Un tema muy meneado últimamente el de la Justicia luego de que lanzamos el Programa de Democratización de la Justicia.
Si hubiéramos largado un programa de monarquización de la Justicia yo comprendería que todo el mundo estuviera tan nervioso o indignado. Pero la palabra democracia es una palabra que no puede atemorizar a nadie.
Y estoy hablando en una provincia donde precisamente la elección del Consejo de la Magistratura es por voto popular, aquí en Santa Cruz. No es un invento de Santa Cruz, nosotros lo copiamos de la provincia de Chubut, aquí los representantes del Consejo de la Magistratura se eligen por voto popular.
Yo quiero leer los argumentos que digan que no se pueden expresar los 40 millones de argentinos acerca de quiénes deben ser los funcionarios políticos. Son funcionarios políticos porque el Consejo de la Magistratura es el órgano político del Poder Judicial.
Como también lo es la Corte ¿Y por qué es político? Porque los designan políticamente y porque son los que conducen, no los que dictan sentencias. Los jueces, los fiscales, los procuradores, todos vienen de algún lado, nadie sale de abajo de las baldosas.
Es más, a fuerza de ser sincera, dos miembros de la Corte, dos importantes miembros de la Corte fueron militantes.
Uno por el Frente Grande, un excelente académico penalista hoy es miembro de la Corte y era miembro de un partido político, y eso no está mal.
Y otro miembro también, que fue senador conmigo, diputado conmigo, yo lo voté como miembro de la Corte y nadie se horroriza porque todo el mundo sabe qué piensa.
¿Qué es esto de que tenemos que tener jueces que no piensen nada?
El propio presidente de la Corte Suprema de Justicia fue propuesto durante nuestro gobierno. A mí me lo hizo conocer y me lo presentó en mi despacho un querido amigo ex senador de esta provincia, porque yo no lo conocía y era muy amigo de él. Lo conocí allí, y Néstor presidente lo propuso sin siquiera conocerlo de vista.
El que propuso Néstor, que no lo conocía personalmente pero lo admiraba mucho, es un penalista que integra hoy la Corte. Era opositor nuestro y ha venido a esta provincia a oponerse a la reforma de la Constitución.
Seguramente esta democratización de la justicia también me va a acarrear algunos problemas, o al gobierno o en general. Pero estoy dispuesta a enfrentar todo lo que venga con tal de dejar un país mejor organizado, un país en donde sus tres poderes sean democráticos, abiertos al pueblo, e independientes de las grandes corporaciones.
¿Porque saben qué pasa? Los daños que ha sufrido este país muchos se los adjudicaron a determinados gobiernos. Es cierto, hubo gobiernos que provocaron daños, pero también es bueno preguntarse a qué intereses respondían esos gobiernos.
Porque si no terminamos fijándonos en la política y en los gobiernos y no en quienes manejaban a esos gobiernos y a esos políticos.
Uno recuerda al presidente o al ministro de Economía pero tendríamos que mirar un poquito más allá, a quiénes respondían ese Presidente y ese ministro de Economía.
¿Porque saben qué? Si no podemos confundirnos y creernos que las cosas las decidían los gobiernos.
¿Y saben cuál es el problema que han tenido con el gobierno desde el año 2003 para bien o para mal? Que desde el 2003 en adelante las cosas que se deciden desde el gobierno son porque las decide el gobierno, éste es el gran problema.
Por eso yo quiero también plantear la independencia del Poder Ejecutivo de los grandes poderes concentrados de afuera y de adentro. La independencia del Poder Ejecutivo de los monopolios, de las grandes presiones que sufrió para tapar todo lo que había pasado durante la dictadura.
El gran castigo a este gobierno es por haber sido independiente de todos esos grandes poderes concentrados externos e internos.
Esa es la independencia que también queremos para el Poder Judicial, independencia de los grandes poderes concentrados económicos de afuera y de adentro.
Por allí escucho algunas teorías jurídicas de contrapoder, como que el Poder Judicial tiene que ser un contrapoder ¿contrapoder de qué? Analicemos.
A mí como presidenta y todos los otros presidentes que me han precedido, lo han hecho por el voto del pueblo.
A los que están sentados en sus bancas, senadores, diputados, también los vota el pueblo.
Cuando alguien plantea al Poder Judicial como contrapoder dentro de las instituciones, ¿como contrapoder de qué? ¿Contrapoder del pueblo?
Yo estoy representando a los argentinos y el parlamento cuando vota mayoritariamente las leyes lo hace en el marco de la Constitución por la voluntad popular
Aquél que se piensa como contrapoder desde el Poder Judicial me parece que es delegado de otros poderes que no sabemos pero imaginamos cuáles son.
Qué celeridad para actuar sobre las leyes que involucran al Poder Judicial por parte de los propios jueces y cuánta lentitud para decidir sobre una ley que ya lleva cuatro años como es la ley de medios.
Quién tiene más poder, un Presidente, el parlamento o un juez que paraliza una ley que envió alguien que representa al pueblo, que votó un parlamento que representa al pueblo y que con dos líneas y una medida cautelar impide el ejercicio del sistema.
Por eso la democratización de la justicia hace también al saneamiento del sistema, a lograr algo que la gente está demandando: justicia.
Y siempre también frente a otro gran problema y flagelo, la seguridad.
Yo no me canso de decir y decirles a todos los argentinos que si no logramos una justicia mejor no vamos a tener más y mejor seguridad en la República Argentina.
Es un combo muy grande este de la justicia, es el combo de la igualdad también. Si tenemos mejor justicia vamos a tener más igualdad, vamos a tener más seguridad. Por eso es tan importante que esta democratización que ha tenido la Argentina a partir del 2003.
No para este gobierno, no para estas generaciones, para las que vienen, para la historia.
Cristina