un gerente de un laboratorio.
A propósito, ¿no vino el señor Bagó que iba a estar en la mesa? ¿Será porque no le dimos el aumento del 10 por ciento? Espero que no, porque muchas veces te piden aumento y después te hablan de inflación.
Digo por qué estas cosas, porque parte de este desarrollo industrial, no fue solamente la inversión, no fue solamente el crecimiento en paritarias, en salarios, en Asignación Universal por Hijo, más jubilados, parte también fue porque se desarrolló un sistema de administración de comercio exterior que debe proseguirse. Porque además, tenemos mayor apertura que en los años 90, otro cuento que también quiero desterrar. Ahí están las cifras, sumando exportaciones e importaciones, la apertura del mercado es mayor en los últimos 10 años que durante la década del 90, por una razón muy sencilla: porque la propia industrialización, con su exportación y con su necesidad de importación, abre más la economía. Pero no hay que abrirla tanto como para que vengan a competir. Porque me pregunto, hoy que estamos en discusión con algunas actividades y con algunos sectores como, por ejemplo, los laboratorios que querían un aumento tal vez del 10 por ciento y se les dio un aumento tope del 5 por ciento y promedio del 4 por ciento.
¿Qué pasaría, me pregunto, si de repente decidiéramos variar la política de comercio exterior? Y, bueno, por allí sería beneficioso para la gente porque tendría medicamentos más baratos si abrimos a determinados países que producen medicamentos a muy bajísimo costo. Ahora, ¿cómo le iría a esa industria si nosotros abrimos y no hay administración de comercio y dejamos entrar lo que ellos tienen a un precio mucho más alto a un precio mucho más barato? Mucha gente se pondría contenta, como se puso contenta en los años 90. Pero después, ¿saben qué? Te quedás sin trabajo y, entonces, no podés comprar ni lo barato ni lo caro, porque esto es el tema de defender el desarrollo de la industria nacional y una administración de comercio.
Ahora bien, cuando vos les decís al sector o a un determinado sector, que podría ser el sector de los laboratorios, bueno, está bien, abrimos el mercado a tal país y vamos a tener «ah, no, por favor». Porque todos, ¿sabés qué? Todos critican la protección o el comercio administrado del otro, pero las mías, mantenémelas, las mías no me las saques porque sabés que sino me fundo.
Entonces, me parece que tenemos que tener un criterio, un criterio unificador y, fundamentalmente, guiarnos por cómo nos está yendo a nosotros, a cada uno de nosotros.
Hay una vieja anécdota que cuando uno le preguntaba siempre a los argentinos y creo quetodavía pasa, cuando le pregunta «¿qué opina de la educación en la Argentina, es buena, mala o regular?» Y la mayoría, estoy segura, hago una encuesta, y le contestan «es mala, de mala a regular». Ahora, cuando usted le pregunta «¿cómo es la educación de sus hijos?» «No, la educación de mis hijos es muy buena», dice, como si los hijos estudiaran en algún planeta extraño o en otro país que no fuera la República Argentina. ¿Y eso saben qué es? Manipulación de la opinión pública a partir de determinados, yo diría, aprendices de brujos que están todos los días por todos los medios de comunicación augurando que cosas terribles van a pasarle a la Argentina.
Esto lo vienen augurando desde el año 2003 y ahora han arreciado aún más, a partir del frente externo y de lo que sucedió con el juez municipal de Nueva York que, no nos engañemos, de esto quiero hablar con total sinceridad ante todos ustedes.
El otro día cuando estuvo un presidente muy importante, uno de los más importantes del mundo, me dijo cuando estábamos hablando a solas, «pero, señora Presidenta, ¿usted cree realmente que este juicio es por los 1.600 millones de dólares? ¿A usted le parece que un país como la Argentina puede ser extorsionado por un juez municipal por 1.600 millones de dólares sin que nadie tome cartas en el asunto? ¿No le parece que hay otras cosas atrás?». Y claro que me parece que hay otras cosas atrás. ¿Saben que me parece? Que nos quieren enviar abajo la reestructuración de deuda que hicimos en el año 2005 y 2010 para que el país se vuelva a endeudar como fue durante tantos años esa bicicleta financiera y ese peso de la deuda externa que impedía crecer al país.
Hoy, que el país está en una ratio de endeudamiento yo creo de las más bajas del mundo, porque hoy la Argentina está endeudada en moneda extranjera en el 8 por ciento de su Producto Bruto moneda extranjera, con bonos tenedores nacionales o extranjeros pero privados, 8 por ciento de su PBI, nada, frente al 150, casi 160 por ciento que tenia de un PBI muchísimo más chico, allá por el año 2003.
Hoy, que tenemos este nivel de endeudamiento que nos permite programar el futuro; hoy, hemos descubierto que Dios nos ha beneficiado con ser un país que tiene el segundo yacimiento de gas shale del mundo y el cuarto de petróleo shale del mundo; hoy, que sabemos que somos un país que hemos avanzado en ciencia y en tecnología como no lo hacíamos desde décadas, repatriando a más de 1.000 argentinos que se habían ido al exterior y con avances tecnológicos que nos colocan a la cabeza del mundo; hoy, que hemos desarrollado un complejo en materia de producción de maquinaria agrícola sin precedentes, con gran participación nacional; hoy, que nos hemos convertido en el primer productor de software de toda América latina; hoy, que nos hemos convertido en productores de contenidos artísticos, de contenidos televisivos que nos colocan a la vanguardia; hoy, que somos el quinto proveedor de alimentos del mundo, justamente hoy se le ocurre a un juez municipal venir a reclamarnos por 1.600 millones de dólares y extorsionar…
Señores, por favor, pensemos y no seamos ingenuos y no seamos tontos. Una vez más, vienen por esta Argentina que se ha caracterizado por ser absolutamente distintiva en toda la región, te lo dicen los mismos que vienen a presionar o a pedir. Distintiva porque tenemos recursos humanos altamente calificados, producto de que de una educación pública y gratuita, egresados de las universidades públicas y gratuitas, con un desarrollo científico sin precedentes, porque además tenemos el octavo país en extensión del mundo con apenas 40 millones de habitantes, porque además esas reservas de gas y de petróleo no están entre Nueva York y Chicago y la franja de este tamaño, sino que están en pleno desierto y la franja es de este tamaño y sabemos que hay en otras partes del país también, no solamente hemos descubierto convencional últimamente hasta en mi propia provincia, sino que también hemos descubierto no convencional en la zona Norte del Neuquén, casi lindando con Mendoza, y también en la provincia del Chubut.
Este potencial de la Argentina, que no es un potencial para dentro de 20 años, es un potencial para ya, es lo que no les gusta a algunas potencias del mundo y es lo que ha pasado históricamente en la República Argentina, señores, no se engañen, por favor.
A mí me falta un año y meses para terminar de ser Presidente, pero ustedes para seguir siendo empresarios, tienen toda una vida, la de ustedes y la de sus hijos, para cuidar sus empresas, para cuidar lo que han logrado. Y a los trabajadores, para cuidar las conquistas sociales que han logrado.
Yo les pido por favor que no se distraigan, que no los engañen, que sepan cuáles son las cuestiones que se están discutiendo en el mundo, señores. Y no es que tenga visiones conspirativas, en absoluto.
¿Saben por qué es tan importante? Un funcionario, un ex funcionario que vino en nombre de ciertos intereses a entrevistarse con algún funcionario de nuestra administración, le dijo que hoy éramos la Arabia Saudita, textuales palabras, la Argentina, Arabia Saudita. Y claro, ¡cómo no vamos a ser Arabia Saudita! Si somos una región de paz, porque sacar petróleo hoy en la región de Medio Oriente, es casi además una aventura en donde se te puede ir la vida, un lugar que va a tender a complicarse de manera internacional. Porque quiénes presidimos el país y quiénes tienen aspiraciones de conducirlo, deben tener una mirada estratégica sobre, no lo que pasa únicamente en su quintita o en la próxima campaña electoral, sino en el mundo en que estamos y en el mundo que se viene. Y el mundo que se viene, señores, es un mundo complejo, donde van a querer tener nuestras reservas petroleras porque va a ser muy difícil ir a otros lugares a recurrir por ellas porque están con un altísimo grado de conflictividad militar y religiosa, señores. Lo cual ya no es la guerra convencional que vivimos en el siglo XX, que yo digo eran las últimas guerras de la modernidad. Ahora estamos viviendo las guerras de la posmodernidad, las guerras donde los aliados cambian de un día para el otro. Fíjense si no, este ejército islamista que está en Irak, hoy saben dónde se entrenó, dónde se entrenó militarmente. Se entrenó militarmente combatiendo al gobierno de Siria, al gobierno de Bashar al Assad, el mismo gobierno que hoy, digamos, tiene que aliarse prácticamente con el que lo estaba combatiendo, vendiéndole armas a sus rebeldes porque las cosas se dieron vuelta en apenas 1 año.
Y podemos contar historia de estas y esto tiene que ver en la política del mundo. Y la política del mundo tiene que ver con los intereses de Argentina. Por eso les pido a todos que estén muy atentos y con los ojos muy abiertos.
Lo que ayer hemos logrado los argentinos también en Naciones Unidas, en esa Resolución 68/304, que debe convertirse en un verdadero orgullo de la diplomacia argentina y de la historia argentina donde por primera vez Naciones Unidas, el mundo, nos decían que nos habíamos caído del mundo, dónde está el mundo, sino no es en ese edificio de tantas plantas, frente al Río Hudson, allí en Nueva York, allí el mundo nos dio 124 votos para decir que había que reglamentar las reestructuraciones de deuda soberana y hacer un tratado internacional para alejar definitivamente a los buitres que medran con las deudas y, fundamentalmente, con la miseria y la dignidad de los distintos pueblos de nuestro planeta. Ayer fue un gran día para la humanidad, no solamente para la Argentina, señoras y señores.
Y estas cosas, que parecen de la política, tienen que ver con la economía, porque las decisiones políticas siempre se toman en base a decisiones estratégicas económicas.
Por eso, a mí me gusta primero hablar de política y después de economía. Porque si uno no entiende cómo viene la política a nivel nacional, internacional y regional, puede tomar decisiones muy equivocadas a nivel económico. En cambio si ve cómo se está moviendo el mundo, cómo se está moviendo la región, cuáles son nuestras posibilidades y potencialidades y en base a eso toma las decisiones, no digo que no pueda equivocarse, pero les aseguro que tiene muchas menos probabilidades de errar que de alguien que toma las decisiones creyendo que es acá y nada más que en la República Argentina donde van a impactar o donde los convencen tal vez, como convencieron a otros llevándolos a la Asamblea del Fondo Monetario Internacional que todos éramos altos, rubios y de ojos celestes.
Yo no quiero ser rubia, alta ni de ojos celestes, soy argentina, soy lo que soy y creo que el deber que tenemos todos precisamente es el de preservar este modelo de industrialización que las cifras eran harto elocuentes. Que también son elocuentes los grados de inversión que estamos logrando.
Hablábamos de YPF, hablamos también de TOYOTA, hablamos de…no voy a dar todos los nombres que me puso Débora, pero que nos dando un nivel de inversión de más de 20 puntos sobre el PBI, sí, señores, pese a lo que se diga, a los que se escriba o lo que se repita. Y cuando usted habla con alguno, le pasará a muchos de ustedes, que hablan por allí con algún otro colega que le dicen «no, bueno, pero las cosas» «¿Y a vos cómo te va?» «No, a mí me va bien, pero va a venir mal que esto y que el otro». Porque quieren generar expectativas de que las cosas van a ir mal para instalar lo que yo denomino «la cadena del desanimo nacional», pese a que todos los datos y todo lo que estamos viendo en el mediano y largo plazo, hablan de una Argentina con una potencialidad.
Yo solamente les pido que esto que hemos logrado, no se derrumbe, se conserve, se acreciente, se profundice, se mejore pero que se siga con este proceso de industrialización y se siga con esta campaña de valor agregado permanente de ciencia y tecnología.
Y para terminar, también uno lee por allí noticias como me tocó leer hoy que hablaban de no sé qué porcentaje de chicos que no comían o que tenían problemas de miseria o de indigencia absoluta.
Yo tengo acá los datos y seguramente debe alguien presente de la Cámara de Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, que dio el último informe de consumo de carnes, de proteínas en la República Argentina. En el año 2013, la Argentina consumió por habitante 113 kilos de carne entre ovina, porcina y aviar. No quiero hablarles de lo que ha desarrollado la industria aviar porque ha sido impresionante y también luego de algunas recomendaciones que yo hice en el 2005 de cómo comenzó a desarrollarse la industria porcina realmente, estamos cerca del autoabastecimiento. Todavía nos falta, tenemos que lograr el autoabastecimiento en materia porcina también para logar mayor independencia. Pero 113 kilos por habitantes fue el consumo del año pasado.
¿Saben cuáles eran los récords anteriores? El récord anterior era de los años 70, que había llegado a 95 kilos y medio por habitante. Luego, una etapa de los 90, donde fue 95,4; luego en los 80, donde también anduvo por ahí y luego, en el año 2002 donde bajó abruptamente a 84 kilos producto de la crisis del 2002.
El informe del mes de julio, nos habla de un aumento del récord histórico del año pasado y llegamos al récord histórico de 117 kilos de consumo de carne por proteínas por cada un de los habitantes de la República Argentina.
Esto habla, ¿quién se come los 117 kilos de carne? No, por favor, pueden haber situaciones puntuales, pueden faltarnos muchas cosas, pero por Dios, hemos dado un salto cualitativo. Ojala que por mucho tiempo muchos presidentes puedan seguir anunciando récord de aumento en el consumo de proteínas y también muchos presidentes puedan ver, como yo lo hecho desde el año 2008, que fue la primera cena, hasta ahora, todos los años a cenar con ustedes, hombres y mujeres de la industria argentina, a poder mirarlos de frente, a poder mirar juntos videos como el que acabamos de mirar, a escuchar testimonios de colegas suyos como los que acabamos de escuchar.
Porque si nosotros logramos que no solamente sean 11 o 10 o 12 años, sino que sean 20 o 30 años de políticas públicas consecutivas en materia de administración de comercio, de industrialización, de ciencia y tecnología, de educación, de poder adquisitivo, de convenciones colectivas de trabajadores para que logren tener mayor poder adquisitivo, de conservar a YPF como empresa nacional para el autoabastecimiento energético, tengan la plena certeza de que vamos a ser un país muy diferente y vamos a poder dejarles a nuestros hijos y a nuestros nietos, algo muy diferente a lo que nosotros nos tocó recibir y por qué no decirlo también, sufrir.
Por eso, quiero junto a todos ustedes, brindar por la industria, por los trabajadores, por los empresarios, por los comerciantes, por los constructores, por los científicos y por todos y cada uno de los hombres y mujeres que tienen un fuerte compromiso con la Patria y que saben que la Patria no es una entelequia ni son símbolos para recordar solamente un 25 de mayo o un 9 de julio, sino que a la Patria se la sirve, se la recuerda y se trabaja por ella, los 365 días del año.
¡Feliz Día de la Industria para todos los empresarios argentinos nacionales!
Muchas gracias y salud.