La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL-ONU) destacó en el “Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015: Dilemas y espacios de políticas” al país por su reducción en los niveles de endeudamiento público.
Según el organismo, Argentina redujo su deuda pública bruta del 60.2% del PBI en 2005 al 39.6% en 2014 , marcando una reducción relativa del 34%.Aún más, sólo considerando la deuda externa pública bruta, este guarismo se redujo del 31% en 2005 al 19% en 2014, una baja relativa del 39%.
Incluso si se extiende aún más el plazo de análisis, el organismo señala que la deuda pública “llegaría al 162% del PIB en 2002”, por lo que la reducción alcanza márgenes más elevados.
Adicionalmente valoró el carácter “contracíclico” de la política fiscal argentina “especialmente en el programa de crédito para viviendas familiares” (se refiere, sin nombrarlo, al PROCREAR).
Asimismo detalló que la intervención fiscal (impuestos y transferencias) logra mejorar el índice de Gini un 28%, al reducirlo de 0.536 en base al ingreso de mercado, al 0.388 considerando la intervención del Estado en la economía: pensiones, transferencias, impuesto a la renta y el “gasto” público en educación y salud .
Argentina es el país con el “gasto público” social per cápita anual más elevado de América Latina con U$S1.893 o 16.563 pesos al tipo de cambio oficial.
DESARROLLO
En relación al endeudamiento público de América Latina, la CEPAL sostiene que “los niveles de endeudamiento son muy disímiles entre países. Brasil tiene la deuda pública más elevada de América Latina, que alcanza al 62% del PIB en 2014”. Mientras tanto, “otros países de América del Sur (Uruguay, Colombia y Argentina) y algunos de Centroamérica (El Salvador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana y Panamá), así como México, tienen niveles de endeudamiento moderados (entre el 36% y el 46% del PIB)”.
De acuerdo a la CEPAL “los países sudamericanos son los que más influyeron en la tendencia regional, especialmente por las significativas reducciones de los ratios de la Argentina (como consecuencia de la reestructuración de su deuda en 2005) y del Uruguay (gracias al canje voluntario de deuda soberana realizado en 2003), que se fueron acercando a los valores previos a la crisis”.
Asimismo destaca que “durante ese quinquenio, los gobiernos de la Argentina, Brasil y Uruguay cancelaron anticipadamente sus préstamos con el Fondo Monetario Internacional —del que entonces eran los tres mayores deudores—, que vio así reducida su cartera a la mitad. De ese modo, por primera vez en muchos años América Latina dejaba de ser uno de los principales receptores de los recursos financieros de la institución, ya que redujo su participación al 8,6% del total de créditos otorgados, muy lejos del promedio del 35% que había alcanzado en el período comprendido entre 1984 y 2006”.
Según el organismo, Argentina redujo su deuda pública bruta del 60.2% del PBI en 2005 al 39.6% en 2014, marcando una reducción relativa del 34%. Aún más, sólo considerando la deuda externa pública bruta, este guarismo se redujo del 31% en 2005 al 19% en 2014, una baja relativa del 39%.
De la deuda total pública total, la CEPAL señala que menos del 30% es externa, en tanto el resto es deuda interna. Incluso si se extiende aún más el plazo de análisis, el organismo señala que la deuda pública “llegaría al 162% del PIB en 2002”, por lo que la reducción alcanza márgenes más elevados.
En relación a la política fiscal que desempeñó la Argentina durante el 2014, la CEPAL sostiene que “con el fin de compensar en parte los efectos contractivos de las tensiones cambiarias y monetarias de inicios de año, la política fiscal tuvo durante 2014 un sesgo contracíclico, expresado sobre todo en el aumento de las transferencias monetarias y de los gastos de capital, especialmente en el programa de crédito para viviendas familiares” (PROCREAR).
En este marco, el organismo destaca: “la efectividad de la política fiscal en la reducción de la desigualdad es diferente en los distintos países. Por un lado, se destacan la Argentina, el Brasil y el Uruguay, donde los impuestos sobre la renta personal, las contribuciones a la seguridad social y las transferencias públicas en efectivo (incluidas las jubilaciones y pensiones), en conjunto, reducen la desigualdad (medida por el coeficiente de Gini) en torno a un 13% en promedio (o 7 puntos porcentuales del coeficiente de Gini)”.
Asimismo sostiene que: “en el caso del impacto redistributivo del gasto público en educación, se destacan la Argentina, el Brasil y México, donde la disminución del coeficiente de Gini es cercana o superior a 5 puntos porcentuales”. “En cuanto al efecto final de la política fiscal, es decir, de las transferencias monetarias y en especie y de los impuestos directos, sobresalen el Brasil, la Argentina y el Uruguay, así como, en segundo término, Costa Rica, Chile y México, donde el coeficiente de Gini cae entre 12 y 16 puntos porcentuales por la acción conjunta de estos instrumentos”. En Argentina, el efecto es la reducción de 14.8 puntos porcentuales, ubicándose segundo a nivel regional luego de Brasil con 16.4 puntos porcentuales.
En el siguiente cuadro, elaborado por la CEPAL en su informe se consolida la información del país:
La CEPAL señala que la intervención fiscal (impuestos y transferencias) logran mejorar el índice de Gini un 28%, al reducirlo de 0.536 en base al ingreso de mercado, al 0.388 considerando pensiones, transferencias, impuesto a la renta y el “gasto” público en educación y salud (lo que define como “ingreso disponible extendido”) . Con este Gini de Ingreso disponible extendido, el país se ubica tercero en la región en términos de igualdad, luego de Uruguay (0.313) y México (0.379). El informe detalla que Argentina es el país con el gasto público social per cápita anual más elevado de América Latina con U$S1.893, seguido de Uruguay con U$S1.846, Brasil con U$S1.512 y Chile con U$S1.340:
Asimismo, en sus anexos , el organismo señala que el déficit público del gobierno central de Argentina ascendió durante el año 2014 al 4% del PBI. Si bien esta cifra es cuestionada en numerosas ocasiones no presenta una tendencia disímil con la región, donde países como Brasil presentan un déficit del 4.4% del PBI, Costa Rica 2.4%, Ecuador 4.9%, México 3.6% y el promedio de América Latina y el Caribe con un 3% de déficit fiscal sobre el PBI.