Las chicanas reemplazaron a los argumentos. En lugar de explicarnos de qué se trata cada acuerdo con los bonistas, los funcionarios recurrieron a culpar al gobierno anterior. Tenemos la sospecha de que esto es el camino hacia un endeudamiento mucho mayor porque hay una clara vocación por endeudarse en el mercado financiero internacional.
El gobierno ha generado su propio relato. Arman una puesta en escena donde extorsionan al Congreso, responsabilizándolo de todas las desgracias que les ocurrirían a los trabajadores, a los gobernadores y al pueblo en general.
Presentan al endeudamiento como la puerta al paraíso y la historia argentina nos ha enseñado que la deuda externa ha sido una pesada carga y un instrumento permanente para condicionar las decisiones de los gobiernos.
(Por Axel Kicillof)