¿Qué es esto? ¿Qué es esto digo yo, compatriotas? ¿Qué es esto, compatriotas, de decir que los pobres no saben votar? ¿Qué es esto, compatriotas, de que alguien que ha tenido la suerte de ir a una universidad, seguramente pública y gratuita, obtener un título de abogado, tener la suerte de ser juez que además no paga impuestos como pagamos el resto de los argentinos, qué es esto de que esas personas nos vengan a decir que el sistema electoral tiene un problema estructural porque los pobres, los vulnerables dependen de los políticos? ¿Qué significa que los pobres son idiotas, que los pobres no saben votar, que hay que prohibir el voto de los pobres o de los provincianos? Porque además, y lo digo como una mujer del interior profundo, del país profundo, siento en el fondo un tufillo, un gusto a centralismo, a desprecio profundo por las provincias. Y como son las del norte, que casualmente fueron abandonadas a la mano de Dios por políticas neoliberales, no solamente que las abandonaron, sino que ahora las condenan cuando quieren defender sus conquistas y sus derechos a través del ejercicio democrático del voto popular.
¡Por Dios, qué país quieren! Discutamos políticas, discutamos programas, discutamos proyectos, discutamos lo que quieran. ¡Pero, por favor, no retrocedamos en la máquina del tiempo y volvamos a esa Argentina donde algunos propugnaban el voto calificado! No volvamos a esa Argentina, donde cuando un periodista o un analista no dice que soy linda, alta, rubia y de ojos celestes, voy y le clausuro el canal o le cierro la radio. Esa época no puede volver más a la Argentina, nunca más. Demasiados argentinos perdieron la vida, demasiados argentinos se sacrificaron para que tengamos que estar discutiendo estas cosas.