abril 2, 2015
No habrá independencia definitiva hasta que no podamos recuperar nuestras islas Malvinas
En este nuevo 2 de abril que conmemora, que recuerda la memoria de los caídos, de nuestros compatriotas, de nuestros jóvenes y que también honra a sus Veteranos de Guerra que sobrevivieron a aquella gesta, hoy estamos aquí, en Ushuaia, capital de nuestras Islas Malvinas.

 

Palabras de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en el acto central del día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. ‪Jueves 02 de Abril del 2015. #‎MalvinasArgentinas‬

 

 

Muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas.

En este nuevo 2 de abril que conmemora, que recuerda la memoria de los caídos de nuestros compatriotas, de nuestros jóvenes y que también honra a sus Veteranos de Guerra que sobrevivieron a aquella gesta.
Han pasado muchas cosas desde aquel 2 de abril; hoy estamos aquí en Ushuaia, capital de nuestras Islas Malvinas, pero déjenme decirles que desde el primer 2 de abril que vivimos los patagónicos, yo en Río Gallegos, otros aquí en Ushuaia, de miedo, también de colaboración porque era como una sensación rara, una sensación ambivalente, como que en dictadura repudiábamos a quienes de facto y a los golpes conducían el país y, al mismo tiempo, acompañábamos a los jóvenes.

Siempre pienso en los jóvenes, porque en todas las épocas han sido la carne de cañón de las aventuras y de los horrores que han vivido los países. Los recuerdo a aquellos jóvenes conscriptos que durante por allí los fines de semana antes de ser trasladados aquí o a las Islas, que deambulaban por Río Gallegos. Me acuerdo también de todas las cosas que hacíamos en Río Gallegos, los operativos de oscurecimientos cubriendo las ventanas de las casas.

Por supuesto no podemos compararnos nunca con los que estuvieron en las trincheras, quienes fueron los verdaderos héroes y los verdaderos combatientes. Pero esos en las trincheras, en las Islas, en el territorio irredento, nosotros patagónicos, ríogalleguinos lo vivíamos también con miedo porque en algún momento, y yo lo he contado en innumerables oportunidades, nos habían dicho que una de las estrategias de los ingleses para terminar definitivamente la guerra era bombardear la ciudad de Río Gallegos, que ustedes saben, es la más cercana en línea directa hacia las Islas.

Por lo tanto, había operativos de oscurecimientos, simulacros de bombardeaos, con sirenas por la noche, operativos con total oscurecimiento. En fin, no era algo que lo mirábamos por televisión, sin perjuicio a quienes sí lo hacían, pero una cosa es mirarlo por televisión, tejer en Buenos Aires y otra cosa era estar acá, no sabiendo qué iba a pasar esa noche o al otro día. Ni quiero imaginarme lo que vivieron, pero tal vez el testimonio de esta hija de un combatiente o de un veterano suicidado, ya se han suicidado más de 500 ex-combatientes, lo que demuestra cabalmente lo que es el horror de la guerra y lo que fue además, el horror particular de esta guerra.

Estas imágenes que acabamos de ver son un proyecto que ya está en marcha, y es la construcción del Archivo Oral de las Memorias de Malvinas. Voy a firmar el decreto, disponiendo la creación formal e institucional de este archivo que funcionará en nuestro Museo Nacional de Malvinas, y que consiste básicamente en esto que ustedes acaban de ver: los testimonios, las memorias de los que estuvieron, de los que participaron porque eran hijos y familiares, también de periodistas, de camarógrafos, de fotógrafos, de todo aquel que de alguna manera tuvo que ver con ese pedazo de historia, pero con todo, con la historia completa, con los horrores y con los héroes, con los cobardes y con los mártires, porque en toda guerra siempre hay de todo.

 

 

Y es donde afloran, y no me equivoco ni cometo una blasfemia cuando utilizo la palabra mártires, porque en definitiva enviar a un chico de 18 años, sin ningún tipo de entrenamiento, sin ningún tipo de preparación a un territorio inhóspito y espantoso, sin proporcionarle lo mínimo en comida, en alojamiento, en abrigo, es también una forma de martirologio.

Y yo creo que muchos de los que descansan en Darwin, los que se hundieron en el Belgrano, fueron verdaderos mártires en la lucha contra el colonialismo y en la lucha por la independencia definitiva de nuestro país. Por lo menos la independencia territorial, que todavía falta, nos falta un cacho de independencia territorial, pese al 9 de Julio. No va a haber un 9 de Julio completo hasta que no podamos recuperar nuestras Islas Malvinas.

No sé si lo verán ustedes que considero mis hijos, o mis nietos, pero las vamos a ver, no tengan la menor duda que las vamos a ver nuevamente formando parte de nuestro territorio. No es voluntarismo, no es una mera utopía, es que precisamente desde aquel 2 de abril a este día 2 de hoy en 2015, las cosas vienen cambiando. Y no solamente aquí en nuestro país, donde comenzamos a malvinizar nuestra historia, que no significa un patrioterismo chauvinista… no, por el contrario, significa una nacionalidad madura, una nacionalidad que busca en el Derecho Internacional, en el diálogo y no en la militarización, el camino del reencuentro y el camino de la soberanía.

Precisamente, porque también han comenzado a comprender allá, y cuando hablo de allá hablo de Inglaterra, del Reino Unido, cuando uno consulta la opinión pública, ya hay una considerable parte de la población inglesa que considera que es indispensable establecer un diálogo maduro entre la República Argentina y el Reino Unido, no para que nos den la razón, sino para que nos sentemos a conversar, a dialogar como marca la Resolución 2065 y cientos de resoluciones de Naciones Unidas, del Comité de Descolonización, de la ONU, de la CELAC, del MERCOSUR, de la OEA, de que es necesario dialogar, porque el mundo no aguanta más guerras, ya hay demasiada muerte.

Y cuando el otro día, casi paradójicamente un 24 de marzo, con títulos catástrofe en un semanario sensacionalista inglés, nos presentan a nosotros como una amenaza para el Reino Unido, justo el día en que el Secretario de Defensa tenía que ir al Parlamento inglés a justificar un aumento de presupuesto por las Malvinas de 180 millones de libras. Cuando hay más de un millón de ingleses que tienen que comer en los bancos de comida, abiertos por falta de recursos en uno los países más poderosos del planeta. ¡Qué paradoja!

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Somos la excusa perfecta, la coartada de un gobierno que ha tenido que pasar de 46 bancos de alimentos o de 66 bancos de alimentos que tenían, a más de 400 bancos de alimentos para alimentar a ese millón de ingleses. ¡Qué no se preocupen, que no pongan ni una sola libra más en la defensa de las Islas Malvinas. Que la pongan para alimentar ingleses, en darles trabajo a jóvenes ingleses, en darle bienestar al pueblo inglés, porque nosotros no somos un peligro para nadie, no solamente para los ingleses.

No somos un peligro en términos militares, no somos un peligro en términos de ofensiva militar o de armamentismo, porque a nosotros no nos corre ni nos presiona ningún lobby armamentista, no somos un gobierno que compra armas o que considera armar a la República Argentina como su prioridad.

Tal vez sí, seamos un peligro cuando otros pueblos vean como a través de políticas diferentes a las que se dictan desde los grandes centros de poder. Nuestro país, desde aquel 2 de abril de 1982 a este 2 de abril del 2015, ha dado vuelta la realidad, ha cambiado la historia y ha instalado un modelo de sociedad más igualitaria, más equitativa, solidaria y más justa.

Pero además, tal vez sea una de las pocas gobernantes junto a mi compañero, que pueda mirar de frente a los Combatientes y Veteranos de Malvinas, porque fuimos nosotros los que les reconocimos los derechos, los que volvimos a instalar “Malvinas” no solamente como una cuestión nacional, sino como una cuestión internacional de lucha contra el colonialismo.

Ese es el orgullo más grande. Siempre me dijeron cuando era legisladora nacional, senadora, que era una senadora malvinense, todavía deben recordar los combatientes cuando iban a mi despacho y logramos que se sancionara la ley para que le reconocieran sus derechos y su pensión, y me decían “la senadora malvinera” y con mucho orgullo mejor aún, “la Presidenta malvinera”.

Sí señor; porque aquellos que muchas veces nos criticaron por nuestra política de Derechos Humanos, que es admirada en el mundo y en el cual somos argentinos siéntanse orgullosos, la República Argentina, tu país, es un ejemplo en materia de Derechos Humanos y de reconocimiento y respeto. Somos un ejemplo como toda gran nación, de respeto y honor a nuestros combatientes. Porque cuando uno visita países, grandes potencias, ve como se honra al Soldado Desconocido.

Yo me acuerdo cuando estuve en Estados Unidos, donde se celebra el día de los muertos, los muertos son muertos en todas partes, cuando alguien muere aún defendiendo una causa equivocada pero defiende a su bandera es digno de respeto. Siempre, quien muere bajo su bandera es digno de respeto, aún cuando no compartamos los objetivos, pero hay que tener valor para morir bajo la bandera también, por eso yo los respeto a todos.

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Y por eso somos también el gobierno que tomó al toro por las astas, que sacó de las sombras a los combatientes, que hizo ese Museo en donde va a estar este archivo y que también, por el Decreto número 503, que he firmado en el día de ayer antes de venir aquí, vamos a desclasificar toda la información que obra y que hay sobre Islas Malvinas.

Quiero leer brevemente:

“La Presidenta de la Nación Argentina decreta: artículo 1°: Relévese de la clasificación de seguridad establecida conforme a las disposiciones de la Ley 25.520 y sus modificatorias a toda aquella documentación de carácter no público vinculada al desarrollo del conflicto bélico del Atlántico Sur obrante en los archivos de las Fuerzas Armadas.

Artículo 2°: En aquellos documentos donde se encuentre información de carácter sensible de acuerdo a la Ley 25.326, dispóngase su acceso previa acreditación del interés legítimo y los acuerdos expresos de responsabilidad por la utilización de la información.

Artículo 3°: Otórguese un plazo de 30 días hábiles al Ministerio de Defensa para disponer a la consulta pública los registros de la totalidad de los documentos obrantes en los archivos de las Fuerzas Armadas y su modalidad de consulta”

Esto también es algo que les debemos.
El otro día, yo decía paradojalmente, 24 de marzo, cuando se inició la dictadura más terrible que recuerde nuestra historia…Vos sabés que recibía una carta de la Embajadora en Inglaterra, Alicia Castro, en Inglaterra, que ese día debía concurrir al Parlamento inglés y estaba reunida con un miembro de la Cámara de los Lores porque ¿saben qué, argentinos? Este año se van a conmemorar 150 años de que los galeses llegaron a la Patagonia argentina. ¿Y saben qué? Lo vamos a festejar juntos.

Junto a los galeses vamos a festejar los 150 años en un gesto que no es forzado, al contrario, es el mismo gesto, es la misma actitud, el mismo sentimiento que tenemos con cada una de las comunidades, con cada uno de los inmigrantes que llegaron a nuestro país. Todos los que estamos -y no temo equivocarme- todos los que estamos sentados en esta mesa, no somos pueblos originarios de la Argentina; somos hijos, nietos, biznietos de inmigrantes. Porque esto es la Argentina, un país de inmigrantes.

¡Qué nos van a venir a contar a nosotros de que estamos preparando invasiones, adónde! Primero, con qué, pero segundo de dónde, si nuestro territorio siempre fue invadido: primero por los españoles, cuando estaban los pueblos originarios y, luego, cuando ya éramos criollos en las primeras invasiones inglesas. Al contrario, toda nuestra región, toda la América del Sur, toda la UNASUR, es una región de paz. Al contrario, hemos sido sometidos al pillaje, al colonialismo, al robo…

Pero voy a decir algo: no tenemos que confundir a los pueblos con los dirigentes, porque muchas veces los dirigentes utilizan estas cuestiones, como las utiliza actualmente el Gobierno inglés, para dar respuesta al lobby armamentista o para ganar unas elecciones que no saben cómo hacer para ganarlas. Ahí está el tema, no hacen el juego.

Seguir defendiendo nuestros derechos como lo hace nuestra Cancillería que acaba de denunciar a las compañías petroleras que ilegalmente están explorando la plataforma argentina y que, ellos dicen, es de Malvinas. Hoy casi provocadoramente dicen que han descubierto petróleo. En una actitud más de provocación, pero nosotros no nos vamos a dejar arrastrar por ninguna provocación porque tenemos chapa, tenemos historia, política de convivencia y de diálogo, porque vamos a seguir reclamando en todos los foros internacionales.

Pero no solamente por nosotros, hay 17 enclaves coloniales de un mundo que en el siglo XIX -nos puede parecer demasiado lejos, pero en términos históricos no lo es- en el siglo XIX, podíamos ver toda el África colonial, parte de Asia colonial, islas en todas partes. Hoy solamente quedan 17 enclaves pequeños en todo el mundo, de los cuales 10 son ingleses. La hora de los pueblos finalmente termina sonando en todas partes más temprano que tarde. Es la hora de los pueblos, que finalmente llega y termina siendo escuchada por todos.

Islas Malvinas

Yo quería contar una pequeña anécdota de cómo se discutió en el Parlamento inglés, que me transmite nuestra Embajadora. Ese día, 5 de los 28 miembros del Comité que discutía la ampliación del presupuesto, se acercaron cuando nos retirábamos, cuando los representantes se retiraban del Parlamento para solidarizarnos y decir no que teníamos  razón con la soberanía, sino que teníamos razones y debíamos sentarnos a discutir en el marco de lo que establece Naciones Unidas y uno de ellos, bajo la lluvia, acompañó a nuestra Embajadora hasta el auto.

Pueden parecer pequeñeces, gestos que tienen que ver con la cortesía, pero yo les puedo asegurar que no. Cuando comienza a conocerse la verdad, cuando se advierte que a cada contribuyente inglés, cada uno de los habitantes trasplantados prácticamente, porque son muy pocos los que han nacido en Malvinas, hay muchos más soldados ingleses que habitantes y que deben renovarse permanentemente. Les cuesta y le han costado más de medio millón de libras al erario y, seguramente, ven ingleses sin trabajo o con escasos recursos o jóvenes… o con otros problemas más graves, tal vez.

Porque si los siglos XIX y el XVIII y los anteriores fueron los de las expediciones coloniales, hoy los problemas que tienen las grandes potencias son las de los enfrentamientos con los extremismos fundamentalistas.

Entonces digo yo: en un mundo tan diferente,  tan cambiante, cómo puede haber gente que se presuma tan civilizada, tan adelantada y que siguen con metodologías y prácticas, y los peligros que enfrentan los ingleses que viven en Inglaterra, no son de parte de los argentinos, sino inclusive dentro de su propio territorio.

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Que destinen más dinero a todo eso, a cuidar la seguridad de los habitantes en las propias islas y no lo malgasten acá, que nos dejen conjuntamente con ellos sentarnos a dialogar, encontrar una solución y colaborar. No queremos peleas con nadie, defendemos nuestras ideas, nuestra historia, nuestras convicciones y nuestra soberanía, pero lo hacemos desde las ideas, lo hacemos desde la política, no desde la guerra.

La guerra sólo les conviene a los que construyen y venden armas, solamente a los lobbies y a las industrias como Ike Eisenhower, ese gran presidente norteamericano que los definió el lobby industrialista armamentista. Esos que te aconsejan ir a la guerra, y si no hay alguna guerra te la arman por si acaso, para que sigas gastando plata en armas. No va a ser la primera ni la única vez.

La sinrazón también. Me contaba la Embajadora que ha ingresado al Partido Laborista un político, Prescott, que quiero leer alguna de las cosas que dice al respecto… ustedes saben lo que pasó en la Isla… Ah, una cosa de color que me cuenta también la Embajadora para ustedes y que se pongan un poco contentos acá en Tierra del Fuego, en Ushuaia.

¿Se acuerdan de Jeremy Clarkson, el popular presentador televisivo de Top Gear que vino acá a provocarnos? Bueno, quédense tranquilos que no lo echaron por lo que hizo, se ve que los hartó por otras cosas a los de la BBC, a este personaje que vino a provocarnos aquí a la República Argentina. Ya sé que lo echaron…ya lo sé.

Quería contarles que el Partido Laborista acaba de incorporar a John Prescott, un dirigente político de ese partido que secundó a Tony Blair y que en un artículo recientemente publicado en el diario The Mirror, un importante diario inglés, coincide con nosotros en repudiar el doble estándar del gobierno británico, sí, así como lo escuchan.

Y dice textual: “Hace 40 años, en uno de los actos más vergonzosos cometidos por el gobierno británico, recuerda, se alquiló la Isla de Diego García en al Archipiélago de Chagos, Estados Unidos, para instalar una base militar aérea expulsando a todos los habitantes de esa isla que tuvieron que irse a vivir a la isla Mauricio”. Los expulsaron, es como que nos agarremos de repente a todos los habitantes de Ushuaia, desde Tierra del Fuego, de nuestra isla, y la alquilemos y los llevemos a otro lado. Eso hicieron. No les importó si eran originarios, si eran ingleses, no les importó. Miren qué importante antecedente jurídico y político además.

Y fueron a vivir a la República de Mauricio. “Se ha comprobado que esa base estadounidense sirvió a la CIA para la tortura y secuestros ilegales”. Cualquier semejanza con la realidad, es pura coincidencia. Ahora se está discutiendo la posibilidad de reinstalar a los habitantes originarios a su isla y el gobierno británico está considerando los altos costos de esta operación. “Y si alguien se queja sobre el costo –destaca Prescott- puedo recordar de que gastamos 65 millones de libras por año ayudando a otros grupos de isleños británicos -los define correctamente- excepto los que viven en la Falklands -de repaso ahora les voy a comentar algo de un descendiente de Falklands-, se les otorgó un referéndum y son blancos. En total desde 1982, habremos gastado más de 1 billón de libras para mantener esos 2.000 isleños, 500 mil libras cada uno”, concluye.

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Como verán, hemos adelantado mucho. Era impensable una lectura de estas, no estoy diciendo allá por el ’82, estoy diciendo apenas hace 7, 8, 9, 10, 11 o 20 años atrás.
Estas cosas, esto es resultado de una política coherente, permanente, política de Estado es la que me lleva a tener fuertes esperanzas y que se siga construyendo sobre esta línea, no la de entregar ositos Winnie Pooh. Si para ser cortés, si para estar de acuerdo a Derecho, no hace falta estar entregando ositos, hace falta tener la voz alta y clara en cada foro internacional y en cada lugar de la patria para reclamar lo que es nuestro.

En estos días también pudimos escuchar y conocer la opinión de Lord Lucien Falk, quien es uno de los descendientes precisamente del noble inglés por el cual se le puso en Inglaterra el nombre a nuestras Islas Malvinas, The Falklands. Tenía miedo a repetirlas, no seamos como ellos, nosotros digamos que son las Malvinas. Cuando uno está seguro de lo que es de uno, no tiene ningún problema, sabemos que son las Malvinas, todo el mundo sabe que son las Malvinas, todo el mundo.

Por eso digo que cuando uno ve hechos de provocación como los que nos tocaron vivir con este ex-miembro de la BBC de Londres, cuando uno ve parlamentarios que comienzan a acercarse porque saben que es necesario dialogar, porque los peligros de este mundo, sobre todo para el mundo de las potencias, son otros, no somos nosotros.

Al contrario, pueden contarnos de aliados frente a prácticas fundamentalistas porque sabemos que las prácticas fundamentalistas de un lado o del otro, porque no hay fundamentalistas de un lado, para que haya fundamentalistas de un lado, es porque hay fundamentalistas del otro. El fundamentalismo, señoras y señores, es dialéctico, porque si no son locos los del otro lado nada más, no son fundamentalistas.

Entonces, que tomen conciencia la totalidad de la sociedad inglesa, pero fundamentalmente sus dirigentes políticos. El argentino no es un peligro, el argentino es un país que respeta los derechos humanos, el argentino es un país que es un crisol de razas donde hay inmigrantes de toda naturaleza, que sepan que este año vamos a festejar los 150 años de la llegada de los galeses a Puerto Gaiman, ahí en la provincia de Chubut.

Que sepan que en mi provincia, como en esta también, hay muchos descendientes… Es más, hay muchos más ingleses viviendo en la República Argentina continental que en nuestras Islas Malvinas. ¿Por qué no la terminan de una buena vez por todas y se dan un baño de realidad? Hay muchos más ingleses viviendo maravillosa y pacíficamente en la República Argentina sin que nadie los moleste, sin que nadie los agreda.

Entonces, si necesitan para alguna campaña algún beneficio del lobby armamentista para que los ayude en la campaña, que busquen otra excusa pero que no utilicen a la Argentina. Si no les alcanzan las cosas que hace la gestión de gobierno para ganar las elecciones, que no busquen tampoco excusas en la República Argentina. Nosotros no ganamos las elecciones asustando a nadie con la invasión de nadie. ¡Y miren que tendríamos motivos con las cosas que pasan en la región y en el continente para meter miedo con lo que amenazan de otros lados, con intervenir en países hermanos tal vez! Pero somos gente de paz y lo seremos siempre.

Por eso, una vez más, como lo hacemos siempre y lo haremos siempre, vamos a seguir reclamando el diálogo contra la militarización, no queremos que militaricen más el Atlántico Sur. Después de todo, y es una pregunta que le hago a los grandes think tank de pensamiento de las potencias, a esas ONGs que nunca nadie nunca sabe quiénes las integran y las financian, pero que son los lobbies junto a los medios de comunicación los cuales articulan el permanente bombardeo.

Y cuando hablo de bombardeo no hablo de las bombas que veíamos en Malvinas, hablo de las otras, de las que no se ven y son más letales, desde las pantallas de televisión, desde el micrófono de una radio o las páginas de un diario, esos lobbies, esos think tanks, ¿por qué no se preguntan de qué sirve militarizar el Atlántico Sur?

No hay organización más poderosa tal vez que la OTAN, la Organización Militar del Atlántico Norte, de la que alguna vez algún presidente argentino decía que era un orgullo formar parte, pero yo la verdad que no le veo la ganancia, de qué sirve si no pueden vivir seguros ni en sus propios territorios. Si cada vez que tenés que pasar por un aeropuerto prácticamente tenés que desnudarte y tenés que hacerlo porque puede pasarte cualquier cosa.

No sirve, hay un mundo nuevo, hay peligros nuevos, hay desafíos diferentes, es necesario que se termine con esa idea de un mundo donde domina a un grupo de potencias al resto, porque esto es inviable. Y es inviable por la característica de la etapa civilizatoria que estamos viviendo; es inviable por el grado de comunicación y conectividad que hemos alcanzado; porque ya no hay una o dos potencias, hay muchos países que han crecido muchísimo más y porque hay otros peligros más graves, además de los fundamentalismos, el peligro de tener hambre dentro de 30, 40, 50 años y que no alcance el hambre para todos los que vivamos en la Tierra y que ya no alcanza en muchas regiones mientras en otras se tira.

El peligro de que sin educación, sin salud, sin vivienda, cada vez más personas sean atrapadas por la ilusión del fundamentalismo, ya no solamente los fundamentalistas provienen de lugares remotos, extraños y exóticos.

Hoy las propias potencias europeas ven cómo en sus propios países salen esos fundamentalistas a poner bombas afuera o adentro. Eso es el peligro. ¡Cómo piensan que somos los argentinos el peligro! Al contrario. Un verdadero dirigente, un verdadero estratega, un verdadero líder de lo que denominan el Mundo Occidental debería tener en cuenta esos peligros e ir desarmando, desarticulando antagonismos o enfrentamientos en distintas partes del mundo para tener cada vez una masa más crítica de aliados.

Sin embargo, las prácticas son inversas, casi ilógicas, casi suicidas, diría, de querer cada vez más abonar ese clima de enfrentamiento, ese clima anti, cuando en realidad lo que tenemos que hacer, es aislar cada vez más a los violentos de un lado y del otro, porque la inmensa mayoría de la humanidad ansía la paz, el diálogo, vivir tranquilos, poder vivir, estudiar, trabajar, formar una familia. Ese es el mundo al que aspiramos.

Entonces, argentinos, compatriotas, recordemos a nuestros combatientes, a nuestros muertos este 2 de abril, con un ojo miremos lo que nos pasó y con el otro, estemos atentos a lo que pasa en el mundo, por favor. Porque yo advierto, compatriotas, que nos quieren y no ya solamente en el caso de Malvinas, sino en todo, quieren que los argentinos ignoremos lo que está pasando en el mundo y solamente nos encerremos a pelearnos entre nosotros, a discutir entre nosotros como si fuéramos algo aislados, sin advertir todos los peligros y, fundamentalmente, más allá de las distintas diferencias.

Más allá de las lógicas diferencias que tenemos todos de ubicación, de identidad, de historia, de partido de lo que fuera, mantenernos unidos en una sola cosa: no solamente, como decía recién la Gobernadora de Malvinas, sino también en que no nos hagan formar parte de ninguna guerra que no es la nuestra. Nosotros no formamos parte de ninguna guerra.

Cuando fuimos a las Islas, tampoco fue por decisión de ningún gobierno democrático; fue en el marco de una dictadura. ¡Qué no nos hagan cargo tampoco porque ellos se callaron la boca cuando se rompió el orden constitucional el 24 de marzo de 1976. No escuché a ninguna de las grandes potencias reclamar por la libertad y la democracia cuando se exterminaba, torturaba y desaparecía a miles de argentinos. ¡Que no nos vengan a hacer cargo de una guerra que no fue la nuestra!

De lo único que nos hacemos cargo en esa guerra, es de la sangre de nuestros combatientes, nos hacemos cargo de los pibes que fueron a morir por su bandera. De eso sí nos hacemos cargo y haremos cargo siempre porque somos un pueblo soberano, orgulloso y que  siempre va a recordar y a homenajear a sus muertos y a su bandera.

Gracias, muchas gracias, compatriotas.

 

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