Este fin de semana se celebró en Australia la cumbre del G-20, grupo al que pertenece nuestro país. Participaron por la Argentina el Ministro de Economía Axel Kicillof y el Canciller Héctor Timerman, que además mantuvieron importantes reuniones bilaterales.
Por primera vez en la historia del G-20 la cuestión de la reestructuración de deudas soberanas fue planteada en el comunicado final. El caso de la Argentina ha servido ya efectivamente para cambiar la historia de las emisiones de deudas soberanas.
Hoy hay aproximadamente 1 trillón de dólares de deuda en denominación norteamericana de bonos emitidos con esta misma cláusula pari passu, tan arbitrariamente interpretada por el juez Griesa. O sea, cualquiera de esas deudas, si fueran reestructuradas, tendrian el mismo problema que tuvo la deuda argentina si algún tribunal similiar al de Nueva York hace su propia interpretación, tan interesada, de cualquier cláusula.
El representante de la OCDE destacó que el comercio mundial está a la mitad de lo que debería ser, según las estimaciones. La inversión a escala mundial representa un 40 por ciento de lo que era antes de la crisis en el 2008. Por la crisis se destruyeron ya 33 millones de puestos de trabajo, y con el crecimiento a nivel actual recién se recuperarán en 2018… Una década perdida para el mundo. Una tragedia para millones de personas.
Por el lado de las deudas soberanas, la relación entre deuda y PBI en Europa pese a los brutales ajustes se incrementó con la crisis y en promedio desde el 68% en 2006 al 96% en la actualidad. En los paises desarrollados pasó del 75% en 2006 al 106% en la actualidad. Peor desastre… imposible. Aunque siempre todo puede empeorar si se persiste con la misma medicina.
El documento final del G-20 refleja en varios puntos la postura de nuestro país. En particular sobre la necesidad de abordar la cuestión de los procesos de reestructuración de deuda y el peligro que implican los fondos buitre para el sistema financiero internacional. También quedaron reflejadas otras posiciones venimos llevando al G-20 desde el 2008.
La agenda de la demanda agregada, el empleo de calidad, de la infraestructura, de la lucha contra la especulación financiera, la evasión fiscal de las grandes corporaciones hoy forman parte de las discusiones entre los 20 presidentes.
Uno de los temas de la cumbre G-20 fue que la recuperación global es lenta, despareja, y no está generando los empleos que se necesitan.
A continuación, algunos extractos del documento de la cumbre:
En un anexo del documento final, se dejó en claro en primer lugar el tema de la litigiosidad, (un eufemismo sobre los fondos buitres) y se dan instrucciones a los ministros de Economía y a los presidentes de los Bancos Centrales de todos los países del G-20 para que trabajen el tema y aporten una recomendación al respecto.
La delegación argentina regresó a la Patria con la satisfacción de haber aportado no sólo a la Cumbre del G-20 la experiencia argentina, sino también haber hecho abierta y claramente la denuncia del accionar de los fondos buitre, algo que consideramos que debe ser también tomado políticamente por los líderes de los países.
El límite a los especuladores, a todo lo que es finanzas poco transparentes, a los llamados “guaridas” o “paraísos fiscales” debe ser una preocupación permanente de los países del G-20 y efectivamente quedó taxativamente planteado.
Parece mentira, son las mismas políticas que Argentina viene planteando desde la primera cumbre del G-20 allá en noviembre de 2008 en Washington. La presidió George Bush. Qué poco ha cambiado el mundo. Una verdadera pena.
Cristina.