Muy buenas tardes a todos y a todas. En primer lugar: agradecer a Walter. Con Walter nos conocimos cuando yo todavía era Presidenta y recorrimos con él, con Lucas Menoyo que anda por ahí atrás también se va a poner nervioso porque lo estoy nombrando. Menoyo es el de los vinagres y las mayonesas y todas esas cosas divinas y ricas argentinas. Y con él y bueno, con ellos y con decenas y decenas de empresarios de distintas actividades durante aquellos años en que había vuelto a reinstalarse en la Argentina un modelo industrial, un modelo de producción, de salarios, de consumo de demanda agregada. Recorrimos… Walter, Vietnam, Indonesia, Angola, Dubai, México, Brasil, en fin… Vendiendo, vendiendo, vendiendo, vendiendo, vendiendo, qué es lo que tienen que hacer los empresarios: vender, vender, vender. Acá y afuera y para que puedan vender, vender afuera, tienen que tener una política que los acompañe desde el Estado. Y para vender adentro tenemos que también tener una política y salarios para que la gente pueda comprar con la demanda agregada.
Dicho esto, esta breve presentación de Walter, a mí me gustaría un poco porque estamos… yo por lo menos estoy otra vez ante una campaña electoral. Ustedes son todos más jóvenes que yo. Yo vengo de campaña electoral desde el año 83, el advenimiento de la democracia. Allí empecé como militante obviamente: 83, 85 también como militante y ya en el 87 comenzamos a trabajar en la campaña de Néstor. Néstor llegaba a la intendencia… Mirá de qué año estoy hablando. Alfonsín presidente, Néstor llegaba a la intendencia de Río Gallegos en el 87 y después seguimos: en el 89 mi primera candidatura como diputada provincial del Frente para la Victoria y así hasta bueno… hasta ahora que estamos ante una nueva campaña electoral. Pero debo reconocer algo. De todas las campañas electorales que me tocó participar no hay ninguna como ésta. Y miren que fui candidata en el 2001 cuando había que ser candidata en la República Argentina. Y después en el 2003, cuando Néstor agarró el país defaulteado, despedazado, endeudado, en fin… Pero este es un momento especial, yo lo escuchaba recién Ariel Sujarchuk relatar lo que le pasó porque estuvo enfermo de covid. Y digo que es especial porque además de lo que escuché a vos Ariel, hoy casualmente estuve con un compañero que me contó que su hermana contrajo covid en el momento más alto del pico. Ella tiene una prepaga como yo, que no quiero expropiar de nada a nadie porque yo soy de una prepaga y ella también. Pero resulta que en ese momento la prepaga no podía darle cama en sanatorio privado porque estábamos en el pico, pico, pico y entonces, como todos y todas sabemos, pasó al sector público porque no se podía atender a todo el mundo. Bueno, de resultas que la historia es que se salvó en un hospital público de acá de la provincia de Buenos Aires donde fue muy bien atendida pero vio gente que estaba al lado de ella que la tuvieron que entubar y… y la sacaron sin tubo por supuesto porque no había podido resistir la enfermedad. Y ella en un momento… Y ella cuenta que a muchos antes de entubarlos, los hacían ver a su familia a través de los vidrios para que pudieran despedirse, porque el que está entubado no sabe si sobrevive. Y quedó, ella se salvó. Vio morir gente que se las llevaban porque habían muerto al lado de su cama de terapia intensiva y hoy tiene una gran depresión. Y fíjate vos Ariel, fíjate Sergio, Alberto, Axel. Ella no tiene problemas ni de casa, porque tiene su casa, su trabajo, su salario, su familia, su hermano, su madre que la cuida y a sus hijos pero entró en una gran depresión porque a todos les pega diferente.
Con lo cual quiero ejemplificar de esta manera que estamos ante una elección y ante un país y una etapa de nuestra vida, inédita. Nunca habíamos ido a una elección, a una disputa por los cargos electorales en estas condiciones. Esta primera cuestión me lleva a plantearme que debemos ser muy cuidadosos también. Y debemos también en homenaje a los que ya no están y también a los que se salvaron y están… En que, como candidatos, como fuerzas políticas ver si podemos inauguraron una nueva forma de discutir y debatir en la República Argentina. Que no sea para el marketing o a ver quién da la frase más ingeniosa para que te la levante el videograph en la pantalla de la tele. Me parece que es un gran homenaje que deberíamos hacer. Y digo además que también es una excelente oportunidad para que, lejos de discutir de anécdotas, de nombres, con adjetivaciones, comencemos a discutir de políticas, de lo que vivimos, de lo que nos tocó pasar, de las equivocaciones, de los errores, de los aciertos también. Por qué la otra cuestión muy importante en esta elección: es que todos, absolutamente todos los que van a elecciones, como partido me refiero, no me refiero a las personas obviamente, pero como fuerzas políticas, todas han gobernado la Argentina. No hay una sola fuerza política de las que hoy concurre, en distintas versiones: desde el radicalismo alfonsinista al que pertenece Leandro allá, pasando por la etapa de lo que podría denominarse el menemismo. Cada uno se tiene que hacer cargo de nuestro partido cuando fue tomado también por ideologías o fuerzas liberales. Por eso cuando los liberales dicen: “nunca gobernamos este país”. Vamos che, vamos che, ¿Cómo que nunca gobernaron? ¿Cómo que nunca gobernaron? ¿Qué era Cavallo? ¿Qué era un montón de cosas en este país? Vamos che. Háganse cargo cada uno y cada una de las fuerzas políticas y de las ideas que hubo. Entonces digo, todos también… después vino el radicalismo en la versión Alianza, la primera la primera versión: Alianza 1. Y después sí llegaron los que nunca habían estado en el Gobierno, esto debo admitirlo, llegaron en el 2015 los que nunca habían estado en el Gobierno en otra alianza: alianza versión 2 con el radicalismo. No digo esto ni para atacar, ni para estigmatizar, ni para clausurar el debate con los que ya fueron. Digo que todos han estado en el Gobierno, pero no todas las consecuencias de los que han estado en el Gobierno son iguales. Digo porque así como Néstor era intendente en el 87, recuerdo bueno… todo lo que pasó.
No quiero hacer un compendio de las frustraciones y de los fracasos de los argentinos y las argentinas porque, más allá de la fuerza política que gobernaba, en definitiva es una frustración que les llega a todos y cada uno de los habitantes. Pero creo que hemos tenido algunos resultados porque yo recuerdo que cuando vino la democracia el principal problema que tenía la Argentina era la deuda externa y el Fondo Monetario Internacional. Era inclusive caballito de batalla de pancartas, movilizaciones etcétera. Izquierda, del centro, del peronismo, en fin… Bueno, hubo un tiempo, hubo un tiempo que al Fondo Monetario se le pagó lo que debía y Néstor, el presidente… qué curioso, con menos votos que asumió. No hubo otro presidente, ni siquiera Illia, cuando el peronismo estaba proscripto, que asumiera con menos votos que los que asumió Néstor. Sin embargo, defaulteado el país, con lo que sufrimos los argentinos y las argentinas en materia social y en materia institucional también. Gobiernos que se debían ir anticipadamente y llamar a elecciones anticipadas porque… ¿Néstor por qué asume el 25 de mayo? Y, muy simple, porque hubo que ir a elecciones anticipadas. Y digo: nosotros que desendeudamos al país, con nuestros aciertos y nuestros errores… Allá por el 2015, Ariel, cuando vos te hiciste cargo acá de la intendencia – trabajaba con Alicia en Desarrollo Social-.
Bueno… el Fondo Monetario era como la selección ¿Vieron que tardaban 28 años los pibes en ver a la selección argentina campeona? Bueno, había pibes que nunca habían escuchado del Fondo Monetario Internacional porque del año 2005 el Fondo se había ido, ya no tenía ninguna misión a controlarnos, artículo cuarto, a ver… “quisiera saber qué política tienen” “a ver cuánto les pagan a los jubilados” “a ver cuánto pagan los subsidios”. No, no, eso no existía en la República. Esto no existía dejó de existir en la República Argentina. Quiero detenerme en este caso puntual porque creo que son las cosas que tenemos que analizar, debatir. Y charlando anoche con Alberto me decía que en unos días más van a ingresar los derechos especiales de giro, los D.E.G., que el Fondo Monetario internacional ha decidido como respuesta a la pandemia en todo el mundo entregarle dólares a cero tasa de interés prácticamente porque es 0,05, a los países para que hagan frente a los estragos de la pandemia. Nosotros no vamos a poder destinar eso a lo que lo van a destinar el resto de los países. ¿Por qué? Porque en el año 2018, después de en el 2015 un país sin deuda porque lo expliqué el otro día si alguno me vio cuando estábamos haciendo el alegato en el tema de memorándum mostrar en ese famoso grafiquito, de cómo estaba cuando llegó Néstor la deuda allá arriba 116% del PBI, y como lo dejamos nosotros y cómo volvió a subir. Y ahora resulta ser que debemos 45.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional. Además de los 70.000, 80.000 que se reestructuró la deuda el año pasado. Entonces: un tema de debate importante, casi vital les diría, es discutir cómo se va a pagar. Quienes la van a pagar, porque vos te imaginarás Walter que, con esa deuda, los excedentes que puede tener el Estado para créditos de promoción, para tasas de subsidio para el sector empresario, se viene todo abajo. Entonces digo: estas son las cosas que tenemos que discutir. Probamos con el modelo industrial y con todos nuestros aciertos y nuestros errores y demás, dio resultado.
La Argentina durante 12 años y medio después del desastre del 2001 y del 2003 creció en base a la producción y en base al trabajo. Recuerdo que, cuando Néstor llegó, también el Estado había visto, se había visto obligado a recurrir a políticas de asistencia a través de planes especiales de trabajo porque la gente no tenía que comer, no tenía de qué vivir. Y también eso pudo ser sustituido, millones… Néstor recibe 2 millones cien, si mal no recuerdo… Tomada en Trabajo los tenía en el Ministerio de Trabajo y lo pasa a Desarrollo Social, para que lo administre Desarrollo Social y bueno… Entonces digo: ya hemos probado un modelo que era de producción, que era de generar valor agregado, que era el de generar buenos salarios. Ahora va a ser más dificultoso porque tenemos una deuda mucho más pesada por eso creo que esta es una oportunidad para que las fuerzas políticas en la Argentina hablemos sin beneficio de inventario.
Yo siento, y acá me puede mí condición de abogada, acá como el Presidente, que acá se habla con beneficio de inventario. “No esto no, yo me quedo esto sí, aquello no”. No, no, no, no muchachos, muchachas. Discutamos todo lo que hay que debatir, todo lo que hay que discutir, porque creo que esta es la última oportunidad que vamos a tener como país si no encontramos una solución conjunta. Y en esto también quiero ser clara, más allá de la disputa electoral que hay y que es normal en toda democracia, sabemos desde el Gobierno, sabemos desde el Gobierno y el Presidente lo sabe mejor que nadie, que tiene que requerir esfuerzo y la ayuda de todos. Y lo hace a diario y lo va a seguir haciendo, pero es imprescindible que esta etapa que vamos a abordar en beneficio de la gente, lo hagamos desde la responsabilidad y la seriedad en la discusión.
Ya el marketing, el coaching… por favor. Aparte se nota cada vez más, esto es lo peor de todo porque al principio era novedoso. Era novedoso: carita, saltitos, todo era novedoso. Acostumbrados nosotros un poco, que somos rudos los peronistas, rudas también las peronistas. Somos muy rudas las peronistas, acostumbradas a eso. Bueno, la novedad del saltito y la cosita era… Pero con saltito y risita, hermanito y hermanita no vamos a ninguna parte. Así que yo quiero decirles a quienes nos van a representar como diputados, como diputadas aquí en la provincia de Buenos Aires qué hagamos todo lo que sea necesario para que podamos discutir racionalmente. No desde la ideología que podés ser de derecha o de izquierda, pero hermano, dos más dos es cuatro para todos. Derecha, izquierda o centro: dos más dos es cuatro para todos. Y los números del endeudamiento, los números de la caída del empleo, la destrucción de las fábricas, el endeudamiento, etc…, etc… son números duros y crudos que golpean todos los días en la puerta de los hogares argentinos. Por eso quiero acompañarlos pero, no con la euforia que lo hacía en otras elecciones, ni con la alegría y el coso… La verdad que son momentos difíciles para todos y para todas, por distintas circunstancias.
Entonces acompañemos esta situación tan particular que estamos viviendo en el mundo en general y por supuesto, y los argentinos en particular del modo más serio y responsable que podamos: que es hablar con números, con seriedad, con ejemplos y mirando lo que nos pasó en los últimos 15 o 20 años. No hace falta ir 28 años atrás como la selección nacional, basta recordar un poquito ahí nomás como estábamos. ¿Que podríamos estar mejor que en aquella época? Y, claro que sí, ese era el objetivo, eso nos habían dicho: que venían a ponernos un poquito mejor todavía de lo que estábamos.
Fracasó. No me voy a poner a hacer evaluaciones, a calificar o a denostar: fracasó. Lo que nos decían que teníamos que hacer nosotros durante 12 años y medio, ellos lo hicieron en cuatro y así estamos. Entonces un poco de honestidad intelectual por parte de todos y todas y discutir, en serio, cómo vamos a sacar a la Argentina después de la pandemia. Hay una experiencia, mejorémosla. Pero que nadie intente decir que tenemos que volver a ser lo que en cuatro años casi nos lleva al tacho a todos. Muchas gracias a todos y a todas.
